PEDIDO POR: candecuba

LAMENTO LA TARDANZA 🙏🏻

La batalla contra el Rey Cristal había llegado a su clímax. Ninjago estaba sumida en el caos; los fragmentos cristalinos que cubrían la ciudad brillaban bajo la luz morada que emanaba del enemigo, y cada paso de los ninjas era más pesado que el anterior. Jay se encontraba jadeante, con el cuerpo cubierto de polvo y sudor. El campo de batalla era una mezcla de desesperación y peligro. Los demás ninjas estaban dispersos, cada uno luchando con lo que le quedaba de energía, intentando encontrar una forma de detener al Rey Cristal de una vez por todas.

Jay lanzó un rayo de electricidad contra un grupo de guerreros cristalizados, que se desmoronaron en mil pedazos, pero su mente no estaba completamente concentrada en la pelea. No podía dejar de pensar en T/N, la hermana menor de Cole y una de las ayudantes más valientes del equipo. Durante la pelea, la había perdido de vista, y su corazón palpitaba cada vez con más fuerza por la incertidumbre.

Desde el día que T/N se unió al equipo como asistente técnica, Jay se había sentido atraído por su inteligencia, su valor y la forma en que siempre se mantenía serena bajo presión. Sabía que ella era más que solo la hermana menor de Cole. T/N se había ganado su lugar en el equipo, salvándolos con sus inventos y tácticas, incluso en situaciones críticas. Jay la admiraba... y algo más, algo que hasta ahora había sido incapaz de expresar.

Nya: ¡Jay!- la voz de Nya lo sacó de su ensoñación. Su compañera, agotada y cubierta de escombros, luchaba por mantenerse de pie mientras apuntaba hacia los demás ninjas, que ahora estaban atrapados en enormes cristales oscuros. Cole, Zane y Kai habían sido derrotados, atrapados en jaulas de energía pura.

Jay: ¡No puede ser!- exclamó Jay con la respiración acelerada. Vio a sus amigos atrapados, pero su preocupación por T/N crecía más rápido que la desesperación por la derrota. Buscó frenéticamente entre las ruinas y los restos de la batalla, pero no podía encontrarla. Cada segundo que pasaba, su ansiedad aumentaba.

Nya: ¿Dónde está T/N?- preguntó Nya, compartiendo la misma preocupación. Jay negó con la cabeza, incapaz de ocultar el miedo en sus ojos.

Jay: No lo sé, no la veo desde que empezamos a luchar contra los generales del Rey Cristal. ¡Tengo que encontrarla!- dijo, decidido.

Nya asintió, comprendiendo que Jay no descansaría hasta asegurarse de que ella estuviera a salvo.

El Rey Cristal, desde su posición elevada, observaba la escena con una sonrisa maliciosa. Sus tentáculos de energía oscura se retorcían, ampliando su control sobre Ninjago. Jay miró hacia arriba, sabiendo que, si no se daban prisa, todo terminaría muy mal. Sin embargo, no podía ignorar la punzada en su pecho. No podía continuar sin saber si T/N estaba bien.

Jay: ¡T/N!- gritó Jay desesperado mientras corría por el campo de batalla, apartando escombros y guerreros cristalizados. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, la vio.

T/N estaba atrapada bajo una enorme pila de cristales rotos, su cuerpo cubierto de polvo y su respiración pesada. Jay sintió una mezcla de alivio y terror al verla allí, herida pero viva. Corrió hacia ella, lanzando un rayo para desintegrar los cristales que la aprisionaban.

T/N: ¡Jay!- dijo ella con una voz débil, pero firme. Sus ojos, aunque cansados, mostraban una chispa de valentía- Pensé que no llegarías a tiempo...

Jay: No digas eso- respondió Jay, ayudándola a levantarse. Su toque fue suave, pero estaba lleno de urgencia- No dejaría que te pasara nada. Nunca.

Ella sonrió, aunque con esfuerzo, y le devolvió la mirada. Jay notó que, a pesar de su estado, T/N no había perdido ese fuego interno que siempre la caracterizaba. Pero también vio el agotamiento en su rostro, y eso le hizo apretar los dientes. Había estado a punto de perderla.

T/N: ¿Los demás?- preguntó ella, mirando a su alrededor.

Jay: Están atrapados- contestó Jay, señalando a los ninjas cristalizados. Su voz temblaba un poco- Tenemos que liberarlos y detener al Rey Cristal, pero antes tenía que asegurarme de que estuvieras bien.

T/N lo miró con una mezcla de sorpresa y gratitud, pero no hubo tiempo para palabras. Los dos sabían lo que debían hacer.

Juntos, corrieron hacia donde los demás estaban atrapados. T/N, con su habilidad técnica, sacó un pequeño dispositivo de su cinturón y comenzó a trabajar en la energía que alimentaba las jaulas cristalinas. Jay, a su lado, lanzaba rayos para debilitar los cristales y mantener a raya a los guerreros del Rey Cristal.

T/N: Ya casi está...- murmuró T/N mientras sus dedos se movían con precisión. Jay la observó de reojo, maravillado por su enfoque y habilidad. Había algo en ella que siempre lo había dejado sin palabras, pero hoy era diferente. Hoy, más que nunca, Jay sabía que no podía seguir ocultando lo que sentía por ella.

Finalmente, el sistema se rompió y los cristales que aprisionaban a los ninjas se desmoronaron. Cole, Nya, Kai y los demás cayeron al suelo, libres pero debilitados.

T/N: ¡Lo logramos!- exclamó T/N, respirando aliviada.

Pero la victoria aún no era completa. El Rey Cristal, furioso por la liberación de los ninjas, lanzó un ataque masivo que sacudió el suelo. El campo de batalla entero vibró, y un rayo de energía oscura se dirigió directamente hacia T/N.

Sin pensarlo dos veces, Jay saltó frente a ella, levantando sus manos y canalizando todo su poder en un escudo de electricidad. El choque entre los rayos de energía oscura y la electricidad de Jay creó una explosión que los arrojó hacia atrás, pero el escudo aguantó.

T/N: ¡Jay!- gritó T/N mientras lo atrapaba antes de que cayera al suelo. Sus brazos lo sostuvieron con fuerza, y sus ojos se encontraron en un instante cargado de emociones.

Jay se levantó lentamente, aun temblando por el esfuerzo. Sus manos estaban débiles, pero su corazón latía con fuerza, no por el peligro, sino por la cercanía de T/N.

Jay: T/N...- susurró, su voz apenas audible por el ruido de la batalla- Hay algo que necesito decirte.

Ella lo miró confundida por un momento, pero luego su expresión cambió al ver la seriedad en los ojos de Jay. Los rayos del atardecer iluminaban el rostro de ambos, dándoles un respiro en medio del caos.

Jay: No sé si es el mejor momento, pero... no quiero seguir esperando- continuó Jay, sintiendo que este era el único momento en que podía ser completamente honesto- Casi te pierdo hoy, y me di cuenta de que no puedo imaginar este mundo sin ti. Te amo, T/N. Siempre lo he hecho. Y no puedo seguir guardándolo.

T/N parpadeó, sorprendida por sus palabras. Pero en lugar de hablar, dio un paso más hacia él. Sus ojos brillaban, no solo por la emoción del momento, sino por algo más profundo.

T/N: Jay...- dijo suavemente- Yo también te amo. Desde hace mucho tiempo.

Jay apenas podía creer lo que estaba escuchando. Todo el miedo, la ansiedad, el agotamiento de la batalla se desvaneció en ese momento. Con una sonrisa que reflejaba alivio y felicidad, dio un paso hacia ella.

T/N lo tomó de la mano, y antes de que alguno de los dos pudiera decir algo más, Jay se inclinó suavemente hacia ella. El mundo a su alrededor desapareció mientras sus labios se encontraban en un beso suave y lleno de emoción. Fue un momento breve pero intenso, un destello de paz en medio del caos.

Cuando se separaron, ambos se miraron a los ojos, sonriendo entre susurros. Jay no pudo evitar bromear, como siempre hacía:

Jay: Supongo que esto significa que somos oficialmente un equipo, ¿no?

T/N rio suavemente, apoyando su frente contra la de él.

T/N: Sí, somos un equipo- respondió ella.

Jay: Entonces, supongo que tenemos muchas aventuras más por delante, ¿no?- dijo él, con una risa suave.

T/N: Sí- respondió T/N, mientras ambos se perdían en la paz del momento- Muchas más. Y esta vez, juntos.

A lo lejos, el Rey Cristal emitió un último rugido de desafío, pero Jay ya no sentía miedo. Con T/N a su lado, sabiendo que ambos compartían más que un simple vínculo de compañeros, estaba listo para cualquier cosa que viniera.

NOTA:

LOS PEDIDOS ESTARÁN CERRADOS HASTA NUEVO AVISO, ASÍ QUE NO SE MOLESTEN EN HACER PEDIDOS POR UN TIEMPO, ESTO ES PARA PODER AVANZAR CON LOS PEDIDOS QUE ME QUEDARON Y LUEGO LOS ABRIRÉ DE NUEVO PARA NO ABRUMARME TANTO.