–¡Estoy harto! –Fruncí el ceño.

–Pero Shun...

–¡Nada! Mi paciencia ha llegado hasta aquí. Estoy cansado de que todas ustedes –La señalé–, me traten como a un idiota, y el uke siempre soy yo.

–Entiéndenos, todas lo creemos así por tu estatura, actitud y edad... –Me miró con súplica, mientras sostenía una libreta de notas en la mano.

–He soportado sus razones por años, el colmo fue cuando pusieron a Ryuho como mi seme, yo era el mayor ahí, también el más alto y maduro, ¿Por qué no fui yo el activo?

–Bueno...

–Soy un personaje sensible, lo admito, pero incluso puedo ser más hombre que mi hermano –Traté de suavizar mi voz–, perdón por hablarte así, pero puedo ser un seme, y se los voy a demostrar.

Salí enojado de la oficina en la que me encontraba camino al santuario, debo agradecer que la gran imaginación de las escritoras nos permite viajar de un lado a otro rápidamente, así que llegué pronto. Fue la primera vez que me quejé de mis parejas.

Por arte de magia llegué a la primera casa del zodiaco, Aries, cuando y estaba avanzada la noche, convenientemente para la trama. Atravesé el templo con mucho sigilo para no despertar al guardián de la primera casa e hice lo mismo en Tauro.

El templo de géminis era mi objetivo, pues quién más atractivo que el más seme de los semes, ideal para dejar de ser el pasivo de todos.

Ingresé a la tercera casa y me acerqué a la recámara en donde deberían estar los gemelos, abrí con cuidado la puerta para asomar mi cabeza y verificar si estos últimos se encontraban dentro. Afortunadamente, sólo estaba Saga durmiendo.

Coloqué con mucha discreción mis cadenas en las muñecas y tobillos del geminiano, atándolas en los bordes de la cama; cuando las tuve perfectamente ajustadas, di inicio a mi plan.

Comencé a besar y lamer el cuello de Saga, no era ni soy un novato en esto, así que conozco perfectamente lo que se debe de hacer. Naturalmente Saga despertó, pero esto no era relevante, así que continué con lo que estaba haciendo.

Su primera reacción fue tirar de las cadenas mientras preguntaba por mi identidad. Lo despojé de sus prendas, anteriormente había visto la sensualidad de su cuerpo sobre mí y vaya que es un tipo bastante sexy, creo que al lado de él mi físico no es tan llamativo.

Jugueteando con un poco de saliva, finalmente introduje mi dedo índice en su parte baja, intentando no lastimarlo, pues al día siguiente actuaría en un fanfic con...

Nah...

Creo que será mejor dejarle un leve dolor en las caderas, he visto cuán orgullosos se sienten estos tipos sólo por dejar inválidos a sus ukes, me lo han hecho.

No tuve la suficiente paciencia como para terminar de dilatarlo, así que simplemente tomé mi miembro y costosamente logré introducir la punta.

–¡Ahh! –Forzó las cadenas.

–Tranquilo, Saga –Susurré en su oído– Recién he comenzado.

–¿Shun?

–¿Sorprendido? –dije en tono de birla, antes de entrar por completo.

–¡AHH!

Ese grito fue bastante placentero, ¿Se sentirán igual los que tuvieron debajo a Saga? Sus gritos tienen una mejor calidad cuando es el pasivo.

–¡Duele!

–Silencio, ¿O quieres que vengan a ver y encuentren al adorable Shun haciéndote gemir?

–Ah... Ah... No –Bajó su voz, intentando calmar la respiración.

Ese orgullo de seme no le permite que un hombre más pequeño lo folle. Reí para mis adentros.

–Buen chico –Lo besé.

Mojé mis dedos con saliva y los froté a lo largo de mi hombría para hacer más sencilla la penetración. Tomé las hermosas piernas del geminiano para comenzar a embestirlo con energía y destreza, sus rosados pezones erectos hicieron que mi atención se desviara hacia ellos, por lo que chupé delicadamente cada uno.

Liberé uno de sus tobillos para poder colocar su pierna sobre mi hombro, tomando sus caderas con mis manos empujé más profundo.

Inmediatamente el cuerpo del griego se arqueó, gimiendo alto, apretando las cadenas al no tener las manos libres. Sentí mi sexo liberarse dentro de Saga, que se corrió unos segundos después de mi.

