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se dice ¡Si, aceptó!

Cerró su puño y suspiró. Miro al frente y sonrió ante aquel bello amanecer que le hacía compañía en aquel frío y especial día

Miro su mano donde tenía un anillo de diamantes y oro puro

— ¡es hoy! — sonrió. Había estado planeando esto tanto tiempo que incluso Claude le había llamado "farsante" por demorarse tanto, ¿pero que esperaba? todo era gracias al rubio quien lo mantenía alejado de su hija  — tsk

Por años, todo el imperio hablaba del noviazgo entre su princesa y el joven mago genio que la salvó cuando era pequeña. Cada que salían a escondidas de Claude, podían escuchar varias historias de como se conocieron

Unos decían que ya estaba planeado, otros, que había sido una estrategia de algún imperio vecino, pero la más popular era esa bella historia que las jóvenes amantes del amor habían inventado


"Fue obra del destino"

Una fría noche, cuando la princesa jugaba en su jardín, vio a un ser cuyos ojos eran de un color escarlata intenso y cuyo cabello asemeja a la misma noche

Dicen que aquel caballero quedó hechizado por la belleza de la princesa, pero fue tan espontáneo el encuentro que ninguno lograba aceptar la existencia del otro

El fue echado del jardín privado al cual solo tenían acceso quienes pertenecieran a la realeza, ella por su parte, regreso al palacio Rubí, añorando volverse a encontrar en un futuro no muy lejano

Tiempo después, la princesa fue envenenada por lo que se empezó a convocar a cualquier médico o hechicero que pudiera curar a la joven de cabellos rubios en menos de tres días, sin embargo, todos decían que era imposible encontrar una cura

Es por eso que el Rey ofreció una gran suma de dinero más un deseo, esperando de esa forma, poder salvar a su hija

Fue ahí cuando apareció él, hincándose ante el Rey, jurando curarla en menos de dos días

El realmente hizo lo que todos creían imposible, ya que al tercer día su princesa estaba de pie

Fue en ese momento dónde él emperador se acercó al joven mago con tres bolsas de monedas de oro.

Se las dio como agradecimiento, pero el mago le dijo que no era necesario, ya que solo necesitaba el deseo que también se ofrecía

Sin poder oponerse a su palabra, el Rey lo escucho atentamente

"Quiero seguir a su lado, no necesito riquezas si la tengo a ella. Se que es una falta de respeto pedir tal cosa pero, por alguna razón siento que ella es mi destino"

Sonrió a manera de burla mientras recordaba lo que realmente sucedió. Esa tonta tenía una gran cantidad de maná en un cuerpo tan pequeño, por lo que no resistió y empezó a colapsar

Se enteró de la noticia mientras iba al pueblo a buscar comida pero como todos hablaban de eso, le dio curiosidad

Grande fue su sorpresa al verla tan vulnerable a comparación de la primera vez que la encontró

— realmente era lamentable — su mirada seguía en el bello cielo que era coloreado de tonos rosas y azules. Dio un último bostezo y bajó para dar inicio a su gran plan

..

— ¿Era necesario que fueras a mi habitación tan temprano?

— te avise con anticipación, tonta

Por los jardines del palacio esmeralda se podían ver a dos jóvenes amantes tener una de sus típicas discusiones matutinas.

Athanasia había sido levantada y llevada a la fuerza por Lucas, quien llevaba su típica vestimenta de mago, a comparación de su compañera quien iba en pijama

— ¡al menos déjame cambiarme!

El azabache la miro de reojo — no — sonrió y le saco la lengua a manera de burla

Siguieron caminando hasta dar con el jardín de rosas que se encontraba por el palacio donde residía el padre de la joven rubia.

Claude, se había opuesto a su relación desde un inicio, pero era él o él hijo del perro blanco.

