No me ames
Habían pasado dos años después de que Aome regreso a la era feudal tras decear ver a Inuyasha nuevamente.
Sin embargo creyó que todo iba a ser diferente de como sucedio realmente, pues ella creyó que el híbrido y ella serían felices como pareja, pero no fue así. Inuyasha tres años después confesó solo sentir un cariño de hermano por ella, y que no podía verla como mujer, Aome con el corazón roto, pero sabiendo qué eso era algo que podía pasar, lo acepto, se volvio como su hermano, pero sin dejar de vivir juntos.
Desde ese momento Aome comenzó a enfocar su atención en otro tipo de cosas en ves de dedicarse a la vida de casa de una esposa, claro no dejaba descuidada su cabaña y no dejaba de cocinar para Inuyasha y ella, pero ya no pasaba tanto tiempo en casa, si no, daba paseos por el río o el bosque, jugaba con los niños de la aldea y enseñaba muchas cosas a ellos, pero a quien más atención ponía era a Lin, ya que la niña no se separaba de ella. Si Aome iba a cortar hierbas medicinales, la niña la acompañaba, si Aome iba a bañarse al río o a las aguas termales, también llevaba a Lin, incluso a veces se quedaba a prepara la cena y dormía con ella.
Por está razón, la chica no solo tenía acercamiento con Jaken y aun (no se cómo se escribe, si alguien pudiera decirme) , que seguido iban a buscar a Lin, si no también con Seshomaru, quien al llamar a la niña a su encuentro, llevaba a Aome con ella.
De esta manera el demonio comenzó a sentir gran curiosidad por el comportamiento de la humana que trataba a su protegida con mucho cariño y que la ayudaba con muchas otras cosas. Con el paso del tiempo, está curiosidad fue cresiendo has ser algo más, pero el lord no pretendía caer en el mismo error que su padre y su hermano.
Por otro lado, la chica no estaba mejor, siempre que lo veía notaba lo atractivo que era, a pesar de su semblante serio, era muy guapo, y no era solo eso lo que llamaba su atención, si no, la manera de tratar a Lin y de mirarla a ella, muchas veces lo cachó mirándola, pero lejos de avergonzarse o evadir su mirada, la dejaba clavada en la mirada asulina de la chica.
Después de las miradas vinieron las pláticas, aunque la mayor parte del tiempo ella era la que hablaba, y el solo escuchaba, pero en las pocas veces que era al contrario, la azabache se daba cuenta de lo inteligente e interesante que era el serio platinado. Gracias a esto ambos se iban conociendo más y más, hasta que la curiosidad se fue convirtiendo en admiración, y la admiración, en cariño, y el cariño... En algo más que solo uno de ellos negaba sentir, aunque fuera más que evidente que era lo que sentía.
Una noche la azabache contemplaba el hermosa reflejo de la luna en el lago; esa noche no había podido dormir, se había quedado, como ya bastantes noches atrás, pensando en el frío demonio que desde hacía un tiempo se había vuelto parte importante de sus pensamientos.
Ella no se explicaba como había llegado a ese momento, como era que ella se hubiese enamorado de el demonio que un día intentó matarla, que daño muchas veces a su ex amor y ahora amigo, no entendia por qué de un momento a otro le había comenzado a interesar de otra forma este ser tan diferente a ella.
— Mujer... — desde su espalda escuchó la grave y varonil voz de Seshomaru llamándola, pero al estar tan sumergida en sus pensamientos no pudo evitar sobresaltarse.
Volteó con una cara de susto y se llevó la mano al pecho después de ver de quién se trataba.
El platinado no paso por alto esta reacción.
— ¿Me temes?...— preguntó mientras se acercaba a la chica, quien distraída por el porte y belleza del ser frente a ella, que se veía a un más majestuoso con la luz de la luna iluminando su blanca piel y remarcando sus marcas en el rostro, no podía decir ninguna palabra.
Por el retroseso de la chica, está chocó con una enorme piedra en la que quedó acorralada entre el demonio y la misma.
— Dígame, señorita Aome ¿me tiene miedo? — volví a preguntar, ahora a centímetros de su rostro
— No... Claro que no... No le tengo miedo Lord Seshomaru.
— Ya veo... ¿Sabes que con una simple acción en este momento te puedo dejar sin respiración para luego morir? — dice mientras una de sus mano sube hasta su cuello sugetandolo con muy poca fuerza
— Lo se, y se que usted no se atrevería... Has cambiado, Seshomaru, ya no eres el mismo demonio sanginareo que intentó matarme hace seis años... Así que confío plenamente en que no me harás nada.
— Tu sigues siendo la misma chiquilla insolente de siempre, ni con los años eso se te ha quitado — serró un poco más la mano pero solo para que sus garras rosaran de una manera delicada su piel.
Se quedaron un rato en silencio, analizandose entre ellos hasta que Seshomaru bajó si mirada a los rosados labios de la chica.
