Ángel del Destino 4
(N/A: Necesitas haber leído mi fic Ángel del Destino 3 para entender este fanfic).
A la mañana siguiente, Kohaku se despertó primero y bajó a la sala después de alistarse, sorprendiéndose al ver a Senku en su sofá.
El ángel Tront decidió despertarlo y Senku gruñó de inmediato, sentándose con lentitud mientras sujetaba su cabeza.
—¿Senku? —Kohaku lo miró boquiabierta—. ¿Qué haces en mi casa?
Por alguna razón, esas preguntas hicieron a Senku congelarse en su sitio unos buenos veinte segundos, mirando fijamente a Kohaku.
—¿Qué no recuerdas nada? —preguntó en un susurro.
—¿Recordar qué? Oh, espera. —Cruzó los brazos, mirando al techo con gesto pensativo—. Ayer fuiste a recogerme en tu auto a la escuela de manejo, dejamos a Suika en su casa y luego... ¿empezó a llover?
Senku tardó un poco en responder.
—Básicamente, sí. —Suspiró—. No tenía pensado quedarme, pero nos emborrachamos y hubo una gran tormenta, así que no tuve opción.
—¿Y por qué no usaste el cuarto de invitados? Tengo uno en el segundo piso.
—Goteras —contestó amargamente, apartando la mirada.
—Vaya, sí que tienes mala suerte. —Kohaku rio con nerviosismo.
—No tienes idea...
Kohaku le ofreció un café y Senku le pidió primero un vaso de agua con limón para la resaca, a lo que ella le dijo que se lo traería de inmediato y se fue fuera de la sala. Al quedarse solo, Senku bajó la cabeza y enterró el rostro en sus manos, gruñendo algo inentendible pero que sonó muy parecido a "mierda".
Después de que la resaca de Senku disminuyera un poco, desayunaron juntos café y los ángeles escucharon como él le explicaba a Kohaku todo lo que sucedió la noche anterior, sin omitir nada... excepto por el beso que le dio.
—¿Entonces me fui a la cama cuando tú estabas allí y vomité al lado de ti? —Lo miró con la boca abierta—. Ja, tú y yo tenemos una muy mala suerte. —Rio avergonzada, pero divertida—. Gracias por limpiar mi habitación, y disculpa por haberte hecho dormir en el sofá.
—Descuida, no fue tan incómodo. —Sorbió lo último de su café—. Debería irme ahora, necesito devolver mi auto a mi taller.
—Oh, muy bien. —Ella desvió la mirada por un momento—. Gracias por todo. Eh... Si decido comprar uno igual, ¿me acompañarías a elegirlo? —Lo miró con ojos brillantes.
Senku se quedó en silencio y el ángel Tront se le acercó con pánico, usando el susurro angelical para convencerlo de decir que sí.
—Claro. —Luego de un rato de dudar, Senku accedió y los ángeles suspiraron con alivio.
El resto del día Senku estuvo distraído y pensativo incluso mientras trabajaba, y Tront no pudo dejar de observarlo con la boca abierta, sin poder creerlo.
—¿Qué es esto? ¿Un comportamiento normal de alguien con sentimientos? —Se llevó una mano al pecho con preocupación—. E-esto es tan raro... ¿O serán ideas mías? ¡AGH! ¡Ya no estoy seguro de nada!
Si esta fuera otra persona, habría creído que estaba bien encaminado, que estaba comenzando el proceso de enamoramiento, ¡pero este era Senku! No tenía ni idea de cómo funcionaba su cerebro de genio, no sabía qué era una buena señal ni cómo interpretar un comportamiento anormal.
Anormal, esa palabra te queda perfecta, Senku, pensó con rencor.
Cuando llegó a noche y Senku se acostó para dormir, el ángel Tront sonrió con emoción y fue a buscar al ángel Lein para mostrarle el siguiente paso en su plan. Como Kohaku ya estaba dormida, no tuvo problemas en ir con él.
—¿Y cuál es el siguiente paso? —preguntó entusiasmada, mirando a Senku ya dormido.
—Nunca creí que llegaría este día. —El ángel Tront limpió sus lágrimas con un pañuelo—. Finalmente... ¡Finalmente podemos empezar a trabajar en la atracción sexual! —Alzó los puños con alegría.
—¡Oh! ¿Podemos empezar con los sueños eróticos? —También sonrió emocionada—. ¿No deberías intentarlo con mi Kohaku también?
—Ella puede esperar, primero quiero empezar con este dolor de cabeza. —Señaló a Senku despectivamente—. Debo admitir que estoy un poco nervioso... No tengo ni idea de cómo hacer esto con Senku, él jamás demostró atracción sexual por... nada. —Suspiró—. Espero que no sea demasiado apresurado, pero iré muy despacio y observaremos sus reacciones. Si hago algo equivocado podría provocar que tenga asco por Kohaku en vez de atracción por ella.
—¡¿Disculpa?! ¡Mi Kohaku no da asco! —Le dio un coscorrón.
—¡No quería insultarla! Solo que la mente humana es muy delicada. —Hizo pucheros—. Se la pasan teniendo traumas por cualquier cosa, hasta nacen traumados por el parto. Pero bien, seamos optimistas. Empecemos por lo que ya sabemos que le gusta.
—¿Olerle el cabello como un rarito?
—¡Exacto! —Llevó una mano sobre la frente de Senku y comenzó a inducirle sueños—. Ahora mismo ya está soñando con estar en la cama de Kohaku, oliendo su almohada.
—Su pulso se aceleró. —Señaló Lein con ojos entrecerrados, atenta a cualquier señal corporal.
—Buena señal. Ahora... vayamos un poco más lejos y traigamos el recuerdo de cuando ella lo besó... pero démosle el giro de que ella no se aparta para vomitar. —Su mano brilló más y, al poco tiempo, los labios de Senku se torcieron en una mueca a la vez que su pulso se aceleraba más—. No sé si esa mueca es de asco o de qué... —murmuró preocupado.
—¡Claro que no es de asco! —Lein no lo golpeó solo porque no quería interrumpir la continuidad del sueño—. Mira, su pulso se aceleró, es obvio que le gusta. Has que profundice el beso.
—Pero sí esa mueca es porque no le gusta entonces no es buena idea que...
—¡Oh, vamos, por supuesto que le gusta! Ten más fe.
Tront, sudando profundamente, tomó aire y decidió tomar el riesgo, haciendo a Senku soñar con que Kohaku lo besaba más, luego apartó con rapidez la mano, rezándole al creador que por favor ese no hubiera sido el movimiento equivocado.
Se colocó detrás de Lein, temiendo por todo su progreso, mientras ella miraba expectante a Senku. A los pocos segundos, su respiración comenzó a descontrolarse, sus labios comenzaron a cerrarse y abrirse y él empezó a murmurar palabras ilegibles que sonaban parecidas a "detente, leona".
—¿Eso es... bueno o malo? —preguntó Tront más para sí mismo, de nuevo maldiciendo lo anormal que era Senku para el romance.
—¡Yo digo que es bueno! ¿Puedes volver a intervenir y subir las cosas de nivel? —preguntó Lein emocionada.
—No, no es recomendable. —Rio nervioso ante su mala mirada—. Lo siento, aparte la mano por miedo. Tendremos que continuar mañana.
—Ow.
Al cabo de un rato, Senku se despertó sumamente confundido y fue a buscar un vaso de agua, para luego dormirse ya más calmado.
Al día siguiente, Tront y Lein lo observaron con rostros decididos, dispuestos a hacer otro avance.
—Bueno, ayer no pareció dar ninguna mala señal por lo que lo hice soñar, así que llevaremos las cosas más lejos y a ver qué tal reacciona. —Tomó aire, queriendo alejar su nerviosismo—. Empecemos fuerte, con el beso de Kohaku en versión extendida. —Volvió a colocar su mano en su frente.
—Pulso acelerado otra vez —informó Lein con entusiasmo.
—Beso más profundo... —Su mano brilló más y la respiración del chico se volvió completamente errática—. Mmm... V-voy a hacer algo arriesgado y hacer que sueñe con que tenga más contacto físico con ella... Ugh, por favor, creador, ojalá este no sea el paso equivocado... —Cerró los ojos, con su mano iluminándose más.
Al principio no hubo cambios, pero luego Senku empezó a removerse y su respiración y pulso se aceleraron más, hasta empezó a sudar y todo.
—Mmm... —Tront alzó una ceja, interesado—. Veamos... más contacto físico. —Su mano se iluminó más y luego la apartó, alejándose para observar mejor sus reacciones.
—¿Está funcionando? —preguntó Lein, ansiosa y bastante nerviosa.
