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Yor Briar/Forger x Male Reader[Spy x Family]

Sé que está por aquí...

A pesar de no escuchar nada, sé que está aquí.

Ya no tengo escapatoria...

Este será mi fín...

Los latidos de mi corazón retumban por todo mi cansado cuerpo. El ruido que produce el bombeo de sangre me hace creer que se escucha por toda la habitación.

Cierro los ojos a pesar de que aquí está oscuro, quiero llorar, quiero gritar, pero sé que un movimiento en falso y todo se terminará.

Me arrepiento, me arrepiento de haber venido hasta aquí, de estat involucrado en todo esto.

El aire debajo de esta estrecha cama se agota, si no salgo de aquí moriré.

Si pudiera cambiar algo de hace 10 minutos, estoy seguro que no cometería los mismos errores.

Por favor...

No quiero morir...

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Con el frío viento golpeando mi rostro, camino con bastante miedo por las lúgubres calles de Ostania a pesar de ocultar una pequeña daga, la adrenalina corre por todo mi cuerpo, la noche ya está instalada en su esplendor junto con las luces de los faroles encenderse.

Cubro el paquete de sustancias debajo de mi abrigo para no ser detectado por la policía. Solo debo entregarlo e irme y nada más, ganaría una suma importante de dinero dos días después de cerrar el trato.

Por mi trabajo como marinero, no es de extrañarse que las personas realizen encargos de otros lugares del mundo. Si fuera por mí, no realizaría esta clase de trabajos, solo lo hago para cuidar de mi hermana menor.

Ella es tan solo una niña, tiene 6 años y soy la única familia que tiene para su desgracia. Me fui de la casa cuando cumplí los 18 años para vivir el sueño de viajar por el mundo, durante ésos 7 años que iba y volvía a mi hogar, me enteré que Mamá y Papá volvieron a ser padres.

Jamás pude interactuar mucho con mi pequeña hermana, no la vi crecer, ni vi sus primeros pasos como también sus primeras palabras. Sin embargo, siempre procuré de comprar todo lo que necesitara para su bienestar en desmedro de ese preciado vínculo que se forma entre hermanos.

Por eso, cuando fallecieron mis padres producto de un choque vehicular, sentí que debía asumir este rol, aunque nuestro vínculo era muy escaso, con el pasar de los meses hemos sido bastante cercanos a tal punto de contarnos todo. Sin embargo, lamentablemente gracias a mi trabajo mi pequeña hermana debe vivir en un orfanato a pesar de tenerme a mí.

Al momento que mis Padres fallecieron, yo debía embarcarme en alta mar, por lo que no tenía a nadie a quien dejar su custodia. Es por eso que creí que lo mejor para ella sería dejarla en un orfanato donde pudiera convivir con otros niños.

A pesar de la inseguridad de mi decisión, ella parece felíz de estar en ese lugar hasta hace unos meses, me comentó que tenía una amiga que fue adoptada recientemente por un psicólogo, y que ahora se encuentra sola y sin amigos. No recuerdo el nombre de aquella niña, pero si recalcó que tenía la cabellera rosa.

Quiero verla felíz, quiero sacarla de ese lugar cuanto antes, que pueda hacer muchos amigos, y quien sabe, tal vez reencontrarse con aquella amiga suya.

Por eso, acepté realizar este encargo que me parecía única.

Sin embargo, por mi codicia y falta de sentido común, ignoré todas las señales que me decían que este trato era de lo más extraño: Un grupo de hombres se me acercaron antes de que pudiera internarme en la ciudad y me pidieron casi como una amenaza que les trajera cierto producto muy difícil de conseguir en Ostania. Me prometieron una enorme suma de dinero, una cantidad tan abrumadora que me garantizaron que no volvería a trabajar nunca más.

Cualquiera en mi posición habría aceptado el trato.

Así, luego de tres largos meses en alta mar, regresé a mi tierra natal con la droga en mi poder.

Fue un martirio poder internar este encargo en mi barco, tuve que realizar esfuerzos inimaginables por ocultarlo de los altos oficiales y de mis compañeros. Si alguien me hubiese descubierto, me habrían despedido de inmediato.

Al pensar en todo esto...

No me percaté que ya había llegado al lugar mencionado: Una mansión de los barrios más adinerados de Ostania.

Solo debía entregar el paquete y regresar a buscar a mi hermanita que me estaba esperando en el orfanato.

