Piropos (3)
~ Piropos 3 ~
***
Zerofuku estaba descansando en el mundo humano, sentado bajo la sombra de un gran árbol; haber ayudado al pueblo para quitarles sus desgracias fue agotador, aunque no le importaba.
Si ellos eran felices, él también.
– Eso es muy bueno… ¿Huh? – por encima de su cabeza apareció una ave que se le hizo muy similar – ¿Una paloma? ¡Es la de aquella ocasión--! Ah…
Pensó que era la pequeña ave que había ayudado hace años, cuando era un bebé que cayó de su nido, y fue protegida por su madre…
Pero no era ella, sino una paloma blanca. La pequeña ave llegó a su estómago y se recostó para descansar un poco.
– Hola pequeña. – Zero le sonrió con dulzura – ¿Qué ocurre? ¿Qué te trae hasta aquí? ¿Te sientes mal?
La pequeña ave negó con la cabeza y levantó una de sus patitas para indicar de un pequeño rollo de papel envuelto en este. De nuevo el rostro de Zerofuku dibujó una sonrisa, aunque ahora con más ilusión.
– ¿¡Es una carta!? ¿¡Para mi!? ¡A ver!
El dios de la fortuna se sentó y tomó con cuidado al ave, para quitarle el rollo, agradecerle por el mensaje, y leer su contenido:
" Mi amado Zerofuku, quiero decirte unas palabras:
Eres tan calien…
Digo, eres tan tierno, tan inocente, tan chikito, quiero agarrarte, apachurrarte y darte mucho amor.
Con mucho amor sincero, Af. ♡ "
El rostro de Zerofuku se encendió en rubor de emoción al tiempo que su sonrisa no se hizo esperar y sus ojos casi salieron de sus órbitas.
– ¡Pero qué lindo! ¡Alguien me envió un mensaje tan lindo! ¡Me gusta mucho, mucho, mucho! – levantó la vista a la pequeña ave – ¡Muchas gracias por este mensaje!
La paloma asintió con la cabeza y se fue volando de inmediato.
***
Helheim solía ser un sitio tranquilo, pero demasiado; tanto que a veces se volvía muy aburrido.
Así se sentía el rey del Inframundo, sentado en su trono a la espera de alguna noticia fresca, con una mesa con copa y vino a su izquierda para tomar, y a su derecha una mesa de ajedrez para seguir el juego que tenía con aquella cacatúa, la mascota favorita de su Perséfone.
– Mmmmm… – Hades frunció los ojos con malestar cuando vio el movimiento que le hizo el ave – ¿Estás consciente de lo que haces?
La cacatúa giró su cabeza con curiosidad, provocando una leve risa de Hades.
– Muy bien… – Hades tiró su rey por el jaque mate en su contra – Me sorprende que mi esposa tenga un ave tan inteligente… ¿Huh?
Un revoloteo se oyó en el palacio; raro que no fuera del ave que tenía justo a su lado. Entrando por la puerta principal apareció una paloma blanca, a toda velocidad, hasta llegar a las rodillas de Hades para posarse.
– ¿Y esto? ¿Una paloma blanca…? – Hades tomó al animal con una de sus manos – ¿Vienes de parte de mi esposa?
El ave negó con la cabeza y señaló a su patita con el pico, para sorprender a Hades con una carta envuelta en un rollo.
– ¿Huh? ¿Un mensaje? ¿Para mi? – con cuidado Hades tomó el rollo – Vaya, muchas gracias--
No tuvo mucho tiempo de agradecer, pues la cacatúa hizo un gruñido de enojo y se abalanzó de forma agresiva sobre la paloma, golpeándola con su pico hasta que la segunda salió volando por donde entró con mucha rapidez.
– ¡Oye! ¡Así no se tratan a los invitados! – Hades levantó la voz para regañar a la cacatúa, quien volvió a su lugar y bajó la cabeza, aunque no muy arrepentida; el rey del Inframundo terminó por suspirar bajo.
Entonces volvió al rollo en su mano: lo abrió y leyó con cuidado su contenido:
" Mi amado Hades, quiero decirte unas palabras:
Oh gran rey del Inframundo, eres un hombre inigualable capaz de hacer todo por tus hermanos aunque sean completos idiotas. En cambio usted es alguien admirable y fuerte; sé que muchos creen que secuestró a Perséfone por avaricia, pero en realidad sabemos que hay una versión diferente dónde usted se enamoró de la forma más pura y sincera que nos podríamos imaginar.