—¿Sabes qué es eso? —Tront señaló algo en la cama.
—¿Un bul...? ¡OH! —Su mandíbula cayó hasta el piso—. Está funcionando... ¡Está funcionando DEMASIADO bien! —Rio avergonzada.
—Sip. —Tront cerró los ojos, asintiendo.
—No pareces tan emocionado —murmuró Lein, confundida.
Tront volteó a verla con los ojos cerrados y, apenas los abrió, un torrencial de lágrimas se desbordaron hasta el suelo a la vez que sonreía enormemente.
—E-es que no puedo creerlo... ¡Nunca creí que vería este día! —Se lanzó a abrazarla—. ¡Esa cosa le funciona! ¡La humanidad no está condenada! ¡Tengo posibilidades de librarme de él! ¡WAAAAAAAA!
El ángel Lein palmeó su cabeza atestada de rizos rubios con una sonrisa y varias gotitas de sudor bajando por su frente.
Su momento de alegría se vio interrumpido por Senku despertándose de golpe, con los ojos muy abiertos.
Senku se quedó congelado en su sitio, mirando a cierto punto en sus sabanas, completamente confundido, antes de levantarse directo a tomar una ducha fría.
—Puedes darte todas las duchas frías que quieras, pero este solo es el comienzo. —Tront rio maliciosamente, frotando sus manos mientras planeaba sus siguientes movidas—. ¡No habrá noche en la que ella te dejé en paz, Senku!
—¿Y qué hay de ella? —preguntó Lein, ansiosa por saber más de la estrategia—. ¿También la harás tener ese tipo de sueños?
—Sí, puede ser, pero después de que tengan otra interacción. —Frotó su barbilla, pensativo—. Como ella no recuerda lo que hizo borracha es mejor no presionarla.
—Ya veo, ¿y cuándo volverán a verse?
—Ella dio la excusa perfecta, cuando tenga que comprar su auto. —Guiñó un ojo, sin dejar de sonreír.
Nada podría quitarle la sonrisa ahora. ¡Senku no era inmune a las mujeres! ¡Tenía hormonas en alguna parte de su cerebro repleto de fórmulas químicas y físicas! Y por supuesto que se aprovecharía de esto.
Los días siguientes siguió atormentando a Senku con sueños indecentes, aunque él no tenía que hacer mucho porque su mente solo necesitaba un empujoncito para comenzar a desatar sus fantasías. Y al cabo de unas semanas ya no necesitó inducir los sueños, sino que estos venían por sí mismos.
Sobra decir que Senku estaba muy perturbado y confundido consigo mismo. Para tener veintiséis años en estos asuntos se comportaba como un adolescente que acababa de llegar a la pubertad, pero por supuesto que eso no significaba que el ángel Tront tendría piedad de él.
Cuando llegó el día en el que se reuniría con Kohaku para acompañarla a comprar su auto, Tront se puso manos a la obra para usar una estrategia que generalmente era muy efectiva, incluso si nunca antes pensó que podría funcionar en Senku, ¡esta vez tenía fe en que las cosas saldrían bien! Esta vez quizás las estrategias convencionales surtirían efecto.
Fue con Kohaku y la instó a ponerse un vestido corto, ajustado y revelador. Tenía muchos de esos, así que no hubo problemas en que aceptara el susurro angelical.
Cuando Senku vino a recogerla, se le quedó mirando fijamente, sin expresión, pero el ángel del destino pudo escuchar su pulso acelerarse.
—¡Hola, Senku! Ha pasado más de un mes desde la última vez que nos vimos, ambos estuvimos muy ocupados, ¿eh? —Se sentó en el asiento del pasajero junto a él con un suspiro—. Pero bueno, finalmente pude conseguir mi licencia de una vez por todas. ¡Adiós a los taxis y a tener que molestar a mis compañeros de trabajo para llevarme a los sitios que mi jefe necesita! —Sonrió emocionada.
Senku finalmente le quitó los ojos de encima y le correspondió la sonrisa, asintiendo para luego poner el auto en marcha.
—Un auto es muy útil, sin duda. Y tomaste la mejor decisión al elegir este modelo, ¡no hay nada mejor en el mercado!
Siguieron conversando sobre autos mientras los ángeles los seguían, escuchando todo y observando las reacciones de ambos con ojos analíticos.
—¿Tienes algún plan para hoy? —preguntó el ángel Lein, curiosa.
—Siempre tengo un plan. ¡La diferencia es que hoy tengo fe en que mi plan funcionará! O al menos eso espero. —Su sonrisa confiada se esfumó por un momento, pero regresó rápidamente—. No, no, sí tengo fe. ¡Ya hemos avanzado mucho con estos dos! ¡No perderé a estas alturas! —No por nada era reconocido como uno de los mejores ángeles del destino. Era hora de demostrarlo.
Aunque, si lograba conseguir que Senku se reprodujera, entonces definitivamente debían darle el título del mejor ángel del destino de la creación y de todos los tiempos. Sin lugar a réplicas.
Senku llevó a Kohaku a la agencia de automóviles y estuvieron allí una buena hora, viendo autos, hablando con el vendedor encargado, discutiendo precios y hasta probando algunos, hasta que Kohaku finalmente se decidió por uno casi igual al de Senku, pero un poco más económico, con controles más simples y de color azul metálico.
Kohaku estaba algo nerviosa por conducirlo siquiera para llevarlo a su casa, y le pidió a Senku si no podía llevar el auto enganchado al suyo y ya.
—Vamos, leona, no puedes tener miedo de conducir tu propio auto. No te queda para nada, ¿qué pasó con la audaz leona? —Rio divertido mientras le abrió la puerta del conductor de su auto, instándola a subir y conducir.
—No soy una leona. —Lo miró mal—. ¡Ja, por supuesto que no tengo miedo! Solo que... —Miró con nerviosismo el auto—. Tuve varios accidentes para conseguir mi permiso, pasé apenas por poco. Y aunque ahorré mucho igual me querría patear a mí misma sí estrelló este auto carísimo.
—No deberías preocuparte, tienes muchas ventajas para ser una buena conductora. —Rascó su oído con aparente indiferencia—. Buena vista, buenos reflejos, pensamiento rápido, eres inteligente a tu modo y te tomas con seriedad lo que hay que tomarse con seriedad. ¿Qué pasa con esa falta de confianza? Los 2 sabemos que puedes hacerlo.
Kohaku lo miró fijamente con los ojos muy abiertos por un momento, antes de mirar el auto y tomar aire, apretando los puños.
—Tienes razón, claro que puedo. —Marchó al asiento del conductor con paso decidido y entró, cerrando la puerta y poniéndose el cinturón de seguridad.
Senku sonrió, viéndose orgulloso, antes de ir a su propio auto.
Kohaku condujo con lentitud hasta su casa, tomando aire en cada semáforo. Senku la siguió de cerca, aprovechando algunas oportunidades para ponerse a su lado y sonreírle para darle ánimos.
—Aww, son una pareja tan adorable. —Lein los seguía con ojos brillantes—. ¡Él la apoya en cada oportunidad! Y tú dices que no es romántico. —Miró con reproche a Tront.
—Te digo que no es romance, él apoya a todos sus amigos —insistió con un gruñido—. Pero esto es bueno, creo que ella ya se está empezando a enamorar. —Mientras más rápido ella se enamorará, más rápido podría comenzar a atacar para que Senku pudiera enamorarse también.
Kohaku llegó a su casa y guardó el auto, suspirando profundamente.
Senku se estacionó delante de su casa y asomó la cabeza por la ventana de la puerta.
—¡Te dije que podrías, leona! ¡Diez billones de puntos para ti!
—¡Ja, tengo que agradecértelo, Senku! ¡Fue una experiencia muy interesante! —Se acercó al auto con una gran sonrisa—. Creo que mañana ya podré llevarlo a mi trabajo. —Tront se acercó a ella y le susurró invitar a Senku a entrar—. ¿Quieres pasar? Puedo darte un café de agradecimiento —propuso.
Senku perdió la sonrisa, mirando seriamente a la casa, quizás recordando la última vez que estuvo allí.
—No creo que sea posible, tengo trabajo que hacer —rechazó la invitación.
—¡OH, VAMOS! —Tront jaló de sus cabellos con desesperación y el cielo se nubló—. ¡¿Por qué tienes que hacerte tanto el difícil?!
—¿Entonces el plan se arruinó? —Lein aterrizó en el suelo debajo de Tront, mirándolo con condescendencia.
—No, aún tengo un plan de emergencia.
—¿Cuál?
