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Kagami x Male Reader(Miraculous Ladybug)

Nunca imaginé que me demoraría tanto en escribir una historia que en principio era fácil de elaborar. Me extendí demasiado y tuve que hacer muchas correcciones para que fuera coherente.😅

En fín, historia pedida por ALazyBoy,  gracias por hacerme escribir este gran desafío, espero que sea de tu agrado ❄✌
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Derecha…izquierda…y derecha nuevamente.

Cada ataque desestabilIza mi defensa.

Realmente es muy hábil en esgrima. No puedo tolerar que la chica nueva gane este duelo.

No perderé contra ella, ¡simplemente no lo haré!, ¡No delante de toda la clase!

Mi mano tiembla, cada ataque de Kagami debilita mi defensa.

Maldición, de seguir a este ritmo creo que…

¡No!, lo que faltaba. Con su último ataque hizo que soltara mi sable, arrojándola lejos de mi alcance.

— Touché — Oigo su voz detrás de su casco.

Bajo la mirada hacía mi pecho, sintiendo como la punta de su sable toca mi torso.

— ¡Y la ganadora es Kagami Tsurugi! — Señala con su mano el maestro D'Argencourt. Nuestro maestro de esgrima.

Después de retirarnos los cascos. El maestro vuelve a hablar:

— ¡Magnífico!, ¡Magnífico! — Aplaude entusiasmado — Jamás vi un duelo con un desenlace tan asombroso, Kagami realmente eres asombrosa.

Con la mirada un tanto enojada, recojo mi arma y ofrezco mi mano a mi oponente por nuestro duelo.

— Felicidades, Kagami  — Desvío la mirada para evitar mirarla.

Ella por su parte, acepta mi mano y la aprieta.

— Gracias (Y/N) — Muestra una sonrisa triunfante.

Cuanto la detesto.

Mientras la clase de esgrima volvía a la normalidad. No podía dejar de observar a Kagami.

Desde que llegó a esta escuela hace 2 meses, he sido víctima de su soberbia, su frialdad y de su actitud desafiante.

Ella me menosprecia constantemente durante nuestros entrenamientos, además de hacerme la vida imposible en clases, siempre busca provocarme con su descortesía para que pueda salirme de mis cabales.

En fín, creo que será mejor olvidar esto por hoy.

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— Touché…touché…touché

Muerdo mis labios y juego con un clip de mi bolsillo para ignorarla.

— Touché…touché…touché — Nuevamente Kagami susurra insistentemente a mi lado.

Francamente no la entiendo.

— Por favor, necesito concentrarme — Le comento sin desviar la mirada del pizarrón ni de la Maestra Bustier.

Una nueva jornada ha comenzado.

No sé por qué la Maestra tuvo la brillante idea de sentarme junto a Kagami.

De alguna manera, la Maestra Bustier creyó que no se adaptaría a la escuela, pero buscó a la persona menos indicada para hacerlo.

Todos aquí son muy buenos amigos y compañeros, pero yo, soy algo…distinto a los demás.

No soy muy sociable que digamos.

Nunca fui de hacer amigos. Mis padres siempre fueron sumamente estrictos conmigo, para ellos la disciplina y el orden eran lo más importante en la vida. Por eso, nunca pude hacer amigos, jamás tuve la oportunidad de compartir con alguien después de clases, mis padres preferían que durante ese tiempo yo estudiara para mis exámenes.

Mi único escape de la realidad, fue la esgrima. Me sentía felíz de encontrar mi lugar en el mundo, pero todo ello se derrumbó hasta que Kagami llegó a esta escuela.

Desde ese entonces no he podido disfrutar de la esgrima gracias a su presencia.

Suspiro lentamente para retomar la lección de hoy.

— Maestra — Kagami levanta su mano — No me siento bien, ¿Puedo ir a la enfermería?.

De un momento a otro el rostro de Kagami luce diferente, además su voz cambió a uno de tono más frágil. No es posible, hace un momento estaba bien, ¿Qué le habrá pasado?.

— Claro que sí Kagami, (Y/N), ¿Puedes por favor acompañar a Kagami a la enfermería?.

Oh rayos…lo que faltaba.

— Por supuesto — Respondo sutilmente molesto.

Ambos nos acercamos a la salida del salón.

— Vaya, pero allí van la pareja de inadaptados  — Chloé se burla de nosotros.

La mayoría de mis compañeros se ríen de su intento de comediante.

— Por favor Chloé, no es gracioso. Debes dejar de molestarlos — Interviene Adrien como siempre.

— No seas aguafiestas Adrien, es solo una broma —  Chloé trata de convertirse en una víctima.