Al golpear la puerta con inseguridad, un hombre parecido a un gorila me preguntó qué hacía en ese lugar.

"Vengo a entregar un pedido"

Le dije luego de mostrar el paquete debajo de mi abrigo.

Sin ningún cuestionamiento, me hizo ingresar.

Lo primero que vi al ingresar, fue una gran sala, con muchos muebles finos y un grupo de cinco hombres reunidos en sofás cómodos con una mesita en el centro.

Evité pronunciar palabra alguna, y decidí dejar el pedido en la mesita.

En ese momento, sólo debía retirarme y esperar mi pago según lo acordado.

En tres días mi vida iba a cambiar para siempre, ese era el trato. En tres días más recibiría el dinero, y podría vivir una nueva vida de paz y tranquilidad.

Sin embargo, el destino tendría otros planes para mí.

- ¡AAAAHG! - Exclamó el hombre con aspecto de gorila.

Todos volteamos al oír tal macabro gesto de dolor.

Sin saber lo que ocurría, vi la puerta en donde había recién ingresado estar abierta. Allí se encontraba una figura femenina, pero lo que rápidamente llamó mi atención fue a ese gorila en el piso.

Aquella mujer de cabello negro, vestido provocador y una mirada asesina parecía muy sensual. De sus manos, sostenía una especie de dagas cubierta con la sangre de ese hombre.

Por mi parte algo hizo click en mí y corri hacía las escaleras que estaban a mi derecha, mientras que los otros hombres sacaron sus pistolas y procedieron a disparar.

Con mi corazón latiendo, abrí la primera puerta y me escondí ignorando todo lo que ocurría allá afuera.

Ahora solo quiero salir de aquí.

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-¡NO! - Grito horrorizado al sentir como algo jala mi pierna.

La fuerza aplicada es enorme que de tan solo un tiro pudo arrastrarme fuera de la cama.

Me pongo de pie rápidamente con los sentidos en alerta.

A pesar de la oscuridad, sé que puedo encontrar la salida de ésta habitación y salir de aquí.

Pero antes de moverme, recibo un duro golpe en mi pecho que me lanza directamente hacía la cama, impactando suavemente contra las sábanas.

De pronto, una tenue luz del techo se enciende, permitiéndome ver a la mujer asesina que quiere acabar con mi vida.

- ¿Qué quieres de mí? - Me animé a decirle con una voz insegura - ¡Soy inocente, yo fui arrastrado aquí por esos mafiosos!

- No es de tu incumbencia - Insistió mientras se acerca hacía mí con sus armas llenas de sangre.

Su mirada es espeluznante, no quiero morir así, ¡NO PUEDO MORIR AQUÍ!

Con desesperación llevo mis manos a mi cuerpo al recordar el arma que traía conmigo.

- ¡No te acerques! - Extiendo mi brazo con la daga para intentar persuadirla.

Inesperadamente, aquella mujer adopta una mirada casi al borde de la exitación, sus mejillas están rojas y procede a acercarse sensualmente hacía mí.

Logra subir lentamente a la cama, y con su mirada puesta en mi arma, en un movimiento rápido toma mi muñeca con bastante fuerza que me impide moverla.

Estoy paralizado, no sé que hacer, cada movimiento que pienso realizar me condenará a la muerte sí o sí.

- Es muy bella... - La mujer de cabello negro continúa observando el filo de mi arma.

Pero de pronto, de manera extraña, lleva su lengua hacía el borde del arma, recorriendo la extensión de ésta.

No sé cómo debo reaccionar, estoy confundido y temeroso.

Aquella extraña mujer libera mi muñeca, y finalmente la sangre vuelve a circular.

- Tú lengua... - Solo puedo decir impávido al notar que no tiene ningún corte en ella a pesar de sus extraños movimientos.

- Soy muy hábil, ¿Lo ves? - Sonríe genuinamente.

A partir de ese momento, dejé de temerle, su mirada asesina se desvaneció y ahora me parece mucho más atractiva.

Podría correr, o incluso apuñalarla si quisiera, ahora que ha bajado su guardia. Pero no quiero, estoy encantado con su actitud que he olvidado completamente ese sentimiento de estar al borde de la muerte.

- ¿Quién eres? - Atónito, tan solo pude preguntar.

- Llámame Thorn Princess - Deja ver una sonrisa relajada - Dime, ¿Qué relación tienes con esos hombres?, solo así consideraré perdonarte la vida.

