Castiel aka; Angel of the lord.

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-Deberas cuidar de ella hasta el fin de sus dias, Castiel.-habló el arcangel Miguel al emplumado. Él asintió como cual soldado que era. Él tenía la misión de cuidar a una pequeña nefilim que estaba apunto de nacer, y él tendría que ser su ángel de la guarda.

-Lo haré.-habló el ángel. Miguel asintió satisfecho, y comenzó a guiarlo al lugar donde la pequeña nacería.

-Debes tener claro que estarás pendiente de ella a toda hora, es mi hija, no quiero que le pase nada.-habló Miguel viendo a una simple humana sonteniendo a la bebé recién nacida. Castiel solo pudo asentir. Ellos estaban en la habitación de un hospital, a un lado de la cama. Nadie los podía ver, excepto la bebé que tenía sus ojos puestos en los ángeles que allí se encontraban.- Está bien Castiel. Te deseo suerte.

Y él simplemente desapareció. Castiel mantuvo si mirada fija en la bebé, su misión sin duda sería exitosa.

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-¡Por favor! Enserio que quiero ir a esa fiesta.- habló una Gabriela, ya adolescente. Su madre, quien se negaba a darle permiso, suspiró pesadamente.

-No irás. Es mi última palabra.- habló seriamente, aunque algo dolida por dentro, por las caras de decepción que ponía su hija constantemente.

-¡Ugh!- gritó Gabriela llendose a su habitación, enfadada. Al llegar, se tiró en su cama, mientras se ponía un almoadón en su cara.

-¿Estás bien, Gabriela?-habló una voz algo preocupada, y que Gabriela sabía bien de quien se trataba.

-Dejame sola, Cas- habló a su amigo ángel. Castiel se hizo visible, y miró con una mirada algo preocupada a Gabriela.

-¿Sabes que tu madre tenía razón, verdad?-habló Castiel. Gabriela se quitó la almohada para mirarlo mejor.

-No soy alguien de ir fiestas a seguido, no sé por que ella hace esto.- Gabriela hizo un puchero, y Castiel pudo sentir algo raro dentro de él. Él frunció el ceño.

-Es peligroso.- se limitó a decir el ángel. Gabriela rió sarcaticamente.

-Estás tú cuidandome, Cas. Nada me podría pasar.- habló Gabriela. Castiel se mantuvo en silencio.

-Quizás lo mejor sea que te quedes aquí por hoy...-habló Castiel. Gabriela hizo un puchero.

-Está bien.-bufó. Luego de eso, hubo un gran silencio.

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-¡NO TE ATREVAS!- gritó Gabriela a su ahora, ex-novio. Él intentaba volver a estar como antes, pero Gabrirla insistia en que no.

-Gabby, por favor...-habló él. Gabriela solo le apuntó la puerta, y el chico cabizbajo se fue.

Luego de que él se fuera, Gabriela se tiró a llorar en el sofá de su departamento.

-¿Estás bien, Gabriela?- volvió a aparecer ese ángel que siempre estaba a su lado.

Ella al escuchar su voz, fue rapidamente hacia donde él, lo abrazó, y comenzó a llorar con más ganas sobre su hombro.

Castiel se quedó algo helado. Él aún no se acostumbraba a este tipo de afecto.

-Oh, Cas. Él... se fue.-habló Gabriela entre sollozos, Castiel pudo sentir su corazón apretujarse. Él se limitó a acarisiarle su pelo.

-Tranquila, todo pasa por algo.- fué lo único que dijo. Él , apesar de llevar siglos en la tierra, aún no entendía ciertas constumbres como la relaciones de pareja.

-Gracias, Cas por siempre estar ahí.- habló Gabriela un poco más calmada. Lo miró y le sonrió.

-Solo es mi deber.-dijo el ángel. Y Gabriela notó que ahora, solo sentía paz.

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JAI DARLINGS.

Antes que nada, lamento mucho subir tan tarde. Otzea, MIL AÑOS. Gabriela, este lo pediste hace años, y te traigo esto, que deshonra.

Lo subí, por que ya estaba listo, y sentía que tenía que actualizar luego.

Eso es todo. Creo xd

Bai bai

-Danna