Londres, Laver Cup, 2022

Su Majestad, Roger Federer, se retira tras veinticuatro años de torneos, pistas de césped y tierra batida, más de mil quinientos partidos, más victorias que derrotas, una carrera impecable que cerrar con un broche de oro; tres días rodeado de amigos y familia para liberar de su corazón la tensión y el miedo a lo desconocido, a lo que estaba por venir ahora que había decidido, tras muchas vueltas, colgar la raqueta y las zapatillas.

Día 1

Uno de los hoteles más prestigiosos de Londres se prepara para albergar a todos los tenistas del Tour ATP a los que Federer ha hecho llegar una invitación para participar en la Laver Cup.

La recepción es un hervidero de deportistas, trabajadores y maletas. Todos charlan animadamente en pequeños corrillos, y el siempre presente y siempre correcto Roger Federer, tiene tiempo para todos.

Con un pantalón de pinzas oscuro y un cardigan de lana sobre la camisa, alterna unos grupos con otros; bromea, ríe, explica algunos detalles del torneo y vuelve a comenzar cuando cambia de grupo.

Todo está saliendo como lo tenía planeado.

Novak va a comprobar que la dirección es correcta, pero cuando ve el portaequipajes del hotel lleno de fundas de raqueta, sabe que está en el lugar indicado.

Entra al hotel y está mirando alrededor para intentar ubicar a algún conocido cuando antes, le encuentran a él.

-¡Djokovic!- los firmes brazos de Roger Federer lo rodean por la cintura -me daba miedo que no vinieras-.

Novak se ríe -si hay un trofeo de por medio sabes que siempre estoy disponible- bromea -¿cómo estás?-.

-Bien, bien, estoy bien.

-¿Y de verdad?

Roger sonríe un poco -nervioso- admite -todo tiene que salir bien-.

-Lo has planeado tú, Roger, claro que todo va a salir bien.

-Mira, Andy ha llegado antes que tú- cambia de tema el suizo y hace un gesto para que se acerque.

-¡Novak!- Andy lo abraza fuerte.

-Hola, Andy- sonríe, y nota que de pronto se siente mejor.

-Si hay algo que no os gusta, o tenéis cualquier problema, lo que sea, llamadme, eh- les dice Roger.

-Todo va a salir bien, Federer, cálmate.

-Lo sé, lo sé, es solo que...- su teléfono suena -es Rafa- dice y los mira -es Rafa- repite -tengo que cogerlo, seguro que ya ha llegado- habla nervioso -voy a buscarlo, id haciendo el registro, voy a buscarlo-.

-No cambia- suspira Novak sonriendo.

×

-¿A qué piso vas?- pregunta Novak a Andy cuando suben con sus maletas al ascensor.

El escocés comprueba la tarjeta de su habitación -al quinto-.

Novak sonríe y pulsa el botón con el número cinco, que se enciende bajo su dedo.

-¿Tú también?- pregunta Andy mientras las puertas del ascensor se cierran.

-Yo también- asiente, y dedica un momento de silencio (y música de ascensor) a respirar hondo y ser consciente de la presencia de Andy, de la calma que le transmite.

A Novak no le importaría quedarse encerrado con él allí.

La burbuja de paz del serbio se rompe cuando, con el sonido de una campanita, las puertas del ascensor se abren en el quinto piso, y dejan ver un pasillo lujoso y acogedor con molduras clásicas y moqueta en el suelo.

-Tengo la...- comprueba de nuevo la tarjeta -quinientos veinte-.

A Novak se le escapa la risa.

-¿Qué pasa?

-Que Federer es un capullo- contesta con una sonrisa tirando de sus comisuras -vamos, es por allí- indica una señal.

-¿Qué habitación tienes tú?

-La quinientos veintiuno- dice de memoria.

Andy no dice nada, pero Novak lo conoce lo suficiente como para saber que se ha puesto rojo hasta las orejas.

Cuando llegan a sus respectivas habitaciones, efectivamente contiguas, ambos se despiden con la promesa de verse más tarde para bajar a cenar con los demás.

Ambas son parecidas; con más espacio del que necesitan, un baño que en cualquier sitio considerarían un spa, y una cama de sábanas blancas impolutas que a Novak se le hace demasiado grande para una persona.

Piensa que deberá rellenarla con el trofeo de la Laver Cup.

Andy está deshaciendo su maleta, sacando primero la ropa que más se arruga, como le enseñó su madre de pequeño, cuando oye que llaman a su puerta. Deja lo que está haciendo y va a abrir, pero se sorprende cuando no encuentra a nadie en el pasillo. Suspira, piensa que se lo habrá imaginado.

Coloca los polos junto a las camisas, y los jerseys doblados sobre la repisa. Cuando está a punto de terminar, vuelve a sonar su puerta.

Andy, ahora sí seguro de que alguien espera fuera, va a abrir, con el mismo resultado que la vez anterior, nadie en el pasillo. Cierra frustrado y vuelve al interior de la habitación cuando vuelven a sonar claramente tres golpes sobre madera, tres golpes en una puerta.

Hay una puerta en la habitación en la que no se había fijado. Frunce el ceño confundido y trata de abrir, necesita quitar el cerrojo primero.

-¡Hola vecino! ¿Tienes sal?- Novak está apoyado en el marco de la puerta, tras él, la que Andy supone que es su habitación.

-No te pegan ese tipo de bromas- sonríe un poco Andy.

-Al que no le pegan es a Federer- dice -¿Sabes? Esto seguro que es para que nadie le diga nada porque habrá pedido compartir habitación con Rafa-.

Andy sonríe un poco, y Novak sonríe al verle, el escocés vuelve a sonrojarse rápidamente.

-Voy a... a terminar de sacar las cosas.

Novak sonríe tranquilo -nos vemos luego- dice y se gira hacia su habitación -Andy- llama girándose.

-¿Si?

-No pongas el cerrojo- pide -ya sabes, por si... Tsitsipas decide atacarte hoy y tengo que ir a rescatarte- contiene una risita.

Andy le hace la burla, pero se ríe un poco y no pone la llave cuando cierra la puerta.

×

Ruud y Schwartzman llevan las riendas de una conversación que ha comenzado en el salón de la cena, y ahora continúa en el bar. Todos se encuentran relajados, bromean y cuentan anécdotas. Que la Laver Cup no reparta puntos ATP ayuda definitivamente a mejorar el ambiente durante el torneo, y todos se sienten especialmente cómodos.

Novak mira alrededor; a Ruud y Schwartzman, a Felix riendo con Tsitsipas en una conversación de la que Rafa está muy pendiente y en la que interviene de vez en cuando. Mira a Roger, que se esfuerza por prestar atención a todos, y a Andy que se esfuerza por prestar atención a Roger, guardando todos los detalles, como si por dejar el Tour fuera a olvidarse de él. Sonríe mirando a Andy, le gusta esa parte de él que a cualquiera le parecería infantil y que él encuentra conmovedora, casi como si Novak creyera en las personas buenas porque sabe que Andy existe, y es definitivamente una de ellas.

Schwartzman está riendo particularmente alto de una broma cuando Rafa mira el reloj, bosteza, y llega a la conclusión de que ya es lo suficientemente tarde como para madrugar al día siguiente, por lo que se levanta y se despide de forma escueta.

Novak ve a Roger tensarse, mirar el reloj y después alrededor.

-Yo... yo también voy a irme ya- dice el suizo -y es... lo que deberíais hacer todos, porque... mañana nos levantaremos temprano-.

Novak mira alrededor para comprobar si los demás también están pensando lo que él está pensando, pero más allá de cuatro palabras de despedida, nadie dice nada más.

El serbio es el último en volver a la habitación esa noche, ya algo nervioso y definitivamente lleno de expectación por lo que traerá el torneo.

Día 2

Novak ha llegado el primero al desayuno y está tomándose un americano. Se ríe cuando ve aparecer a Andy, bostezando y sin apenas abrir los ojos.

-¿Cómo puedes estar así de fresco?- se queja dejándose caer a su lado.

-Podría decirte que es por mi dieta sin gluten, sin lactosa y sin azúcares refinados, pero supongo que solo es genética- sonríe.

Andy le hace la burla y le quita el café, da un sorbo y bosteza, pensando en lo que podría haber aprovechado esos minutos más en la cama.

Roger y Rafa entran a la zona del desayuno caminando cerca, prácticamente dados de la mano. Se sonríen, hablan bajito, como si nada más que ellos existiera.

-Míralos- ríe Novak entre dientes -probablemente morirían si se separaran-.

-No seas malo- se queja Andy sonriéndole -no es para tanto-.

-¿Que no es para tanto? Ya lo viste ayer- dice -Rafa llamó y Roger estaba ahí, dejando todo para ir a buscarle- sonríe y bebe del americano que ya es de ambos -Rafa dijo que se iba a dormir... y a Roger le entró el sueño-.

-Son amigos, Novak- se encoge de hombros.

-¿Amigos?- pregunta el serbio mirándolo -estarás de broma-.

-¿Qué? ¿Por qué?

-¿Necesitas que se besen delante de ti para darte cuenta?

Andy lo mira sorprendido, y mira a Roger y Rafa, que mientras esperan a que se haga el café, están prácticamente abrazados, apoyados en la pared. Roger nunca ha parecido más tranquilo.

Andy va a decir algo, pero se queda con la boca abierta sin conseguir decir nada.

Novak sonríe -¿no te lo esperabas?-.

-Bueno, supongo que ahora tiene sentido.

-Lo que no tiene sentido es que Federer haya montado todo esto para poder retirarse en una escapada romántica con Nadal- ríe Novak.

-Lo hace por todos, Nole, para que podamos estar juntos.

Djokovic lo mira sonriendo y habla bajito -eres demasiado bueno, Andrew-.

×

Roger Federer lleva todo el día correteando por el complejo deportivo, narvioso, de aquí para allá.

Y cualquiera pensaría que es por esa necesidad suya de que todo salga perfecto, de que todo salga exactamente como había planeado.

Pero Novak sabe que lo que tiene así al suizo son los nervios de ese partido de dobles en el que ha elegido a Nadal de pareja, y para el que Roger lleva desde primera hora repitiendo que iban a estar muy ocupados entrenando. Novak se ríe levemente, pensando en cómo puede ser posible que Federer sienta por Rafa las mismas mariposas que el primer día, con lo que ha llovido desde entonces.

-¡Roger!- Andy se cruza de bruces con el organizador -¿qué tal...-.

-Lo siento, Andy- Federer le corta -tengo que ir a entrenar, ya sabes, con Rafa, porque... somos pareja... de dobles- sonríe -ya nos veremos- dice y se marcha deprisa.

Andy se desinfla un poco, con una buena parte de su ilusión escapando en su suspiro.

-¿Estás bien?- Novak se acerca a él.

-Yo... sí- se esfuerza por sonreír -solo... no esperaba que fuera a estar tan ocupado-.

-Te lo he dicho esta mañana, ya sabes cómo se pone cuando está Rafa de por medio.

-Ya, eh... supongo que sí.

Djokovic le rodea los hombros con el brazo -¿quieres que vayamos a entrenar?- pregunta -a ver si encima nos van a ganar, Andy-.

Andy ríe levemente y asiente, tienen todo un día de partidos por delante.

×

Novak está ya en pijama en su habitación cuando se da cuenta de que el cargador de su móvil ha dejado de funcionar. Bufa mientras intenta conectarlo de nuevo, pero no consigue nada.

Suspira y camina hasta la puerta que lo separa de la habitación de Andy, llama y espera, confiando en que no se haya ido a dormir todavía.

Tras unos instantes, oye unos pasos arrastrándose al otro lado de la puerta, y finalmente Andy aparece al otro lado.

-Hola- saluda Novak -creo que mi cargador se ha roto y...- levanta la vista -¿has estado llorando?-.