—Este. —Con el rostro lleno de amargura, apuntó al motor del auto de Senku, que de inmediato lanzó un gran estruendo y comenzó a echar humo.
—¿Qué diablos? —Confuso, Senku salió de su auto y abrió el capo, examinando el motor con ojos llenos de incredulidad.
—¿No que estos autos casi nunca tenían fallas? —Kohaku se acercó a él con los brazos cruzados.
—Es la primera vez en años que algo así me pasa. —Chasqueó la lengua, yendo a buscar la caja de herramientas en el baúl—. Aun así es probable que pueda repararlo fácilmente.
—No tan fácil. —Tront rio maliciosamente mientras hacía más grave el problema.
Senku acabó unos buenos cuarenta minutos atrapado en la reparación de su auto, incluso con la ayuda de Kohaku, y el calor que irradiaba el auto más el calor de ese día lo tenían sudando como puerco, por lo que no lo pensó dos veces y se quitó la camisa, atándosela a la cintura, dejando a Kohaku con la boca abierta, y a los ángeles muy interesados en lo que podrían sacar de esto.
—Creo que solo necesitamos limpiar esta cavidad, reemplazar la pieza y listo. —Bufó, secando el sudor de su frente—. Eso debería ser todo. ¿Me pasas el trapo limpio? —Kohaku no se movió, demasiado aturdida mientras lo miraba de arriba a abajo. Senku no era ningún fisicoculturista ni nada, de hecho, desgarbado y flacucho eran las primeras palabras que alguien usaría para describirlo, pero tenía el abdomen levemente marcado y la piel tersa y agradable a la vista, ahora brillante por el sudor, por lo que Kohaku se le quedó mirando descaradamente, haciéndolo alzar una ceja, luciendo divertido—. ¿Ves algo que te gusta, leona? —se burló de ella sin tapujos.
Eso la despertó de su ensoñación.
—¡C-cállate! —Le arrojó el trapo que le pidió a la cara—. Termina con eso de una vez, ya vas casi una hora y dijiste que sería fácil.
Tront frotó su barbilla con un dedo, asintiendo con aprobación.
Bien, no fue como lo esperaba, pero fue un avance.
Decidió que los dejaría en paz por hoy cuando Senku acabó de reparar el auto. Se despidieron y él se fue, pero Tront se quedó con Kohaku.
Hora de trabajar en la otra parte de la parejita. ¡Era el turno de Kohaku para ser atormentada!
—No te atrevas a pasarte con ella, Tront, ella no es como Senku, no se merece estrategias rastreras. —Lein le jaló bien la oreja antes de dejarlo intervenir en los sueños de su humana.
—¡Ya lo sé, tendré cuidado! —Se apartó de ella frotando su oído con cariño—. Empezaré con algo muy leve y veremos su reacción.
Cuando Kohaku se durmió, el ángel voló sobre ella y colocó una mano en su frente.
—¿Empezarás con el recuerdo de lo que pasó hoy? —preguntó Lein, curiosa.
—¡Sip! Veamos qué tal resulta. —Su mano comenzó a brillar y el pulso de Kohaku pronto empezó a acelerarse ante el recuerdo de esa tarde frente a su casa—. El siguiente paso podría ser... que Senku no abre su bocota y ella lo sigue mirando, supongo. —Su mano brilló más y el rostro de Kohaku comenzó a sonrojarse—. Y podemos combinar eso con las sonrisas y las palabras de apoyo que le dio cuando la animó a conducir su auto. Veamos qué tal.
Sus latidos se volvieron más frenéticos y su rostro se puso más rojo mientras se retorcía en sus sabanas. Parecía estar reaccionando más que bien, así que Tront decidió ir un poquito más lejos y la hizo soñar con acercarse a él e insistir en invitarlo a tomar algo refrescante.
Mientras pensaba en lo siguiente que podía hacerla soñar, de repente su pulso se disparó todavía más y su rostro se volvió más rojo, empezó a sudar y a retorcerse más, abriendo y cerrando los puños y murmurando cosas que sonaban como "qué haces", "detente" y "mejor no te detengas" y un montón de susurros del nombre de Senku.
Los ángeles alzaron mucho las cejas.
—Vaya... no tuve que hacer casi nada. Ella tiene una imaginación muy activa —Tront no sabía sí sentirse perturbado o aliviado.
—Aww, mi pequeña está enamorada. —Lein abanicó su rostro por la emoción.
—Bueno, la seguiré atormentando más estos días, a ver qué tal progresa.
Las siguientes semanas Tront se dio cuenta de que no tenía que esforzarse mucho con Kohaku, por alguna razón ella parecía muy atraída a los brazos flacuchos de Senku y sus sonrisas psicópatas.
Los humanos cada día le parecían más raros.
La parte que si le estaba resultando difícil era la de hacer que vuelvan a reunirse. Los sueños indecentes ya eran normales para ambos, pero lograr volver a reunirlos era más complicado, sobretodo porque Senku, ahora que era amigo de Nanami Ryusui y tenía más influencias, estaba empezando sus planes para abrir su empresa aeroespacial, su sueño de toda la vida.
Kohaku también estaba ocupada, viajando de un lado a otro como parte del equipo elite de Ryusui, cosa que también mantenía muy ocupada a su ángel de la guarda.
Eso más que los dos tenían cierta tendencia a evitarse por la incomodidad, tensión y confusión que traían sus vividos sueños complicaba más las cosas para el ángel del destino.
Bien, hora de recurrir a terceros.
Se puso manos a la obra para hacer a Suika preguntar por Senku a cada rato a Kohaku. También hizo a Senku reunirse más seguido con Chrome para asuntos de trabajo, y se aseguró de que Chrome hablará lo más posible de su cuñada. Pero sin duda el más útil de todos fue Ryusui, que se puso a hablar del tema con Gen, otra persona absurdamente útil.
—Notó a Senku muy distraído cuando nos reunimos, más cuando mencionó a Kohaku-chan. ¡Creo que finalmente se está dando cuenta de que obviamente se gustan!
—Oh~, eso es muy interesante~. —Gen sonrió astutamente—. ¿No ibas a organizar un evento en otoño? Sería la excusa perfecta para reunir a los tortolitos~.
—¡JA, JA! ¡Ya lo había pensado! —Ryusui chasqueó los dedos por encima de su cabeza.
—Amo a estos dos metiches. —El ángel Tront rio mientras comía palomitas de maíz, decidido a relajarse por una vez y dejar que alguien más haga su trabajo.
Aunque bueno, relajarse no significaba que fuera a dejar completamente olvidados a sus dos víctimas, eh... encargos, quiso decir. Siguió atormentándolos con sueños, y un día de esos tantos ocurrió algo que llamó su atención.
Una mañana, después de ser atormentada por un sueño con Senku, Kohaku sacó su celular y empezó a releer los mensajes que tenía con Senku. Ya no era tan común que se escribieran, ella solo le escribía de vez en cuando para pedirle consejos sobre el auto, y él solo le escribió una vez hace semanas para decirle que salió una actualización para su rei-bot.
Kohaku miró a su celular un buen rato, antes de seleccionar el teclado y escribir "Hola, hace un par de meses que no nos vemos, ¿quieres dar una vuelta en mi auto? ¡Ya manejo mucho mejor! Podríamos ir a..." su mensaje terminó ahí, ella no siguió escribiendo. Se quedó mirando el mensaje, releyéndolo varias veces, antes de tomar aire y borrarlo, apagando su celular y arrojándolo despectivamente a la cama, sentándose en el suelo y abrazando sus rodillas.
—Ow, mi pequeña ya está sufriendo por ese ingrato. —El ángel Lein abrazó cariñosamente a Kohaku, incluso aunque ella no podía sentir su presencia—. ¡Tienes que hacer algo, Tront!
—Prefiero esperar hasta la fiesta de otoño, pero por mientras me aseguraré de torturar a Senku, no te preocupes. —Le guiñó un ojo.
Decirlo era más fácil que hacerlo, claramente, pero Tront empezó a usar todos los trucos que se le ocurrieron para hacer que Kohaku estuviera constantemente en la mente de Senku, sin abrumarlo, pero asegurándose de que pensara en ella varias veces al día.
—¿Quiere un collar de ámbar totalmente gratis como cortesía del centro comercial? —le preguntó insistentemente una joven cuando él fue de compras un fin de semana.
—¡Nuevo programa de lunes a viernes a las seis de la tarde! "La vida de las leonas". ¡Conozca todo sobre las reinas de la selva! —Senku apagó el televisor inmediatamente ese día.
—¡Mire, jefe! Traje unos cuantos "peces Kohaku", la variedad de peces Koi, para el nuevo estanque. ¡¿No son geniales?! —Uno de sus compañeros de laboratorio le mostró con orgullo las nuevas mascotas de su lugar de trabajo.
Senku resopló mientras miraba los peces, seguramente preguntándose porqué todo le recordaba a cierta rubia últimamente, y el ángel Tront hinchó el pecho con orgullo.
Unas semanas después, Senku pasó por la cafetería donde tenía comida gratis, donde se encontró con Kohaku por segunda vez, y pasó a ordenar un café. El ángel Tront estaba pensando en formas de sacar a la chica de su casa para que fuera a la cafetería también, pero entonces fue sorprendido por Senku sacando su celular y escribiéndole a Kohaku un "Estoy en la cafetería del centro, ¿quieres que te invite una de esas malteadas sobrecargadas de azúcar que tanto te gustan?"
Sobra decir que Tront cayó de cara al suelo por la impresión. ¡Senku dando un paso por sí mismo! En otra época ya lo estaría arrojando al infierno, creyendo que fue reemplazado por un demonio cambia-formas.
Kohaku accedió de inmediato y llegó al local con una sonrisa enorme, feliz de que él la haya invitado.
—¡Senku! ¡Han pasado varios meses desde la última vez que nos vimos! —Se sentó frente a él con ojos brillantes—. ¿Cómo has estado?
—Ha pasado casi medio año. —Rio entre dientes—. Y he estado bien, estoy al borde de fundar mi propia empresa aeroespacial. El próximo mes ya podré comenzar a construir mi primer cohete a gran escala. ¡Me emociona solo pensarlo! —Baba escurrió de su boca al pensar en cumplir su sueño de toda la vida.
—Eso suena increíble. —Lo miró impresionada—. ¿Es para enviar gente a la luna o algo así?
—Casi. —Rio, sorbiendo de su café—. Por ahora pienso dedicarme a poner satélites en órbita y colaborar con la JAXA, es lo más rentable, luego pienso invertir en el turismo espacial, si me va lo suficientemente bien con mis planes, usando cohetes reutilizables y mi propia variante de combustible. Y todavía tengo mis otras inversiones por las cuales preocuparme. ¿Qué hay de ti? Ryusui me dijo que te está yendo bien en su elite.
—¿Le preguntaste? —Alzó una ceja, incrédula.
—No, él me habla de ti cada vez que puede. —Rodó los ojos, a lo que Kohaku se rio.
—Entiendo lo que dices, también me habla de ti cada vez que lo ves. Es más pesado que mis amigas.
—¿Tus amigas también te molestan conmigo? —Eso lo extrañó.
—Más bien con cualquier chico. —Bufó—. Sobre todo con Titan, pero si te conocieran seguro serían igual de molestas que mi jefe.
Al escuchar el nombre del otro chico, el gesto de Senku se agrió y Tront siguió mirándolo boquiabierto. ¡Aún no podía creer que él tuviera la capacidad de sentir como un ser humano normal! Pareciera una persona completamente distinta al Senku de hace un par de años atrás.
Kohaku era realmente impresionante, Tront de ninguna forma la dejaría escaparse.
—Yo ya lo aguanté muchos años, te toca a ti —le dijo a la chica, aunque no sin lastima por ella.
Kohaku recibió su malteada y cambiaron a hablar sobre el auto, a lo que el gesto de Senku se suavizó y siguieron hablando con muchos más ánimos, sobre todo él, que era como un niño emocionado por sus juguetes, mientras ella solo lo escuchaba con una sonrisa, a veces mareándose por todo lo que decía, pero siempre atenta.
El ángel Tront se durmió un momento de solo escuchar a Senku balbucear todos sus datos científicos, pero fue despertado por un golpe de Lein a los pocos minutos, que le señaló como Kohaku se sentó más cerca de Senku para que él pudiera enseñarle algo en su celular, casi apoyándose en su hombro.
—Aw, realmente hacen una pareja tan bonita. —Lein los miró con ojos brillantes, volando alrededor de su mesa.
—Esto es tan irreal... —Él negó con la cabeza, viendo con incredulidad como ella tomaba su brazo para poder ver mejor el celular—. Si estoy soñando por favor no me despierten por los siguientes mil años. —Frotó sus ojos con su antebrazo, sintiéndose al borde de llorar por sentirse cada vez más cerca de deshacerse de Senku.
Porque esto ya no se trataba solo de salvar a la humanidad, claro que no, a este punto librarse de Senku era más importante para él, siendo totalmente honesto.
Aunque debía admitir que quizás una parte de él, muy pequeña e insignificante, iba a extrañar un poco a ese dolor de cabeza constante. Era un buen chico, aunque el humano más molesto que había conocido, pero se iría feliz si pudiera ayudarlo a encontrar el amor y formar una familia.
Pero eso no significaba que no quisiera molestarlo un poco en el proceso...
Cuando Kohaku se inclinó más contra él, Tront le susurró a Senku algo para que recordara sus sueños, haciéndolo tensarse de pies a cabeza.
El ángel rio maliciosamente, también susurrándole algo a Kohaku, por lo que también se tensó, y entonces ambos se miraron a los ojos, totalmente incomodos, ella comenzando a sonrojarse y él con el pulso acelerado. Apartaron la mirada y ambos tragaron saliva.
Ella se apartó de él, pero continuó estando cerca, solo que visiblemente nerviosa.
Senku la miró de reojo, guardando su celular y carraspeando, intentando disimular que obviamente también estaba poniéndose nervioso por su cercanía.
—Bu-bueno, fue agradable verte, pero creo que debería irme ahora —dijo Kohaku, poniéndose en pie—. Pero... emm... ¿Quieres salir otra vez la próxima semana? Podríamos volver aquí o...
Senku frunció el ceño, y Tront estuvo a punto de intervenir, pero entonces él suspiró y asintió.
—¿Te gusta el ramen?
La siguiente semana Senku llevó a Kohaku a su puesto de ramen favorito.
—¡Mmm! ¡Este es el mejor ramen que he probado! —exclamó ella con las mejillas rojas—. ¡Es bastante caro, pero vale la pena! ¡Tenemos que pedir la receta!
—La he pedido, pero jamás pude hacerla tan bien como la hacen aquí —dijo con la boca llena, haciendo reír a Kohaku por lo obvio que era lo mucho que le gustaba este ramen.
—Yo podría intentarlo, aunque es verdad que no soy tan buena, pero el ramen siempre me ha salido decente...
—Los ingredientes son caros —admitió Senku después de tragar—. Mi madre suele comprarlos y llenar mi nevera con ellos, aunque soy un pésimo cocinero, es más que nada para que cocine ella cuando va a visitarme.
—¿Tienes los ingredientes ahora?
—Ajá —contestó sin pensar, volviendo a atragantarse con su tazón.
—¿Tal vez podría ir mañana a intentar cocinar un poco? Veamos qué tal me queda....
Senku la miró de reojo y los ángeles juntaron las manos, rogando que aceptará.
—Muy bien... —accedió con un poco de duda—. Mañana estaría bien, pero que sea a la hora del almuerzo, debo despertarme temprano el lunes así que me dormiré lo antes posible.
—¡De acuerdo!
Kohaku pidió otros dos platos de ramen, parecía tener un muy buen apetito, y luego salieron del local, pero, antes de que pudieran subir cada uno a su auto y despedirse, Senku se topó con dos personas conocidas.
—¿Viejo? ¿Lillian?
—¡Senku!
—¡Hijo mío!
Kohaku volteó sorprendida, viendo a un hombre mayor con barba queriendo abrazar a Senku, que estaba haciendo uso de todas sus escasas fuerzas para intentar quitárselo de encima, mientras una mujer rubia muy bella se reía de ellos a pocos pasos de distancia.
—Oh, ¿son tus padres? —preguntó emocionada.
Byakuya y Lillian voltearon a verla de inmediato, como búhos viendo un ratón a la intemperie.
—Oh, no... —El ángel Tront empezó a sudar frío de inmediato.
—¿Qué? ¿Qué pasa? —Su compañera empezó a ponerse nerviosa al verlo.
—Los padres de Senku son... mis peores enemigos... —Sus plumas se crisparon con solo verlos.
—¡¿En serio?! ¡¿Por qué?!
—Bueno... cuando no aprueban a una chica, Senku jamás la deja acercarse a él otra vez... y cuando la aprueban, se vuelven increíblemente pesados. —Lloró cascaditas de solo recordar todos los planes que le arruinaron.
