Inspirado en la canción: "Di Que Eres Tú" de Mufasa: El Rey León.

La brisa cálida de Ninjago City soplaba suavemente, mientras Lloyd se encontraba de pie en el balcón del Monasterio. Miraba el horizonte, donde el sol comenzaba a esconderse, tiñendo el cielo de tonos dorados y naranjas. A su lado estaba T/N, la única persona que lograba calmar su corazón inquieto.

—¿En qué piensas? —preguntó ella, rompiendo el silencio.

Lloyd giró ligeramente la cabeza hacia ella, pero sus ojos permanecieron en el paisaje.

—En todo. En lo que soy... en lo que debo ser.

T/N lo vigilamos con atención. Sabía que, aunque Lloyd intentaba mostrarse fuerte, había una vulnerabilidad en él que pocos podían ver.

—Y ¿qué crees que debes ser? —insistió ella, dando un paso más cerca.

—Un líder, un protector, alguien que inspira confianza. —Lloyd suspir, bajando la mirada—. Pero a veces me pregunto si soy suficiente.

T/N colocó una mano en su brazo, obligándolo a mirarla.

—Lloyd, tú eres más que suficiente. No eres perfecto, pero nadie espera que lo seas.

Él la miró, sus ojos verdes reflejando una mezcla de gratitud y duda.

—Es fácil decirlo, pero... ¿y si falla? ¿Y si no soy el ninja que necesito?

T/N suavemente, como si ya tuviera la respuesta preparada.

—Entonces serás el Lloyd que necesitas. Y ese Lloyd es más valiente y noble de lo que cree.

La intensidad en su mirada lo desarmó. Había algo en T/N que siempre lo hacía sentir más seguro, más completo.

— ¿Cómo puedes estar tan seguro? —preguntó en voz baja.

Ella entrecerró los ojos, divertida.

—Porque te conozco.

Lloyd soltó una risa suave, pero pronto su expresión volvió a volverse seria.

—T/N, a veces siento que estoy destinado a estar solo. Mi vida siempre ha estado llena de batallas, sacrificios y decisiones difíciles. No quiero arrastrarte a eso.

T/N tomó ambas manos de Lloyd entre las suyas, acercándose aún más.

—Y si yo no quiero estar en ningún otro lugar que no sea a tu lado?

El corazón de Lloyd latió con fuerza ante esas palabras. La canción de los grillos llenaba el aire, y por un momento, todos los demás desaparecieron.

—T/N... —murmuró, su voz temblando levemente.

Ella levantó una mano para acariciar su mejilla.

—Di que eres tú, Lloyd. El que siempre ha estado ahí para mí, el que me ha mostrado que incluso en la oscuridad más profunda, hay luz.

Él cerró los ojos por un momento, dejándose llevar por la calidez de su toque. Cuando los abrieron, su mirada estaba llena de determinación.

—Soy yo. Siempre he sido yo.

T/N sonriendo, y antes de que pudiera responder, Lloyd inclinó la cabeza hacia ella, sus labios encontrándose en un beso lleno de emociones contenidas.

Cuando se separaron, ambos se quedaron en silencio, simplemente disfrutando de la cercanía del otro.

—No importa lo que venga, Lloyd —susurró T/N, apoyando su frente contra la de él—. Estaré contigo.

Lloyd sonoro por primera vez en lo que parecía una eternidad, sus brazos rodeándola con fuerza.

—Entonces no tengo nada que temer.

Y así, bajo el cielo estrellado de Ninjago, Lloyd y T/N encontraron en el otro una razón para seguir adelante, una fuerza que los haría invencibles frente a cualquier adversidad.