Enseñame II
Seshomaru.
Desperté por unos pequeños gemidos de molestia que provenían del pequeño cuerpo humano junto a mi.
La vi detenidamente y me di cuenta que su cuerpo estaba completamente rojo y caliente.
Sus gemidos eran cada vez más altos y expresaban más dolor con forme pasaba el tiempo.
Me levanté desesperadamente la cargué el mis brazos y la llevé a un pequeño arroyo que por la temporada estaba templado. Me metí en el con ella en brazos, e hice que el agua tapara todo su cuerpo para que su temperatura bajará pero no logré mucho.
La lleve al lugar de antes, me vestí y busque a Yaken.
- Yaken, ve con la miko y cuida de ella, si despierta y pregunta por mi dile que regresaré proto.
- Pero... Pero amo
Lo fulmine con la mirada.
- Has lo que te ordenado.
Me convertí en una esfera de luz y fuí en dirección al palacio de la luna.
Después de unas cuantas horas llegué. El sol se veía por detrás de este, haciendo que se viera realmente majestuoso.
- A que debo tu visita, ¿será que por fin mi hijo extraña a su madre? - Irazue como siempre estaba sentada en el trono frente al palacio, pero con un extraño resipiente largo y con un líquido de un tono púrpura.
- ¿Gustas?, es un licor exquisito, se llama vino, me lo regaló el loro del norte.
- No e venido a que me presumas los regalos de tus pretendientes, he venido porque necesito de tu ayuda madre.
De la impresión un poco del líquido escapó de sus labios, que rápidamente limpio.
- ¿Eh escuchado bien? ¿Necesitas mi ayuda? Debe ser importante, dime.
- Es la miko de la Shikon, no se que le pasa, necesito que la revises.
- Ya veo, es ¿Aone? ¿Ame?
- Aome, Aome Higurashi.
- A sí, bueno y ¿que tiene?
- No tengo tiempo para explicar, pero te veo en el castillo del Oeste.
Sin esperar respuesta me puse en marcha para llevar a la Miko a mi castillo, no podía dejar de pensar en que lo que le pasaba era mi culpa, tal vez ella no podía ser marcada por su naturaleza humana.
- Vamos eres demasiado lento, debemos llegar lo antes posibles, no sabemos que más le puede pasar.
- Cállate no necesito que me preciones, con la precisión que tengo es suficiente.
Llegue al árbol donde dejé a Aome y no había mejorado todo lo contrario, su rostro estaba rojo, se veía bastante mal, y sus palabras me lo comprobaron.
- Pa- papá n-no me dejes, t-te necesito con-migo, porque todos los que amo m-me a-a-abandonan.
Al parecer estaba alucinando o algo así, pero lo que más me alarmó fue que cerró lentamente sus ojos y su pulso era muy pausado, la cargué en mis brazos y me dirigí lo más rápido que pude al castellano del Oeste
- Sigo sin entender que rayos pasa, cuando llegó estaba bien, fue después de tomarla, pero... Llevamos haciendo lo mismo des hace bastante tiempo... No entiendo nada!.
- Tal vez fue la marca... Tal vez ella no podía ser marcada por su naturaleza humana.
- ¿Entonces fue nuestra marca la que provoca todo esto en ella?
Llegamos y yo entre directamente donde estaban las sanadoras y mi madre.
- Acuestala para que la pueda revisar.
Lo hice y ella comenzó a checar que era lo que provocaba su fiebre.
- Ay Seshomaru, está es la cosa más estúpida que has echo en tu eterna vida - dijo descubriendo la marca en su hombro derecho.
- Eso no te incumbe madre, soy consiente de su naturaleza humana, pero...
- No es porque sea humana, es por qué la marcaste de manera incorrecta, ella no es como una Yukai además de ser un ser sagrado, su cuerpo rechaza la marca, es demasiado veneno en su organismo, ahora mismo intenta neutralizarlo, es por eso que tiene esas reacciones.
- Pue si ya sabes que es lo que le pasa solucionalo
- Bien... Necesito que mantengan su cuerpo en esa temperatura, si es posible bajen su fiebre, no deben permitir que está suba, regreso en un momento.