Byakuya y Lillian no aprobaron a Luna, porque creían que Senku debía casarse por amor y no por una alianza empresarial. Fueron en gran parte la razón por la que nada de lo que Tront intentó funcionó para que Senku viera a Luna como algo más que una cláusula de un contrato. Y también aconsejaron a Luna que dejara de intentarlo y rompiera el contrato. Siempre fueron amables con ella, pero claramente nunca la quisieron ver con Senku.
Tampoco aprobaron a Amaryllis, viendo lo coqueta que era y lo mucho que se frustraba porque Senku no le hiciera caso. Además parecieron oler a un kilómetro de distancia que Amaryllis solo se interesó en él por un capricho, y conspiraban con Senku para librarse de ella.
Byakuya y Lillian aprobaron a la compañera de laboratorio de Senku, Hanaki, y se volvieron súper pesados e intensos en intentar que Senku saliera con ella, pero eran demasiado evidentes, ¡¿qué esos dos no sabían el significado de la palabra sutileza?! A Senku no le hacía ni una pizca de gracia que intentaran emparejarlo con la chica, y la pobre también se sentía muy presionada por tanto entusiasmo de la pareja, tanto que buscaba evitarlos. Cuando Senku la rechazó, Byakuya y Lillian se sintieron muy mal por la chica, y el regaño que Senku se llevó pareció hacerlo detestar más las relaciones románticas.
Ellos también aprobaron a una ex compañera de clases de Senku, que también acabó rechazada, pero al resto las desaprobaron. Tront prefería no meterlos en sus planes, no quería arriesgarse, ya que sus intervenciones nunca le sirvieron para nada.
¡Y ahora ellos habían puesto sus ojos sobre su mejor oportunidad!
Tront intentó no desmayarse, debía estar atento para que no arruinaran todo el progreso que había logrado. ¡A Kohaku no se la iban a espantar, no, señor!
—¿Quién es esta jovencita? —preguntó Byakuya con una sonrisa emocionada.
—Soy Hizashi Kohaku, soy amiga de Senku.
—¡Es un placer conocerte! Soy Ishigami Byakuya y ella es mi esposa, Ishigami Lillian.
—¡También es un placer conocerte!
—Me sorprende verte aquí con una chica, hijo... —Byakuya miró pícaramente a Senku—. Que yo sepa solo vienes aquí con nosotros o Taiju y Yuzuriha si tienen suerte...
—Cállate, viejo. —Una vena comenzó a palpitar en la sien del joven científico.
—Debes ser una joven muy especial. —Lillian se acercó a Kohaku con ojos brillantes—. ¿Hace cuánto se conocen?
—Casi dos años, creo... —contestó ella con un dedo en la barbilla—. Nos conocimos cuando Senku me salvó, ¿no se los dijo?
—¿Te salvó? ¿De qué?
Kohaku les contó la historia resumida mientras Tront los observaba mordiéndose las uñas, sin saber si quería que la aprobaran o no. Si no la aprobaban Senku podría quedar desencantado de ella, pero si la aprobaban entonces podrían espantarla. ¡Ugh, las dos opciones eran pésimas!
—¡Mi hijo es sin duda un gran hombre! ¡Estoy tan orgulloso de ti! —Byakuya volvió a intentar abrazarlo, recibiendo más patadas en la cara en el proceso.
—¿Y siguieron en contacto después de eso? —preguntó Lillian con ojos interesados.
—En realidad nos encontramos por casualidad otro par de veces hasta que nos hicimos amigos. Y no solemos vernos mucho, pero Senku me ha ayudado con algunas cosas y eso. —Rio alegremente.
—¿Quieren comer ramen con nosotros? Para seguir hablando —propuso Byakuya.
—Ya comimos, viejo, íbamos de salida cuando llegaron.
—¿Qué tal mañana, entonces?
—Oh, de hecho mañana iba a ir a su casa a intentar preparar el ramen que hacen aquí.
—¡¿En serio?! —Los dos sonrieron enormemente y Tront se quedó sin uñas que morder.
—Bueno, entonces podemos vernos la semana que viene —sugirió Lilian rápidamente—. Podemos cenar todos en casa de Senku, ¡les prepararé una receta de mi pueblo natal!
—Eh... —Kohaku miró a Senku, que se veía fastidiado—. Sí eso está bien para él a mí me gustaría.
—Sí, sí. —Senku rascó su oído con indiferencia—. Está bien por mí.
Byakuya, Lillian y Tront sintieron sus mandíbulas desplomarse al suelo, mientras que Kohaku y Lein sonrieron encantadas.
Finalmente se despidieron y cada quién se fue por su camino, dejando al ángel Tront aún congelado en su sitio. Se quedó allí con la boca abierta hasta que Lein llegó una vez Kohaku estuvo a salvo dormida en su cama.
—¿Estás bien? —le preguntó riendo.
—Sí... no. —Negó con la cabeza—. No lo sé. ¡Senku nunca, NUNCA accedió a pasar tiempo con sus padres y una chica! ¿Esto es bueno? ¿Es malo? ¿Debo ilusionarme? ¿Ya es seguro que le gusta? ¡No sé qué pensar! ¡AGH! —Jaloneó su cabello.
—Tront... creo que a este punto ya es bastante obvio que los dos se gustan el uno al otro. —Lein le sonrió dulcemente—. Tranquilo, incluso aunque ellos no son una pareja "normal" hay cosas obvias imposibles de no ver. Tront, estos avances no son cualquier cosa, ellos tienen sentimientos el uno por el otro, ¡lo estás logrando!
—No hagas esto conmigo, Lein. —Él sacó un pañuelo, llevándoselo dramáticamente a los ojos—. No me des ilusiones. ¡No creo estar ni cerca! ¡No han hecho nada verdaderamente romántico hasta ahora!
—Pero piensa en como son ellos, tontito. —Le dio un suave coscorrón—. ¿Tú crees que mi Kohaku mira a Senku como mira a cualquiera? ¿Crees que le habla como a todos los demás? ¿Crees que ella se la pasaría escuchando por horas discursos científicos que no entiende solo porque sí? No puedo hablar mucho por Senku, pero ella también es especial para él, tú mismo lo dijiste y él lo sigue demostrando. ¡Se están enamorando! ¡Es obvio, por el creador! —Alzó las manos al cielo, exasperada.
¿Amor? ¿Senku enamorado? Aún con todo el progreso que había hecho al ángel Tront aquello le seguía pareciendo una idea surrealista, algo inalcanzable...
Pero... con Kohaku, parecía ser posible.
—Mañana intentaré algo para comprobar tu teoría —decidió—. Pero por hoy seguiré atormentándolos. —Voló a casa de Senku para hacerlo soñar cosas indecentes a él y luego tratar con Kohaku.
Al día siguiente Kohaku fue temprano a casa de Senku, sorprendiéndose porque la casa se veía tan grande por fuera y tan pequeña por dentro.
—La mayor parte del espacio se lo lleva mi laboratorio personal —le dijo él—. Pero aun así tengo bastante espacio, ya que vivo solo. A veces mis padres y mis hermanos vienen a molestarme, pero tengo un gran patio también y las habitaciones de invitados son grandes, para varios futones. También tengo pensado expandir la casa en algún momento, me gustaría un tercer piso.
—Me gusta mucho el interior, todo se ve limpio y tecnológico. Ja, aunque por fuera debes admitir que le falta una buena base de pintura nueva.
—En eso tienes razón. —Rio entre dientes—. Siempre olvido programar a los rei-bots para pintar, no la he pintado desde que Taiju y mi viejo se encargaron de eso por petición de Lillian al ver moho en las paredes de afuera.
—Yo pintó mi casa una vez cada seis meses. Es pequeña y pintar me relaja, cuando quieras podría ayudarte con la tuya.
—Eh, depende que tanto me cobres. —Rascó su oído con una sonrisa perezosa.
—¡¿Qué tan tacaño eres?!
Los dos rieron y se dispusieron a ir a la cocina, donde Senku empezó a sacar los ingredientes mientras Kohaku se colocaba un delantal que ella misma había traído.
Empezaron a cocinar mientras seguían conversando, todo frente a la atenta mirada de los ángeles.
—¿Y cuál es el plan para hoy? —inquirió el ángel Lein con curiosidad.
—Sabemos que hay tensión entre ellos, que hay atracción, quizás podamos decir que se gustan, pero quiero saber si ya se están comenzando a enamorar. —Alzó un dedo con una mirada solemne—. Para eso tengo un gran problema, y es que ellos no son nada románticos, pero voy a usar todos mis trucos para intentar hacerlos tener un momento profundo, algo significativo, algo que demuestre que no es solo una atracción superficial. ¿Me entiendes?
—Creo que sí. Pero vamos, ellos ya tuvieron momentos importantes juntos, ¡él le salvó la vida! ¡Dos veces!
—Sí, pero empezaron a gustarse después de eso. Ahora probaremos que tal reaccionan con todos estos nuevos sentimientos encima.
—Ok, ok, sí tú dices que es necesario...
Tront esperó a que terminaran de cocinar para empezar con sus estrategias, pero en medio del proceso de preparación de ramen las cosas empezaron a ponerse tensas. La cocina de Senku era pequeña, y preparar ramen era lioso, los dos caminaban de un lado a otro preparando los ingredientes, fideos caseros, un montón de vegetales y condimentos, cuatro tipos diferentes de carne en distintas proporciones, etc. Y eso los hacía ir de un lado a otro en la pequeña cocina, teniendo que chocarse constantemente y... bueno, sí, los dos empezaron a tensarse, con sus pulsos acelerados seguramente varios pensamientos indecentes en sus mentes.
Ahora Tront lamentaba un poco el haberlos torturado la noche anterior...
—¡Necesito que se pongan románticos, no hormonales! —Estrelló la cabeza contra una pared.
—Tú mismo te buscaste esto. —Su compañera solo se rio de él.
Tront estuvo malhumorado la siguiente hora mientras los veía ahogarse en tensión sexual, hasta que finalmente el ramen estuvo listo y servido y esos dos se calmaron un poco para sentarse a comer.
—Mmm.... —Los ojos de Kohaku brillaron al probar el platillo—. Es increíble, ¡es bastante parecido al del puesto de ramen!
—Mmm. —Senku se llenó la boca—. Le pusiste más de mis condimentos favoritos, así que creo que hasta me gusta más —habló con la boca llena, comiendo como cerdo, mientras Kohaku se reía con las mejillas rojas, sintiéndose halagada—. ¡Diez billones de puntos para ti, leona! ¡Ahora tienes que prepararme algo más para la noche y tal vez para mañana! Y puedes llevarte para ti también, claro.
—Ja, ahora tendrás que dejarme venir más seguido para disfrutar de mis habilidades. —Sonrió complacida—. Pero tendrás que ayudarme, dudo que me hubiera quedado también sin tu ayuda —admitió con ojos brillantes—. ¡Parece que somos un gran equipo!
—Eso ya es obvio desde hace tiempo. —Sonrió ladinamente—. Pero claro, fue bastante... interesante cocinar juntos.
Ambos carraspearon incómodamente, antes de volver a hablar como si nada.
Tront agradecía que ya hubieran pasado su etapa hormonal y estaba pensando en una forma de lograr la situación que quería, pero entonces pasó algo curioso.
—Pero entonces... ¿si puedo venir a visitarte más seguido? —preguntó Kohaku, jugueteando con sus palillos—. Me gustaría no tener que verte cada seis meses, para ser sincera. —Rio suavemente.
Senku la miró fijamente, y Tront pudo escuchar su pulso acelerarse, aunque físicamente él se veía imperturbable.
—Estoy muy ocupado con mi nueva empresa, pero unos descansos no me vendrían mal, aunque sea una vez a la semana. —Soltó una pequeña y seca carcajada—. Tú solo dime cuándo estás disponible y yo te diré si puedo o no. Ya sabemos nuestras direcciones así que puedes invitarme tú o invitarte yo. —Encogió los hombros—. Quizás haya otra recetas que podamos hacer juntos.
—Pueden hacer un bebé~. —Canturreó Lein, haciendo a Tront enviarle una mirada de reproche.
—¡Me encantaría! —Kohaku se entusiasmó por las palabras de Senku—. El rei-bot cocina bien, pero si nosotros podemos hacer recetas como esta de vez en cuando no me quejaría.
—Hay otras cosas que podemos hacer... —Ante esas palabras, Kohaku y los ángeles se quedaron con la boca abierta—. ¿Te gustan los videojuegos, no?
—Ah. —Kohaku se sonrojó profundamente, mientras que los ángeles estrellaron las palmas de sus manos en sus frentes, sintiéndose estúpidos—. Sí, ahora que lo recuerdo, dijiste que tenías varias consolas de último modelo aquí, ¿no? —Él asintió—. ¡Genial! ¿Jugamos algo?
Pasaron el resto de la tarde jugando, volvieron a cocinar algo para llevar y luego Kohaku se despidió de Senku, a lo que Tront decidió ir con ella y Lein.
—Oye, ¿y al final por qué no hiciste nada? —le preguntó confundida—. No pasó nada particularmente romántico, ¿o sí?
—No... pero yo solo quería que pasará algo significativo, algo que demostrara que podrían estar empezando a sentir amor... y creo que pasó. —Sonrió, ilusionado—. Existe una etapa en mi trabajo en la que no tengo que hacer casi nada, una etapa en la que son ellos mismos los que empiezan a buscar formas de pasar más tiempo juntos y poder verse más. Creo que finalmente entraron a esa etapa. —Su sonrisa se volvió temblorosa—. Nunca creí que la humanidad viviría para ver este día, pero creo... Creo que es posible que estén enamorándose el uno del otro.
—Me alegra que al fin lo reconozcas. —Lein sonrió enormemente.
—Como vuelvas a darte cuenta de algo así antes que yo creo que debería considerar intercambiar trabajos. —Él frotó su nuca con una risa avergonzada.
—¿Te imaginas como ángel guardián de Senku? ¡Apuesto a que lo dejarías morir solo por los dolores de cabeza que te causa! —Se carcajeó.
—¡Oye, no es cierto! Quizás lo dejaría lastimarse un poco, ¡pero morir no! —También se carcajeó.
Unos días después fueron a dar su reporte al paraíso, a lo que el ángel administrador asintió complacido.
—Al fin estamos cerca de que el alma jamás nacida llegué al mundo terrenal. Los superiores estarán contentos por la noticia.
—¿Estaremos contentos por qué noticia? —Al escuchar esa voz llena de autoridad, tanto el ángel administrador como el ángel del destino y el ángel guardián se tensaron en sus sitios, para luego voltearse y hacer una profunda reverencia.
—A-arcángel Oryon, qué sorpresa verlo por aquí. —El administrador volvió a erguirse, aunque nervioso.
—¿De qué noticia hablan? Me interesa escucharlo.
El arcángel emanaba una luz celestial superior a cualquier otra cosa en ese jardín. Su cabello gris largo hasta la barbilla con una pequeña trenza al costado solo parecía aumentar ese efecto, y sus ojos fucsias contrastaban con su vestimenta dorada, pero lo más llamativo eran los tres pares de alas en su espalda, dejando en claro lo muy por encima de ellos que estaba.
—Es una noticia sobre la humanidad, señor. Están a punto de sufrir la extinción y está en uno de los planes del creador que un alma llegue a detenerla. Lo único que nos han revelado es que el alma debe nacer de cierto humano, y el ángel Tront está trabajando para juntar a ese humano con una humana para dar a luz al alma necesaria.
—¿Es un designio divino?
—Sí, señor.
—Déjame verlo.
El ángel administrador sacó un pergamino y se lo entregó al arcángel Oryon, que lo leyó con las cejas profundamente fruncidas.
—Esto no puede estar bien —dijo el superior luego de leer el pergamino.
—¿De qué habla? —Tront alzó la cabeza para mirarlo con confusión.
—Las almas con destinos tan grandes como este siempre tienen designado al padre y a la madre. —Cerró el pergamino—. Es imposible que el designio divino solo les haya dado el nombre del padre. Esto fue alterado por alguien. ¿Quién les dio esto?
—Un ángel profeta —contestó el administrador, confundido—. No sé cuál, el mensajero no lo especificó.
—¿Quién fue el mensajero?
—El ángel Adelio.
—Lo interrogaré. —Suspiró—. Por mientras, suspendan la misión del ángel del destino.
—¡¿Qué?! —Tront se tensó de la cabeza a los pies.
—¿Esa es forma de hablarme? —Su superior lo miró con desagrado.
—Disculpe. —Bajó la cabeza—. Pero ¿a qué se refiere con que suspenda mi misión?
—Las almas heroicas no pueden nacer de cualquiera, por eso este designio divino está incompleto —explicó con frialdad—. Tanto padre como madre son importantes, porque son ambos los que le inculcan los valores que llevan el alma a cumplir su destino. Ya deberías saber esto, siendo tú uno de los mejores ángeles del destino. Es una vergüenza para ti que yo haya tenido que venir a decírtelo.
Tront sintió su temperamento burbujear, pero por supuesto que no podía decir nada grosero a un superior, aunque los ángeles del destino estuvieran justo por debajo de los arcángeles, después de los profetas, claro.
—Llevó años trabajando en el caso de Ishigami Senku, señor. Varios superiores no han dicho nada al respecto. No creo necesario suspender mi actividad. Estoy cerca de lograr que el alma llegué al mundo terrenal, y creo que encontré a la humana perfecta para...
—¡He dicho que la misión debe quedar suspendida! —Sus alas se desplegaron y Tront cayó sobre una rodilla al sentir el peso de su poder amenazando con destruir su alma—. No importa sí la mujer que has encontrado congenia con el padre o no. Debemos encontrar al profeta para que nos diga quién es la madre y tú no debes dejar que ninguna otra mujer se le acerque hasta entonces. No arriesgaremos a la humanidad dejando que el alma necesaria nazca de una mujer cualquiera.
Lein frunció el ceño al escucharlo, pero no se atrevió a decir nada, también sintiendo sus rodillas débiles por el peso de la furia del arcángel.
—¿Y qué pasa si es ella? —Tront, aun en la posición en la que estaba, se atrevió a hablar—. ¿Qué pasa si la madre es la mujer que encontré? Si hago que se aleje ahora, arruinaríamos la posibilidad de que pueda recuperar su vínculo con ella después...
—Correremos el riesgo. —La indiferencia del arcángel Oryon dejó a Tront y Lein boquiabiertos—. Mientras investigó quién fue el profeta, tú debes mantener a toda mujer alejada del padre. Es una orden. ¿Te ha quedado claro?
Tront, sudando profundamente y apretando los puños por la frustración, asintió.
Finalmente, el arcángel dejó de ejercer presión sobre él y se marchó, dejando al ángel del destino jadeando pesadamente.
Lein se le acercó con cautela, arrodillándose a su lado y colocando las manos en su brazo.
—¿Estás bien?...
—No. —Suspiró temblorosamente—. La verdad no...
—¿Qué hacemos ahora?
—Obedecer al superior, obviamente. —El ángel administrador se acercó a ellos—. Vuelvan al mundo terrenal. Tú sigue protegiendo a tu encargo ya sin colaborar con el ángel Tront y tú has lo que el arcángel te dijo, sin peros.
—De acuerdo... —Cabizbajos, no tuvieron más opción que obedecer.
Apenas bajó a Tokio, las nubes cubrieron el cielo y una tormenta empezó, y la lluvia no se detuvo por el resto de la semana hasta que llegó el día en el que Kohaku vendría a comer con Senku y sus padres.
Según las órdenes, Tront ahora no debía hacer nada por hacer que ellos dos se acerquen, y hasta debía intentar... alejarlos.
—No lo harás, ¿verdad? —Lein lo miró con tristeza al estar viendo como Kohaku conversaba alegremente con Byakuya y Lillian mientras Senku comía en silencio, pero sonriendo—. ¿Cómo pueden pedirte que arruines todo por lo que has estado trabajando?
—Órdenes son órdenes. —Bufó—. No me gustan, pero ¿qué puedo hacer? ¿Ir contra un arcángel? Me arrancaría las alas con solo un dedo.
—Pero... —Lein miró con tristeza como Senku y Kohaku intercambiaban miradas de vez en cuando—. ¿Qué tal si sí es ella? ¡¿Cómo podría no ser ella?! ¡Mi Kohaku no es una cualquiera! ¡Esa alma jamás nacida no podría tener una mejor madre que ella! ¡Nadie le inculcaría mejores valores! —Pataleó, gritando todo lo que le hubiera gustado decir en la cara del superior.
—Pienso lo mismo. —Tront se dejó caer en el piso miserablemente—. Creo que es ella, no me imaginó que sea nadie más. ¿Quién más podría ser? Solo ella se ha metido tanto en el corazón de acero inoxidable de Senku. —Bufó—. Estaba tan cerca y ahora... —Sus alas se aflojaron con tristeza.
—Oye, si no lo escribes en el reporte... realmente nadie se enterará que estuviste ayudando a mi Kohaku y a tu Senku a estar juntos, ¿o no? —preguntó en un susurro.
Tront la miró boquiabierto.
—¿Me estás sugiriendo que desobedezca?
Ella se mordió el labio, jugueteando con sus dedos tímidamente.
—S-solo para hacer pequeños avances, no es que vayan a engendrar al alma jamás nacida mañana, pero un pequeño avance no hace daño, ¿verdad?
Tront siguió mirándola boquiabierto.
—Me van a arrancar las alas por esto... —Frotó sus sienes—. Pero bien, solo un pequeño avance. —Suspiró temblorosamente—. Veamos qué tal sale... nadie se va a enterar...
—¡Esa es la actitud! —El ángel de la guarda no pudo ocultar su alegría.
Tront decidió ponerse más atento a lo que estaban hablando en la mesa, ahora sin estar seguro de sí quería que Byakuya y Lillian espantaran a la chica o no.
—Dime, Kohaku-chan, ¿te gusta mi hijo? —Ante esa pregunta de Byakuya, el ángel Tront estrelló su palma en su frente.
¡Ese hombre era un experto en espantar posibles nueras!
—¡Qué gracioso es usted, Byakuya-san! —Por suerte, Kohaku no pareció incómoda y solo se rio, viéndose genuinamente divertida por la actitud de Byakuya y el malhumor de Senku.
Al final quedó muy claro que Byakuya y Lillian aprobaban a Kohaku, pero ella no pareció incomoda con ellos en ningún momento, ¡hasta les seguía el juego para burlarse de Senku junto a ellos!
—¡¿Cómo es que Oryon no acepta que ella es perfecta para él?! ¡Es obvio! —Rayos retumbaron el cielo por el mal humor del ángel del destino.
—Hace poco tú tampoco estabas convencido —señaló su compañera, con mala cara.
—¡Sí, pero yo conozco a Senku, al menos! ¡Y porque lo conozco es que ahora estoy seguro de que Kohaku es su persona ideal! ¡No pueden decirme que ella no es la madre perfecta para el alma jamás nacida!
Al final de la comida Kohaku se despidió alegremente de los padres de Senku y se quedó otro rato a jugar videojuegos con él, a lo que ambos pasaron un buen momento juntos, tanto que Tront se calmó y la lluvia también, así que Kohaku decidió irse en ese momento. El ángel hubiera hecho llover más para hacerla quedarse, pero entonces recordó que se suponía que ya no debía hacerlo y prefirió abstenerse.
Lein se fue con Kohaku y Tront ya no se sintió en posición de seguirla, así que se quedó con Senku, viendo con frustración como susurraba el nombre de Kohaku en sueños aún sin que él tuviera que hacer nada. ¡Este tipo ya estaba en bandeja de plata para esa mujer y él aquí sin poder hacer nada!
El siguiente mes tuvo que subir a dar su reporte, mintiendo un poco al decir que Senku no avanzó nada con su relación con Kohaku, y el arcángel Oryon llegó a escuchar su reporte también, y de paso a darle la noticia de lo que había averiguado.
—El mensajero Adelio jamás entregó el designio divino —dijo con rostro muy serio—. Pero hay testigos que lo vieron entregarle el mensaje al ángel administrador. Busqué en las memorias de Adelio y resulta que jamás lo hizo. Eso solo quiere decir una cosa.
—Suplantaron su identidad... —Tront se dio cuenta de inmediato.
—Exacto. —El superior asintió—. Alguien quiere sabotear esta misión deliberadamente. No dijeron el nombre de la madre apropósito. —Suspiró—. Será mejor que sigas mis órdenes, Tront. Mantén a toda mujer alejada del padre. Debemos encontrar a la verdadera madre y hasta entonces tú solo vigila al padre y nada más. ¿Entendido?
Aunque a regañadientes, Tront tuvo que asentir.
—¡Por supuesto que no voy solo a vigilarlo! —gritó a todo pulmón una vez estuvo en el mundo terrenal—. ¡Es Kohaku! ¡Estoy seguro de que ella es la madre!
No debería ser un ángel desobediente, ¡pero al rábano con el superior! ¡No iba a arruinar todo por lo que había trabajado por su terquedad! ¡No había mujer mejor para Senku que Kohaku, no había mejor madre para esa alma, estaba seguro! ¡Diez billones por ciento seguro!
Estaba tan seguro que no dudó en conspirar para que Ryusui obligará a Kohaku a ir a su fiesta de otoño como una invitada, con un vestido elegante y todo.
El día de la fiesta, coordinó todo para que Senku y Kohaku llegaran al mismo tiempo y se encontraran en la puerta.
Apenas verse, ellos se quedaron mirando como idiotas, para luego sonreírse y entrar juntos al salón, conversando alegremente sobre las artimañas con las que Ryusui los obligó a asistir.
—Ah, juntos como una parejita, ¿eh? ¿Finalmente dejaran de esconder su relación?~ —preguntó Gen acercándose junto a Ryusui y Francois detrás de ellos.
—Cállate, solo nos encontramos en la entrada por casualidad. —Senku los miró con desagrado.
—¡JA, JA! ¿De verdad esperan que creamos eso?
—Pero es la verdad. —Kohaku cruzó los brazos con una mirada llena de resignación.
Claro que no les creyeron, pero a Senku y Kohaku tampoco les importó demasiado, rápidamente se fueron a un rincón a comer, beber y hablar de sus cosas, hablando con ciertas personas que se les acercaban de vez en cuando.
Senku en un momento fue llamado por socios de trabajo y Kohaku decidió ir a conversar con sus amigos guardaespaldas, hasta que uno de ellos la invitó a bailar. Kohaku accedió sin problema, pero empezó a ponerse incómoda cuando el chico la acercó de más a él, y Tront de inmediato voló hacia Senku, usando un susurro angelical más bien para gritarle advirtiéndole que querían robarle a la chica.
Él volteó de inmediato, frunciendo el ceño al ver que Kohaku estaba queriendo apartarse del chico, que no soltaba sus manos, insistiendo en bailar otra pieza.
—Te dije que no, gracias. —Ella apartó las manos bruscamente y se alejó del chico, que la siguió insistiendo que bailaran un poco más—. Te dije que...
—Leona, aquí estás, me debes un baile. —Senku llegó en ese momento, enredando una mano en la cintura de Kohaku, dejándola boquiabierta—. ¿O acaso olvidaste que te lo pedí?
A ella le tomó un tiempo entenderlo, pero cuando lo hizo sonrió y envolvió sus hombros con sus brazos.
—Claro, justo iba contigo. Lo siento —le dijo a su amigo (que se veía muy descontento), guiando a Senku al otro lado de la pista de baile—. Gracias por esto, Senku, sé que bailar no es lo tuyo.
—Definitivamente no lo es. —Bufó, pero intentó seguirle el ritmo a duras penas. Por suerte era un vals, no era tan malo en ese tipo de bailes—. ¿Es común que tengas un amigo pesado insistiéndote en cosas que no quieres?
—Un poco, suele aparecer uno cada dos o tres años. —Rio entre dientes—. Es el precio de no querer tener nada que ver con el romance, novios y esas cosas. Creen que estoy desesperada por atención, aparentemente.
—A mí nadie me ha molestado últimamente... más o menos. —Hizo una mueca.
—¿A qué te refieres con más o menos? —Kohaku se tensó.
—Bueno... hace unos meses una amiga me besó cuando estábamos borrachos...
Kohaku se quedó congelada en su sitio, soltándolo bruscamente.
—¿Qué te pasa? —Tanto Senku como el ángel Tront se confundieron.
¿Acaso ella recordaba y estaba enojada de que él haya dicho que eso fue molesto?
—N-nada. —Ella carraspeó—. ¿Quieres ir por vino?
—Muy bien.
Fueron a la mesa y Kohaku se bebió una botella entera de golpe.
—Y esa amiga... ¿quién es? —inquirió de pronto.
Senku alzó una ceja.
—¿Por qué te importa? —indagó con cautela.
—¿Estás saliendo con ella? —preguntó en un susurro.
—¿Qué? —dijo Senku.
—¡¿QUÉ?! —gritó Tront.
—Nunca me dijiste nada de ninguna amiga. —Apretó la botella con fuerza en sus manos.
—Bueno, eso sería porque...
—¡Senku, Kohaku, hola! —Chrome eligió ese preciso momento para aparecerse a interrumpir, junto a Ruri y su hijo de un año y medio.
Al tener a su hermana, su cuñado y su sobrino allí Kohaku se alejó de Senku y no volvió a acercarse a él el resto de la velada, a lo que Tront estuvo jalándose de los cabellos maldiciendo su suerte.
¡¿Por qué todo tuvo que arruinarse?! ¡La humana imprudente ni siquiera le dio tiempo a decirle que fue ella la que lo besó estando borrachos!
La velada terminó así, horriblemente mal, y cada quien volvió a su hogar.
—El arcángel Oryon me puede arrancar las dos alas con una cuchara si quiere, ¡pero por el creador que no pienso dejar las cosas así!
Esa noche decidió darles pesadillas apropósito a ambos, aunque no fueran pesadillas como tal, pero estaba seguro de que para ellos se sentiría así. A Senku lo hizo soñar que Kohaku no volvería a hablarle sino arreglaba la situación, y a Kohaku la hizo soñar con que Senku estaba desesperadamente tratando de decirle algo y que por no haberlo escuchado cada vez se alejaba más y más de él.
Al día siguiente, los dos se mandaron mensaje casi al mismo tiempo y se rieron de eso.
Acordaron verse la próxima semana para hablar, ya sintiéndose más tranquilos al saber que los dos querían solucionar su problema.
La semana siguiente, Senku fue a casa de Kohaku y los dos se vieron incómodamente. Era obvio que ella había hecho una escena de celos, pero él prefirió no decir nada sobre eso. Se sentaron en la sala y se pusieron a beber vino, comiendo frituras también.
—Por si no lo recuerdas... —le dijo lentamente—. La amiga que me besó cuando estábamos borrachos... fuiste tú.
Eso la hizo enrojecer muchísimo, pero no se veía del todo sorprendida. ¿Acaso había recordado algo?
—¿Por qué nunca me lo dijiste?...
—Solo fue un beso de borrachos, no creí que te importaría. —Hurgó en su oído con aparente indiferencia, sabiendo que ella no podía escuchar su pulso acelerado, aunque Tront sí.
—¿Fue el día en que te vomité encima, verdad?
—Sip.
Kohaku gimió avergonzada de sí misma.
—Lo siento... —Enterró el rostro en sus manos.
—No te preocupes, no me molestó para nada. —Rio divertido—. Nada de lo que pasó esa noche me molesto...
Ella asomó sus ojos por entre sus dedos, sonrojándose más.
—¿Quieres... jugar videojuegos? —Cambió de tema.
—Claro. —Encogió los hombros.
Siguieron bebiendo mientras jugaban hasta que se hizo de noche. Entonces Senku se quedó a comer y después siguieron bebiendo y jugando, hasta que llegó la hora de que se fuera.
—El curry estuvo bastante bueno, no tanto como el ramen, pero lo agradezco —le dijo él de muy buen humor mientras se colocaba su abrigo.
—Si quieres ramen solo tienes que visitarme más seguido. —Lo acompañó hasta la puerta.
—Tal vez lo haga. —Volteó a verla con una sonrisa ladina.
—Entonces tú compras los ingredientes, y ya sabes que tienes que ayudarme con eso o no me queda tan bien, lo he comprobado.
—Sí, sí, las cosas quedan mejor cuando las hacemos los dos.
—Exacto, el alma jamás nacida también quedará mejor si la hacen ustedes dos —agregó Lein sonriente, y esta vez en lugar de mirarla mal Tront asintió, muy de acuerdo.
—También me debes la revancha de ese último juego, insisto en que hiciste trampa.
—Ser mejor que tú no es hacer trampa, leona.
—¡Ja, ser mejor que yo es algo con lo que solo puedes soñar! ¡Y no soy una leona, bastardo! —Lo golpeó en el hombro no tan suavemente, haciéndolo trastabillar—. Ups. —Lo ayudó a enderezarse, acabando así muy cerca el uno del otro.
Se quedaron mirando, y los ángeles aguantaron la respiración, preguntándose qué harían ahora.
Finalmente, ambos retrocedieron un paso, alejándose.
—¡AGH! ¡Cobardes! —El ángel Tront pateó una pared y un fuerte trueno hizo retumbar los tejados, haciendo a Senku y Kohaku brincar en sus sitios, acabando otra vez a pocos centímetros el uno del otro. Ellos se miraron incrédulos, antes de tomar los rostros del otro en sus manos y juntar sus labios en un beso desesperado.
El ángel Lein chilló de emoción, mientras que el ángel Tront directamente se desmayó de cara en el suelo.
Definitivamente iban a arrancarle las alas por esto.
Continuará...
Holaaaaaaaaaaaaaa :D
Me sorprendió mucho ver que aun recuerdan este fic! Muchas gracias a todos por su apoyo! TwT
Muchas gracias tambien a todos los que dejan su comentario y su voto y también gracias a los fantasmitas por leer x'D
Ojalá el cap les haya gustado a pesar de que sé que se puso mucho más raro Q-Q
No olviden que se les ama con todo el kokoro!~ :3
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
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