004 ; ReaperDream
Desde hace tiempo, la muerte se fijaba en el soñador. Aquel que protegía los cosas positivas y esperanzas de todos, estaba realmente hipnotizado por aquella belleza que tenía el pequeño soñador, aquella inocencia que era nada más que todas las demás auras que tenía. Pero, su contrario, el de ropas amarillas y hermosa aura; pensaba que a todos les caía bien por el aura que daba alrededor de los demás. Por quelela simple razón no tenía mucha confianza en sí mismo, muchas veces a Reaper le daban ganas de tomar esas manos con las suyas, y acariciarlas como si no hubiera un final. Pero sabía que no podía hacer aquello, pues con un solo toque, seguro lo mataría. Y no quería aquello por ninguna razón en el mundo, probar esos dulces "labios" que adornaban la cara del menor, hacerlo sonrojar y ver esa sonrisa cada vez que se levantará de la cama.
Algo que no era más que un hermoso sueño, qué tal vez jamás se cumpliría. Ni por mucho que le rogara a la diosa de la vida, no tendría ninguna oportunidad, de qué tan solo por un día. Pudiese acariciar la cara del menor. Hacerle creer que no era solo por la aura que lo rodeaba que a tantas personas le caía bien, si no, por ser la persona más bella y perfecta del mundo. O aquello desde el punto de vista de la muerte. Pues para el no había nada más hermoso que aquel soñador, el cuál quisiera proteger de todos los males que habían en el mundo. Aquel esqueleto era todo lo que quería tener en la vida, no era capaz de acosarlo de vez en cuándo. Pues temía que su contrario se diera cuenta de aquello.
Para la muerte, aquel pequeño soñador, como lo dijimos antes. Era todo lo que quería tener en su vida, quería que fuera la madre de sus hijos. Ha. Esos eran sueños inalcanzables, eso creía.
-Por un día...- El de túnica negra simplemente agarró una de las tantas flores que adornaban el templo de vida, quién por cierto, era una de sus amigas y a la cuál le tenía más confianza que cualquier otra persona en el mundo.
-Deseo...- Una estrella fugaz paso justo cuando había pedido aquello, levantó la mirada y se encontró con la estrella, esbozo una pequeña sonrisa. No creía en lo que decían... Pero aún así -¿Puedo... Dejar de matar todo a mí pasó?-
Brillo.
La estrella brillo justo cuando dijo aquello, no creía en aquella cosa que era un cuento para el, pero aún así; lo pidió. Todo por su hermoso y pequeño soñador, que era uno de sus sueños más preciados.
-Es un lindo deseo- Pronunció vida con aquella voz tan calmada, que expresaba tranquilidad; parecía una madre preocupada por su pequeño hijo. Qué decir, todas las Toriels son como madres para todos.
-Tu sabes bien porque lo dije- Pronunció esbozando más aquella sonrisa traviesa, vida río.
-Lo sé. ¿Es por Dream, no?- Dijo con una sonrisa mientras se sentaba en el piso junto a él, Reaper puso su cabeza en su hombro -Espero se cumpla, se ve que quieres mucho a aquel esqueleto llamado Dream- Respondió mientras miraba como posaba su cabeza en su hombro, soltó otra risa por aquello, le gustaba que Reaper le dijera cuánto quería al soñador.
-Espero... Espero que se cumpla también- Dijo mientras esperaba que diera palmadas en su cabeza, a lo qué vida comenzó a darle pequeñas palmadas en su cabeza. Tal como lo dije.
-Reaper, mi niño. No eres mi hijo para que siempre me pidas permiso para todo- Dijo mientras soltaba pequeñas risas, dejando de darle palmadas.
-Tu eres una amiga, pero también eres como una madre. Si me dices que no lo eres, estás loca- Respondió sin más, mientras alzaba la mirada para encontrarse con las billones de estrellas que no tenían un número específico de cuántas habían en el planeta.
