A veces podíamos llorar como si fuera lo único que podemos hacer, siempre dejamos que la tristeza nos invada sin ninguna razón. La tristeza es como algo que no podemos parar aunque quisiéramos, es una reacción de nuestro cuerpo contra el dolor de algo que no podemos pasar por algo o simplemente porque sí. En realidad nunca se sabe la razón de las lágrimas muchas veces, simplemente las dejamos salir para liberar ese dolor que nos come completamente por dentro.

   Nos devora lentamente hasta que podemos caer a una tristeza profunda a la cual llaman depresión. Un dolor casi sin salida, a veces hasta un psicólogo nos puede decepcionar en hacernos felices. O traicionar nuestra completa confianza.

   Todos tenemos razones diferentes para llorar.

   Que alguien llore por una cosa completamente diferente a la nuestra no nos tiene que parecer patético porque le dices a la persona que lo suyo no es para tanto como lo que estás pasando tú, y eso es cruel. Demasiado cruel.

   Teníamos a alguien que esperaba que su futuro esposo contestará sus mensajes, llamadas, lo que fuera pero simplemente no lo hacía. Eso lograba que las lágrimas empezarán a salir de sus ojos manchando sus mejillas dejando el rastro de ellas.

   Otro que lloraba porque nuevamente fue humillado.

   Uno que lloraba porque nuevamente se dejaba hacer sin querer realmente.

   Otro que se hundía en lágrimas de tristeza y rabia de no poder hacer lo que quiere.

   Todos tienen diferentes razones pero no nos tienen que parecer patéticas o menos importantes.