— Yo no he cambiado, soy el mismo de siempre, sali en busca de una pesa... Hay otra forma de poder dejarte sin aliento sin necesidad de ensuciarme las manos de tus sangre.
— ¿Ah si? ¿Cuál?— contestó en un susurró la joven.
Después de unos segundos esperando una respuesta la chica sintió los labios del Lord sobre los suyos y se quedaron ahí un poco hasta que ella se atrevió a pasar su lengua sobre el labio inferior de él, pidiendo la aceptará dentro de su boca, él dudó pero al final abrió sus labios y permitió intensificar su beso. Siguieron hasta que ambos terminaron con marcas de mordidas en sus labios.
Esa noche no pasó nada más, Seshomaru la acompaño a su cabaña compartida y después se despidió de ella con un dulce beso en la frente
A partir de ese momento comenzó una lucha interna en el joven Lord que no quería aceptar que se había enamorado de la bella sacerdotisa del pueblo, y que había hecho lo mismo que los otros dos machos de su familia... Lo que juró jamás hacer.
En cambio la joven estaba más que encantada con lo que había pasado, sentía muchas emociones en su interior, estaba emocionada, pues la esperanza de obtener un amor verdadero había invadido su corazón, sin pensar que el demonio de quién se había enamorado tenía un gran orgullo que iba a ser muy difícil romper para poder estar con él como ella quería.
El tiempo fue pasando, y con él las muestras de cariño del demonio hacia la humana se presentaban más seguido, pues aunque él dijera que lo que sentía por ella no era más que curiosidad los impulsos de querer estar cerca de ella y sentirla corresponder sus caritas, era algo que no podía controlar. Era algo parecido a lo que le pasaba con Lin al querer protegerla y entregarle siertos regalos, aunque esto iba más haya, era más intenso.
Con esto, las visitas del Lord a la aldea fueron más recurrentes, en algunas ocasiones llamaba a ambas humanas para pasar un agradable rato, en otras solo se veía con la joven sacerdotisa y compartían unos minutos juntos, a veces hablaban, otras solo se quedaban en silencio haciéndose compañía, en ocaciones tenían ligeros acercamientos, apenas un beso o una caricia tierna sin una doble intención
Hasta que la chica se armó de valor y quiso hablar con el sobre sus sentimientos, confesarle que quería más de lo que ya estaban compartiendo
— Seshomaru...
— hmp
— Sabes, en estos últimos días ambos nos hemos conocido y acercado más. Ya te lo he dicho antes, pero, desde que Lin está contigo, has cambiado mucho, ya no eres el mismo demonio cruel de antes... Y... Eso... Eso me ha echo enamorarme de ti...
La azabache se quedó callada al ver cómo el peliplata se levantaba del suelo y luego la miraba con burla.
— Mujer... ¿Que crees que vas a lograr al decirme todo eso? Yo no he cambiado, soy el mismo de siempre. Que te tolere a ti y a Lin no quiere decir que he cambiado mi forma de pensar hacia ustedes, sigo pensando que enamorarse de un ser tan inferior como le eres tú, es lo más patético de este mundo...
— ¿Pero y los besos, las caricias, y los momentos juntos?
Él se sobó el puente de la nariz y suspiró.
— Al parecer eres demasiado ingenua, solo fueron cosas sin importancia, una simple humana no puede ser para mí más que una distracción de un momento, así que olvídate de eso.
La chicha se levantó y lo enfrentó
— No es cierto, me estás mintiendo, yo sé que tú estás sintiendo lo mismo que yo, lo sé por como me miras, por como me has tocado, por lo sutil que has sido, eso no se puede ocultar, Seshomaru, tu sientes lo mismo que yo. Cuando estamos cerca nuestro corazón se aceleran — ella tomo la mano del lord y la puso en su pecho, después ella hizo lo mismo con la mano de él — lo sientes? Van al mismo ritmo... Ya no niegues lo que es evidente, me quieres tanto como yo a ti — la mano que estaba tocando el pecho del Lord ahora tocaba tiernamente su mejilla.
Seshomaru tubo que soportar no sucumbir ante tal ternura con la que Aome lo trataba, para después tomar si mano, apretarla de tal forma que lograba lastimarla.
— No vuelvas a hacer eso, insolente. ¿Acaso me crees tan débil?
— Seshomaru...
— ¿Que pensabas? ¿que con unas simples palabras y una caricia voy a cambiar de opinión¿, ¿crees que un Lord como yo, va a caer tan bajo como para enamorarse de una estúpida humana como tú? — Aome tenía un nudo en la garganta por las palabras tan hirientes que le habia dedicado Seshomaru, pero no dijo nada más — Te quiero lejos de mi y de Lin, no te quiero volver a ver con ella, por lo menos cuándo yo esté presente.
Él por fin la soltó dejando ver en la muñeca de ella un moretón rojo que después posiblemente se haría morado.
Después de eso la azabache se alejó, pero no dejó de pensar que en algún momento Seshomaru podría dejar de lado su orgullo y podrían amarse sin ningún problema
Continuara...
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