Era una mañana fría, no solo por el clima, sino también por sus sentimientos y emociones abrumadoras, hace 24 horas su vida era perfecta, completamente envidiable, ahora sentía lastima de si misma, lo primero que recibió fue una llamada, sus esperanzas de que fuese Valerio se esfumaron en el instante en que vio el nombre del que llamaba, era nada mas ni nada menos que su secretaria. El día, su supuesto día mas feliz de la vida de cualquier persona "matrimonio"  se nublo aun mas, la llamaron para comunicarle que había sido suspendida temporalmente de sus funciones como gerenta general, el estúpido de su primo (el vicepresidente), asumiría el control hasta que la junta fuera a votación. Sin las acciones de su madre la botarían de una patada en el culo sin dudarlo,  los accionistas eran en su mayoría socios del papa de Pablo, estaba irremediablemente jodida.

Se vistió y salio por un café, necesitaba algo fuerte para su resaca, pero en el café bar, encontró aun mas tormento, Pablo estaba en la barra con su traje de novio bebiendo hasta el cansancio, no se sorprendió del todo, el ojiazul no tenia ni 10 ml de alcohol en su departamento.

Esa era una de las cosas que mas le gustaban de el, pero se sentía miserable por hacerle esto a una persona tan buena como Pablo. Cuando alzo la vista de nuevo encontró la mirada de el con la suya.

-¿Que haces aquí?-Pablo, mucho mas gentilmente de lo que cualquier persona pudiese esperar de el en esa situación.

-Vine por un café, no quería molestarte-Lu honesta

-No tiene caso, siéntate conmigo-Pablo apuntando la silla a su lado.

-Me entere de lo de la suspensión, lo lamento por ti-Pablo

-No tiene caso, odiaba ese trabajo-Lu pidiendo un café al mesero.

-Probablemente te den el puesto-Lu

-Creo que se lo darán a tu primo-Pablo tomando otro largo sorbo

-Eduardo es un bueno para nada, la compañía se iría por un tubo, tu eres la mejor elección-Lu

-La mejor elección siempre fuiste tu, incluso el lo sabe-Pablo bebiendo otro trago mas

-Eduardo me odia, me tiene envidia-Lu

-No me refiero a Eduardo-Pablo

-¿Entonces?-Lu

-Me refiero a tu hermano-Pablo

-Medio hermano-Lu

-Medio pecado entonces-Pablo riendo

-No merecías pasar por esto-Lu

-Tal vez si-Pablo

-No, eres increíble, me siento una mierda por lastimarte-Lu comenzando a lagrimear

-Te perdono Lucrecia, en serio, no eramos el uno para el otro-Pablo colocando una mano en su hombro.

-Si no fuera por el regreso de Valerio...-Lu

-Si no fuera por el regreso de Valerio, te habrías casado con alguien que no amabas y hubiésemos sido infelices los dos-Pablo

-¿Por que eres tan comprensivo?-Lu

-Porque yo te amo, o en algún momento lo hice, y quiero que seas feliz, aunque se que no es conmigo-Pablo llorando de nuevo en su hombro, los dos se abrazaron, dándose el perdón y el adiós, ademas la mexicana le devolvió el anillo.

-Quedatelo, como un recuerdo, como una promesa de si nuestros caminos se vuelven a encontrar y queda algo de lo nuestro podemos volverlo a intentar-Pablo

-Adiós-Lu dándole un beso en la mejilla

 -Búscalo-Pablo

Lu lo miro desconcertada

-Lucrecia Montesinos no mandaría todo a la mierda si no amara realmente a una persona, buscalo-Pablo

-Creo que soy capaz de decidir por mi cuenta, querido-Lu

-Ya haz hecho tu elección-Pablo