Salí de él para luego tomar un pañuelo limpio y retirar los restos de semen sombre mi. Después coloqué mi ropa, le retiré las cadenas al griego cubriéndolo después con una manta y salí del templo.

Camino a la casa de Cáncer, encontré a Death Mask tirado en las escaleras totalmente ebrio, así que me seguí hasta Leo.

Entré a la quinta casa con el propósito de buscar a Aioria, pero para mi mala suerte no estaba, tampoco Shaka ni el maestro Dohko, de verdad que no era mi noche. Al llegar a la entrada de Escorpio, casualmente encontré a Afrodita.

–Hola, Shun.

–¿Cómo estás, Dita? –Sonreí.

–Muy bien, ¿A dónde vas tan tarde?

–Busco a mi hermano.

–Ah, creo haberlo visto en la cámara del Patriarca –Miró hacia el lugar mencionado.

–Um, gracias. Creí que estarías en Aries con Mü, pero no te encontré.

–Estábamos con los otros chicos –Sonrió–, hoy es el cumpleaños del Patriarca, así que fuimos a festejarlo al pueblo, por eso casi no hay nadie.

–¿Shaka también fue?

–Sorpresivamente si. Bueno, debo irme, tengo que llevarle esto a Aioria.

–Si, nos vemos.

Así que la escritora lo hizo de nuevo y convenientemente para la trama, la mayoría de caballeros dorados no estaban. Pero bueno, tiene poca importancia ya que el Piscis mencionó un "casi", es decir, había caballeros en sus templos, sólo conservé la esperanza, y me dije que haría mi uke a los que estuvieran, sin importar quién fuese.

Milo se encontraba en su templo, dormía sólo con unos bóxers negros, algo que facilitó mi propósito, encadené a mi nueva presa y comencé a acariciar su cuerpo, entre sueños decía "Camus", ahora entiendo por qué el afán de siempre poner juntos a esos dos. Después de varios besos, caricias y estimulación, me cansé de escuchar el nombre del onceavo caballero, así que hice un movimiento brusco para despertar a Milo, y así fué.

–¿Qué demo...? –Le tapé la boca.

–Shh, baja tu voz, detesto los gritos...

–¿Shun?

–Si. –Sonreí.

–¿Qué haces?, ¡Suéltame!

–No –Pasé mi índice por todo su pecho–, debo hacer algo antes.

En un movimiento, ya me encontraba dentro de Milo, quién soltó un grito de dolor ahogado por mis labios. Las embestidas no se hicieron esperar, la cama pegaba contra la pared y Milo finalmente gritaba mi nombre, si, eso era lo que yo quería escuchar. Me vine por segunda vez dentro del escorpión, vaya que lo disfruté. Hice lo mismo que con Saga, me vestí y lo desencadené, para luego dirigirme a revisar las otras casas.

Pasé por Sagitario, y llegué a Capricornio, ahí estaba Shura, el no se salvaría. Las cadenas fueron puestas, con mucho cuidado lo desnudé, también lo hice conmigo; en el momento en que el primer dígito fué introducido, Shura despertó, me confíe de mis cadenas y seguí, pero de alguna manera consiguió liberarse así como levantarse; como sea, de todas formas no escapó de mí, amarré una de mis cadenas en su cuello y lo pegué a la pared, lo penetré bruscamente, él enterró sus uñas en la pared; comencé a moverme mientras jalaba de la cadena, Shura gemía de una manera tal que me excitó aún más, así que aumenté la fuerza y la velocidad, hasta que ambos nos corrimos. Shura cayó de rodillas, yo tomé mis cadenas y mi ropa para luego dirigirme hacia las últimas dos casas.

Lamentablemente, no estaban Camus ni Afrodita, pero recordé que mi hermano estaba en la cámara del Patriarca, oh si, también lo quería a él. Aunque mi maldita suerte no me lo permitió, pues no di con mi hermano.

Aún así, volví triunfante a la oficina, pues había demostrado finalmente que yo también podía ser el dominante en el sexo. Soy el lindo Shun, pero puedo no ser así, y lo que narré fué una de varias veces que fuí el "seme", porque lo he sido...

Y los dorados que me no encontré esa noche... No se han salvado...