Sin perder más tiempo abro la puerta y salgo junto a Kagami del lugar.

Caminamos por los pasillos hacía el primer piso donde se encuentra la enfermería de la escuela.

— Me alegro que aceptaras acompañarme —Oigo como la voz Kagami retoma a su tono natural .

— ¿No estabas enferma? — Miro sorprendido al verla recuperada.

— Nunca lo estuve — Detiene su andar para mirarme a los ojos — Te engañé porque quiero mi revancha.

— ¿De qué estás hablando Kagami?.

— De nuestra duelo de ayer.

— ¡¿Estás loca?!, ¡Tú ganaste!, ¡No hay necesidad de una revancha!.

— No luchaste con todas tus fuerzas (Y/N), fue bastante obvio, hasta Chloé habría peleado con más convicción que tú.

Ahí va de nuevo, esa actitud me molesta. Nada es suficiente para ella, es una sabelotodo, cree conocer a los demás pero no es así.

— ¿Quieres un duelo Kagami?, ¡Te daré tu duelo!.

Tomo su mano y la arrastro conmigo hacía el primer piso, específicamente al Salón de Deportes donde el maestro D'Argencourt guarda todo su equipamiento.

Vigilando que no haya nadie, saco el clip de mi bolsillo e intento abrir el picaporte con él.

Pasaron algunos minutos y sorprendentemente logro abrirla.

— Podrías haber sido más rápido — Oigo como intenta provocarme con su voz serena.

  — Ven.

Tomo su mano para que pueda ingresar antes de que alguien nos vea.

Miro por todo el salón, con la adrenalina en mi cuerpo. En este lugar hay muchos equipamientos para practicar distintos deportes.

Por suerte, los sables de esgrima están en un lugar accesible.

— Vámonos — Le ordeno para salir.

—  Espera, ¿No piensas utilizar los trajes de esgrima para combatir?.

— No, correré el riesgo.

Ambos nos escabullimos y salimos de la salón para irnos hacía el patio interior de la escuela Françoise Dupont.

— ¿No pretenderás combatir aquí?, ¿O sí? — Pregunta evidentemente molesta.

— Vamos, ¿Tienes miedo de luchar aquí Kagami?, ¿Tienes miedo de que nos descubran? — Le arrojo la espada de esgrima.

— No le temo a nada — Recibe con bastante habilidad la espada antes de que ésta caiga al suelo.

Nos reunimos en una linea imaginaria que nos divide a un metro el uno del otro para luchar en este escenario improvisado de esgrima.

Además de luchar, tendremos que lidiar con la dificultad de combatir sin el equipamiento necesario, lo que ralentizará nuestros movimientos. Sumado además a la adrenalina de que nos vean.

Posiblemente si algunos de los maestros nos vieran, de seguro tendríamos una sanción ejemplar.

Por primera vez, puedo ver a Kagami a los ojos. La mayoría de las veces evitaba mirarla; ahora puedo ver mucho mejor sus facciones japonesas y su cabello similar a Marinette.

— ¡En guardia! — Eleva su espada antes de comenzar.

— Ya conoces las reglas Kagami, el primero en alcanzar los 5 puntos es el ganador. Se permite solamente tocar al oponente desde la cintura hacía arriba, permitiendo la cabza.

Respiro profundamente antes de iniciar la cuenta regresiva:

— A la cuenta de 1…
— … 2 …
— …¡3!.

Nos acercamos rápidamente uno al otro, el ruido de los sables chocando entré sí se escuchan bastante claro,  nuestros movimientos son lentos y predecibles por nuestros atuendos.

Creo que tendré que resistir y esperar a que baje su guardi…

— Touché — Siento la punta de la espada en mi hombro. He perdido el primer asalto.

Retomamos nuevamente nuestras posiciones.

— 1…
— …2…
— …¡3!

Este asalto está siendo como el primero, somos predecibles, cubro mi hombro para no ser impactado de nuev…

— Touché — Oigo nuevamente a Kagami — No descuides tus costillas.

Miro debajo para ver como la punta del sable está en mi costilla izquierda.

Voy 2 a 0 debajo.

— ¿Esto es todo lo que tienes (Y/N)?, esperaba más de tí en este duelo.

Aprieto mis dientes al sentir sus ataques contra mí.

Otra vez nos reunimos en la línea imaginaria.

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Exhausto, respiro pesadamente. Este duelo se ha prolongado mucho más de lo que yo esperaba. Mi cuerpo se siente pesado.

Para el colmo, voy 4 a 2 debajo. Un toque más de Kagami y pierdo.

Ella no parece estar tan agotada, envidio su estado físico.

Una vez más, nos reunimos al centro.

— 1…
— …2…
— …¡3!

No tengo nada que perder, iré con todo.

Tomo la iniciativa y atacado como nunca antes había peleado, mientras Kagami defiende hábilmente.

Para mi suerte, soy lo suficientemente rápido como para tocar el hombro de mi oponente.

Sus ojos se abren ligeramente por mi destreza.

4 a 3

Un toque más y empatamos.

— Esto se está volviendo aburrido. Terminaré con esto de una vez — Comenta Kagami.

— No será así, ya lo verás.

Retomamos nuestras posiciones.

Mis manos tiemblan, no puedo sostener mi sable con normalidad.

— Aguanta un poco más — Susurro.

— 1…
— …2…
— …¡3!

Voy con todo. Ataco de frente directo a su pecho. Kagami intercepta sin problemas mi ataque. Rápidamente, llevo mi sable a su cintura. Otra vez logra detenerlo.

Ahora ella toma la iniciativa y trata de impactar en mi pecho. Bloqueo su ataque llevando el sable por arriba de su cabeza, forzando a que deba elevar su brazo.

Como lo esperaba, ahora ha bajado la guardia, esto me da la oportunidad de bajar rápidamente mi sable y tocar   su pecho con la punta de mi arma.

Kagami luce enojada, claro, trata de ocultar su expresión mostrando una actitud seria, nadie podría atacarla con un movimiento tan básico.

Un punto más y podré ganar.

¡Dios!, mi mano está sudando y tengo dificultades para sostener mi arma.

Nos reunimos por última vez en la línea imaginaria.

Mi brazo está notoriamente exhausto, es evidente. He concentrado todas mis fuerzas en no soltar el sable que he sobrexigido ésta área de mi cuerpo.

Levanto la vista para ver como Kagami mira fijamente mi mano temblorosa.

Por su mirada deduzco que tiene un plan en mente.

— 1…
— …2…
— …¡3!

Antes de que pudiera tomar la iniciativa, Kagami se me ha adelantado y ataca directamente a mi arma.

Su estrategia es peculiar, no está tratando de tocar mi cuerpo, ella solo ataca a mi sable. No tengo tiempo para reaccionar correctamente, ha concentrado toda su velocidad en su arma y no en el movimiento de su cuerpo.

Siento…un ligero dolor en mi muñeca. ¡Por supuesto!, su estrategia es que suelte el arma y así estar indefenso para el último toque como la última vez.

¡No repetiré el mismo error 2 veces!

¡Esta vez seré más fuerte!

¡Debo resistir!.

Retrocedo algunos pasos de Kagami, pero insistentemente ella se acerca y ataca sin piedad mi sable.

Cada golpe hace que mis dedos se debiliten.

No podré resistir, debo hacer algo.

Con mis fuerzas, realizo un contraataque certero contra el arma de Kagami. Ella retrocede dos pasos producto del golpe, dejándome espacio suficiente para que pueda actuar rápidamente.

Extiendo mi brazo hacía ella para realizar mi último movimiento en su pecho, pero tontamente dejo caer mi sable.

Ahora, siento como todo transcurre en cámara lenta.

Kagami aprovecha mi descuido, y con un movimiento elegante  ahora ella trata de tocar mi pecho.

Retomando una posición normal, retrocedo para evitar su último toque.

Cierro los ojos para no ver la humillación de perder por segunda vez consecutiva contra la chica que me ha hecho la vida imposible.

Inesperadamente siento como el filo de su arma atraviesa entre el espacio de mi costilla y mi brazo izquierdo.

Abro los ojos para ver a Kagami abalanzarse contra mi, dejando caer su sable para abrazarme, llevando su cabeza a mi pecho y su otra mano a mi espalda.

De forma intuitiva, la abrazo también para no perder el equilibrio y seguir de pie.

Me siento algo incómodo con la situación; por su parte Kagami no parece estarlo. Ella continua en esta posición, todavía con su cabeza en mi pecho.

— ¡Oigan ustedes dos!. ¡¿Qué significa todo esto?!

Miro hacia donde se dirige la voz; mientras que a la vez, Kagami rápidamente me libera de sus brazos.

Para nuestra mala suerte fuimos descubiertos por el director de la escuela, el Sr Damocles.

Aunque sea un hombre de baja estatura, aún así impone un gran respeto con sus grandes cejas y sus vellos faciales similar a un búho.

— Pero… ¡¿Qué es esto?!, ¡¿Qué hacen  aquí éstos sable?!. Está estrictamente prohibido practicar algún tipo de deporte fuera del horario establecido, además pueden atentar contra su salud física por no utilizar el equipamiento adecuado ¡Oh!, están en grandes problemas (Y/N) y Kagami.

Mi cabeza da vueltas y siento como la adrenalina sube por mi cuerpo. Esto no terminará bien.

— ¡¿Me están escuchando ustedes dos?! — Pregunta molesto el Sr Damocles.

— ¡Sí señor! — Respondo un tanto asustado.

Kagami solamente mira fijamente al Director.

— Les pediré que vayan a mi oficina de inmediato, allí hablaremos de su castigo con mayor detalle. Mientras tanto iré a devolver estas armas al Salón de Deportes.

Kagami sin perder más tiempo, camina rápidamente hacía las escaleras que la llevarán a la oficina del Director.

— ¡Espera Kagami! — Le digo mientras veo como se aleja.

Muevo mis piernas para alcanzarla, pero éstas se sienten pesadas producto del duelo.

Realizando un sobresfuerzo de mi parte sigo a la chica de ascendencia japonesa por las escaleras, pero producto de mi lentitud no puedo moverme a su ritmo.

Inhalo y exhalo agitado al terminar el último peldaño de las escaleras.

— ¡Caray!, creo que me desmayaré — Inhalo y exhalo nuevamente — Además, ¿Por qué Kagami acabó el duelo de esa forma?, tengo muchas preguntas y necesito respuestas.

Camino con un dolor punzante en mis pantorrillas, por lo que me muevo lentamente.

Finalmente logro llegar a las afueras de la oficina del señor Damocles.

Golpeo la puerta asumiendo que Kagami se encuentra allí.

Pasaron los segundos y todavía no recibo respuestas.

— Kagami, abre por favor  — Golpeo insistentemente la puerta.

Otra vez no recibo respuestas. Odio su actitud, sé que está jugando conmigo.

Sin pensarlo, muevo la perilla para ingresar.

— Kagami, sé que estás ahi… — Al entrar me veo sorprendido por nuevamente recibir un abrazo de Kagami.

No puedo rechazarla, sus brazos se unen detrás de mi espalda y su cabeza están en mi pecho. Todo mi cuerpo está exhausto, solo puedo relajarme y estar sumiso ante ella.

Mi corazón late fuertemente.

Antes de que pudiera preguntar sobre su extraño actuar, siento como ella libera un ligero suspiro de tranquilidad, al igual que un perro o un gato en los brazos de su amo.

Luego de largos segundos, decido separarme de ella para charlar.

— ¿Qué fue eso? — Mi cuerpo tiembla al preguntar.

Kagami evita mirarme a los ojos.

— Me…gustas — Susurra suavemente.

— ¿De qué estás hablando?, ¡Eso es imposible! — Me muestro un poco alterado.

— Eres igual que yo — Trata de recomponer su compostura — Ambos somos unos lobos solitarios que buscan un lugar en este mundo, además a los dos nos apasiona la esgrima, creí que podría ser tu amiga.

— Vaya manera que tienes de hacer amigos Kagami — Cruzo mis brazos y sonrío ante sus palabras  — Creo que provocar a alguien tiene el efecto contrario al momento de realizar amistades.

— Te pido disculpas si te he lastimado alguna vez, nunca he encontrado las palabras correctas para acercarme a alguien. Siempre he sido así, fría y distante con los demás y dudo mucho que pueda cambiar.

Cierra sus ojos al terminar. Podría decir que está buscando una forma de esconder sus lágrimas, pero sigue insistiendo en mostrarse como una mujer fuerte.

Creo que debería perdonar a Kagami, sé lo difícil que es hacer amigos, y aunque odie admitirlo ella ha hecho mucho más que yo en dos meses, que yo en todos los años que he estado en esta escuela.

— Creo que vas por un buen camino, has dado tu primer paso, sé que no es fácil hacer amigos…

Veo los ojos de Kagami abrirse con mis palabras.

— … y admito que han sido dos meses un poco conflictivos, yo también he sido un idiota contigo, no soy quien para perdonarte Kagami. Pero, no entiendo por qué me abrazaste en nuestro duelo.

— Yo…yo, he estado planeando esto desde la primera vez que te vi — Veo sus mejillas sonrojarse.

— ¿No estarás hablando en serio?, ¿Todo por un abrazo?

— Sí, he estado planeando este momento desde que la maestra Bustier me sentó junto a tí.  Me pareces muy atractivo (Y/N), y necesitaba encontrar la forma para que te fijaras solamente en mí. Pero no encontraba las palabras para acercarme correctamente y creí que con un abrazo podría expresar lo mucho que te aprecio.

