Mi Dueña
(ADVERTENCIA: LEMON).
Kohaku era una mujer inquieta, incluso en las aguas termales, y eso a veces molestaba a otras chicas cuando iba a relajarse un poco, ya que no les gustaba que estuviera salpicando o nadando súper rápido, les gustaba estar sentadas charlando sin moverse, ¿qué había de divertido en eso? Para ella, relajante y divertido siempre iban en la misma oración.
En fin, esa era la razón por la cual empezó a alquilar un balneario solo para ella, uno grande y espacioso donde pudiera relajarse a su gusto. A veces iba con su hermana y sus amigas, a las cuales no les molestaba su forma de ser, pero muchas veces también le gustaba ir sola. Como era una famosa atleta, el costo no le era ningún problema.
—Qué bueno verte aquí otra vez, Kohaku-chan. —La ancianita encargada sonrió dulcemente al verla—. Sé que has estado muy estresada estas semanas, y hoy también te veo tensa.
—Sí, los entrenamientos son muy duros. —Frotó sus hombros con un suspiro—. Tampoco he estado durmiendo bien.
—Oh, querida... —La miró con pena—. Necesitas descansar más, una joven tan dulce como tú se merece solo lo mejor. —Le sonrió mientras le daba unas toallas.
—Muchas gracias, usted es la que es demasiado dulce. —Sonrió, sinceramente agradecida.
—Sabes... eres una clienta muy frecuente, y ya que hoy también estarás sola... —Abrió un cajón—. Te tengo un regalo muy especial.
—¿Un regalo? —Ladeó la cabeza.
—Son unos aretes muy especiales. —Sacó una larga caja y la abrió, enseñándole una fila de aretes con perlas de distintos colores—. Elijé solo uno, el que tú quieras, el que te dicté tu corazón. —Sonrió.
—Oh, todos son muy bonitos. —Pasó una mano por encima de todos los aretes, pero había uno en específico de color escarlata que le llamaba mucho la atención—. Este me gusta más.
—¿Ese? —Se sorprendió, antes de reír por lo bajo—. Bien, es todo tuyo. Es un amuleto especial, sirve para relajarte en las aguas, aprovéchalo bien.
—Es usted muy amable, muchas gracias. —Hizo una rápida reverencia antes de encaminarse a la zona que siempre alquilaba.
Cerró la puerta, se desnudó y se fue al área de baño para darse una rápida ducha, que era obligatoria, antes de envolverse en una toalla y mirar el arete con curiosidad.
Encogió los hombros y se paró frente a un espejo para colocarse el arete, que era más como un diamante esférico que como una perla, verdaderamente muy bonito, más por su color escarlata. Era... hechizante.
Entró al lugar y se quitó la toalla que cubría su cuerpo tranquilamente, probando las aguas con la punta del pie antes de saltar dentro con un pequeño brinco que salpicó bastante.
Como era lo suficientemente profundo para llegarle hasta el cuello no perdió el tiempo y se hundió por completo en el agua caliente, para luego sacar la cabeza fuera, riendo cuando sintió su coleta desatarse. Siempre se olvidaba de desatar su cabello.
Mientras volvía a atar su coleta, se dio cuenta de que el arete también se le cayó.
—Oh, mierda. —Empezó a mirar frenéticamente por todas partes. ¡¿Se había hundido?!
Se sintió horrible. ¡Era el regalo de esa dulce anciana!
Empezó a pasearse por todo el lugar, pisando con suavidad a cada paso y con los brazos muy abiertos, esperando encontrar el arete.
Luego de un tiempo, se rindió y se apoyó contra el borde de roca lisa, suspirando. Luego tendría que decirle a la encargada y esperar que pudiera perdonarla por su descuido.
Intentó no pensar en eso y relajarse, pero... justo en ese momento, una gran erupción de agua surgió justo frente a ella y un chico totalmente vestido con una camisa y pantalones, con cabello extraño blanco-verdoso y ojos rojos apareció allí, de la completa nada.