— ¿Por qué me levantaste tan temprano? — bostezó. Era común para ella despertarse temprano y ser atendida por sus mucamas antes de salir, pero Lucas no respetaba su rutina, por lo que entró a su cuarto y la saco a rastras de este.

— ¿En serio no logras adivinar?

— ¿adivinar que?

Paró su caminar, giró y la miró. Él emperador le había dado cierto tiempo para pedirle matrimonio a su hija, pero casualmente sus anteriores intentos siempre terminaban fracasando gracias a Claude quien aparecía en el momento exacto y lo mandaba a la torre con el doble o triple de trabajo, por lo que hoy era sus último día.

— Atthy — buscó en sus bolsillos el anillo que había comprado; grande fue su sorpresa al notar que dicho objeto no estaba

— Lucas, ¿estás bien? — acercó su mano derecha a la mejilla del mago, pero esté reaccionó antes, por lo que dio un paso atrás mientras la miraba asustado — ¿Qué pasa? ¿Perdiste algo?

Quería decirle pero no podía, el realmente quería que fuera una sorpresa ya que le gustaba ver las expresiones que hacía su princesa cada que él le daba detalles de la nada, sin motivos, sin razón, pero con mil sentimientos impregnados en ellos.

Sus miradas se encontraron y se mantuvieron así por un par de minutos, hasta que por obra del destino, llegó el emperador a hacerles compañía

— Athanasia — su fría voz rompió el silencio que anteriormente se había formado, haciendo que ambos jóvenes dirigieran su mirada a esa tercera persona que miraba con calma a su hija y con odio al mago — ¿Por qué no te has cambiado?

— saludos al sol de Obelia — hizo una reverencia, la cual fue ignorada. — ¡realmente me odia! — pensó.

— ¡ah papá! — se dirigió hacia él, abrazándolo para evitar ser regañada — es que decidí dar un paseo matutino con Lucas, ¿te quieres unir al paseo? ¿Por qué no nos vamos en bote?

Intentaba encontrar una excusa para pasar más tiempo junto a su novio y evitar que su padre le dé más trabajo del que ya tenía.

— mmm, suena bien — dijo sin interés alguno mientras que su mirada se dirigía al joven de cabellos azabache — pero él tiene trabajo que hacer

¡Maldita sea, maldita sea! — pensó. — ¿Cómo es que siempre me encuentra? No voy a quitarle a su hija, solo quiero pasar más tiempo con ella — se sentía frustrado, su plan se había ido al carajo gracias a su suegro

— ¿es esa una forma de hablarle a tu emperador? — lo miró de forma desafiante

— ah — suspiró cansado. Aunque su Rey sea un loco que quiso matar a su novia, era su suegro y lo tenía que respetar — majestad, quiero llevar a la princesa a la fiesta que se celebrará en el pueblo, ¡por favor! Aunque sea una vez déjeme estar todo un día con ella

Athanasia solo miraba, no sabía que decir ni que hacer, si defendía a su novio su padre se enojaría y le daría más trabajo, pero si se ponía de lado de su padre, su novio se sentiría mal y su padre le daría más trabajo.

bueno, en ambas mi papá le mandaría más trabajo a Lucas, ¿Qué podría pasar? — pensó — ¡papi! Lucas tiene razón, casi no nos vemos — se quedó en silencio mientras la fría mirada de su padre se posaba en ella — ¿Qué te parece si nos acompañan tu y Félix?

— no puedes salir — dijo para después caminar junto a Athanacia (quien intentaba convencerlo) hacia su palacio, dejando en medio del jardín al joven mago.

Suspiró resignado. Miró el cielo mientras el viento soplaba levemente como si quisiera consolarlo, abrazarlo y darle ánimos para seguir intentando.

Sonrió levemente y de forma traviesa. El emperador creé haber ganado, pero el mago aún tiene su arma secreta.

..