- Voy contigo.
- Bien... Así podemos encontrar los ingredientes más rápido.
Mi madre y yo no pusimos en marcha, ella me daba referencia de distintas plantas y animales que necesitaba para el brebaje. Y algunas ocasiones me preguntaba ciertas cosas.
- ¿Porque ella? Quiero decir, habiendo tantas Yukais y humanas hermosas, elegiste a ella.
- Simplemente seguí mi instituto - respondí de manera seca.
- Ok, pero estas consciente de que ella no podrá darte cachorros puros, ¿verdad?.
- Eso se puede solucionar fácilmente.
- Me dejaste intrigada, cual es esa solución fácil según tú.
- hay bastantes hembras puras en el harem, y más de una estaría dispuesta a ser la madre del príncipe.
- ... Déjame ver si entendí... ¿Piensas engañar a Aome con una víbora rastrera del harem de tu padre? ¿Piensas humilla a tu ahora mujer antes todos? ¿Quieres marcarla como una mujer inservible?.
- Nadie tiene que enterarse de que la engañe, ni mucho menos que el príncipe no es suyo.
Ya habíamos recolectado todos los ingredientes que mi madre había solicitado así que hablábamos un poco tranquilos, pero en cuanto le di mi respuesta ella comenzó a reír amargamente.
- Al parecer piensas que es así de fácil, que si tú lo quieres puedes ocultarle al mundo la infidelidad que cometerías, pero no es así de fácil. Todos los Yukais que se acerquen a ella podran oler un cambio, un olor a carne quemada, y se darán cuenta que es una hembra inservible que no supo complacer a su señor. No solo le causaras una herida sentimental, si no también fisica - comenzó a bajar un poco su kimono dejando expuesta el área en la que debería ir la marca de mi padre, pero ahí solo había una horrible sicatriz blanca en forma de luna - esto es lo que le pasará si haces eso, y entonces ella te despresiara. Piensa bien lo que vas a hacer, aunque es mejor que te hagas a la idea de que tú heredero será un hanyui.
Sin más comenzamos el camino hacia el castillo.
En todo el recorrido no podía dejar de pensar en lo que dijo mi madre, pero cada vez estaba mas seguro de que no tendría descendencia, no quiero que las tierras del Oeste tengan a un Hanyui como líder, eso jamás.
- Bien, necesito que pongan la sengre y néctar de todos estos ingredientes en un cuenco y los mesclen bien, no se deben olvidar de ninguno, ¿entendido?
- Si mi señora!
Se hacerco a la Miko y comenzó a desvestirla, preparen agua y pongan estás hierbas en ella.
- Tienes que meterla así su fiebre bajará gradualmente - tome en brazos a mi mujer y la puse en la bañera.
- ahora sal, no sirve de nada que estés aquí.
Hice lo que me pidió y fui hacia el jardín, me sente en el árbol más grande y me puse a analizar las cosas, ¿realmente acepto del todo que mi compañera sea una humana? ¿Realmente la marqué por afecto acia ella? No los se.
Me quede demasiado tiempo pensando en que era lo que sentia por ella, me quede muy adentro de mis pensamientos que niciquiera me di cuenta que mi madre se había sentado a mi lado.
- Ya está estable, solo hay que estar checando su respuesta, dejé el veneno necesario para crear un marca y que la identifiquen como tuya.- se levantó pero yo la detuve e hice que se sentará de nuevo.
- No se que hacer, por un lado no quiero dejar el oeste en manos de alguien que no lleve mi sangre, y por otro, me niego a dejar las tierras en manos de un débil Hanyui -
- ¿Quien te dijo que los Hanyuis son débiles? Es cierto que tienen cierta mortalidad pero no son débiles. La prueba es Inuyasha, él creció completamente solo y se defendió como pudo siendo apenas una cachorro - sentí que su tono de voz cambio a uno triste - aveces no puedo dormir porque se que pude haber criado a ese cachorro y protegerlo, el no tenía la culpa de nada, si pudiera regresar al pasado, cambiaria el echo de darle la espalda - sin darse cuenta había dejado salir una lagrima de su ojo,la cual limpie con mi dedo.
- ¿Entonces no lo odias? - pregunte en tono neutro.
- No, ni a el ni a los demás como el, por eso no me importaría que tus cachorros fueran Hanyuis.
- Sigo sin tener idea de lo que quiero.
- ¿La amas?
-...
- ¿Seshomaru, amas a Aome?
- ¿¡Como puedo saberlo?! No sé si fue la necesidad, o el instituto lo que me llevó a marcarla.
- Bien, escuchame con atención porque no lo repetiré. Cuando estás enamorado, puedes hacer lo que sea por salvar a la otra persona cuando está en peligro, te preocupas cada que no puedes verlo o está enfermo, si el o ella son felices tu también, te visualisas teniendo una vida linda a su lado, no importa lo que diga o lo que haga, te afecta, cuando pelean sientes que puedes quebrar tu orgullo para arreglar las cosas... Creo que ya te di demasiada información así que saca tus propias conclusiones - dijo saliendo de esa burbuja en la que estaba.
- ¿Acaso alguno de los lord ya logro conquistarte? - pregunté a modo de burla, pero ella muy seria contestó.
- No, yo ya no podría enamorarme de alguien más que no fuera Inu no, los Yukais, al menos nosotras, nos enamoramos una sola vez, y tarde o temprano dejamos este mundo para ir a reencontrarnos con nuestro compañero... Bien ya dije mucho el día de hoy, espero que cuando vuelva a preguntar si la amas, ya tengas una respuesta. A y una cosa más, ella no despertará en algunos días, porque su cuerpo hizo un gran esfuerzo, eso sí, en cuanto despiete lo primero que hará ser exigir alimento, dale frutas verduras y carne para que se recupere rápido
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Aome
Abrí mis ojos lentamente, estaba muy mareada, sentía mi cuerpo un poco pesado, pero ya podía moverme bien,solo estaba muy desorientada, no sabía que había pasado, solo recuerdo haber despertado en mi casa y haber visto a mi padre salir por la puesta, era cómo si hubiera despertado en el pasado.
- ¡Mi señora, ya despertó que bueno! - dijo una Yukai frente a mi cama, yo aún seguía acostada - ¿Como se siente?.
- Agua - mi voz sonó muy rasposa.
- Claro, solo déjeme acomodarla - me sentó delicadamente y pasó un baso de agua un poco tibia. Mis manos temblaban demasiado, me encontraba hambrienta.
- Tengo mucha hambre - dije ya un poco más claramente, aún me costaba un poco hablar.
- Claro, en un momento le traigo de comer -
Salió disparada por la puesta dejándome sola, en ese momento recordé todo, recordé que Seshomaru me había dejado muy mal, botada en el bosque, con eso mis lágrimas no tardaron en salir, convirtiéndose en sollozos que yo trataba de callar con mis manos temblorosa.
No podía creer que después de todo lo que dijo me haya dejado tan mal, en cuanto puediera caminar le agradecería al terrateniente que me salvó, bueno, supongo que es la casa de un terrateniente.
- Ahora ¿porque estas llorando?- esa voz la conocía bien. Alce mi cara encontrándome con unos ojos dorados tan hermosos.
el quitó mis manos de mi rostro y limpio los restos de lagrimas que habia en mis mejillas.
- ¿como te sientes?
- Bien, solo tengo un poco de hambre... ¿donde estamos?
- En mi castillo, te traje para que las sanadoras y mi madre te revisaran.
- Pero... yo desperté sola... en el bosque.
- Te deje sola porque tenia que acudir a Irazue para que te curara, tal vez despertaste antes de que llegara. Ahora debes comer para que sanes por completo - tomo un trozo de carne de la vandeja de comida que traia con sigo y me lo ofrecio, yo seguia viendolo a los ojos y abri la boca de manera mecanica, así estivimos un tiempo asta que comence a marearme con el exesibo olor a hiervas medicinales.
- Podrias llevarme a otro lugar, el olor de este lugara me esta probocando nauseas.... porque no mejor me llevas a la cocina para que prueve ese delicioso postre que preparan.
- ¿que?
- Bueno... se que deves estar ocupado pero realmente quiero pobrar eso que estan preparando.
- No, no es eso... La cocina está como a 1km o más de aquí... Pero no importa, sugetate - me cargó en sus brazos y llamó a una Yukai joven muy hermosa.
- Mika... Lleva esa bandeja a nuestros aposentos -
Ella asintió y me miró, yo le di una pequeña sonrisa, pero ella me fulminó con la mirada.
- ¿Acaso tienes algún problema con tu señora? - Mika dirigió su mirada a Seshomaru de manera asustada.
- No mi señor, en absoluto.
- Entonces tratala con el debido respeto, recuerda que tú aquí eres una sirvienta más.
- Si mi señor, le aseguro que no volverá a pasar - y sin más se retiró.
- Ya no entendí, ¿su señora?
- ¿Que ni la exterminadores te hablo sobre la marca y lo que conlleva en la realeza?
- No, ¿porque Sango me hablaría de eso?
- Porque mantuviste una relación con el híbrido y es parecido a estar con un Yukai.
Yo solo me quede callada y el salió de lo que parecía ser el sanatorio del castillo.
Me sentía muy bien de estar así, el no llevaba su armadura, de esa manera podía sentir su calor corporal me acurruque un poco y sonreí por la sensación tan linda que sentía.
Seshomaru
Sentí como se acomodo más contra mi pecho, la ví y tenía un hermosa sonrisa. Yo no pude evitar sonreír al verla
Si ella es feliz, tu también lo eres.
Llegamos y la puse delicada mente en la cómoda cama pero ella no dejaba de abrazarme.
- No me siento muy bien... Tengo ganas ... De vomitar.
- Tranquila, no me tardo iré por alguien.
Ella me soltó y pude ver su rostro pálido y sus ojos llorosos. Mi corazón empezó a bombear muy rápido y me dirigí lo mas rápido posible con mi madre.
te preocupas cada que no puedes verla o está enferma
- Madre Aome despertó pero está muy pálida y tiene náuseas.
Se dirigió rápido a la cocina y tomó un cuenco que ocupaban para el desperdicio de frutas o verduras.
- Roko prepara un té de manzanilla y llévalo a los apocetos reales.
- Claro mi señora.
Entró a los apocetos y ayudo a Aome mientras ella vomitaba
- Tranquila cariño... ¿Ya estás mejor?
- Si... Gracias Laidy Irazue, ya estoy mejor.
- ¡Lizy! Lleva esto a fuera y labenlo bien.
- Si mi señora.
- Aquí está el te,... Nunca creí que nuestra nueva lady fuera una niña tan linda - dijo Roko sonriendo tiernamente a Aome - aquí tiene, con este te le aseguro que se sentará mejor.
- Gracias señor...
- Roko, soy el cocinero de este palacio, cualquier antojo que tenga yo puedo prepararlo.
- Muchas gracias Roko, entonces tú eres el que preparaba ese delicioso postre hace unos minutos.
- ¿Oh se refiere a las galletas de avena con manzana? Lady Irazue cree que la señora pueda probarlas.
- Claro, traerlas para que las coma con el te y tenga algo más que agua en el estómago.
- En un momento regreso.
- Bien, supongo que tú esposo no te a dicho nada de la marca y las obligaciones que ahora tienes - negó.
- Ya puedes irte Seshomaru, yo me quedaré con ella para que hablemos.
Hice lo que me dijo, tenía bastante que hacer, los nuevos tratos con los Lords, y uno que otro ofrecimiento de alguna princesa. Pero a pesar de que hacía todo eso, no podía dejar de pasar por mi cabeza el que Aome pasará por todo esto, que pensaría ahora de todo lo que conlleva ser mi mujer, tal vez se asuste cuando le digan que mi veneno sigue en su organizamos.
Querido lord Seshomaru, le envío esta carta con la mayor de las vergüenzas, pues una princesa decente cómo yo no debería de escribir a un lord con el que no está casada, pero ya no podía guardarme por más tiempo todo esto.
Mi padre al reciibir su carta de rechazo me a ofrecido al hijo del lord del este, pero yo me niego a estar con el, pues mi mente cuerpo y corazón le pertenecen.