— Así que, fingiste estar enferma, para salir de clases…

— Exactamente, de la única forma con que puedo expresarme cómodamente es a través de la esgrima. Esperé el momento adecuado para abrazarte de forma sincera e íntima, sin que nadie nos juzgara.

— Eres muy poco ortodoxa Kagami, pero admito que me divertí mucho. En fín, mis padres de seguro me matarán por escaparme de clases…  — Entro en razón al recordar el motivo por el cual estoy en esta oficina — ¡Dios!, ¡Estaré en graves problemas!

Llevo mis manos desesperadamente a mi cabeza.

— Ni me lo recuerdes — Suspira —   Esta vez mi madre se volverá mucho más estricta conmgo .

Se ha formado un silencio incómodo entre los dos.

Por más que busco en mi cabeza, no encuentro otro tema de conversación. Maldita sea, esto me pasa por tener pocas habilidades sociales.

— ¡Oh!, olvidaba el toque final — Comenta Kagami.

Sorpresivamente Kagami lleva sus manos a mi rostro, tímidamente sus labios hacen contacto con los míos. Sus besos son un tanto torpes, creo que nunca antes había dado uno.

No la culpo, yo tampoco lo había hecho.

Nuestros cuerpos están muy unidos. La torpeza de Kagami me hace ayudarla con mi mano derecha y guiarla un poco sobre su mejilla.

Este momento íntimo no duró demasiado, ambos necesitamos respirar.

— Creo que podré acostumbrarse a esto — Paso mis dedos por mis labios.

— Touché — Muestra una sonrisa triunfante — 5 a 4, yo gané.

— Es la primera vez que no me siento molesto por perder —- Río levemente.

— (Y/N)… — Kagami sostiene rápidamente mis manos y su mirada está fija a la mía. Sus manos tiemblan sutilmente — …estaré castigada por mucho tiempo, así que me preguntaba…¿Si es que quieres ir conmigo al cine algún día?

Sostiene mis manos con fuerza, mostrando evidentes signos de estar nerviosa.

— Claro, también estaré castigado por un largo tiempo, aunque podría escapar de mi casa para evitar la espera, pero no me importa.

— ¿Lo dices en serio?, creo que también podría escapar de mi casa, nunca antes lo había hecho.

— Será la primera vez para los dos.

Respiro profundamente y acerco mis labios a los suyos, todavía con mis manos atrapadas por las de Kagami.

Este sería como un beso antes de la condena.

Mis sentidos solo se concentran en sentir sus dulces labios.
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— Maestra Bustier, podrá ser una excelente maestra, pero es inaceptable que deba esperarla 10 minutos para lavarse las manos en un momento como éste — Regaña el señor Damocles a la dulce Maestra Bustier.

Ambos se dirigen a la oficina del Director.

— Me disculpo por ello señor Damocles, pero la higiene es algo muy importante para mí — Deja ver una sonrisa triunfante.

—  Aún así creo que es excesivo, en fín. Sus estudiantes nos están esperando en mi oficina — Continúa caminando por los pasillos — No puedo creer que la señorita Kagami haya fingido estar enferma y escaparse de clases con el señor (Y/N).

— ¿Me dice que los descubrió abrazados y con los sables de esgrima junto a ellos? — La Maestra vuelve a mostar una sonrisa, pero esta vez de orgullo.

— ¿Qué es tan gracioso señorita Bustier? — La mira con evidente enojo.

— ¡Oh!, nada realmente — Sus mejillas se sonrojan al imaginar el abrazo entre sus estudiantes.

— Parece que la puerta está levemente abierta — El Director parece estar consternado.

— ¡Permítame ingresar primero señor Damocles! — La maestra Bustier toma la delantera y espía por la pequeña abertura de la puerta.

— ¿Qué está ocurriendo allí? — Acelera el paso al ver como la maestra mira sigilosamente la puerta.

— Shhh, por favor, no haga ruido.

— ¿Por qué no debería hacer rui… — Inmediatamente se ve interrumpido por la mano de la maestra Bustier que le impide hablar.

— ¿No es hermoso? — Los ojos de la gentil maestra se iluminan al ver a tí junto a Kagami besándose apasionadamente — Hice bien en reunirlos, sabía que eran el uno para el otro.

— Muy bonito, pero creo que ya es hora de ingresar — El hombre de la prominente barba logra liberarse de la maestra de cabello rojo —Debemos decidir el castigo que tendrán.

— Está bien — Suspira derrotada la Maestra — Entremos.

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