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[Ded] Sensei, quiero crecer (IchiKara)

Advertencia: AU escolar IchiKara con leve mención de OsoChoro, sólo Osomatsu e Ichimatsu son hermanos, Choromatsu con Karamatsu también lo son, hay lemmon, algo de pedofilia y... creo que es todo xD ¡disfruten!
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El enfermero de la escuela secundaria/preparatoria Chugakkou*, Matsuno Ichimatsu, estaba guardando las vendas sobrantes en el frío estante de metal que se encontraba pegado a la pared del fondo, había sido un día un poco largo y estresante para él, demasiados niños "enfermos" por el día de hoy, sólo deseaba llegar a casa y tirarse en su cama con su gato al lado como todas las tardes, tal vez ver una película o chatear con su pervertido hermano mayor sobre su alumno/noviesito nuevo, porque, aunque trabajaran en la misma escuela y en los mismos horarios, casi no tenían tiempo para verse, Osomatsu estaba muy ocupado dándole clases a muchos alumnos, preparando materiales de enseñanza y tonteando con ese niñito estúpido en sus descansos y él estaba ocupado viendo caras de niños de todos los grupos y grados todos los días para curarles heridas o dolores de cabeza y estomago, aunque a veces sólo lo hacían para saltarse clases, optaron por chatear por las noches y los fines de semana ir a tomar algo en su bar favorito, algo así como una rutina planeada para por lo menos tener tiempo de hermanos.

No pasó mucho tiempo para que terminara de ordenar todo en su pequeño cuarto, tenía una camilla, un escritorio, varios estantes con medicinas, vendas y objetos de curación, un cajón donde guardaba sus cosas para revisar a los niños y un librero con algunas revistas y libros de medicina, le gustaba su oficina cuando estaba ordenada y sin ningún alma quejándose de algún dolor probablemente inexistente, cosa que odiaba. Reflexionándolo mil y un veces no podía creer que terminara trabajando en una enfermería de una escuela secundaria y preparatoria pero era la única opción que tenía en esos momentos, necesitaba dinero y de no haber sido por su hermano, él seguiría siendo un estorbo para sus padres; sí que le debía mucho a ese idiota. Salió de la enfermería cerrando la puerta con seguro, siempre era cuidadoso en ese aspecto y no porque tuviese miedo de que le robaran algo o vieran algo que pudiese tener, sino que ese era su espacio personal y nadie tenía derecho de invadirlo sin su permiso, ni siquiera su propio jefe.

A la salida del plantel, aquel enfermero pudo observar dos cosas algo confusas: a su hermano mayor recargado en su auto con cara de estar buscando a alguien y al "pequeño" de tercer año Karamatsu Nakamura, el jugador estrella del equipo de baloncesto, quejándose de un dolor en la pierna; Ichimatsu se percató de que cojeaba y murmuraba maldiciones, seguramente se habría lastimado y por puro orgullo no había ido a la enfermería, que patético; el de morado sonrió de lado mirando como seguía su camino sin reparar en su presencia, tal vez era mejor así porque sí no se vería en la necesidad de curarlo y no quería volver a entrar a la escuela en esos momentos, estaba muy cansado para ello. Se acercó a Osomatsu creyendo que tal vez esperaba al alumno ese, pero en cuanto vio a Ichimatsu le sonrió con más amplitud y se acercó a abrazarlo

-Ichimatsu~, hermanito lindo ¿cómo estás el día de hoy? – si, a veces el de ojos rojos se comportaba como un tremendo idiota infantil, pero después de todo era su hermano y lo quería mucho, con todo y estupidez mental – Te estaba esperando~, quería hablar y pasar tiempo contigo, no quería esperar hasta el fin de semana y hoy tengo tiempo porque Choromatsu está enfermo y no vino a la escuela

-Así que hoy seré como el reemplazo de Choromatsu ¿eh? – le dedicó una sonrisa burlona y una mirada de superioridad, probablemente no era ningún reemplazo y si quería estar tiempo con él, pero a veces le gustaba ser malo con su hermano, Osomatsu hizo un puchero de tristeza muy exagerado y se colocó una mano en el corazón

-¿Por qué eres tan malo con onii-chan? – lo abrazó fingiendo sollozar a un volumen muy elevado, lo que hizo que Ichimatsu girara los ojos y le correspondiera el abrazo de mala gana – Yo que te quiero tanto y te esperé para poder estar juntos un rato y tú como me hablas – se separó de él y se frotó la parte de abajo de la nariz con el dedo índice dejando de fingir que lloraba, como siempre lo hacía desde que era un niño pequeño – Pero bueno, si quieres verlo de esa manera, si, serás el reemplazo de Choromatsu

-Me lo suponía – le dio un ligero golpe en la cabeza y rio con ánimos, hacia tiempo que no conversaban al salir de la escuela, era un hábito que tenían antes, pero ya saben, a veces las cosas cambian y con los horarios de ambos aún más – bien, supongo que querrás contarme cómo pasó lo de Choromatsu, la última vez no me dijiste nada

-¡Es cierto! Quedé en contártelo este fin de semana, que bueno que te lo puedo contar antes – ambos subieron al auto y el de rojo no tardó mucho en encenderlo, quería ir cuanto antes a ese bar al que acostumbraban ir para beber un poco y poder hablar mejor, no podían emborracharse por las clases al siguiente día, pero algo era algo – Bueno, Ichimatsu-kun, al ser un profesor tienes ciertas ventajas con alumnos y alumnas si así lo desearas, a mí jamás me interesó usar esa ventaja o me interesó alguno de esos mocosos a los que veo diariamente, principalmente por molestos, ruidosos y con pocos modales, en verdad a veces prefería olvidar que era profesor, hasta que llegó ese chiquillo de ojos verdes al salón, es taaaaan lindo, me dan ganas de comérmelo a besos y hacerle tantas cosas...

-Eres un maldito pervertido, Osomatsu-niisan – reprochó Ichi mirando la cara del mayor, sus mejillas tenían un ligero tinte rosa y un pequeño hilito de sangre salía de su nariz, tal vez se ponía así al hablar de ese alumnito del que estaba enamorado y al de morado le parecía estúpido, repulsivo y desagradable abusar de su condición de maestro para aprovecharse de un crío de diecisiete años, era algo inaudito y poco profesional

-Muchas gracias – le sonríe ampliamente sin inmutarse de la ofensa, él sabía perfectamente que era un pervertido, pero poco le importaba teniendo a Choromatsu en su cama cuando quisiera por el simple hecho de ser su sensei – Como sea, lo que quiero decir es que eso deberías hacer tu si alguna vez te aburres, así como Choromatsu hay muchos alumnos muy buenos aquí ¿Qué tal Karamatsu, su hermano menor? Es la estrella del equipo de baloncesto y es muy educado, tiene excelentes calificaciones, tiene un cabello negro precioso y los ojos azules más bonitos que he visto, creo que si no me gustara tanto Choromatsu, seguro me lo follaría también

-No soy tan pervertido como tú, Oso, y no estoy desesperado por sexo o por una novia, mucho menos una más pequeña que yo – había usado términos femeninos para dejarle en claro a su hermano que no era ningún "homosexual" como el contrario lo era, aunque tampoco podía negar que no le interesaba ese tal Karamatsu, era tan talentoso, tan atento y tan guapo... tan guapo que a veces podía llegar a ser doloroso, se había obligado a no pensar en ese niño más de lo necesario para no caer en lo mismo que el de rojo, pero con este yendo casi todos los días a la enfermería era casi misión imposible no pensar en su hermosa carita

Iba tan metido en sus pensamientos que no se percató de que ya habían llegado al bar, tampoco se percató de su propio sonrojo, mucho menos se percató de cuando su hermano bajó del auto, alcanzó a escuchar una burla por parte del otro que lo hizo reaccionar dándole un golpe en el estomago, se bajó del auto y entró al bar con Osomatsu siguiéndolo por detrás, sosteniéndose el área golpeada, Ichimatsu no estaba de humor para sus tonterías. Se sentaron en la mesa de siempre para pedir algo y seguir hablando, a Osomatsu no le paraba la boca con su Choromatsu, en verdad había caído enamorado, algo que no se esperaba de un candidato perfecto a volverse ninfómano**. Dejó de escucharlo a mitad de la plática perdiéndose en sus pensamientos sobre Karamatsu otra vez.

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Ichimatsu estaba arrodillado frente a la camilla de su enfermería curándole la rodilla a una niña de primero que se había caído, al parecer la mocosa iba corriendo, estaba distraída y se tropezó al chocar con alguien, había sido muy estúpida esa manera de lastimarse porque se podía evitar, pero no podía quejarse ni decir nada ofensivo, después de todo aún eran adolescentes insensatos. La niña le dio las gracias saliendo de la enfermería sonriendo ligeramente y cojeando un poquito por el dolor que le quedaba, se dejó caer en la silla que estaba frente del escritorio dando un largo suspiro, recargando la cara en una de sus manos y cerrando los ojos, no es que odiara ser enfermero, en realidad era algo que le gustaba, por algo lo había estudiado; lo que odiaba era a los niños/adolescentes que iban a su espacio para nada, fingiendo dolencias, heridas e inventando excusas idiotas para no entrar a sus horas de clases. Lo agotaban más de lo normal.

-¿Ichimatsu-sensei? – una voz algo dulce e infantil invadió los oídos del de morado, levantó la mirada con algo de pesadez y casi rezando para que sus mejillas no estuviesen sonrojadas al oír su nombre saliendo de sus suaves labios...

-¿Hm? Hola, Karamatsu-kun ¿qué se te ofrece? – preguntó recargándose en la silla para verlo mejor, Kara se acercó con una sonrisa de alegría enorme al escritorio del enfermero, adoraba hablar con él y adoraba verlo, se podría decir que era algo así como su mejor amigo... o algo más

-El día de hoy vengo a preguntarle algo – se sentó en la silla que estaba frente a él, sus pies no llegaban a tocar el suelo por lo bajito que era y eso le parecía tierno a Ichimatsu, aunque se burlara de él de vez en cuando – usted sabe que soy muy bajito y siendo el jugador principal de mi equipo de baloncesto eso es malo, no puedo estar así por lo que hablé con mi hermano Choromatsu, él ha crecido mucho en el último mes, creí que él podría ayudarme con lo que sea que haya hecho, me dijo que crecería si saltaba mucho, al hacer mis canastas es lo que hago pero sólo he crecido tres centímetros desde entonces, también me comentó que hacía otro deporte que le ayudó mucho a crecer ¡Así que quiero hacerlo! – el animo y la decisión se notaba en sus palabras, Karamatsu estaba dispuesto a todo con tal de crecer o eso parecía

-¿De qué deporte estas hablando? – el de ojos violeta fingía desinterés ante esas palabras aunque les prestaba mucha atención, no le encantaba la idea de que el chico de ojos azules creciera, no sería tan tierno como lo era ahora... aunque tal vez se pondría también más varonil e imponente, eso sería aún mejor para ambos

-Eh... – lo pensó un poquito, al parecer había olvidado el nombre por lo complicado que era, cerró sus ojos repasando sus recuerdos hasta que dio con la palabra – ¡Seccros! – Ichimatsu tragó saliva ¡¿Choromatsu le había dicho a su hermanito que tal barbaridad lo ayudaría a crecer?! Tal vez era más parecido a Osomatsu de lo que pensaba – Pero él se negó a hacer seccros conmigo, dice que eso no se hace entre hermanos, le pregunté a algunos amigos y todos ellos me miraron raro, tampoco quisieron ayudarme con eso... así que pensé que usted podría ayudarme y hacer seccros conmigo, no creo que sea tan complicado – el enfermero comenzó a ponerse algo sudoroso y ruborizado, estaba comenzando a calentarse también ¡¿por qué demonios un jodido niño con unas jodidas ganas de crecer lo ponía tanto?!

-E-este... no creo que deba ayudarte con esto, no es correcto – estaba controlándose, no quería caer tan bajo como Osomatsu, no quería ser igual a su hermano mayor y abusar de una pobre alma en pena que tenía un deseo estúpido y egoísta por crecer, Karamatsu bajó la cara con tristeza y suspiró de manera un tanto audible

-¿Por qué nadie quiere hacer seccros conmigo? Es la única manera en la que puedo crecer, confío en Choromatsu-niisan y si él dice que eso ayuda, ayudará... pero necesito a alguien que me ayude... por favor, sensei, quiero crecer – Ichimatsu se dio un golpe contra la mesa, cosa que alarmó al azabache más pequeño, el enfermero se levantó de su silla y cerró la puerta de la enfermería con llave, seguramente se arrepentiría de aquello después... pero ahora sólo quería ayudar a Karamatsu

-Bien... si vamos a hacer seccros aquí, tengo que cerrar la puerta y tú tienes que ser silencioso ¿okey? – el niño asintió frenéticamente sin eliminar su sonrisa de emoción, al fin dejaría de ser enano – dime, Karamatsu-kun – Ichimatsu se puso detrás de él colocándole una mano en el hombro haciendo pequeños círculos en este con su pulgar – ¿Qué tan alto quieres ser?

-¡Quiero ser el más alto de mi salón! – habló orgulloso alzando una mano en modo de determinación – Así Ichiko-chan se fijará por fin en mí – dijo esto último en voz un poco más baja, el de morado alcanzó a oírlo y de pronto los sentimientos de celos lo invadieron, rechinó los dientes y levantó a Karamatsu de la silla con poco cuidado

-Mira, Kara, si quieres crecer debes olvidarte de mi hermana pequeña ¿te quedó claro? Tienes que concertare en el baloncesto y en el seccros que de ahora en adelante haremos – Nakamura se sorprendió mucho, las palabras del enfermero eran frías y daban algo de miedo, se sintió decepcionado porque él en verdad quería a Ichiko, la quería como novia y deseaba incluso casarse con ella en algún futuro, ahora sabía que era una fantasía de niño, Ichimatsu tenía razón

-Está bien, sensei, me olvidaré de Ichiko y me concentraré en el baloncesto y el seccros – el azabache mayor se sintió basura, se sintió un maldito pedófilo y un pervertido, pero ya le había prometido ayuda a Karamatsu, se la daría de cualquier manera. Lo sentó en la camilla con cuidado y se acercó a su cuello para olerlo, Kara dio un salto de la impresión y un sonrojo subió a sus mejillas – ¿Qué... qué está haciendo?

-Daré inicio al seccros... todo lo que yo haré ahora es parte del deporte que te ayudará a crecer ¿de acuerdo? Debes mantenerte tranquilo – el niño asintió con nervios y cerró los ojos fuertemente al sentir los labios de Ichimatsu sobre su cuello, era muy extraño y se sentía raro, soltó un ligero jadeo comenzando a apretar la sábana blanca que cubría la camilla y el enfermero comenzaba a deleitarse

Pasó su lengua por la suave y blanca piel del contrario, probándolo y saboreándolo como si se lo fuese a devorar, dio una mordida muy ligera y comenzó a rozar su cadera con la del de azul sintiendo su mini erección, el azabache soltó un ligero gemido que lo avergonzó al instante, jamás había emitido ese tipo de sonidos por lo que se tapó la boca rápidamente con su rostro comenzando a tornarse rojo

-¿Q-qué fue eso, Ichimatsu-sensei? Ngh... – soltó otro gemido pequeño tomando a Ichimatsu por los hombros, este aún atacaba su cuello y se frotaba sin piedad contra el cuerpecito del chico de secundaria, ambos se estaban excitando mucho aunque Karamatsu aún no entendía que estaba pasando – Nu-nunca había hecho... esos sonidos

-Son... son sonidos normales en este deporte – tranquilizó el enfermero dejando su cuello en paz para mirarlo a los ojos, estaban aguados y brillantes, tal vez por el placer anterior, pegó sus narices y comenzó a tocar con sus manos los rosas pezones del de azul por sobre la camiseta blanca que traía, este soltó un sonido de sorpresa junto con otro gemido, el enfermero para callarlo lo besó en los labios con pasión, paseando la lengua por toda su boca, a su vez, Karamatsu movía la suya con miedo, aún no entendía muy bien lo que pasaba pero le estaba gustando mucho – Eres tan lindo, Kusomatsu – también había comenzado a jadear en busca de aire, el pequeño se sonrojó mucho con sus palabras y los jadeos que él mismo soltaba en ese momento, el de mirada violeta le quitó con delicadeza la playera al menor y se quitó su bata por el calor que comenzaba a tener

Ichimatsu lamía su pecho y succionaba sus pezones con poca delicadeza, los gemidos del menor no se hicieron esperar demasiado, se sentía demasiado bien, salían audibles y deliciosos al parecer del mayor, su carita de inocencia hacía que esos sonidos se oyeran impuros saliendo de su fina boca, eran como un pecado oírlos y él no tenía derecho de robárselos a ese ángel estudiante... pero poco le importaba, sólo quería saber que eran todos suyos. Una de sus manos se dirigió al pequeño miembro del menor y comenzó a frotarlo por sobre su short deportivo, eso hizo que Karamatsu soltara un gemido mucho más alto que los anteriores y sus jadeos saliesen desesperados, el enfermero se asustó un poco pensando que lo había lastimado o algo así, pero eso cambió cuando miró la cara de placer que el azabache tenía en esos momentos, era tan obsena, tan impura y tan deliciosa...

-E-Eso se siente bien, Ichimatsu-sensei, ah~ – el de ojos azules había empezado a mover sus caderas con delicadeza sintiendo la mano de Ichimatsu en su pequeño pene, todo eso era nuevo, no tenía idea de lo que estaba pasando, sólo tenía la noción de que eso era seccros y que lo ayudaría a crecer, no imaginaba que se sentiría tan bien – Me gusta que Ichimatsu-sensei toque ahí, Mgh – en su inocencia revelaba todo lo que estaba sintiendo, además de que ya no reprimía sus gemidos al entender que eso era normal en ese "deporte" y eso sólo calentaba más al de morado, escuchar esas cosas era sucio y mucho más viniendo de ese inocente jugador semi-profesional de baloncesto, estaban convirtiéndose en su droga y en su condena

Se sacó su camisa morada y la tiró por algún lugar de la enfermería, se preocuparía por eso luego, Karamatsu lo miró por un momento y pasó sus deditos por el pecho de Ichi, este se estremeció ligeramente dándole a entender al niño que eso le gustaba; mientras el contrario seguía tocando, el enfermero se encargó de deshacerse de sus short y su ropa interior dejando a la vista el pequeño miembro que poseía el contrario, el de azul se sonrojó enormemente al traer el pene de fuera, nadie además de Choromatsu lo había visto desnudo y ahora aquel enfermero lo veía con una mirada que no sabía descifrar, iba a preguntar qué iba a hacer ahora, pero sus intentos de hablar fueron arruinados por una mano que le acariciaba el miembro haciéndolo gemir

-¡Ah! ¡I-Ichimatsu-sensei! ¡Eso me gusta más que lo anterior! ¡Nghm! – eso motivó al mencionado a continuar masturbando el miembro del contrario con una mano, mientras que con la otra comenzaba a acariciarle sus pequeños y blancos glúteos

-Si esto te gusta lo que viene te va a gustar más – sonrió lascivamente comenzando a delinear con el dedo índice la entrada del niño que estaba en la camilla, este se sobresaltó a la par que daba un ligero gemido que combinaba miedo, curiosidad y placer – Mira... te va a doler un poco al principio pero después se va a sentir muy bien ¿okey?

-S-si... si Ichimatsu-sensei lo dice lo creo... ayúdeme a crecer, aceptaré todo lo que haga – ya no hablaba con tanta coherencia, arrastraba las palabras, sonaban confusas y algo revueltas lo que le causó risa a Ichimatsu, no se rio por respeto al momento y porque simplemente no salía la risa, tal vez también su excitación era muy alta... tal vez

Comenzó a introducir su dedo con cuidado en el interior ajeno, estaba apretado, húmedo y caliente, era la mejor sensación del mundo, más que hacérselo a una chica y no se arrepentía de pensarlo, Karamatsu se sostuvo de los hombros del contrario nuevamente comenzando a jadear de dolor y soltar unas pequeñas lágrimas, lo que antes lo había hecho sentir bien parecía opacado ante ese dolor que provocada el dedo invasor, pero confiaba en Ichimatsu, confiaba en la palabra de que se sentiría bien después de un rato así que se relajó, cuando el de ojos violetas sintió su dedo menos apretado comenzó a moverlo y el azabache comenzaba a sentir placer, tanto que al poco rato de sentir ese movimiento comenzó a soltar más gemidos que no intentaba esconder, Ichi sonrío e introdujo otro dedo en su interior mientras aún lo masturbaba despacio

-Ah... tenía razón, Ichimatsu-sensei... después de que te acostumbras se siente muy bien, mgh... – su voz sonaba algo rota y de sus ojos corrían más lagrimas, esta vez de placer, se sentía muy bien y las mini-envestidas que daba el enfermero con sus dedos en su interior lo estaban haciendo ver borroso, ya no tenía noción de lo que hacía, no pensaba con claridad, jaló a Ichimatsu hacia si dándole un beso como el primero que se habían dado, ahora movía su lengua con más confianza y soltaba algunos gemidos ahogados en la boca contraía, por fin el ángel se rebajaría a demonio y todo por su culpa

-Creo que ya estás listo – le dijo sacando sus dedos del interior del niño, Karamatsu soltó un pequeño jadeo al sentir su interior vacío, miró extrañado al enfermero que lo acostaba en la camilla y se colocaba encima de él quitándose sus pantalones con algo de vergüenza – Bien... este es el último paso del seccros... – hablaba con un poquito de dificultad por los jadeos traviesos que escapaban de su boca y el dolor que estaba comenzando a sentir en su entrepierna, necesitaba atención rápido – Y te seré sincero... te dolerá mucho, pero después se va a sentir bien, como mis dedos ¿está bien?

-A-Ajá, ha-haga lo que tenga que hacer, a mí m-me gusta – sus palabras seguían sin salir coherentes e Ichimatsu sintió ganas de golpearse otra vez contra algo, no podía creer lo que estaba por hacer, algo que le parecía inconcebible antes... ahora no lo parecía

El de ojos violetas se quitó por último la ropa interior, frotó por unos segundos su miembro en la entrada del menor y comenzó a introducirse en él lentamente, Karamatsu soltó un gritito de sorpresa y dolor combinados por la intromisión, su respiración por un momento se había detenido y juraría que vio el universo entero en un segundo, las lágrimas comenzaron a salir solas al igual que los llantos rotos por dolor, Ichi comenzó a repartirle besos en la cara y darle leves besos en los labios, lamió sus lágrimas y le acarició la cara intentando calmarlo

-Calma, pronto pasara, Karamatsu-kun – el mencionado asintió intentando recordar cómo debía respirar, el dolor se mantuvo latente por algunos largos minutos en los que Ichi tuvo que controlarse de sobremanera para no moverse y lastimarlo, no quería que su primera vez fuera traumante, quería que su primera vez la recordara como algo bonito – Comenzaré a moverme – alertó el enfermero cuando sintió que Karamatsu se relajaba, este asintió con una sonrisa ligera y los ojos aún nublados en lágrimas

Ichimatsu comenzó a moverse despacio sintiendo un río de sensaciones desbordándose en su ser, el interior de Karamatsu le apretaba de manera increíble y aquellos ligeros sonidos que salían de esa parte lo estaban haciendo delirar también, el niño comenzaba a gemir y sentir placer al tener eso dentro, el dolor seguía allí como fantasma, pero el placer le ganaba por mucho a eso; comenzó a mover sus caderas indicándole al contrario que se moviera más rápido y así lo hizo, golpeaba el interior del menor con algo de fuerza mientras se deleitaba con los gemidos que salían ahora con fuerza, eran completamente diferentes a los de antes, estos sonaban desesperados y puramente lujuriosos, ya no tenían ese toque de pena, inocencia y pureza que tenían principio, pero aún así los disfrutaba y mucho

-¡Ah! ¡Ichimatsu-sensei está dentro de mi! ¡Se siente muy bien tenerlo adentro! ¡Aaaah! – gritó Karamatsu desobedeciendo las reglas marcadas al principio por el de morado, pero a ninguno de los dos parecían importarles ahora las reglas, el azabache rodeó la cintura del mayor con sus piernas apegándolo un poquito más a él para intentar de alguna manera sentirlo más adentro, quería más de Ichimatsu, lo quería entero

-Y se siente... se siente bien estar dentro de ti, nghm... – dio aún más fuerte y profundo en el interior ajeno llegando al punto exacto que hizo a Karamatsu gritar más, ver estrellas y jadear en descontrol total en busca de aire, el de mirada violeta se percató de aquello y dio repetidas veces en ese punto sin despegar los ojos de esas preciosas caritas que estaban para fotografía, las recordaría para cuando llegara a casa después, tal vez podría hacerse una increíble paja al recordarlo...

-¡Más! ¡Ahí quiero más! ¡Aaaah! – el pequeño cuerpo del menor se movía con cada embestida que recibía, la fuerza que imponía lo hacían moverse a ese ritmo y a este le parecía bueno; sintió una especia de calambre que se extendió por todo su cuerpo hasta llegar a su entrepierna – ¡I-Ichimatsu-sensei, algo va a salir! – alertó el menor sin entender que sentía del todo, había leído algo alguna vez pero no sabía nada con exactitud

-S-si, también es parte de esto... ten cuidado, gghj... también se me va a salir a mi – en realidad Ichimatsu tenía mucha resistencia, le faltaría muchísimo para llegar al organismo en una situación normal, pero Karamatsu tenía la entrada correcta, lo apretaba de manera correcta y todo lo demás que hacía lo hicieron llegar rápidamente al climax

El de ojos azules dio un ultimo gemido-grito al momento de correrse, dejó salir el poco esperma que tenía almacenado por su edad y algo avergonzado intentaba recuperar el aliento, Ichimatsu se vino diez segundos después de él, llenando todo el interior ajeno con su semen, Kara se estremeció al sentir algo líquido en su trastero y le dio curiosidad, pero no preguntó nada porque estaba demasiado cansado hasta para hablar, el enfermero sonrío de lado y le besó la frente mientras salía de él con delicadeza, el niño emitió un pequeño quejido al sentirlo salir, era raro estar vacío ahora, le dolía un poco y le palpitaba toda la zona junto con un poco de la espalda, tal vez no podría moverse en un rato con eso.

El de morado se vistió rápidamente y después vistió a un adormilado alumno con cuidado para no lastimarlo, siguió acariciándole la cara un rato antes de que se durmiera

-No quiero que tengas seccros con nadie más que no sea yo ¿de cuerdo? Además de que esto debe ser secreto – Ichimatsu se acercó a la puerta para abrirla y revisar en los pasillos si no había nadie, para su buena suerte estaba todo vacío, todos debían estar en clases a esta hora

-Si, está bien, Ichimatsu-sensei, no tendré seccros con nadie más y no le diré a nadie sobre esto – eso era lo que lo hacía ver doloroso, lo sumiso y obediente que era, a veces lo odiaba, pero después de todo, eso lo hacía ser quien era – Estoy seguro de que con ayuda de Ichimatsu-sensei creceré mucho... – su voz se cortaba cada vez más y sus párpados se cerraron solos después de un rato de intentar resistir, el enfermero lo cubrió con una manta que tenía para los que llegaban con fiebre y se sentó frente a su escritorio nuevamente.

Recapitulando: acababa de tener sexo con el hermano menor del novio de su hermano mayor, cultivándole la idea de que con eso lo ayudaría a crecer, lo sintió increíblemente bien y no era necesario negarlo, se notaba a leguas, ahora ese niño dormía sobre la camilla de la enfermería seguramente aún con un poco de semen saliendo por su trasero cuando en realidad debería estar en su salón de clases... sí que había tenido un día agitado, tendría que contarle a Osomatsu después sobre eso... pero por ahora se sentaría en su escritorio con una sonrisa más grande de la habitual (y ya todos saben que él no sonreía nada) atendiendo a los demás niños que llegaban con sus típicas dolencias inexistentes y estúpidas excusas para saltarse las clases.

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Y con esta hermosa dedicación inicio este lindo libro UuUr la verdad es que tenía ganas de hacer algo así desde hace tiempo, tengo tantos roles que quiero hacer one-shots :v xD y demasiados one-shots en mi cabeza, era ideal hacer esto ^^

Este fanfic está dedicado a una de mis senpai's Enmalc ❤️✨ se lo ganó xD no vuelvo a prometer premios (?) ahre, no xD
Espero que le haya gustado, Senpai, le puse todo mi Cora 💕

Los amo a todos!
Chau!
Y felicidades por acabar las guías, Senpai xDD

*: se supone que eso significa secundaria en japonés, no se me ocurrió otro nombre así que le deje ese xD

**: es una persona adicta al sexo :v

-Izzy ✨

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