[. . .]
Mientras tanto, el pequeño soñador de encontraba con su amigo -Ink- El lo había invitado a pasar un rato con el, pues parecía no haber problemas en aquellos momentos; había sentido una presencia observándolo de ves en cuando y eso de alguna forma lo ponía nervioso. Pero con la compañía de el simplemente lo olvidaba de un momento a otro.
-¿Y... Error?- Pregunto mientras debaja de coser su capa, pues se había roto con una de las ramas del árbol.
-¿Eh? Pues no lo sé. No recuerdo ni porque vine aquí...- Pronunció el de bufanda café mientras rascaba su nuca con algo de nervios, pues siempre olvidaba las cosas. Temía algún día olvidar algo importante, pero no prestemos atención a Ink.
-Ya veo. ¿No habían hecho un "trato de paz"?- Pregunto mientras ladeaba su cabeza.
-...- Guardo silencio, después de un minuto empezó a vomitar tinta.
-No lo recuerdas...- Dijo mientras soltaba un suspiro -Pero, ¿Sabes? Siento que alguien me observa...- Sintió un escalofrío, pues cada vez que pronunciaba aquello se ponía cada vez más nervioso.
-¿Enserio? ¿No es Nightmare?- Dijo sin prestarle mucha atención, tenía toda su atención en una de las hojas que habían caído del árbol. En uno de sus orbes multiforma se había formado un signo de pregunta.
-No... No es un aura negativa, ni una muy positiva...- Noto que Ink no le prestaba atención, pues ya no estaba sentado, estaba viendo la hoja. Parado. -Ink-
-¿Eh?- Río algo nervioso al darse cuenta que no le prestaba atención -Lo siento ¿Qué decías?-
-... Nada, ¿Por qué no vas a descansar? Debes tener algo de trabajo después, ¿No?- Dijo mientras suspiraba nuevamente, pues Ink no muchas veces prestaba atención a lo que decía. Y aquello era algo que tenía en mente siempre que lo encontraba para contarle de sus problemas, pero el contrario parecía simplemente ignorarlo. ¿Quién querría conocer algo de el? Nadie. Después de que no se dió cuenta de lo que le pasaba a su hermano, y qué todo literalmente era su culpa. ¿Quién querría estar con el?
-Tienes razón...- Soltó una leve risa, acomodando su bufanda -Nos vemos después, Dream- Abrió un portal con su pincel, al parecer se dirigía a UnderFresh. Tal vez a ir por Fresh para molestar a Error juntos.
Suspiro. Sintiendo de nuevo aquella presencia. En realidad... Ni siquiera lo entendía, pero parecía estar tranquilo con aquella presencia, que para él; era tan extraña.
-Bello... Cómo siempre- Reaper obervaba desde un portal como el menor acomodaba la corona, que era una de sus tantas cosas que lo hacían lucir hermoso y sin ningún defecto. Quería que su pequeño deseo se cumpliera por alguna razón, para acariciar aquellas manos y prestarle toda la atención del mundo.
[. . .]
Estaba decidido, visitaría a Dream. Pero antes fue con su buena amiga vida para pedirle uno que otro consejo, pues no quería asustar a Dream; Ni siquiera creía que lo conociera o por lo menos Ink le haya contado de el. Pero estaba seguro de que era un no, pues sabía que el de bufanda café era mucho más olvidadizo que la mismísima Dory de Buscando a Nemo.
-¿Crees que yo le vaya a caer bien?...- Pregunto con cientos de nervios, tenía algo de miedo de asustarlo, y hacerle creer que iba por su alma. Pero era todo, menos aquello.
-Claro, muerte. A mí me caes bien. ¿Por qué no le cairias bien?- Respondió con aquella sonrisa calmada que era una de sus tantas cualidades, aquello que la hacia ver como una madre para cualquier monstruo o persona.