Andy traga saliva -No-.

-¿Ni siquiera vas a intentar poner una excusa?- pregunta con cariño y abre levemente los brazos, Andy se acerca a él y se deja abrazar.

Permanecen así un rato, en silencio, hasta que Novak se atreve a hablar -¿Me dejas entrar y me cuentas qué ha pasado?-.

Andy asiente, coge su mano y tira de él hasta que se han sentado en la cama, uno frente al otro.

-Yo... estaba pensando en Roger- dice Andy.

-¿Estás llorando por Federer?- se le escapa una sonrisa.

-¡No!- se queja -osea... sí- suspira -pero no de la forma que piensas-.

-Yo no pienso nada- dice Novak -¿qué ha pasado?-.

-Que... bueno... me he puesto a pensar en que... Roger es el primero, pero... que después de él iremos los demás, y...- Andy vuelve a llorar.

-¿No quieres retirarte?

-No quiero retirarme- dice -pero tampoco quiero que tú lo hagas, tampoco quiero que Roger y Rafa se retiren- se sorbe los mocos -no quiero dejar de veros en los torneos, no quiero tener que volverme a Escocia a ver pasar el tiempo y jugar al golf cuando no llueva, no quiero comprarme un perro porque me siento solo, no quiero acabar todos los libros de mi estantería, no quiero- habla muy rápido.

-Andy- llama Novak y le coge la cara con las manos -respira- le pide -te estás adelantando a todos los acontecimientos- le dice manteniendo un tono calmado -no tienes que preocuparte por todo eso ahora, no vas a retirarte todavía- explica -no tienes que retirarte porque Roger lo haga, tendrás tiempo para pensar cómo y cuándo hacerlo- le acaricia la cara -y piensa que si no eres el primero en retirarte, siempre tendrás gente con la que quedar o a la que ver-.

-Tampoco... tampoco quiero ser el último en el Tour, solo, sin... sin ti, rodeado de niños a los que no entenderé y que me pasarán por encima porque serán más jóvenes y mejores que yo, no podría, no podría aguantarlo- le tiembla la voz.

-Yo me quedaré contigo, Andy.

-¿Me prometes que no te retirarás antes que yo?

-Sí, Andrew Murray- Novak sonríe y le acaricia el pelo -te prometo que no te dejaré solo con Tsitsipas, Ruud y sus amigos-.

Andy se acerca y lo abraza con fuerza.

-Aunque las cosas no vayan a ser como antes, todo va a estar bien, Andy, te lo prometo.

-¿Qué haría sin ti?

-No sé- dice Novak -¿qué hiciste los once años de vida durante los que no me conocías?- bromea.

El escocés sonríe y lo abraza más fuerte, pero enseguida vuelve a temblar y su sonrisa se desvanece. Novak nota las lágrimas del chico empapándole el pijama.

-Roger era... era el primero, el mejor...- llora -ya había ganado Grand Slams y Finales ATP cuando yo me convertí en profesional ¿sabes? Veía todos sus partidos, cruzaba los dedos para que sus puntos más difíciles entraran, lloraba y saltaba de alegría cuando ganaba ¿y ahora qué? Ahora no voy a verlo jugar nunca más-.

-No vas a verlo jugar más, pero tienes todos sus partidos, tienes recuerdos con él, tanto en la pista como fuera de ella- le explica Novak -has tenido la suerte de coincidir con él y llamarle tu amigo, Andy- dice -¿sabes qué puedes hacer? Puedes hablar con él, decirle lo mucho que le admiras y lo que le vas a echar de menos- propone.

Andy se separa un poco de él para mirarle, con los ojos llenos de lágrimas, se sorbe los mocos y asiente, Novak le aparta el pelo de la frente.

-Todo va a estar bien, Andy.

-Todo va a estar bien, Novak.

Día 3

Llevan todo el día jugando y viendo partidos cuando Andy encuentra por fin un momento para hablar con Roger, para contarle cómo se siente. Ve al suizo quedarse solo cuando Rafa va al baño y se acerca a sentarse a su lado.

