¡Wow!, debo admitir que fue un verdadero desafío hacer una historia de Evie de Descendientes, pero finalmente aquí está.

Los hechos transcurren entre la primera y la segunda película.

Historia pedida por Lismariii

Espero que sea de tu agrado! ✌❄

(Y/N): Tú Nombre

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Ha pasado tiempo desde que me fui de la Isla de los Perdidos, todos en ese lugar creímos que nadie podría salir de allí sin que los reyes de Auradon usaran sus poderes para romper la barrera que nos impedía conocer el mundo exterior.

Por suerte, yo tuve la fortuna de hacerlo.

Mi escape fue más sencillo de lo que imaginé, no se podría esperar nada más de (Y/N) hija de Morrigan, Reina de la oscuridad.
 
Mi madre fue una guerrera que luchó contra reinos generando el pánico entre la población y ganándose el respeto de todos sus adversarios.

Como hija y princesa de la oscuridad, es mi deber de continuar su legado y por ello ya es hora de que cumpla con mi destino.

Mi madre antes de ser atrapada por los reyes guardó una pocima que convertiría en cuervo  a cualquiera a quien la bebiera.

Ella lo guardó todos estos años para entregarme la pocima y así yo pudiera escapar.

Jamás olvidaré sus palabras:

— Hija mía, este es el inicio de nuestro plan. Atacarás Auradon, y me entregarás la varita de la Hada Madrina para romper el hechizo y salir de aquí, no te diré cuando atacar, tus instintos te guiarán y sabrás  cuando ya sea el momento adecuado de cumplir con tu deber como mi hija.

Después de oír sus palabras, bebí la pocima y volé hacía tierras lejanas hasta que ese día llegara.

Han pasado 3 años desde entonces.

Actualmente vivo entre las montañas de una localidad llamada Kerry.

A veces me pregunto si alguien de la Isla habrá notado mi ausencia todo este tiempo. No era una chica muy popular, más bien era un estorbo para los demás.

Tal vez estoy mejor estando lejos de casa.

Últimamente he tenido algunas visiones relacionadas con lo que parece ser Auradon, he visto dos chicos y dos chicas recorriendo ese lugar.

Creo que es una señal para viajar y cumplir con los deseos de mi madre.

Inmediatamente, me transformo en un cuervo y emprendo un largo viaje hacía el Reino de Auradon.

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Luego de días de vuelo, finalmente logro aterrizar al Reino.

Todavía transformada en cuervo, me escondo entre los arbustos para volver a mi forma humana.

He logrado escabullirme entre la multitud a las afueras de lo que parece ser un Instituto.

Aunque mi vestimenta no parece ser la más adecuada al estar vestida desde mi chaqueta hasta mis botas de color negro, aún así, creo que podré infiltrarme de lo más bien aquí

Con todo el apuro, olvidé pintar mis labios de negro para hacer juego con mi atuendo, pero eso solo son detalles.

— ¡Oh ahí estás! — Oigo una voz de mujer detrás de mí.

Volteo rápidamente al sentir una mano en mi hombro.

Veo a una chica de cabello negro y ojos azules, luce un vestido de color azul claro con una cinta rosa en su cuello.

— ¡Ven!, debo mostrarte la escuela antes de tu primera clase! — Comenta alterada.

— Espera…yo… — No tengo tiempo para responder, ya que me lleva a toda prisa al interior de la escuela.

Ingreso a la escuela, recorriendo junto a la extraña chica de la mano mientras me guía a quien sabe donde.

— Olvidé, tú nombre, ¿Cómo dices que te llamas? — Me pregunta sin soltar mi mano ni despegando la mirada sobre mí.

Al parecer esta chica me ha confundido con alguien más.

— Me llamo Alex — Miento para no revelar mi identidad.

— ¿De dónde vienes?

— Vengo de una localidad llamada Kerry.

— ¿Eres una princesa?

— Se puede decir que sí — Muestro una sonrisa, amo cuando me reconocen como tal — ¿Y tú?, ¿También eres una princesa?

— Eso quisiera, pero soy la hija de la Hada Madrina.

Mis ojos se abren al saber que esto será más fácil de lo que pensaba.

— Tu madre cumple deseos, ¿No es así?

— Ya no, ella es la Directora, bueno, eso ya lo sabes, tú misma enviaste la solicitud, ¿Verdad?.

— ¡Eh!, ¡Sí!…seguro.

— ¡Oh!, no había notado tu atuendo, claramente no puedes ir a clases vestida así.

— ¿Qué tiene de malo? — Indico mi ropa.

— Parecen harapos…¡Lo tengo!, sé de alguien que puede ayudarte, ¡Rápido!

Nuevamente toma mi mano y corre a toda prisa.