-Gracias...- Esbozo una pequeña sonrisa, pero quería aclararse. Se dirigió hacia algunas flores que estaban cerca del templo de vida, se acercó con cuidado, cerrando sus ojos con fuerza. Y tomando la rosa entre sus manos, una de pétalos amarillos. Tan hermosa como su pequeño soñador.
Acaso...
¿Su deseo se cumplió?
La rosa seguía en sus manos, sus ojos se abrieron como cuencas al notar que la rosa estaba intacta. Sus pétalos seguían con vida, hasta la misma vida estaba asombrada con aquello. Ella si creía en los deseos de las estrellas fugaces, y creía en que harían realidad el deseo de su amigo. El cuál también veía como un hijo, pero nada más allá de aquello.
-Suerte, muerte- Fue lo último que dijo al ver como cruzaba el portal con tanta emoción, como un pequeño niño cuándo le compraban uno de sus dulces favoritos.
[. . .]
El pequeño soñador se encontraba donde siempre, en aquel árbol que tenía que proteger de todas las maldades que habían en el mundo. Se sentía algo aburrido al tener que estar ahí casi todos los días de su vida, haciendo siempre lo mismo, era ayudando a Ink, o visitar a BlueBerry o tener que aguantar a su hermano... Se aburría de la misma rutina que siempre tenía.
En ese momento, un portal se abrió, se puso en alerta. Pensaba que era Nightmare o alguno de las otras personas que querían dañar a aquel árbol, pero fue todo lo contrario, solo quedó confundido.
-Wow... Espera- Soltó una pequeña risa al notar que ya tenía su arco en manos, el de túnica no decidió acercarse más -Si, tal parece que Ink no te ha contado de mi...-
-... Pues no, creo que no- Dijo un poco confundido, inclinando su cabeza un poco hacia el lado derecho expresando confusión. Pero al darse cuenta que no parecía ser alguien malo -aunque aquella sonrisa si le daba algo de miedo- simplemente decidió hacer desaparecer el arco que tenía en sus manos -Entonces, ¿Quién eres?-
-... Pues, literalmente. Soy la muerte. Creí que se notaba- Solo soltó nuevamente una risa, pero esta vez algo nerviosa -Tengo el trabajo de recolectar almas. Pero, no creas que vengo por la tuya. No, no- Intentaba evitar malentendidos.
-Ya veo... Eso es algo raro- Simplemente rasco su nuca con algo de nervios, al parecer; tanto como Reaper y el no tenían algún tema del cual comentar.
Era un ambiente incómodo.
Lleno de diferencias y miedos.
-...-
-...-
-Bueno... Eh. No me dijiste tú nombre exactamente- Sonrió levemente, está vez. Generando un poco de confianza en Reaper, Tal vez... ¿Lo estaba logrando?
-Me llamo Reaper... Y tu eres Dream. ¿No es así?- Sonrió un poco más. Sentándose en el césped que estaba en el lugar, debería haberse marchitado, más no pasó nada.
Temía de lo que podía pasar, había miles de probabilidades de que fuera algún otro esqueleto -sans- malvado de entre todos los que habían, pero... Según el, no sentía ningún tipo de sentimiento negativo. Sentía muchos sentimientos positivos alrededor de él, más que nada, aumentaron cuando le sonrió. No lo sabía, pero le caía bien, así que se acercó sentándose a su lado. Mirando a la nada, juntos.
-... ¿Sabes? Siempre tengo que estar aquí, en el mismo lugar de siempre.--- Soltó de repente -... Intentando que nada le pase a este árbol, supongo que sabes por qué. ¿No?-
-... Soy un ignorante. Pero, en realidad, no sé nada. Lo siento- Simplemente borro aquella sonrisa de su cara, ahora parecía estar arrepentido de no saber nada sobre aquello.
-Ya veo. Mejor para mí y todos-
No dijeron nada por el resto del día.
Pero se agradaban el uno al otro. Raramente.
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