Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

❤ESPECIAL: Saga x Kanon❤


¡Warning!

Contenido +18

—¡Un brindis por los gemelos! —propuso el escorpión alzando su copa con champagne.

—¡Salud! —exclamaron todos al unísono, chocando sus copas de cristal a modo de celebración.
La música de fondo, la decoración, el banquete sumado con el alcohol y todos sus compañeros reunidos, daban lugar a lo que será una experiencia única para los cumpleañeros el día de hoy. Incluso tenían suerte de que Shaka autorizara a los demás hacer la fiesta en su templo, pues el poseía la sexta casa, por ende todos debían recorrer la misma distancia para llegar, era lo justo.

—¿Ya pidieron un deseo, muchachos? —preguntó Saori con intriga.

—Lo único que deseo es que traten de no embriagarse demasiado esta vez —pidió Saga acomodándose junto a su gemelo.

—Saga tiene razón —Afrodita apoyó a Géminis— ya sabemos lo que pasó la última vez —observó con enojo a Cáncer.

—¡Eso estaba totalmente justificado! —se defendió avergonzado.

—¿En serio? —refutó el de la onceava casa.

—¡No es mí culpa que te parezcas tanto a una mujer estando de espaldas! —Objetó.

Milo soltó una carcajada, Camus codeó al escorpión llamándole la atención.

—¿Qué? Si parece una mujer de espaldas —Milo le susurró a Camus.

—¡Pues yo sigo considerándolo como violación! —se curso de brazos, sus mejillas ardían.

—¡Nunca me pediste que me detuviera! —lo miró divertido. Afrodita quedó helado ante la respuesta de Cáncer, y simplemente se dedicó a ignorarlo mientras los demás los observaban divertidos.

La fiesta había sido todo un éxito.
Todos se divertían celebrando el cumpleaños de los gemelos, excepto Saga, quién se preocupaba por su hermano el cuál había bebido más de la cuenta. Pero por ser hoy decidió que su hermano disfrutara su día especial, sin embargo no le agradó nada ver cómo Kanon se tambaleaba de un lado a otro por todo el templo de Virgo, incluso de vez en cuando tropezaba con algún que otro caballero dorado.

—Oye —se acercó a su gemelo, no fue difícil notar sus mejillas enrojecidas a causa del alcohol— ¿No crees que es momento de parar? —cuestionó cruzado de brazos.

—¿D-de qué hablas hermano? —respondió con dificultad al articular sus palabras— ¡La fiesta recién empieza!

—Y acaba para ti ahora —finalizó.

—¡No seas amargado! —tomó la copa entre sus manos, se acercó a Saga con la intención de brindar con el griego, pero trastabilló con el aire al intentar dar un paso.

Un resuello se escapó de los labios del caballero de Géminis tras sujetar la complexión de su hermano evitando que se impactara contra el frío suelo del templo.

—Es suficiente por hoy, nos vamos.

—¿Se van tan pronto? —preguntó la diosa entristecida.

—Es que Kanon… —volteó a ver a su hermano— necesita descansar.

—Puedes dejarlo en géminis y regresar —le propuso Shura.

—Haz eso, Saga —Aldebarán apoyó la noción de su compañero.

—Bien —hizo una mueca— volveré —aseguró para desaparecer del templo de Virgo, junto con su gemelo—. Realmente eres fabuloso —cortejó a su hermano con sarcasmo— pido específicamente que nadie se embriague, y, ¿Qué haces? ¡Te embriagas!

—Relajate —balbucea con dificultad, Kanon estiró un brazo y lo movía de un lado a otro mientras reía a carcajadas—. Debes tomarte la vida con mas calma, hermano.

Mira cómo estás por tomarte la vida con calma —escueta con molestia ingresando por fin al templo que debía de custodiar, y llevó a su hermano hasta su habitación— recuéstate —le pidió—, voy a traerte un poco de agua.

—Espera —Kanon tomó el brazo de su gemelo, el de Géminis se volteó para mirarlo esperando algún tipo de explicación—, por favor no te vayas—murmuró agachando la mirada. Si bien estaba sonrojado a causa del alcohol que había consumido, el carmesí de sus mejillas se había intensificado tras esa petición.

—¿Que me quede? —frunció el seño— ¿No crees que estás grandecito ya? Si puedes beber hasta embriagarte puedes cuidarte solo —en un rápido movimiento se deshizo del agarre de su hermano para seguir su camino.

Kanon decidió ignorar aquello y recostó su cuerpo con pesadez sobre el suave acolchado, él se sentía muy aturdido por su estado de ebriedad, eso sumado a la fuerte música de la fiesta.

Aunque había algo más en su mente que lograba desconcertarlo. Pudo sentir una sensación extraña cuando su hermano lo sujetó en aquél entonces evitando que se hiciera daño al caer, le costaba horrores definir con certeza lo que sintió en aquél momento. Pero al fin y al cabo fue algo que no le desagradó del todo.

Una mezcla entre adrenalina y ansiedad, eso era. Sin embargo una sensación de melancolía se apoderó de sus pensamientos espontáneamente.

—Te traje tu agua —enuncié al entrar al cuarto. Mis ojos buscaron rápidamente a Kanon, quién se había cubierto por completo con las sábanas— ¿Estás bien? —pregunté con cierta preocupación.

—Vete, por favor —soltó.

—Pero, ¿Qué dices? —pregunté molesto— ¡Hace unos minutos rogabas por que me quedara!

—¡Pues ahora no quiero!

—Te comportas como un niño, Kanon —refuté caminando hacia la cama. Dejé el vaso de agua sobre la mesa de noche, Kanon aún permanecía con el rostro oculto entre aquellas telas, así que me acerqué para sentarme al filo de la cama—, deja de esconderte —lo veía moverse debajo de las sábanas como si estuviera buscando la manera de escabullirse.

Comenzaba a hartarme de su juego de niños.

Rápidamente tomé el edredón con fuerzas para jalarlo hacia el lado contrario, dejando a la vista a un Kanon completamente ruborizado.

—¿Vas a decirme que tienes? —cuestioné fingiendo desinterés. Me esperaba encontrar algún tipo de indicio en su mirada, por más que seamos gemelos a veces resulta difícil saber que es lo que pasa por la mente de Kanon.

—S-saga… —me nombró en un susurro llevando una de sus manos hacia mi pecho, el se aferró a mi camiseta de la misma manera con la que me había aferrado al edredón, y sutilmente me atrajo hacia él.

En una milésima de segundo impedí aquella cercanía apoyando mi mano sobre el acolchado sirviéndome como apoyo, así me mantuve a una distancia prudente del rostro de mi hermano.

—¿Qué haces, Kanon? —interpleo ante su repentina forma de actuar conmigo.

—Hermano… ¿T-tú me quieres? —susurró, aunque no lo suficientemente bajo como para evitar que escuchara aquello.

¿Eh? ¿A que viene eso?  —Kanon amplió una forzosa sonrisa al oír mi contestación.

—Tomaré eso como un no.

Antes de que pudiera objetar dió por finalizada la conversación. Se volteó sobre la cama para darme la espalda e ignorandome volvió a cubrir su cuerpo con las sábanas.

—Kanon —resoplé rodando los ojos con cansancio. No obtenía respuesta de parte del dragón marino.

Mi intención no era hacerle sentir mal, aunque está totalmente ebrio, ¿Que más da lo que diga o haga ahora? Al fin y al cabo no recordará nada de esto por la mañana.

Nunca dije que no te quisiera —murmuré recostándome a su lado, apoyé mi torso sobre el respaldo de la cama, desde ese ángulo lograba ver el perfil de mi hermano, aunque con cierta dificultad—, tampoco tienes que hacer ese tipo de preguntas —le dije acercando mi mano hacia su cabello para brindarle caricias.

—Saga… —se volvió hacia mí, sus ojos se encontraron con los míos, y aunque la habitación fuera iluminada tan solo por la tenue luz de la luna podía distinguir a la perfección sus ruborizadas mejillas.

—Mmm —me limité a decir.

—Si me quieres, duerme conmigo esta noche —me pidió. Mis ojos se abrieron con asombro.

—¿Estás loco? —refuté— ¿Si quiera oyes lo que estás diciendo?

Una chispa se apoderó de mi cuerpo al sentir los brazos de mi hermano rodear mi cintura. Su cabeza descansaba apaciblemente sobre mi pecho, el cuál subía y bajaba a causa de mis respiraciones leves.

