Flores de cerezo... (Extra)
(Como muchas lloraron con el One-shot, les traigo este final... Al principio pensaba hacer que Sidon y Link reencarnaran, pero HyliaSS me dijo que sería difícil pues vivían en un mundo moderno...
Así que decidí inspirarme en el Majoras Mask y Ni no Kuni uno de mis videojuegos favoritos... Sidon y Link están conectados a los recuerdos de sus versiones de otra dimensión, que es donde se desarrolló el one-shot... ¡GOZENLO!)
Sidon despertó en medio de la noche... Otra vez ese extraño sueño, estaba frente a un árbol de cerezo junto a un chico de cabello rubio, casi dorado, y ojos azules como dos zafiros... No sabía porque... Pero cada vez que pensaba en esa persona sentía su corazón latir a gran velocidad... Aun cuando jamás había conocido a aquella persona...
No sabía que podían significar aquellos sueños tan extraños... Pero sentía que eran importantes, sobre todo aquel chico que siempre estaba presente en todos sus sueños...
Ya en la mañana, se encontraba recorriendo el dominio Zora, cuando una conversación entre un grupo de hembras llamó su atención.
- ¿Supiste? ¡El oráculo del amor está aquí! -.
"¿Oráculo del amor?".
- ¿De verdad tiene poderes? -.
- Bueno, no es una oráculo de verdad como las leyendas de Din, Farore y Nayru... Pero si tiene un sexto sentido cuando se trata de romance, ha unido a diversas parejas por todo el reino y conoce diversas leyendas románticas... Dicen que sí hablas con ella te dará una pista de donde esta tu amor predestinado -.
- Pues yo no creo... Suena a puras patrañas... -.
- Creelo - todas se voltearon y miraron a Dimai, que se acercaba al grupo - Gracias a ella conocí a mi pescadito... - sonrió levemente sonrojada mientras miraba su argolla de bodas.
Rápidamente todas fueron corriendo hacia donde se encontraba aquella misteriosa mujer, Sidon se quedó pensativo unos minutos... ¿Podría ella ayudarlo a entender el significado de sus sueños? Después de todo... No perdía nada con intentarlo...
Ya al atardecer, se dirigió al lago Lulú, donde le habían dicho que se encontraba la mujer... Al llegar encontró a una Hyliana de cabello corto rojizo y ojos azules, tenía una extraña máscara en su cinturón, era de color rosa pálido y tenía pintada la silueta de dos personas abrazandose. La pelirroja estaba sentada junto a la pequeña laguna que formaba la cascada, recojiendo flores mientras tarareaba una canción.
- No seas tímido - dijo la ojiazul tranquilamente, el príncipe la miro asombrado - Han venido a verme todo el día... Una visita más no me molesta - se giro hacia el ojiambar y le dedico una sonrisa - Soy Anju -.
- S-Sidon... Príncipe de los Zora - respondió nervioso - Y-Yo quería preguntarte algo... -.
El Zora le explicó su dilema a la mujer, quien lo escucho atentamente, le relato acerca de los sueños que tenía y las repetidas visiones donde aparecía junto a aquel rubio bajo un árbol de cerezos...
- Vaya... Pues suena a que estas conectado con tu alma de otro mundo... -.
- ¿Q-Que? -.
- ¿No has oído la historia del héroe de Termina? El héroe que viajo entre mundos paralelos... Pues según cuentan, cada persona de Hyrule tenía una conexión con una persona de ese reino... - Anju tomó una rama y dibujo en la tierra la silueta de dos personas unidas por un lazo - Creo que tal vez esta pasando lo mismo aquí, te conectaste con tu contraparte de otro mundo, creo que trata de darte un mensaje importante... -.
- ¿S-Sobre ese chico? -.
- Creo... Que es tu pareja predestinada... -.
- Pero... No se su nombre, ni donde encontrarlo... -.
- Hum... - la pelirroja cerró los ojos y coloco un dedo sobre su barbilla, pensando... De pronto abrió los ojos y chasqueo sus dedos - Lo tengo... ¿Has oído de hablar del monte Satoli junto al parque Sanidin? En ese lugar existe un milenario árbol de flores de cerezo... Pero nadie se ha atrevido a ir allí, pues se rumorea que una criatura protege el lugar... -.
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Link montaba a su yegua Epona mientras cabalgaba por la región de las colinas de Hyrule, adoraba sentir la cálida brisa contra su cabello...
El ojiazul trataba de despejar su mente, cabalgar por la naturaleza lo relajaba... Y ahora lo necesitaba más que nunca, pues no dejaba de pensar en aquellos raros sueños que tenía... Únicamente podía recordar unos ojos dorados y una dulce voz...
"Creo que me estoy volviendo loco" pensó el rubio mientras suspiraba.
Cabalgo hasta llegar a la laguna Ruddil, donde lleno su cantimplora y dejó que su yegua bebiera del lago.
- Debes estar cansada... - el ojiazul acaricio con ternura su blanca crin.
De pronto una suave brisa acaricio su rostro... Al mismo tiempo que sentía un dulce olor a cerezas, por alguna razón, algo le incitaba a seguir aquel aroma...
- Quedate aquí - le ordenó a Epona mientras sacaba varias manzanas de su alforja y se las daba al caballo.
Link camino por el monte Satoly, pasando por el legendario santuario de Moratt, hasta llegar a un bello claro... En el había un enorme árbol con flores de cerezo, junto a un pequeño estanque, pero algo más llamó la atención del Hyliano...
Una bella flor de color blanco y celeste crecía junto al estanque... El ojiazul juro que brillaba levemente, con cuidado toco aquella flor y acaricio sus pétalos, aunque la sensación se sintió algo rara, como si acariciara unas escamas... Se acerco a oler la flor pero en lugar de sentir un dulce aroma, sintió el aroma salado que tenía el agua de mar...
"Que flor más rara" pensó el rubio mientras se encogia de hombros... Decidió descansar en aquel lugar, por lo cual se recostó en suelo usando sus brazos como almohada, enseguida cerró los ojos, dejandose llevar por los cálidos rayos del sol...
"- ¿Sabes Sidon? A mi... Me gustan mucho las flores de cerezo, creo que son preciosas... Pero es una lastima... Una vez llega el frío del otoño todas esas bellas flores deben morir... Su belleza es efímera y solo se quedan en nuestra memoria... -".
Link despertó de golpe... Nuevamente había soñado con aquellos ojos dorados, y no sólo eso, también había sentido un dulce sabor en sus labios antes de despertar...
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Finalmente Sidon había llegado al parque Sanidin, sintió una extraña sensación al pasar por la estatua del caballo... Se le hacía familiar por alguna razón...
Decidió descansar en la laguna Ruddil cuando se dio cuenta de que no estaba solo... Junto al lago había una yegua de color castaño rojizo, con una crin y una cola de color blanco, traía riendas y una silla de montar, por lo cual debía pertenecerle a algún viajero...
De pronto... Fue interrumpido por la melodia de una ocarina...
"- Aún me queda algo de tiempo... Así que te dedicaré esta canción que escribi... Se llama "La canción de Sidon" -".
Había oído aquella melodía en sus sueños... Rápidamente corrió hacia donde provenía aquel bello sonido, cuando llegó al lugar... Vio una escena que lo dejó petrificado.
A los pies de un bello árbol de cerezo, se encontraba un chico Hyliano rubio y con bellos ojos azules... Estaba tocando una ocarina color castaño claro con detalles verdes... Al verlo supo inmediatamente que era el chico que tanto había visto en sus sueños...
Link levantó su mirada al sentirse observado, encontrándose cara a cara con un Zora de escamas rojizas y ojos dorados... Su corazón dio un vuelco... Esos ojos dorados... Los había visto miles de veces en su mente...
Ambos se miraron sonrojados y se acercaron lentamente... Las manos del ojiambar temblaban y el rubio le rezaba a Hylia para que sus piernas no le fallaran, una vez estuvieron frente a frente, Sidon se agacho para quedar a la altura del Hyliano... Y sin saber porque, comenzó a acariciar su mejilla.
El ojiazul comenzó a llorar de felicidad de manera involuntaria, sujeto con fuerza la mano del Zora contra su cara... No quería separarse de él...
- Finalmente te encontré - dijeron al mismo tiempo mientras se miraban a los ojos...
Justo en ese momento... El viento sopló con fuerza agitando las ramas del árbol Sakura, provocando una lluvia de pétalos...
Ambos se dieron un dulce y cálido beso... No sabían el porque se habían separado en aquel otro mundo... Pero sabían que no volvería a pasar... Pues a diferencia de las flores de cerezo, que mueren con el frio, su amor no era efímero...
Su amor perduraria...
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