Mis ojos se abren al ver una mínima probabilidad de vivir. Con todo el esfuerzo puesto en mi cabeza, pensé en lo único que podría safarme e irme de aquí:

- Lo hice por mi hermana pequeña, solo les entregué un paquete de sustancias ilícitas. No los conozco, no sé nada acerca de su organización, ¡Yo sólo cumplía con mi parte del trato!

Estoy bastante agitado, vuelvo a sudar al mismo tiempo que un golpe de ansiedad regresa a mí.

Ella solo me observa, pero su mirada no transmite sed de sangre ni nada de eso. Tan solo noto que su mirada está muy concetrada en mí.

- ¿Cuántos años tiene? - Interrumpe mis pensamientos de improviso.

- ¿Qué?

- Tu hermana menor.

- Seis años...vive en un orfanato, mis padres murieron cuando yo estaba en alta mar. Soy su única familia, con ese dinero podía entregarle una mejor vida.

- ¿Sabes?, yo también...tengo una hija - De improviso, procede a recostarse a mi lado con total naturalidad - También tiene 6 años, es muy bella.

Sorprendido, al mismo tiempo que me siento avergonzado por estar recostado en la misma cama que ella, tan solo pude mirarla y estar cómodo.

Ambos estamos acostados, uno al lado del otro como si fuéramos amantes.

- Jamás pensé que tuvieras una hija - Comento despreocupado.

- ¡Eso mismo pensé!, ¡Pero tuve la fortuna de encontrarme con Loid y su hija Anya y todo cambió de un minuto a otro!

Al oír su relato, me doy por enterado que es una mujer casada y que su hija Anya, no comparte ningún vínculo sanguíneo con ella.

Pero me sorprendo totalmente por su despreocupación, con tal información, ella debería matarme por revelarme parte de su vida privada.

Aunque lo que más me desmotiva es que no está soltera...lástima...es bastante linda.

La escucho hablar y hablar, pero por más que intento concentrarme en sus palabras, tan solo puedo admirar su rostro desde un perfil que le sienta bastante bien.

Libero un pequeño suspiro.

Ella voltea a verme repentinamente sin entender nada.

-¡No!, ¡Estás aburrido! - Se lamenta con una expresión exagerada, flexionando sus rodillas en la cama. Su rostro se mueve de un lado a otro con sus mejillas sonrojadas.

-¡No!, ¡No!, ¡No!, ¿Como crees? - Flexiono mis rodillas también para estar a su altura - Te estaba escuchando...este...y estoy bastante cómodo aquí.

¿Cómo es posible que un simple bostezo me dé tantos problemas?

Por azar, nuestras miradas se cruzaron inesperadamente y nos detenemos en ello por bastante tiempo.

Mi corazón palpita de forma muy molesta, junto con una fuerte presión en mi pecho.

Ella, por una extraña razón me empuja nuevamente hacía la cama, para luego abalanzarse sobre mí y acercar su rostro directamente al mío.

Antes de que tan solo pensara en moverme, nuestros labios se tocan suavemente y se alejan con la misma rapidez.

Prácticamente fue un beso robado.

Ella me robó un beso...

- Eeh...este... - Miro de un lado a otro sin poder encontrar las palabras correctas. La verdad no sé qué decir, esto me tomó por sorpresa.

- ¡Lo siento! - Exclama sorprendida también - No fue mi intención...¡Solo quería hacerlo!

Su respuesta no me parece de lo más sensata.

Pero al ver sus mejillas sonrojadas, presiento que algo dentro de ella la motivó a hacerlo.

Desvía su mirada con vergüenza, sus muñecas se cruzan justo a la altura de su vientre.

Podría correr, podría escapar, o tal vez encontrar una excusa para irme de aquí.

Pero si no lo hago ahora, me arrepentiré.

Con mis dos manos, tomo sus mejillas y acerco mis labios a los suyos.

Cierro los ojos a medida que nuestros labios se encuentran.

Sus dedos acarician suavemente el cabello de mi nuca a medida que nos ahogamos en nuestros suspiros.

Mis dedos recorren lentamente sus hombros hasta descender por su cintura.

Cada acción podría condenarme a la muerte.

Lo siento hermanita...

Pero por primera vez, quiero disfrutar de la vida.

Si tengo que morir lo haré, y espero que comprendas. Estoy seguro que si estuvieras en mi posición harías lo mismo.

Creo firmemente, que ésta es la manera más bella de morir.

En los labios de una princesa.

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