Textualmente
—Te reto a confesarte ahora.
—¿Qué? ¡De ninguna manera! —Kohaku miró mal a Amaryllis por siquiera sugerir esa locura—. Apenas nos conocemos, que haya sido mi tutor para química el año pasado no quiere decir que tenga ninguna esperanza de que me acepte o siquiera recuerde quién soy.
—Vamos, haz el intento. —Su amiga siguió insistiendo—. Eres muy guapa, tú eres la que debería estar recibiendo su confesión. Solo un loco te diría que no.
—Es que Senku no es así, Amaryllis. —Suspiró, resignada—. Él no se fija en la apariencia, no es superficial de ninguna forma. No le interesa el romance, pero respeta a las personas por sus habilidades y él mismo reconoce que a pesar de ser tan inteligente necesita ayuda para sus carencias, pero incluso con esas carencias sigue esforzándose hasta que alcance su meta y no se rinde por más que...
—Sí, sí, ya entendí, te trae con las bragas por los tobillos, me quedó claro.
—¡J-jamás dije eso! Y no deberías ser tan vulgar, yo no soy ese tipo de chicas. —Cruzó los brazos, alzando la barbilla con molestia.
—Lo siento, lo siento. —Rio—. Pero en serio, aunque no eres ese tipo de chica, tampoco eres de las que duda a la hora de ir por lo que quiere. Eres muy directa. Me dijiste sin tapujo que te gusta cuando te pregunte por su relación, así que sé que puedes decírselo. Es más, ¡te reto a decírselo!
—Ja, no puedes esperar que solo porque me retaste a hacerlo realmente lo haga. —Amaryllis solo la miró con las cejas arqueadas—. Bueno, lo haré. —Bufó, dirigiendo sus pasos al club de ciencias mientras su amiga aplaudía con entusiasmo.
Caminó decidida a los laboratorios de la escuela, pero por dentro quería golpearse por dejarse convencer tan fácil. ¡¿En qué estaba pensando?! Sin duda hoy regresaría a su casa con el corazón hecho pedacitos.
Entró al club de ciencias con cautela, sorprendiéndose al ver que solo Senku estaba allí, pero caminando de un lado a otro con urgencia, mezclando cosas, subiendo y bajando flamas, escribiendo en hojas y tecleando en computadoras, sudando frío mientras se movía de un lado a otro en el laboratorio.
Obviamente estaba demasiado ocupado, así que Kohaku decidió tomar esa excusa para irse, pero entonces él la vio.
—¡Leona! ¡Ven aquí!
—¡Ya te he dicho que no soy una...!
—Llegas justo a tiempo, ayúdame a mezclar esto con tu absurda fuerza y velocidad. —Le dio una fuente con una mezcla viscosa extraña y volvió a correr de un lado a otro haciendo cosas raras en su laboratorio.
Kohaku lo miró con extrañeza por un momento, antes de encoger los hombros y ponerse a mezclar el líquido extraño.
En solo unos minutos el líquido empezó a ponerse más rígido y Senku se sorprendió mucho cuando se lo dijo.
—¡Diez billones de punto a ti por esa eficiencia, leona! —Le quitó la fuente de las manos y le dio un trozo de metal en forma de espiral—. Ahora ayúdame con eso, déjalo recto como una regla.
—Muy bien. —Encogió los hombros y se puso a trabajar.
Estuvieron así media hora, con Senku trabajando como loco y dándole más y más tareas que ella cumplía rápidamente, siempre sorprendiéndolo por su trabajo bien hecho y dejándolo con una sonrisa que le aceleraba el corazón, impidiéndole negarse a seguir ayudándolo.
Luego de casi una hora, Senku se secó el sudor de su frente y se sentó en una de las mesas, frente a ella, con una sonrisa satisfecha.
—Creí que iba a tomarme unas tres horas, pero gracias a ti lo pude terminar en un parpadeo. —Rio con cansancio—. Tienes otros diez billones de puntos, leona.
—No soy una leona. —Lo miró con enfado—. ¿Y para qué es todo esto? —Su mirada se llenó de curiosidad mientras veía el complejo mecanismo sobre las mesas del laboratorio de ciencias.
—Estoy probando una serie de reacciones químicas para mejorar la potencia del combustible de mi próximo cohete, luego tengo que llevarme todo esto afuera para no hacer estallar la escuela y eso. —Rio con cara de científico loco, haciendo a Kohaku sudar frío, más porque sabía que hablaba completamente en serio—. ¿Podrías ayudarme con eso también?
—Claro —accedió sin pensar, para luego recordar la razón por la que había entrado a su laboratorio en primer lugar—. Oye, Senku... Tengo que decirte algo —murmuró rápidamente.
Tragó saliva, retorciendo los pliegues de su falda entre sus manos.
¿Esto de verdad era una buena idea? Al menos sabía que él aún la recordaba, y que aún usaba su estúpido apodo de siempre, pero era obvio que iba a salir rechazada y eso podría arruinarle la posibilidad de ser al menos su amiga.
Ugh, pero Amaryllis la retó... y Kohaku no era ninguna cobarde. Y bueno, quizás si pudieran ser amigos incluso cuando la rechazara, dudaba que él fuera demasiado cruel con ella.
—Dime —contestó desinteresadamente, mirando a sus experimentos mientras rascaba su oído con el meñique.
—Más que decir... más bien es algo que debo confesar. —Apretó los puños cuando él volteó a verla de lleno—. Me...
—Que sea textualmente —él la interrumpió de pronto, sacando un sobre de su bolsillo y colocándolo en su regazo.
Kohaku se quedó en blanco.
—¿Eh?...
—Estoy algo ocupado, y las chicas suelen tartamudear mucho o ponerse a dar largos discursos cuando confiesan algo. —Bufó con fastidio—. Es mejor que sea textualmente, así no tendrás por qué estar nerviosa y me ahorras tiempo.
Kohaku sintió sus cejas comenzar a temblar con absoluta y total rabia.
—¿Disculpa? —Intentó contenerse de no estallar—. Si ya sabes lo que voy a decir, puedes solo rechazarme y ya. —Sus puños temblaron con furia—. ¡Y yo no tartamudeó ni pensaba decir ningún discurso! ¡Solo iba a decir que me gustas y ya!
—Ah, en ese caso no debería haberte interrumpido, pero creí que pedirte decírmelo textualmente sería más eficiente. —Alzó las manos con despreocupación, totalmente indiferente—. Entonces tendrás mi respuesta textualmente mañana en tu casillero, sigo estando ocupado.
—¡¿Estás bromeando?! —Finalmente se puso de pie y le arrojó el sobre a la cara—. ¡No necesito ningún rechazo por escrito! ¡Ya me quedó muy claro, y también me quedó claro que eres un idiota! ¡Ya no me gustas para nada! —Se marchó del laboratorio pisoteando, cerrando de un portazo.
Senku se quedó observando la puerta con rostro aturdido.
¿En qué momento dijo que iba a rechazarla?
Leona ilógica, sí que le gustaba complicar las cosas, mañana tendría su respuesta textualmente le gustara o no.
Fin.
Holaaaaa :D
Aquí un fic rarito que se me ocurrió de la nada xP
Ojala q les haya gustado uwu
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro