Anhelo
"Realmente te extraño, Ranma... Te extraño mucho"
No hay ni un solo día en el que no recuerde tus cálidos abrazos, tus dulces palabras y tus cariñosos besos.
No olvido aquel día en el que una nueva vida llegó y otra se fue. Yo trataba de hacerte cambiar de opinión, en el que reconsideremos la opción de que abortaras, ya que tu cuerpo no estaba en condiciones de traer aquel ser al mundo, pero tú con lágrimas en los ojos me respondiste que pasara lo que pasara tendría que aceptarlo, que al igual que yo tenías miedo pero lo afrontariamos juntos.
Sin duda alguna nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestras acciones en aquel entonces tal vez no ayudaban en nada, pues nuestras peleas eran frecuentes, en las noches cada uno en un extremo de la cama, pero casi al final, al darnos cuenta que ya no había remedio, de a poco nos reconciliamos.
En la hora de la verdad, estaba esperando en la sala de espera junto a nuestros amigos y familiares, solo recuerdo al cabo de varias horas sentado con los nervios y el miedo a flor de piel, ver salir al doctor de aquella enorme puerta diciendo en voz baja y lo más sereno que pudo.
—Tuvo una niña sana y fuerte, en cuanto a la madre... Lo siento mucho.
En ese momento mis piernas perdieron todas sus fuerzas, haciendome caer de rodillas mientras las lágrimas desbordaban a mares. No podía asimilar que ya no te tendría a mi lado, compartiendo esta etapa de nuestras vidas, dejándome solo.
Al cabo de 4 semanas después de tu partida, no podía y no quería tener a nuestra bebé en mis brazos, me negaba cada vez que tu padre me insistía que me necesitaba más que nada, yo aún no me sentía capaz de hacerlo, no fue hasta que un día fuí de visita a su casa, escuché su llanto en una habitación no muy lejana, entré despacio y pude verla acostada en una cuna con lindas decoraciones, al verla detenidamente era realmente hermosa, su mechoncito de cabello era negro igual al mío, su piel de un tono claro con sus mejillas rosadas, había parado de llorar cuando percató mi presencia, cuando abrió sus ojos y empezó a reír mientras extendía sus pequeñas manitas hacia mí, el que estaba llorando en ese instante era yo, tenía los mismos ojos y la misma sonrisa que tú, cuando la cargué hice leves movimientos para que se durmiera, en ese momento juré protegerla y cuidarla.
Ahora nuestra pequeña Aika tiene 34 años, no negaré que ha sido duro, pero no me arrepiento, se ha convertido en una maravillosa e increíble damita.
Ahora solo espero el momento en el que pueda reunirme contigo, cuidar de nuestra pequeña desde arriba, decirte lo mucho que te amo y lo mucho que te había extrañana. Espero solo no haberte desepcionado.
"Yo también te amo y te extraño, gracias y lo siento."
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