feminización

Crecer rodeado de prostitutas hizo que Draken se diera cuenta de algunas cosas.

No tenía mucho deseo sexual hacia las mujeres y, más veces de las que le gustaría admitir, encontró que los atuendos que usaban eran realmente bonitos. Marcando sus hermosos rasgos y cuerpos, y sí, pensó que se veían lindos.

Por eso, consciente de lo varonil y dominante que parecía, Draken nunca fue capaz de contarle a nadie sobre esta afición que tenía. Lo hizo por curiosidad la primera vez, pero disfrutar de cómo su cuerpo grande y musculoso se veía cubierto por ropa tan bonita y femenina le hizo darse cuenta de que, en efecto, le encantaba usar ese tipo de ropa.

Incluso de adulto, en una relación seria con (M/n), quien no tenía idea de este pasatiempo suyo. Hasta hoy, al menos.

(M/n) regresó antes de lo esperado, y con un suspiro cansado pero contento, abrió la puerta principal y se encontró con Ken, que acababa de salir del baño. Completamente sin palabras ante la vista que recibió, (M/n) solo miró a Ken sin darse cuenta de lo nervioso y asustado que estaba el hombre más alto.

Pero no podía dejar de mirar su cintura ligeramente delgada, la blusa corta suelta que llevaba puesta y los pantalones cortos ajustados que hacían que el cerebro de (M/n) fantaseara. Fantasías salvajes. Sin embargo, su silencio estaba haciendo que Ken se sintiera acomplejado, lo que le hizo creer que su novio lo estaba juzgando y encontró repugnantes sus acciones.

Bueno, lejos de eso en realidad.

Desde ese día, (M/n) ha estado apareciendo más temprano en momentos aleatorios, dándole ropa que él mismo compró. ¿Y durante el sexo?

La ropa se quedó.

Había algo en ver a Ken con ese tipo de ropa que lo hizo volverse salvaje, haciendo que el cuerpo de Ken se estremeciera y temblara ante los fuertes golpes.

(M/n) amaba ver cómo la punta goteante de Ken mojaba sus bragas blancas, manchándolas con su líquido preseminal. Le encantaba tirar de su cabello largo y suave, presionando su pecho contra la espalda de Ken, empujando toda su longitud dentro de él y haciéndolo gemir y retorcerse por la sensación.

"Eres tan lindo, Ken~ tan lindo, llorando y estropeando tu maquillaje~" dijo en un tono burlón, inclinándose de nuevo hacia atrás pero manteniendo su fuerte agarre en su cabello, tirando de él, sujetando la barbilla de Ken. haz que lo mire, "Te encanta cuando follo tu coño, ¿verdad ~? Tan suave y húmedo por dentro ~"

Ken se quejó, sus ojos en blanco en la parte de atrás de los suyos, la baba goteando por las comisuras de su boca. Sus paredes se apretaban alrededor de la polla de (M/n) cada vez que el otro macho llamaba a su agujero, su "coño".

"Sí~ por favor... fóllame el coño~" murmuró, sus manos apenas lo sostenían.

"Buena chica", gimió, antes de mover las caderas de un lado a otro, golpeando su próstata, sobreestimulando a Ken.

Tal vez, vestirse tan femenina no era algo tan malo como pensó originalmente.