Caminamos por los pasillos, hasta que la extraña chica se detiene al ver a un tipo de lentes y de ropa formal.

— ¡Hola Doug!, ¿Sabés dónde está Evie?

¿Evie?, conozco a alguien llamada Evie…

— Claro que sí Jane, está en su habitación — El muchacho me mira fijamente.

Pero antes de que él pudiera saludarme, Jane nuevamente corre por lo pasillos a toda prisa.

— ¡Nos vemos Doug! — Grita la chica al marcharse.

Dudo mucho que la Evie que alguna vez conocí esté aquí, nadie podía salir de la Isla de los Perdidos. Además, si ella está aquí, ¿Dónde están Mal, Carlos y Jay?

Oh tal vez, las visiones que tuve eran sobre ellos…

…espero que no sea así.

— Aquí es — Me señala Jane mientras nos detenemos en la puerta de una habitación — Evie es una excelente estilista y diseñadora, te aseguro que quedarás espléndida.

— Gracias, pero no creo que sea necesario — Me sonrojo al considerar que Evie se encuentre del otro lado de la puerta.

De forma inesperada, vemos abrirse la puerta de la habitación.

Para mi sorpresa, reconozco claramente a la chica que salió de allí: Es Mal, pero luce diferente…¿Cómo una princesa?

— ¡Hola Mal! — Saluda Jane emocionada.

— !Oh!, ¿Qué tal Jane?, buenos días — Saluda Mal de manera cortés.

Mis ojos no pueden creer lo que estoy viendo, ¿Mal siendo educada?, ¿Qué le pasó a la hija de Maléfica para volverse de esa forma?, claramente ésta escuela la cambió radicalmente.

— Te presento a la nueva chica, su nombre es Alex, viene de un lugar llamado Kerry.

— Mucho gusto en conocerte Alex — Mal extiende su mano para saludarla. Obviamente recibo su saludo, aunque no sea de mi agrado, nadie debe saber quién soy en realidad.

— Muchas gracias, es un placer que me hayan aceptado en esta escuela.

— Espero que seas muy felíz aquí Alex. Si me disculpan ambas, debo retirarme, el Príncipe Ben me espera.

Se retira rápidamente del lugar.

Por su mirada, puedo decir que Mal se siente un tanto incómoda con todo esto, no sé mucho, pero es algo casi evidente.

Después de unos segundos, pregunto a Jane:

— ¿Ese Príncipe Ben, es su novio o algo así?.

— ¡Sí!, ¡Sí!, ¡Sí!, Ben y Mal son novios. Ella, junto a Evie y sus amigos  provenien de la Isla de los Perdidos la Isla que se encuentra al frente del Reino.

— ¿Con los otros chicos te refieres a Carlos y a Jay?

— ¡Sí!, ¿Cómo lo supiste? — Me mira de forma Inquisidora.

¡Que tonta soy!

— ¡He oído acerca de ellos en casa! — Respondo temblorosa.

— Vaya, las noticias de Auradon son muy populares.

—  Así es — Trato de calmarme — ¿Por qué vinieron a éste lugar si es que puedo saber?

— El Príncipe Ben al asumir quería que algunos chicos de la Isla pudieran estudiar aquí, ¿Sabías que planeaban robar la varita mágica de mi madre? — Enfatiza esto último con cierta molestia.

— No lo sabía.

Esto no será fácil, imagino que la seguridad será muy extrema, creo que me tomará algo más de tiempo obtener la varita.

— Bien, basta de charla, ¡Entremos!.

— ¡No!

— ¿Qué sucede Alex?

— Creo que es mala idea.

— ¿Por qué?

— Por que… creo que se me hace tarde para ir a clases.

— Puedes faltar a la primera hora, Evie también faltará, ambas están en la misma clase así que no será problema.

— Insisto…

Ignorando mis súplicas Jane golpea la puerta de la habitación.

Segundos después, la puerta se abre y la chica que alguna vez amé apareció ante mis ojos más bella de como la recordaba.

Su característico cabello azul y sus ojos marrones me cautivaron nuevamente. Ella todavía viste con tonalidades azules, en cierto modo no ha cambiado nada, sigue siendo la misma Evie que conocí en la Isla…

— ¡Alex!, ¡Alex! — Jane interrumpe mis pensamientos.

— ¿Ah?, ¿Qué?.

— Ella es Evie, es hija de la Reina Malvada.

— Mucho gusto en conocerte Alex.

— El placer es mío — Me sonrojo al oír nuevamente su voz.

— ¿Sabías Evie, que Alex es una Princesa? — Jane trata de generar un tema de conversación.

— ¡¿Eso es cierto Alex?! — Pregunta Evie juntando ambas manos y con cierta emoción.

— Algo así.

Que tonta fui al mencionar mi condición de Princesa.

— Bien, ¿Qué estamos esperando?, debes lucir bien en tu primer día de clases Alex, ¡Entra!.

Evie toma de mi mano y hace que ingrese a su habitación, cerrando la puerta y dejando a Jane atrás.

Intuitivamente, aprieto con fuerza su mano y le doy suaves masajes en sus nudillos.

Ella me lleva frente a un espejo gigante de su habitación y me observa caminado desde todos lados.

— Tienes un buen estilo, pero debes estar más a la moda — Sostiene su mentón con la punta de sus dedos — Y ese cabello, claramente necesito trabajar bastante en él. Te pediré que te sientes en esa silla.

— Lo que tu digas — Obedezco sus órdenes  y tomo asiento denotando mucha ansiedad en mis movimientos.

En tanto, Evie reúne todos los preparativos junto a las medidas de seguridad para teñir mi cabello.

Es extraño, pero me siento muy a gusto que Evie se fije en mí:

Recuerdo que siempre la admiraba en secreto cuando ella salía a provocar el caos en las calles junto a Mal, Jay y Carlos. Eran un grupo muy temido por todos en la Isla, pero Evie era distinta, ella era bastante agradable con todos y siempre me sacaba una sonrisa cuando la veía a la distancia.

Nunca tuve el valor de hablar con ella, además no soy una persona muy interesante ni tengo muchas historias que contar, de seguro la habría aburrido.

— Te pido que te pongas cómoda Alex, esto tomará tiempo — Arregla mi cabello para trabajar en él.

Por mi parte, cierro los ojos y disfruto de los movimientos de las manos de Evie en mi cabeza.

— Pondré algo de música si no te importa — propone.

— Claro, no me molesta — le digo.

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— Hemos terminado — Coloca un espejo en frente de mí.

— Es asombroso — Susurro.

No sé como lo hizo, pero mi cabello adoptó varias tonalidades de negro, solamente alguien como Evie puede hacer algo como esto.

— Ya sé que podrás utilizar, esto será perfecto para tí — Se dirige a su armario y toma un vestido morado oscuro con finos detalles de diseño único. Estoy segura que Evie lo confeccionó, no esperaba menos de la Hija de la Reina Malvada.

— Pruébalo — Me entrega el vestido.

— Gracias — Lo recibo sonriente — Iré a cambiarme.

Luego de algunos minutos modelo el vestido frente a ella , es increíble, parece ser hecho a mi medida.

— Combinan muy bien con tus botas Alex, pero todavía no estás completa — Busca algo dentro de una caja de cosméticos ubicado en su cama.

— ¿Qué crees que me hace falta? — Pregunto.

Se dirige a mí con un labial en su mano.

— Como buena princesa, no debes olvidar de ciertos detalles — Pinta mis labios con su labial — Además, el color negro siempre te ha venido bien, (Y/N), hija de Morrigan.

Se aleja de mí con una sonrisa triunfante en su rostro.

Un escalofrío pasa por mi cuerpo al oír mi verdadero nombre salir de la boca de Evie.

— ¿Creíste que me convencerías con tu nombre falso?, pues me alegra verte de nuevo (Y/N), sigues teniendo la misma actitud tímida frente a mí.

No puedo reaccionar como desearía, todo mi plan fracasó antes de empezar. De todas las personas que podría haberme encontrado, justamente fue Evie quien me reconoció, estoy acabada.

— Sabes, te extrañé muchísimo, no había día en que me preguntaba donde estabas. Nunca perdí la esperanza de volverte a ver — Se acerca lentamente — Sé por que has venido, yo también quise la varita de la Hada Madrina, si me permites un consejo, puedo decirte es que sigas a tu corazón.

Sin pensar, llevo mis manos a sus mejillas y la beso con todas mis fuerzas. Si debo volver a la Isla, no volveré con las manos vacías, habré triunfado sin importar lo que diga mi madre. Sentir los labios de la mujer que amo es el mejor trofeo de todos.

Repentinamente, Evie toma de mi cintura y lleva mi cuerpo hacía el suyo, ella no parece molestarle, ella continúa con todo esto.

Los segundos pasaron y alejé mi boca de la suya para retomar el aire.

Mis mejillas ruborizan al notar que Evie muerde sutilmente su labio inferior y muestra una sonrisa coqueta.

— Si hubiera sabido que esto sería maravilloso, me hubiera acercado a tí mucho antes. Creo que yo también debí tomar la iniciativa en ese entonces.

— Nunca es tarde para hacerlo.

— Tienes razón (Y/N), nunca es tarde.

Nuevamente nuestros labios chocan, pero esta vez Evie es quien toma la delantera.

Ninguna de las dos quiere terminar esto.

Nos separamos para mirarnos una a la otra.

De nuevo, nos volvemos a besar una y otra vez.