Kanon se deshizo por completo de las mantas que cubrían la mitad de su torso. Vi de reojo un pequeño bulto entre sus bóxers, mi mirada se clavó en la suya, medio enfadado y avergonzado a la vez. Y antes de que pudiese si quiera parpadear el se sentó sobre mí, buscando de nuevo aquella cercanía entre nosotros.
Mi corazón dió un brinco al sentir su respiración chocar con la mía mientras sus manos acarician mis mejillas.

—Kanon, ¿En que mierda piensas? —buscaba alguna manera de comprender su comportamiento, y al mismo tiempo deseaba huir de la situación en la que me encontraba.

A fin de cuentas no importa si recuerde algo de esto o no al día siguiente, él es mi hermano, y bajo ningún motivo deberíamos de estar pasando por esta situación.

—¿Pediste un deseo de cumpleaños? —preguntó en un susurro, sin siquiera separarse un milímetro.

—Claro que no —respondí incrédulo—, sería estúpido.

Yo sí pedí uno —una mueca de alegría se dibujó en sus labios— ¿Eso me hace estúpido, hermano?

—Digamos que aquí entre nos tu siempre fuiste el mas soñador —bromeé, ambos soltamos una suave risa, podía sentir el aroma a alcohol escaparse de entre sus labios tras haber sonreído.

—¿Quieres saber que fue lo que pedí?

—No —suspiré—, si me lo dices no se te cumplirá.

—Entonces te daré una pequeña pista. Pero debes cerrar los ojos.

—Kanon, no estoy para juegos —rodé los ojos.

—¡Anda! Sólo serán dos segundos —sonríe.

Había comenzado a ignorar por completo la cercanía que había entre ambos, y con confianza decidí cumplir la petición de mi hermano.

Lentamente cerré mis ojos, mis manos se aferraron a las mantas con ansiedad y nervios de lo que podría llegar a pasar. La respiración de Kanon chocaba suavemente contra mi rostro, había llevado sus manos de nuevo a mis mejillas, sentí un pequeño cosquilleo en mis labios, que era causado por los suyos, finalmente Kanon me besó. Fue un beso rápido, pero eso no le quitaba lo tierno que había sido.

Sentí a mi corazón latir desmesurado,  un sudor frío recorría todo mi cuerpo.  Tratando de mantenerme sereno y de regular mi ritmo cardíaco decidí abrir mis ojos para encontrarme con mi hermano, todavía sentado sobre mí, con una inmensa sonrisa dibujada en sus labios.

—Esto es una completa locura, Kanon —susurré con ronquera. El brillo que había en sus ojos se apagó espontáneamente.

¿Es porque somos hombres? —preguntó apenado.

—N-no es por eso —fruncí el seño desviando mi mirada con timidez—. Kanon, somos hermanos. Esto es…

—¿Infame? ¿Obsceno? ¿Inmoral? —abrí mi boca dispuesto a responder, sin embargo las palabras no salieron. Sentía sus manos apoyadas sobre mi pecho. Mi mirada buscaba directamente sus labios aunque tratara de evitarlo.

Quizás no se equivocaba. Esto era algo inmoral, obsceno e inaceptable.
Un hombre con otro hombre. Peor aún, dos hermanos… sería un pecado imperdonable.
Sacudí mi cabeza de un lado a otro buscando relajarme y olvidarme de mis reflexiones. Pero después de todo, si siento a mi corazón palpitar tan fuerte ha de ser por una razón.

—Si te quiero —lo miré con certeza de mis palabras. El me regaló una dulce mirada adjunta de una mueca de alegría, mientras aquél brillo en sus ojos volvía a aparecer.

—Entonces quédate conmigo —suplicó en mi oído, un cosquilleo invadió esa zona a causa de su respiración.

De un momento a otro nuestros labios habían vuelto a unirse, sentía su lengua ansiosa de jugar con la mía. Abrí mi boca para permitir su acceso mientras las caderas de Kanon se movían ágilmente de adelante hacia atrás rozando mi miembro sobre nuestras ropas.