Ella sabe que hay alguien bueno y noble debajo de ese ser imponente; ella sabe que le ama más que a cualquier cosa y que se tienen un bello respeto mutuo. Ustedes representan la vida y la muerte de la forma más armoniosa posible, es un rey digno de la admiración de todos.
Con amor y cariño, Af. ♡ "
El griego quedó sorprendido ante tan bellas palabras dirigidas a él; normalmente Perséfone era quien decía los cumplidos, no una carta anónima de parte de una paloma.
Su única reacción fue reír un poco nervioso y bajar la mirada, acompañado de un leve color rojo de agrado.
– Vaya, vaya. Pero qué admirador secreto tan pícaro~
***
– Uno, dos, tres… ¿Así queda mejor el acorde? No, para nada…
Por largas horas, el bello dios del Sol había estado practicando su toque con el arpa; había prometido componer una bella melodía para su hermana gemela Artemisa, quien volvía de un viaje en unos días.
Quería una melodía perfecta, pero la inspiración no llegaba a él; sin importar cuanto estuviera tocando aquel instrumento musical, las ideas y la música no era para nada bella de acuerdo a su criterio.
– Esto es más difícil de lo que pensaba… ¡Aunque, tal vez si visitó a mi mejor dios-amigo Ares, lograré tener la inspiración perfecta! ¡Eso haré!
Se levantó de su sitio y caminó a la salida del jardín, dispuesto a encontrar al dios de la guerra; sin embargo, antes de continuar su camino, una paloma blanca entró al sitio y se posó en su abundante y rosada cabellera.
– ¿Oh? ¡Pero qué bella paloma! – Apolo la bajó de su cabeza con cuidado en sus manos – ¿Qué haces aquí?
De inmediato la paloma agachó la cabeza e indicó a su patita, en la cual había un pequeño rollo envuelto. El dios del Sol abrió los ojos con sorpresa.
– ¿Un mensaje para mi? ¿¡Podría ser de mi hermana!? – sin dudarlo lo tomó y abrió para leer su contenido – ¡Veamos…!
" Mi amado Apolo, quiero decirte unas palabras:
Yo te considero el dios más hermoso de todos, en cada centímetro tuyo.
No solo me pareces increíble físicamente sino también tu actitud; todo de ti me provoca cosquilleos y no solo en el corazón~
Con secreto amor y deseo, Af. ♡ "
El dios del Sol quedó sin palabras; normalmente era el quien dedicaba esa clase de piropos a mujeres y hombres cuando le parecían atractivos, pero…
¿Alguien lo estaba piropeando? Tan solo pensar en eso sus mejillas se encendieron en rojo vivo y ardió en vergüenza, aunque también con emoción…
– Eso es tan… tan… – al poco tiempo una sonrisa se dibujó en su rostro – "Hermoso", "Cada centímetro tuyo", "Cosquilleos"…
De nuevo sus ojos brillaron.
– ¡Lo tengo! ¡La pieza perfecta para mi hermana! – apretó un poco el rollo en sus dedos, y volvió a su arpa – ¡Muchas gracias, admirador secreto, por tan bellas palabras!
***
Las palomas entraron por la ventana y se posaron en sus hombros; Afrodita escuchó con atención los susurros de los animales, y dió una sonrisa de lado.
– Mmmm. Qué reacciones tan predecibles… – procedió a escribir en una pequeña libreta de notas sus conclusiones:
Zerofuku:
Una expresión sonriente tan adorable y radiante; me hubiera gustado estar para verlo en vivo.
Hades:
No pudo dejar de sonreír por mucho tiempo, aún frente a su esposa, ¿Sabrá que soy yo la responsable? Qué lo averigüe y me descubra~
Apolo:
Muy lindo y tierno; no se esperaba ser halagado aunque razones no le faltan. Aunque… No me gusta su excesivo cariño a su hermana. Me quitó la atención.
***
Créditos a:
Aoi_Inumaki por haber escrito los libros con los que me inspiré a escribir esta sección (pasen a leerlos en su perfil; están muy buenos :3).
Alejanic por la idea de las cartas.
Fecha de publicación: 14/02/24 ♡
ASFD
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