Athanasia se encontraba aburrida en la biblioteca, buscando algo que leer durante la tarde. Sabía que su padre era celoso, pero la asusta que sea posesivo, ella más que nadie sabía que su padre lo único que quiere es remediar el tiempo que no estuvo con ella más el tiempo en el que perdió la memoria. No lo culpa, pero tampoco lo aprueba — algún día me voy a casar, pero papá siempre será papá

Estaba tan distraída en los estantes, que no noto la presencia del mago quien la llevaba viendo en silencio más de 10 minutos

— ¿quieres salir? — Lucas, pudo notar como su amada rubia daba un ligero saltó antes de voltear a verlo

— Lucas, no puedo, no tengo permitido salir

Con paso firme y una mirada seductora y traviesa, se acercó a la joven princesa, acorralándola contra la estantería — puedes salir siempre y cuando no hayas salido

— ¿A qué te refieres?

— boba, tienes al mago más poderoso del mundo como tu novio y ¡no se te ha ocurrido que puedo dejar un clon de ambos para evitar levantar sospechas!

Por un momento sus ojos brillaron, resaltando cada vez más la bonita forma de joyas que tenía — ¡vámonos!

Con un simple chasquido fue suficiente para encontrarse a las afueras del castillo dónde disfrutarían de su pequeña travesía, esperando no ser descubiertos por el emperador

Entrelazaron sus dedos y caminaron rumbo a los diversos puestos que había en el pueblo. La mayoría de las personas se les quedaban viendo con ternura y emoción ya que eran ese tipo de pareja que las personas del pueblo consideraban "perfecta"

No había razón para cambiar su ropa y disfrazar su identidad, ya que la delincuencia había reducido a tal nivel que la mayoría de los guardias solo custodiaban el palacio.

— ¡Lucas mira! — sin soltar su agarré, fue hacia un puesto de comida dónde compraron cuatro brochetas de carne (2 para cada quien)

El joven hechicero miro con ternura y amor a su novia quien actuaba de manera infantil cada que veía algo que era de su agrado.

— ¡wow, mira! — se acercaron a un puesto donde vendían joyas de distinto material, forma y tamaño

— saludos al segundo sol de Obelia, joven princesa si algo es de su agrado con todo gusto puede preguntar por el

Se quedaron mirando la mercancía unos minutos hasta dar con un objeto que había cautivado a ambos. Era un anillo con incrustaciones de diamantes, el cual poseía una gran gema la cual había sido tallada a mano para simular una aurora boreal

El dueño pudo percatarse de la curiosa mirada del mago, por lo que agarro el anillo y se lo extendió — joven mago, creo que esto puede ser de su agrado — le guiño el ojo mientras le entregaba el objeto para después mirar a su compañera quien tenía un brillo singular en sus bellos ojos gema

Lucas se sentía avergonzado, pero ahora que estaban fuera de la vista del emperador realmente era una oportunidad única. Sacó cuatro monedas de oro y dos de plata, se las entregó al dueño quien parecía asombrado por la cantidad de dinero que el hechicero de Obelia le había dado.

— con dos era más que su...

— gracias, guarda el cambio — le dedicó una ligera sonrisa. Se giró hacia Athanasia y suspiró decidido mientras le extendía el anillo y se empezaba a hincar

La mayoría de las personas que caminaban por ahí se quedaron quietas mientras veían dicha escena

— Lucas...

— Atthy... — no se sentía avergonzado, pero le molestaba toda la gente chismosa que se había formado alrededor de ellos

— realmente no tienes que arrodillarte — lo jaló del brazo y lo abrazo — ni que me fueras a pedir matrimonio

Suspiró frustrado. ¡Si no lo arruinaba Claude, lo arruinaba ella!


..

Cierto Rubio se encontraba firmando y leyendo documentos en su oficina, siendo acompañado por un pelirrojo

Se veía tranquilo, su mirada mostraba seguridad y Félix sabía por qué

— majestad

— ¿Qué quieres? — dijo sin dejar de trabajar

— ¿no cree que quedarse con el anillo del mago es cruel?

Bajó los documentos y miro a su lado izquierdo donde se encontraba dicho objeto — no es mi culpa que se le haya caído y una sirvienta me lo haya traído

Una ligera sonrisa se formó en su rostro ya que hoy era el último día que le daba al mago para decirle a su hija. Su plan realmente había funcionado

"O al menos eso pensaba"

La noche estaba cayendo más rápido de lo habitual. Claude se levantó y camino hacia su sillón, se agosto y le hizo una seña a Félix para que saliera y lo dejara solo

Estaba de buen humor y se podía notar a leguas. Sabía que había jugado sucio, pero el mago también lo había hecho cuando puso ese hechizo sobre si hija, haciendo que le pisará constantemente sus pies mientras bailaba

— ¡majestad! — un guardia del palacio esmeralda entró a su habitación de forma alarmante. El emperador de Obelia lo miró desinteresadamente pero su mirada cambio al ver que su puerta tenía una grieta — ¡la princesa Athanasia no está en ninguno de los palacios!

Su buen humor se había ido al carajo con esa noticia — busquen en la torre negra — dictó mientras se levantaba e iba hacia el guardia

— la buscamos en la torre negra, pero el mago Lucas tampoco se encuentra

Paró en seco. Lo miró de forma amenazante — ¡entonces búsquenla en el pueblo!

Pasó su mano por su cabello. Su hija jamás lo haría desobedecido, se sentía frustrado

— Félix

— ¿Qué desea majestad?

— prepara mi caballo, yo también iré a buscarla

..

En una colina cercana al pueblo se podía apreciar a dos jóvenes amantes platicar cómodamente

— entonces mi papá casi te exilia del reino — soltó una ligera risa la cual no pasó desapercibida por su compañero

— todo por tu culpa — reclamó el de mirada carmesí

— pero ya pasó y sigues viviendo en Obelia

La joven de cabellos rubios miro el cielo con anhelo. Los brillantes colores del atardecer estaban desapareciendo para darle paso a una brillante noche

El mago agarro dos flores y empezó a moldearlas hasta formar un anillo.

La miró, cerró sus ojos y se dedicó a disfrutar de la fría ventisca que los rodeaba

Athanasia lo miró. Aquel mago ancestral de carácter gruñón, se veía tan indefenso y tranquilo a su lado. Sonrió mientras que con su mano derecha le acaricia los largos cabellos azabache; anhelaba permanecer a su lado por siempre y para siempre, pero tenía miedo de alejarse de su padre.

Su vista bajó hasta dar con el anillo de flores que su novio había creado. Se conmovió pero tenía que rechazarlo

No se sentía lista, aún tenía que pasar tiempo con su padre antes de irse del palacio, ya que aquella absurda idea de huir aún rondaba en su mente y era el pretexto "perfecto" para rechazar al hechicero

— Lucas — lo llamó con ternura y amor mientras acariciaba el rostro del nombrado — no quiero

El hechicero abrió los ojos espontáneamente, la miró y le extendió su mano

— Athanasia, sería un honor para mí si aceptarás los sen...

— no puedo, no quiero

Un silencio incómodo rodeo a ambos. Lucas no entendía el por qué de su respuesta, pero estaba decepcionado; por otra parte, Athanasia se sentía incómoda ante tal situación

La joven princesa se levantó y empezó a caminar colina abajo, pero fue detenida por su compañero quien la miraba de forma curiosa

— dame una razón para rechazarme

Una vez más, un ligero viento se hizo presente, dándole más dramatización a la situación

— simplemente no puedo — sonrió levemente mientras intentaba retener las lágrimas — Lucas tenemos que regresar

El no lo entendía, no lo quería aceptar pero tampoco la quería obligar — esa no es una justificación válida, tonta

— ¿es un muy mal pretexto?

— el peor de todos — poco a poco soltó su agarré para después mirarla fijamente. — sea cual sea la razón debe de ser una muy absurda y tonta, tanto como tú

La princesa sonrió levemente. Tenía razón, su justificación no tenía inicio ni final, pero tampoco tenía la fuerza para decir ¡Si, aceptó! — Lucas, no me quiero alejar de papá

— nunca dije que te alejaría de él — se acercó a ella y la abrazo — ¿aún sigues teniendo la tonta idea de huir?

Su silencio solo le confirmaba su suposición.

Ninguno hablaba, solo se quedaron abrazados en compañía de la luz de la luna

— ¿Qué tal si aún me quiere matar?

— ¿realmente lo crees?

— no

— ¿entonces?

— simplemente lo supongo

— pues que absurda suposición

— no estoy lista para dejar a papá

— pero planeabas huir — se separó del abrazo y la miró — si no estás lista yo lo entiendo, pero tampoco era necesario darme una justificación tan absurda

Ambos bajaron al pueblo dónde caminaban sin rumbo alguno.

— eres demasiado tonta

— no necesitas recordarlo

..

No muy lejos de ellos, un grupo de caballeros buscaban con desesperación a su joven princesa

— Sir. Robain no logramos encontrar a la princesa

— llamen a su majestad — su grisácea mirada se había encontrado con una peculiar mirada carmesí. Le sonrió y asintió — de seguro querrá ver esto

..

— ¿Lucas que haces? — preguntó de forma divertida mientras su novio pasaba su mano derecha por su cintura

— si me vuelvo a confesar ¿Qué dirías?

La mayoría de la gente se quedó estática, mirando atentamente la conversación de la pareja del momento

¡maldita gente chismosa! — pensó con irritación el azabache

— ¡no se! — había entrado en pánico. Anteriormente su padre la salvaba apareciendo en el momento exacto, pero ahora solo eran ellos dos — papá no está aquí para impedirlo

Siempre fue ella la que echaba a perder sus planes, la que se ocultaba detrás de su padre para evitar la propuesta de matrimonio, pero ya no podía huir, simplemente no quería pero le daba pena estar rodeados de tanta gente

— ¡así que eras tú! — quería reclamarle pero no podía, no era el momento ya que había sentido el mana del emperador dirigirse hacia ellos.

La miró de forma desafiante, alzó su mano al cielo de la cual salieron tres bolas azules y dos rojas

— ¿Qué haces Lucas?

Con un simple chasquido estás explotaron, formando figuras en el cielo, logrando distraer a las personas que los miraban.

— Atthy — se arrodilló y le extendió el anillo de flores que había echo — ¿Quieres casarte conmigo?

La rubia lo miró divertida — ¿no puedes hacerlo más romántico?

— Atthy, ¿me harías el honor de convertirte en mi esposa?

— está bien — sonrió apenada mientras una que otra lágrima escapaba de sus bellos ojos

Lucas se levantó, acarició su mejilla y le colocó el anillo — se dice ¡si, aceptó!

La abrazó para después robarle un beso el cual duró solo unos pocos segundos. Se separó de ella y se inclinó a su altura — te toca decirlo — limpió con ternura las lágrimas que resbalaban por sus mejillas

— ¡si, aceptó! — sin poder evitarlo se abalanzó hacia sus brazos mientras lloraba de alegría

..

— Félix

— ¿si, su majestad?

Claude extendió su mano y le entrego un anillo de diamantes y oro puro — dile al mago que lo quiero en mi oficina

A regañadientes se retiró del lugar montando elegantemente su caballo. El también tenía ese miedo de alejarse de su hija, pero más que la distancia era el miedo de perder ese sentimiento de amor, cariño y protección que surgieron el tiempo que paso junto a Athanasia.

Al menos sabía que su hija había hecho una buena elección, pero no soportaba la idea de verlos juntos por lo que desde ese día le dejaría el triple de trabajo al mago para desquitarse por sus consecutivas derrotas

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