Por favor mi lord, si usted pudiera darme una oportunidad le que podría demostrar que soy la mejor opción...
Detuve mi lectura porque me estaba aburriendo demasiado, además de no interesarme cual de todas las princesas de los reinos era la atrevida que osaba escribirme algo así.
Alguien tocó la puerta del despacho y yo abrí.
- Hola.
- ¿Pasa algo?, ¿tienes algún problema? ¿te sientes bien?.
- No pasa nada estoy bien, es solo que estaba un poco aburridoa y sola, así que le pregunté a alguien del castillo en donde estabas.
- Como es que estás en pié, debes descansar.
- Gracias por preocuparte, pero me siento muy bien... ¿Te puedo hacer compañía?
- Pasa, siéntate estoy ocupado así que no quiero escuchate.
Ella pasó y se centró en la silla frente al escritorio, y se quedó callada, así que pude seguir con mis deberes.
Al poco tiempo vi que se levantó, yo pensé que se iría, pero no, solo se dirigió a un mueble repleto de pergaminos que en la parte de atrás se asomaba un retrato. Se asomó por la orilla e intento sacarlo pero no pudo, así que me levanté y le ayude a sacarlo.
Era un apuntará en la que estábamos los tres, mis padres y yo con apenas unos meses.
- ¿Este eres tú cuando eras un... Cachorro?
- Si, déjalo ahí. - dije regresando a mi lugar.
- Porque no mejor lo cuelgas ahí, en ese pequeño clavó.
- Porque no tiene una cinta, déjalo donde estaba.
No me hizo caso y se quitó el listón que traía en el cabello, lo amarró en las dos esquinas superiores y lo puso en donde había dicho.
- Se ve muchos mejor - dijo regresando al asiento pero se detuvo al ver un pergamino de color rosa pálido pequeño tirado en el suelo, yo quise levantarlo para que no lo viera pero fue mas rápida
- Wow tu madre no mintió al decir que había obtenido agilidad...... - leyó el contenido y me vió dolida - Valla, el lord del Oeste parece ser muy popular entre las "princesa decente" de los demás puntos...
- Dame eso... - me puse enfrente de ella y extendí mi mano.
- ¿Que ibas a contestar? - preguntó con lágrimas en los ojos - Que también ¿estás enamorado? ¿Que la quieres por su forma tan peculiar de ser? ¿Porque es una tonta al igual que todas? - preguntó ya muy alterada. Yo me enoje por la manera de hablarme, era si marido y tenía que respetarme.
- No, pero gracias por las sugerencias ahora mismo le envío mi respuesta a la "dulce princesa" - dije lo más falsamente sincero que pude.
Vi como agachaba la cabeza y sus lágrimas tocaban el suelo, yo intenté tomar su brazo pero me empujó y salió corriendo.
La deje ir porque estaba frustrado y enojado, pero unos minutos después no puede evitar buscarla
Cuando discuten, sientes que eres capaz de dejar tu orgullo de lado para solucionar las cosas.
La encontré sentada abrazando sus piernas y ocultando su rostros, seguía llorando.
Me senté a su lado y acaricie su suave cabello azabache.
- No tenías porque reacciona así, esa carta la recibí hace unos meces pero nunca llamó mi atención, apenas la abrí pero no la termine de leer.
- ¿Planeaban contestar?
- No, no podía perder mi tiempo en contestar a una caprichosa princesa, tiempo que podía usar para pasar tiempo con mi lady - Ella sonrió y me abrazó.
- Lo siento, no se que me pasó, yo solo comencé a imaginar cosas y... - se separó de mi y me vió a los ojos, - perdí el control, pero tú también tuviste la culpa, en lugar de darme la razón me hubieras explicado eso.
- Ya no importa - acomodé su cabello - solo olvídalo - la veces de manera tierna y pausada, ella correspondió y me tomo por el cuello.
Nos separamos y nos vimos a los ojos.
- Te amo Seshomaru - dijo en un susurro - ¿Tu me amas?
¿Amas a Aome?
- Si, también te amo mi bella humana
Fin 🌹
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