-Andy- saluda.

-Hola, Roger- sonríe -¿cómo está yendo todo?-.

Federer asiente -está... está saliendo todo bien- sonríe.

Andy asiente contento -yo...- busca las palabras -quería hablar contigo-.

-Claro- lo mira sonriendo -dime-.

-Bueno, el resumen es que te voy a echar de menos- se encoge de hombros -que todos vamos a echarte de menos- sonríe triste -en algún momento, estoy seguro de que has sido el favorito de cada uno de los competidores del Tour-.

Roger ríe levemente, desde el pecho.

-No te rías- se queja Andy sonriendo -es la verdad- dice -y... también es muy valiente por tu parte tomar la decisión de retirarte el primero, yo a veces pienso en ello y...-.

Roger se levanta -Andy, oye, gracias por tus palabras, lo valoro mucho- sonríe -lo siento, pero ahora tengo que irme- se disculpa antes de caminar hacia Rafa cuando lo ve volver.

A Andy se le saltan las lágrimas y necesita limpiarse con el dorso de la mano. Se le escapa una mirada a Novak, que con la vista fija en él, lo ha presenciado todo.

-¿Te importa que te lo robe un minuto?- pregunta Novak a Rafa con una sonrisa tensa y tira del brazo del suizo con fuerza.

-¿Qué pasa?- Roger lo mira molesto -¿No ves que estaba con Rafa?-.

-Te estás comportando como un imbécil.

-¿Qué?

-Que me parece muy bien que estés emocionado por terminar tu carrera con tu novio al lado, pero si te ibas a poner así, no hacía falta que nos invitaras a todos los demás.

Roger cambia del pálido al rojo vergüenza en un instante -no es así, Novak, no empieces con tus tonterías-.

-¿Ah no? ¿Entonces qué es?

-Estamos todos aquí porque todos habéis sido importantes en mi carrera.

-¿Ese es el discurso que te has aprendido?

A Roger se le está acabando la paciencia.

-No entiendes nada, Djokovic, nada- le dice.

-¿Que no?- bufa -por Dios, Federer, estás todo el rato pendiente de él, todo el rato con él, todo el rato hablando de cómo le afectará a Rafa que te retires, ¿y a los demás cómo nos afectará? ¿eh? ¿cómo le afectará a Andy?-.

-Ese es tu problema- Roger lo mira a los ojos, serio -que te mueres de envidia porque quieres con Andy lo que yo tengo con Rafa, pero nunca te has atrevido a dar ese paso-.

Novak traga saliva, quiere decir que todo eso no tiene nada que ver con Andy, pero en realidad, lo tiene todo que ver.

-¿Quieres hablar de Andy?- pregunta Djokovic -hablemos, hablemos de él, porque lleva todo el fin de semana llorando, llorando por ti, porque te vas, porque lo has sido todo para él como lo has sido para cada uno de los que estamos aquí, y tú solo te preocupas por lo tuyo, por Rafa- lo mira a los ojos -me da igual lo que hagas conmigo pero como vuelva a ver a Andy llorando por tu culpa, vamos a tener problemas, Federer-.

El suizo traga saliva en silencio y necesita apartar la vista de él.

-Pensar que voy a quedarme sin tanto tiempo con él...- dice, refiriéndose a Rafa -que a partir de ahora, él estará dando vueltas por el mundo, en el circuito, y yo estaré en casa... ¿haciendo qué?- bufa -supongo que no me he dado cuenta de que os estaba dando de lado a los demás, solo... supongo que estaba demasiado centrado en lo asustado que me tiene este cambio, en lo de menos que voy a echar a Rafa... - no habla muy alto -yo... lo siento- dice -lo siento de verdad-.

Novak asiente en silencio y se da media vuelta para irse.

-Oye- llama Roger -que...- duda -lo que he dicho de Andy y tú...- lo mira -deberías intentarlo-.

Djokovic lo mira y se le escapa una pequeña sonrisa -ya- dice -es que a mí sí me da miedo hacerle daño, Federer-.