Nuestra temperatura corporal comenzaba a aumentar en demasía. Rompí el beso buscando llenar mis pulmones de oxígeno, Kanon decidió  aprovechar el momento para desvestirse y fue directamente a la hebilla de mí cinturón. Con agilidad se deshizo de mis jeans, los había arrojado lejos en algún lugar de la oscura habitación.

Su mano frotaba con finura mi entrepierna. Mi mente había dejado de funcionar, se había sumergido por completo en el umbral de lo insensato, mientras me ahogaba silenciosamente con jadeos provocados por mi hermano gemelo. Y cuando mi miembro se encontraba dentro de su boca me percaté de que también se había deshecho de mi ropa interior.

Sus labios y su lengua recorrían cada extremo, Kanon lamía, acariciaba y succionaba como si su vida dependiera de ello. En un rápido movimiento se encontraba nuevamente sobre mí, esta vez no dudé en sujetar sus caderas, me dió un corto beso en los labios y con una de sus manos llevó mi miembro hacia su recto.

Al haberme adentrado en él sus caderas comenzaban a moverse de un lado a otro mientras sus manos descansaban sobre mí pecho. Sus gemidos se mezclaban con mis jadeos, llevé mi mano hacia su nuca para acercarlo a mí y besarlo con deseo. Nuestras lenguas se habían encontrado nuevamente.

—Mi turno —escueto con ronquera en su oído. Cargué su cuerpo por un segundo y lo dejé con sutileza sobre la cama. Kanon me miraba lujurioso, mordía su dedo índice esperando con ansias que entrara en acción.

Me acerqué a su rostro con cautela, el me había atrapado en un cálido abrazo, arqueó su cuello al sentir mi lengua recorrer este mismo mientras que también me dedicaba a depositar pequeños besos.

Bajé hasta su torso y apreté uno de sus pechos mientras el otro lo llevaba a mi boca. Kanon sujetó mi rostro para apartarme, se dió la vuelta quedando boca abajo. Me sujeté con una de mis rodillas al acolchado,  Kanon apoyado en sus antebrazos se frotaba contra mi sexo suavemente.

—Métemelo, por favor —suplicó entre gemidos.

Besé su espalda con ternura antes de penetrarlo con suavidad. Un gemido escapó de sus labios, oír su voz temblorosa me causaba un hermoso cosquilleo.  Apegue mi pecho a su espalda y lo aprisioné envolviéndolo con mis brazos, aumentando el ritmo de mis embestidas. Lo único que deseaba en estos momentos era concentrar cada uno de mis cinco sentidos para sentirlo a él, a su voz, su cuerpo, para contemplar su finura y degustar sus dulces labios.

—Kanon~ —lo nombré casi con la voz quebrada. Solté un último gemido antes de acabar en un gran orgasmo, sintiendo cada cosquilleo, cada espasmo—. Lo siento, acabe dentro —me disculpé apenado.

—Descuida —se acomoda en el acolchado regalándome otra de sus sonrisas gentiles.

—Aún no hemos terminado —solté, el me miró sorprendido. Mi mirada bajó hacia su miembro erecto, volví a sus ojos sonriendo con sugerencia, sus mejillas ardían nuevamente.

Permití que se mantuviera recostado, con una de mis manos comencé a masturbarlo, sus pequeños quejidos se hacían presentes una vez más. Mi lengua recorría cada punto de su entrepierna, luego de introducirlo en mi boca repetidas veces Kanon se corrió en mi mejilla. Limpié aquella sustancia y me dediqué específicamente a mirarlo, sus ojos se habían cerrado, yo simplemente sonreí. Me quedé allí para contemplarlo, los rayos de sol comenzaban a asomarse reflejando con gracia cada rasgo del rostro de mi hermano, y sin pensarlo dos veces me recosté a su lado. Nos cubrí a ambos con las sábanas, esta vez le permití aferrarse a mi torso y que su cabeza descansara a mi pecho, aunque este subiera y bajara con más brusquedad a causa de mi respiración agitada.

Unos leves ronquidos se hicieron presentes en la habitación, besé su cabeza mientras acariciaba su cabello con cuidado para no despertarlo hasta que el sueño también me ganó.

Espero que pueda recordar esto cuando el efecto del alcohol desaparezca.

De lo contrario me veré envuelto en serios problemas.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro