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¿Ahora sí vas a sonrojarte?

(Advertencia: Spoilers del One-shot post-final del manga. Si no lo leíste, hazlo, no te arrepentirás ;D Está en Manga Plus y en TMO. Es una especie de epilogo del manga).

Despertar en medio del océano no era algo de todos los días, menos sin tener ni idea de cómo habías llegado allí. Cualquiera habría caído en la desesperación, pero no Senku, él no era así. Y no pasó mucho tiempo hasta que pudo recordar todo, cuando se topó con la estatua de Kohaku flotando a la deriva en las tranquilas aguas del mar.

Su avión se cayó luego de que recogieran un preciado material en Noruega, aunque por suerte Whyman estaba con ellos así que pudieron salvar sus culos petrificándose. Sin embargo... un rescate no sería posible en este mundo reiniciado.

Senku contempló la estatua de Kohaku, dejando que las aguas los arrastrara a ambos ya que ¿cuál era el punto en luchar contra la corriente? Estaban en el medio del mar, sin rastros de tierra firme en ningún lugar, con flotadores y lo que traían encima como únicos recursos.

Claro que Senku no pensaba darse por vencido, y tenía tres frascos con líquido despetrificador, pero... reviviera a quien reviviera, había una posibilidad de que no lograran sobrevivir. Despertar a Kohaku ahora sería poner en riesgo su vida.

Ese pensamiento y muchos otros pasaron por la mente de Senku, pero, a pesar de todo, su mano se movió casi sola hacia el frasco con el líquido.

No lo dudó demasiado y echó el contenido del frasco en la estatua de Kohaku. Y ¿saben qué? Lo hizo con una sonrisa, aunque eso no eliminó del todo el leve rastro de culpa por tener que arrastrarla a este problema.

No estaba esperando que ella se lanzara a abrazarlo, apretando sus cuerpos juntos.

Su cuerpo, antes frío, comenzó a calentarse inmediatamente.

Felicitó a Kohaku por aferrarse a él como medio para no perder calor corporal, aunque ella le salió con un comentario acerca de sonrojarse, cosa que él prefirió ignorar, recordándole que no había tiempo para eso en una emergencia.

Creyó que dejaría el tema allí, pero Kohaku se lanzó directamente a la yugular con comentarios que le dejaron muy claro que no la engañaba en absoluto, ella sabía que era un gran riesgo revivirla, y aun así él eligió hacerlo para tomar el riesgo junto a ella.

Kohaku apoyó la barbilla en su hombro y Senku se tensó, esperando sus siguientes palabras... solo para que ella se interrumpiera de pronto, soltándolo rápidamente y nadando como si la persiguieran para alejarse a metros y metros de él, dejándolo frío y solo en su sitio otra vez.

Si no fuera porque regresó con una palmera entera, quizás se habría sentido molesto.

Apenas se subió a la palmera con ella, lo primero que hizo fue comenzar a quitarse la ropa.

—¿Qué haces? —le preguntó, confundida.

—Hay buen sol, será mejor aprovechar y poner nuestra ropa a secar para no dormir con ropa húmeda, sería la muerte segura.

—¡Ja, ya veo, tiene sentido! —Se quitó su vestido de un tirón.

Senku la miró de reojo mientras ella acomodaba sus cosas entre las hojas de la palmera. Luego de un rato mirándola, Senku se lanzó al agua para moverse a su lado y acomodar sus cosas también, intentando atar las hojas las unas con las otras para asegurarse de que nada se cayera. De sus cosas tomó una pequeña hacha y un cuchillo, cosas que siempre llevaba con él en caso de emergencia.

—Tenemos cocos como fuente de agua y comida, pero no duraran para siempre —le dijo a Kohaku, volviendo a sentarse en la palmera a su lado—. Tu aldea está formada por gente de agua, ¿verdad? ¡Es hora de que pruebes tus habilidades, leona! Necesitamos alimento, caracoles y algas. ¿Podrás conseguirlo, leona?

—¡Ja, no me subestimes! —Saltó al mar con entusiasmo—. ¡Y no soy una leona!

Senku usó los materiales que tenía con él para darle una bolsa improvisada y, equipada con el hacha y el cuchillo, Kohaku se sumergió para buscar materiales.

Senku se quedó solo en la palmera y se aseguró de terminar de ajustar sus cosas con las hojas, luego notó con curiosidad que había muchísimas algas flotando en los alrededores.

Comenzó a tomar las algas para hacer cuerda con ellas, logrando asegurar mejor sus cosas al tronco. Kohaku trajo más, al igual que otros materiales útiles, y así se pasaron el resto del día hasta que, justo faltando poco para que anocheciera, Kohaku emergió del agua cargando un pez casi más grande que ellos dos juntos. Senku casi tiene un ataque.

—¡Ese pez podría alimentar a toda la aldea por varios días! —se quejó, totalmente descolocado.

—¡JA! ¡Conmigo solo durara hasta la cena de mañana! —Sonrió con baba escurriendo de su boca.

—Como sea, ya sube y espera a secarte un poco antes de vestirte. Está por anochecer. —Él ya se había vestido y se sentía mucho mejor.

Esa noche no durmieron, se la pasaron haciendo cuerda como dos dementes desgraciados, además de que realmente no había mucho espacio en una sola y triste palmera. La cuerda era primordial para convertir su patético tronco en una balsa decente y así de verdad poder acostarse para dormir cómodamente.

Por suerte habían muchas algas y restos de palmeras flotando por la zona, cosa que le daba una idea de dónde se encontraban ubicados en el mapa.

Al amanecer, el frío empezó a hacerlos temblar y se sentaron espalda contra espalda para tratar de conservar un poco de calor, aunque Senku pronto empezó a tener tanto frío que simplemente se recostó en el regazo de Kohaku mientras ella trabajaba diligentemente. Se sintió como un inútil, pero no podía negar que era un sitio más cómodo de lo que habría imaginado.

Durmió solo dos horas y se despertó cuando ya no hacía tanto frío.

Kohaku le sonrió cuando él finalmente despegó la cara de sus muslos.

—¿Quieres desayunar?

Desayunaron pescado y cocos, obviamente.

Kohaku tenía un gran apetito, así que Senku le dijo que siguiera comiendo tranquila mientras él se ponía al día con el trabajo, ya que después de todo él llegó a dormir mientras ella trabajaba, merecía un descanso.

El sol se puso mucho más fuerte a eso de las nueve de la mañana (su reloj interno seguía funcionando), así que uso algo de la cuerda que hicieron para curvar las hojas de la palmera de modo que hicieran sombra sobre Kohaku que seguía comiendo a gusto. Luego se puso a pescar algas para hacer más cuerda.

Estuvieron como dos desgraciados el resto del día haciendo cuerdas por horas y horas, tomando los troncos que se encontraron alrededor y manteniéndolos cerca, hasta que por fin tuvieron suficiente para atar los troncos juntos y formar una balsa con tres troncos. Luego hicieron más cuerda del demonio y por suerte encontraron otro tronco, así que la balsa pasó a ser de cuatro.

Cortaron las hojas de las palmeras y las usaron para hacer un pequeño fuerte para asegurar sus provisiones (o sea pescado y cocos) y luego Senku siguió pescando algas para hacer más de la cuerda infernal ya que honestamente nunca se podía tener suficiente cuerda. ¿Existía algo más útil que las cuerdas?

Pescó algas mientras le explicaba a Kohaku que lo más seguro era que estuvieran en el temido Triangulo de las Bermudas (aunque claramente ella no tenía idea de qué era eso) y le explicó que las corrientes de dicho lugar formaban un giro oceánico que reunía y estancaba todo tipo de basura naturalmente, cosa que les haría difícil escapar de allí, pero al menos les daba la posibilidad de encontrar todas las estatuas de sus amigos, por lo que no estaba tan preocupado por ellos.

Pescó algas mientras Kohaku preparaba una cena improvisada (adivinen, cocos y pescado) y solo dejó de lado su tarea mientras comían tranquilamente.

Pescó algas incluso en la noche, cuando las estrellas y la luna menguante eran la única fuente de luz disponible, muy tenue, pero lo suficiente para que pudiera seguir trabajando hasta que el cansancio y el frío comenzaron a hacer mella en él. Kohaku se durmió apenas cayó la noche, y Senku quería ser el que no durmiera esta vez, pero la verdad no era tan fuerte, así que solo duró pescando algas hasta media noche antes de finalmente ceder y recostarse al lado de la chica.

Esa noche hacía más frío que la noche anterior, y Senku trató de pegar su espalda a la de Kohaku para no sufrir tanto por la falta de cobijo, pero no era suficiente, siempre fue un debilucho aguantando el frío, así que tuvo que sentarse y llevarse dos dedos a la barbilla, pensando en qué debería hacer ahora.

Miró a Kohaku fijamente, preguntándose si debía despertarla o resignarse a pasar frío y tal vez acabar enfermándose en medio del mar cuando la salud era primordial para seguir trabajando y por lo tanto... Sí, lo más lógico sería despertarla.

—Leona. —Sacudió su hombro suavemente.

Ella, acostumbrada a dormir en el bosque en alerta de cualquier depredador, se despertó rápidamente, sentándose con un cuchillo en mano.

—Ah, Senku. —Guardó el cuchillo—. ¿Qué pasa?

—Hace frío, lo mejor es dormir con nuestros cuerpos pegados para conservar calor —explicó tranquilamente, rascando su oído con el meñique.

—Oh, de acuerdo. —Pestañeó un par de veces, antes de extenderle los brazos.

Senku no hizo ningún movimiento para acercarse a ella, así que soltó una risa divertida y envolvió los brazos alrededor de sus hombros, recostándose y dejando que él estuviera sobre ella, con el rostro enterrado en su pecho.

—No era necesario que te pusieras debajo de mí, leona...

—¡No soy una leona! —Lo miró con reproche, antes de acostarse mirando a las estrellas—. Esta balsa es bastante incómoda, pero estoy acostumbrada a dormir en sitios así. Puedo soportar tu peso, así que no te preocupes y duérmete.

—Yo también me acostumbre a dormir en sitios no muy cómodos, no necesitas mimarme. —Rio entre dientes—. Podemos dormir lado a lado y ya.

—¡Ja! Dices eso, pero lo más eficiente es lo que yo propongo, porque así nuestros cuerpos están más juntos. —Dejó de abrazarlo y se apoyó sobre sus codos para levantarse levemente y sonreírle con picardía—. ¿O acaso te pongo nervioso? ¿Ahora sí vas a sonrojarte?

Senku rio por lo bajo, apartando la mirada.

—De nuevo con tus tonterías ilógicas. Sí tanto quieres tenerme encima de ti solo dilo, leona. —Su risa se volvió más descarada mientras posaba las palmas de las manos a los lados de la cadera de Kohaku, alzando levemente su cuerpo para tomar algo de distancia.

—¡Ja! ¿Estás intentando hacer que yo me sonroje?

—Si de verdad quisiera una cosa tan absurda como esa, no me sería difícil. —Hizo amago de alejarse de ella definitivamente, pero entonces Kohaku enredó sus piernas alrededor de su cintura y jaló sus brazos para pegarlo completamente a ella, esta vez teniéndolo a la altura de su rostro, con sus narices casi rozándose.

—¿Dices que es fácil para ti hacerme sonrojar? ¡Ja, pues bien! ¿Por qué no lo intentas? Yo también podría intentarlo... —Volvió a abrazarlo, deslizando una mano por su nuca hasta enterrarla en su cabello.

Senku frunció el ceño al sentir sus dedos jugar suavemente con los mechones de su cabello blanco-verdoso.

—¿Quieres perder el tiempo en juegos sin sentido en medio de esta emergencia? Lo más eficiente sería dormirnos de una vez. —Su mirada se llenó de desinterés mientras apoyaba las palmas de sus manos a los lados de la cabeza de Kohaku para sostenerse.

—Tú fuiste el que propuso algo sin sentido, ¿o acaso no es mejor esta forma de dormir para compartir calor sin que nos afecté el frío?

—Si quisiera la forma más eficiente para compartir calor... —De repente acercó mucho su rostro al suyo, con sus narices aún más cerca que antes y la sonrisa más descarada que le había visto nunca— tendríamos que dormir abrazados completamente desnudos.

Kohaku jadeó, sintiendo su rostro enrojecer de golpe.

—¡¿Q-qué...?!

Senku entrecerró los ojos sin perder la sonrisa, rozando su nariz con la suya... antes de alejarse con expresión triunfante.

—Ah, parece que yo gane. Te dije que no me sería difícil hacerte sonrojar.

Kohaku se quedó en blanco.

—¡¿AAH?! —Se levantó bruscamente, chocando su frente con la barbilla de Senku.

—¡AUCH, MALDICIÓN!

Cinco minutos después, Senku seguía frotando su barbilla y Kohaku seguía con el rostro rojo brillante, visible incluso en la oscuridad de la noche.

—¿Entonces lo de dormir desnudos es de verdad? —preguntó ella con curiosidad luego de que él le asegurara varias veces (en pos de salvar su vida) de que en serio era la forma más eficiente para conservar calor y no una broma para avergonzarla.

—Sí, pero no es necesario en esta situación, no hace tanto frío. —Una vez su barbilla dejó de dolor, empezó a rascar su oído con el meñique, fastidiado—. Y se podría conservar la ropa interior, supongo. Nuestros cuerpos irradian calor naturalmente, y la piel es mejor conductora del calor que la ropa. Sin la tela de por medio, el calor se comparte con mucha más eficiencia. Sin embargo, como dije, no es necesario en este caso, el frío no es demasiado.

—Entiendo. —Finalmente su rostro volvió a su color natural—. Bueno, es mejor dormir.

—Sí.

Se recostaron lado a lado y no hablaron por un momento, antes de que Kohaku decidiera ceder.

—Senku, hablaba en serio antes. —Volteó a verlo—. No me molesta que duermas sobre mí.

—Te preocupas demasiado. Como dije, el frío no es tan extremo, no hace falta. —Se recostó de lado y apoyó su mejilla sobre su mano—. Pronto conseguiremos más materiales y avanzaremos más esta civilización científica improvisada, por lo que no tendremos que recurrir a estos métodos primitivos para sobrevivir.

—Ja, eso no lo dudo. —Bostezó, cerrando los ojos y acomodándose para dormir, sintiendo el sueño invadirla por no haber dormido ni un poco el día de ayer.

A pesar de sentirse tan soñolienta, se dio cuenta de que le había dado la espalda a Senku cuando se supone que debía abrazarlo para que no tuviera frío.

Estaba a punto de volver a darse la vuelta cuando de pronto sintió su brazo pasar por encima de su cintura y su pecho pegarse a su espalda. Él apoyó la nariz en su cabello, sin que pareciera molestarle su coleta haciéndole cosquillas en la barbilla.

Kohaku sintió su rostro volver a enrojecer.

Él estaba abrazándola por detrás... ¡él estaba tomando la iniciativa de tener contacto físico con otro ser humano!

Le gustaría mucho tener una cámara de esas que usaba Minami ahora mismo.

Sonrió felizmente, cerrando los ojos, fingiendo no darse cuenta de que sus manos acabaron justo sobre la mano de Senku, rozándola con la punta de los dedos.

Él de verdad tenía las de ganar en el campo de sonrojos, pero algún día buscaría la forma de hacerlo ruborizarse también.

Solo era cuestión de tiempo.

Fin.

Holaaaaaaaa :D

Por supuesto que TENÍA q escribir algo sobre el One-shot del manga! Omaigad que eso fue más de lo que esperaba! *o*

La OTP finalmente tuvo el momentito que se merecía :'D Mi corazón ya está en paz TTwTT

Probablemente escriba más sobre el One-shot porque sin duda nos dio material! XD

Espero lo disfruten 7w7r

Ojala q este fic les haya gustado! Me encanto escribirlo OwO

No olviden que se les ama con todo el kokoro!~

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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