Estaba tan sorprendida que ni gritar pudo.
—Mierda... al fin soy libre luego de veintidós años, pero de nuevo tengo que lidiar con una chica desnuda. —El chico bufó, comenzando a quitarse la ropa—. Muy bien, aprendí mi lección, acabemos con esto.
—¡¿Qué MIERDA estás haciendo?! —De inmediato le volteó el rostro de una bofetada—. ¡Lárgate de aquí ahora mismo, pervertido, acosador!
—¿Qué la vieja bruja no te dijo nada? —La miró mal, frotando su rostro con cuidado—. Aceptaste el arete, ¿o no?
—¿Qué? ¿De qué hablas? —preguntó confundida—. ¿El... arete que me regaló?
—El amuleto de relajación. —Apartó el cabello húmedo de su cara, dejándola ver que tenía el arete con la gema escarlata en su oído izquierdo.
—¡Mi arete! —De inmediato se acercó a él y le arrancó el arete de la oreja.
—¡AUCH! —él gritó de dolor, antes de comenzar a brillar como si fuera una puta lámpara y ser absorbido por el arete aún en su mano.
—¡¿QUÉ MIERDA?! —Soltó el arete por la impresión y este cayó a las aguas, que comenzaron a burbujear, entonces el chico volvió a aparecer, con el arete de nuevo en su oído y cara de absoluto fastidio—. ¿Pero qué...?
—¿Podrías no hacer eso? Es muy incómodo. —Bufó—. Veo que no sabes nada, la vieja bruja se cree tan misteriosa. —Rodó los ojos—. ¿Quieres que te explique o no?
—No entiendo nada. —Negó con la cabeza, retrocediendo—. ¿Qué eres tú?...
—Soy un científico —dijo con orgullo, volviendo a su tarea de quitarse la ropa húmeda y arrojarla fuera de las aguas. Kohaku estaba tan aturdida que ni siquiera se quejó—. Una persona normal, solo tuve la mala fortuna de captar la atención de la vieja bruja, aunque cuando la conocí se hacía pasar por una geisha joven. Como sea, ella intentó acostarse conmigo, la rechacé, se ofendió y me encerró en esta cosa. —Señaló el arete—. Básicamente me condenó a ser un esclavo sexual para sus clientas, aunque solo me vendió una vez, no quise acostarme con la chica y me devolvió al arete, eres mi segundo cliente o lo que sea. Negarme a la otra chica me hizo pasar más de veinte años allí, así que esa no es una buena estrategia para liberarme. Solo me queda hacer lo que se supone que tengo que hacer. O sea, tener sexo contigo. —Se acercó a ella, ahora totalmente desnudo, y Kohaku por fin reaccionó.
Tan sorprendida estaba que nunca se molestó en cubrir su propia desnudez, e incluso aunque seguía muy confundida logró salir del shock y volvió a darle una bofetada que lo lanzó de cara al agua.
—¡E-estás loco! —Se cubrió los pechos con los brazos, enrojeciendo por completo—. No hay forma de que te dejé hacer eso. ¡No hay forma de que te crea! Esto es una locura, debo estar soñando. —Miró de un lado a otro, sin saber qué pensar o qué hacer siquiera.
¿Salir corriendo desnuda era una buena opción?
—La vieja bruja no se cansa de atormentarme. —El chico salió del agua ahora frotando sus dos mejillas—. Primero me vende a una loca pesada, luego me regala a una leona agresiva, debo ser su juguete menos privilegiado.
—¡¿Leona?! ¡¿Cómo te atreves?! —La confusión y vergüenza que sentía se mezcló con la ira—. ¡Aparte de que quieres aprovecharte de mí me insultas! ¡Te mataré! —Se acercó a él con intenciones asesinas.
—No quiero aprovecharme de ti, y aún si quisiera no podría, mis habilidades físicas son un asco. —Bufó y Kohaku lo miró con aún más confusión—. Te dije que soy un científico, un hombre de ciencia, una rata de laboratorio, un nerd, como quieras llamarme. Tus bofetadas son muy fuertes, un puñetazo seguro me mataría, yo soy el único que debe tener miedo aquí.
—Qué hombre tan raro eres. —Volvió a cubrir sus pechos—. Mira, yo... creo que no estás mintiendo, esa cosa de que el arete te absorbió fue innegablemente magia, y lo que dices tiene sentido, creo. ¡Pero no me voy a acostar contigo! Vamos a vestirnos y vamos a ir con la encargada para que te arreglé o lo que sea, pero a mí me dejas en paz.
—Si vamos con la bruja, solo volverá a encerrarme. —Rascó su oído con el meñique, fastidiado—. Para ella, tú eres "mi dueña", y si mi dueña no me quiere solo volverá a meterme en el puto arete, en su puta caja y pasaré otros putos veinte años o más en completa oscuridad solo contando los segundos esperando volver a la normalidad alguna vez. —Apartó la mirada, luciendo muy afectado y casi desolado, tanto que algo en Kohaku se removió, sintiendo un poco de pena por él.
—¿Y qué tal si te escapas?... —preguntó, empática.
—Ya lo intenté, me encontró al instante. —Bufó—. Es una bruja, no sé qué trucos tiene. Yo tampoco quería creer en esas tonterías, jamás creí en la magia, pero aquí estoy ahora. —Se quedaron en silencio un buen rato, antes de que él suspirara—. Mira... podemos hacer un trato.
—¿Un trato? —Lo miró con desconfianza.
—Soy un amuleto de relajación sexual —dijo sin pena alguna—. En otras palabras, mi trabajo es sacarte orgasmos. —Ella enrojeció de golpe—. Pero no necesitamos tener sexo para eso. Hay otras formas. Déjame hacer algo de eso y veamos si eso me libera de alguna forma.
—D-de ninguna manera... —Retrocedió hasta que su espalda chocó contra la piedra pulida otra vez—. ¡No voy a dejar que me manosees!
—Escucha, ahora mismo eres mi única esperanza. —Suspiró profundamente—. De verdad no quiero forzarte a nada, tampoco nunca tuve interés en estas cosas, pero es lo único que se me ocurre. Si me dejas, te prometo que me esforzaré en hacerte sentir bien y si no funciona ya no insistiré. —Kohaku le dio la espalda, sintiendo su rostro todavía más caliente y no por el vapor del agua. ¡¿Por qué estaba considerando esa locura?! No había forma de que lo hiciera—. Estudié la ciencia en todas sus formas antes de ser prisionero, conozco el cuerpo femenino, te prometo que te gustará.
—N-no. —Volvió a negar, todavía dándole la espalda—. No lo haré, de ninguna manera, no...
—¿Alguna vez te has tocado a ti misma? —Escuchó el agua moverse y su voz más cercana, y aunque sabía que estaba caminando hacia ella no se movió para alejarse—. Será casi lo mismo, pero en vez de tus manos... serán las mías. —Colocó sus manos grandes y cálidas en sus hombros, que de inmediato se estremecieron.
—No... no quiero, no...
—No haré nada que tú no quieras. —De repente tuvo su boca pegada a su oído y tembló de pies a cabeza. Él... tenía una voz bastante atractiva—. En el momento en el que me digas que me detenga, me detendré. Solo dame una oportunidad.
—Pero... —Sintió sus manos deslizarse de arriba a abajo por sus brazos—. Yo no... yo nunca...
—Seré gentil, será solo una vez... serán solo mis manos... —De repente las posó en sus caderas, haciéndola erguirse como regla—. Te daré placer, lo prometo.
Ella tragó saliva. No podía pensar correctamente... demonios, ¿por qué quería decir que sí?
Volteó a verlo por encima del hombro, quedándose sin aliento al ver sus ojos escarlatas mirándola fijamente. Esos ojos... eran realmente hechizantes...
Se mordió el labio, volviendo el rostro al frente.
—¿Cómo... cómo te llamas?
Él se tomó un momento en contestar, sorprendido.
—Soy Senku... ¿Tú?
—Mi nombre es Kohaku... —Tragó saliva.
—Bueno, Kohaku... —Volvió a pegar su boca en su oído y ella sintió sus piernas temblar—. Eres mi dueña ahora. ¿Me dejas darte placer?
—Sí —dijo sin aliento, soltando la palabra antes de siquiera pensarlas, porque si pensaba diría que no, y todo su cuerpo quería decir que sí.
—Gracias. —Sintió su sonrisa contra su oído y sus manos empezaron a bajar lentamente hasta su bajo vientre, a lo que ella cerró los ojos, pero él pasó de largo su entrepierna y tomó sus muslos, separándolos ayudado de uno de sus pies, haciéndola jadear mientras abría las piernas y llevaba las manos al frente, apoyándolas en la piedra lisa al inclinarse levemente hacia el frente—. Dime si algo te disgusta.
—Ok... —Mierda, no tenía idea de cómo había terminado así, pero sus dedos en sus piernas se sentían... bastante bien, ¿quizás las aguas termales tuvieran algo que ver?
Sus dedos subieron más, acariciando la cara interna de sus muslos, justo por debajo de su intimidad. Pensó que finalmente iba a tocarla donde temía, pero de nuevo paso el sitio de largo y volvió a subir sus manos hasta sus caderas. Casi quiso quejarse.
—Kohaku. —Casi brinca al escuchar su voz diciendo su nombre con voz mucho más ronca—. ¿Tengo permiso para tocar tus pechos?
—A mí nunca me gusto... tocarme ahí —murmuró nerviosamente—. No creo que sirva de nada...
—¿Puedo intentar?
—C-como quieras...
Sus manos ahuecando sus senos fue una sensación extraña, y su espalda de repente pegándose al pecho masculino la tomó por sorpresa, pero no tanta sorpresa como lo fue el sentir su erección presionando contra su trasero. Al darse cuenta de que se estaba arrimando de más, él se alejó un poco y de nuevo ella tuvo que resistir las ganas de quejarse, aunque no pensó mucho en eso cuando de pronto sintió sus dedos frotando de arriba a abajo sus pezones, para luego cambiar a un movimiento circular que la hizo jadear ruidosamente.
Ella había intentado eso antes, pero... ¿por qué se sentía tan bien cuando él lo hacía?
Cerró los ojos, echando la cabeza hacia atrás.
—¿Te gusta? —preguntó él con voz jadeante, que la hizo sentir un calor muy aparte de las aguas entre sus piernas.
—Sí... —admitió, suspirando largamente.
—Si te das la vuelta, puedo chuparlos —propuso como si hablara del clima, a lo que ella pudo sentir el rostro casi estallarle por el calor y rápidamente negó con la cabeza—. ¿Segura? Como quieras. —Le pellizcó los pezones casi como reproche y ella gimoteó—. Lo siento. ¿No te gusto?
—N-no, quiero decir... hazlo de nuevo. —Riendo, él lo hizo otra vez, más fuerte, una y otra vez.
—Mmm. —Frotó los muslos ansiosamente.
—Creo que ya debes estar lista —murmuró pensativo, soltando sus pechos y volviendo a bajar hasta sus caderas—. Recuerda, me detendré en el momento en el que lo pidas. —Posó una mano justo por encima de su vagina y comenzó a bajarla lentamente, haciéndola tensarse con anticipación.
Pasó los dedos por toda su entrepierna, pasando los dedos suavemente por encima de la delicada piel de su zona íntima, bajando hasta hacer círculos con la yema de su dedo medio en su vagina, antes de subir y presionar su clítoris, con mucha suavidad. Ella se mordió el labio fuertemente, comenzando a jadear a medida que él aumentaba la intensidad de sus movimientos en ese punto, primero solo presionando, antes de empezar con movimientos circulares y aumentar la velocidad más y más, comenzando a hacerla gemir y mover sus caderas al ritmo de su dedo, más cuando pasaron a ser dos los que la complacían.
La mano libre de Senku se fue a su vagina y comenzó a tantearla, metiendo solo la punta de su dedo medio. Ella se estremeció y él hundió la mitad del dedo medio lentamente, para luego hundirlo por completo, arrancándole un pequeño gritito.
—Ay... —Cuando quiso meter otro dedo, Kohaku sintió una punzada de dolor y él se detuvo de inmediato, dejando solo un dedo dentro mientras con su otra mano giraba frenéticamente su clítoris como para compensarla.
Ella comenzó a sentir su cabeza nublarse y echó el culo atrás, buscando sentir su erección otra vez. Él quiso retroceder cuando lo encontró, pero ella persistió y él al fin notó que eso le gustaba e hizo algo mucho más atrevido, quitando su dedo para colocar la punta de su miembro en su entrada, frotándola con su glande solo apenas, como esperando a que se quejara. Debería haberse quejado, pero... no lo hizo.
Cerró los ojos con fuerza y se frotó más contra él, gimiendo ante la sensación.
Ahora tenía tres dedos en su clítoris y estaba apretujándolo, retorciéndolo y frotando también los alrededores, volviéndola loca, haciéndola sacudir las caderas tanto que ya estaba haciendo un enchastre por tanta salpicadura, pero no le importaba en lo absoluto, menos cuando su otra mano volvió a sus pechos, haciendo con sus pezones algo muy similar a lo que le hacía a su punto dulce. Eso acabó de volverla loca y de inmediato gritó desde el fondo de su garganta, temblando y sacudiéndose con desesperación mientras se corría con más fuerza que nunca antes.
Se soltó de la roca y cayó hacia atrás, apoyándose en él, que comenzó a besar su cuello.
—Gracias —le dijo con una sonrisa.
—Yo debería agradecerte a ti. —Sonrió como una idiota, con su mente todavía demasiado nublada—. Senku... quiero hacerlo.
—¿Qué?
—Quiero tener sexo contigo. —Estaba decidida, y caliente, con ganas de mucho más.
—Pero... —Su indecisión la molestó, tomó su mandíbula en su mano y lo hizo mirarla.
—Soy tu dueña, ¿o no? Cállate y obedece. —Finalmente se dio la vuelta y apoyó sus pechos contra su pecho, sin soltarlo y sin dejar de mirarlo a los ojos.
Él tragó saliva, con su iris oscureciéndose todavía más.
—Como mi dueña desee. —Suspiró y tomó sus muslos, alzándola para enredar sus piernas en su cintura.
Enredaron sus bocas en un beso desesperado, gimiendo en la boca del otro, frotando sus sexos al principio con lentitud, para luego desesperarse y empezar a sacudirse el uno contra el otro como malditos animales.
La apoyó contra la piedra y empezó a chupar sus pechos con fuerza, haciéndola jadear y maldecirse por no haberlo dejado antes. Mientras estaba en eso, volvió a meter un dedo en su interior, moviéndolo de un lado a otro antes de comenzar a introducir el segundo. Le dolió un poco, pero no se quejó y el dolor pronto pasó, el tercer dedo costó más, pero también fue cuestión de tiempo y casi lo golpea cuando quitó los dedos, pero su miembro estuvo allí para reemplazarlos casi de inmediato, y ella abrió mucho la boca al sentir la punta comenzar a introducirse, con mucha lentitud y cuidado.
Le mordió el hombro mientras lo sentía adentrarse en ella, sintiendo una rara mezcla de dolor y placer. Él empezó a moverse muy lentamente, sin entrar por completo, llevando una mano a frotar su clítoris otra vez, cosa que la hizo relajarse un poco mientras lo sentía terminar de llenar su interior.
Siguió con su ritmo lento y sus caricias suaves, besándole el cuello y pasando su otra mano a su culo para acelerar un poco el ritmo, haciéndola llevar sus manos a su espalda, enterrando las uñas en su piel cuando empezó a ir más rápido.
—¡Ah! —De repente cambió el ángulo y los ojos casi se le salen de las cuencas—. Oh... Oh, mierda...
—Mierda, Kohaku... —Gruñó contra su cuello, llevando su otra mano a su trasero para acelerar todavía más, embistiéndola con fuerza, hasta el fondo, chocando sus testículos en su culo con cada embestida, haciendo un enchastre peor que el que ella había hecho antes—. ¡Mierda!
Ella volvió a gritar, retorciéndose y sacudiéndose contra él, desesperada por la sensación tan abrumadora que estaba envolviéndola. ¿Cómo era posible que se sintiera tan bien? Sentía como si todo su cuerpo estuviera ardiendo, sentía que iba a explotar, sentía...
—¡AH, SENKU! —Su orgasmo llegó con todavía más fuerza que el anterior, haciéndola abrazarse a él mientras gritaba extasiada, sintiendo como la penetraba un último par de veces antes de soltar su propia corrida en su interior, tambaleándose al salir de ella y caer desfallecido en las aguas que ahora parecían heladas en comparación a lo calientes que estaban ellos mismos.
A ella le tomó un par de segundos recobrar el aliento y la capacidad de pensar correctamente, pero cuando finalmente se incorporó no vio a Senku por ninguna parte, solo al arete escarlata flotando en el agua.
—¿Qué? —Rápidamente lo tomó en su mano, mirando de un lado a otro—. ¿Se-Senku? ¡¿Senku?!
Lo buscó un largo rato, pero no lo encontró.
Salió del agua y se envolvió en una toalla, mirando al arete con temor.
¿Había vuelto a su prisión?
Se dio una ducha exprés y se vistió a toda velocidad para salir a confrontar a la encargada.
—¿Te divertiste? —Ella le sonrió traviesamente.
—¡¿Dónde está él?! —Exigió saber, apoyando las manos con fuerza en su escritorio.
—Veo que si te divertiste. —Rio con alegría—. Temía que te diera problemas, es el chico más rebelde que jamás he convertido. Pero te alegrará saber... que su maldición se rompe con el uso. —Le guiñó el ojo, dejándola con la boca abierta—. Como te dije, es todo tuyo, llévatelo y úsalo a tu antojo.
—¿Q-qué quiere decir?... —Enrojeció hasta las orejas.
—Solo necesitas rociarlo con un poco de agua caliente y volverá a ser tu galán. —Le dio una cajita de terciopelo para guardar el arete—. Necesitas usarlo unas cien veces y será libre. —Volvió a guiñarle el ojo—. ¡Disfrútalo!
Aturdida, ella solo tomó la cajita que ahora contenía su arete y salió del establecimiento, sin poder creer todo lo que acababa de pasar.
A pesar de todo, abrazó la cajita contra su pecho, prometiendo que haría todo por ayudar a su Senku a librarse de su maldición... Era un sacrificio que estaba dispuesta a aceptar.
Fin.
Holaaaaaaaaaaaaa :D
Perdón por la trama súper rara, quería hacer algo bien loco para darle un toque extra XD
Espero q les haya gustado uwu
Como ya saben, cada fin de mes en el grupo de Senku & Kohaku hacemos un evento bien rikolino 7w7
El tema de este mes es aguas termales!
Ojala no haya sido tan raro y les haya gustado :'D
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
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