Para: DulRodriguez5
Tipo: cute - emocional
Título: Ya sabes las verdad, ya puedes correr.

Eres una chica Ravenclaw con mejores amigos de Griffindor.
Sueles ser un bicho raro y todo porque pasas las horas con James Potter y su pandilla, en ella se encuentra tu novio. Remus Lupin, el prefecto de su casa, además uno de los más apuestos.

La relación comenzó de que Sirius es tu primo y siempre os habéis llevado como si fuérais hermanos, donde estaba él, estabas tú.

-Alejandra - te llama Sirius - ¿no deberías hablar con tu querido?-. Hace como que se abraza a sí mismo para simular un morreo a lo que le das con un libro en la cabeza.

-¿Qué le pasa?

-¡De eso iba a hablarte! ¿No ves que lleva raro desde hace unas semanas?

- No sabes las ganas que tengo en estos momentos de matarte.

Os dirigís a clase de transformaciones en la que tienes a tu novio por compañero. McGonagall explica otra de sus lecciones largas y poco interesantes para ti, ya la has estudiado.
Arrancas un trozo de hoja y escribes:

¿Qué te pasa cielo?

Sabes que la lee, pero mira hacia otro lado, algo raro en Lupin ya que eres la persona que más quiere y admira.

Sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras. Lo que sea.

Rápidamente recoge sus cosas y se larga del lugar. Minerva no dice nada, sólo observa.

-¿No va a decirle nada profesora?

-Usted mejor que ninguno de sus compañeros debería entender ese comportamiento, señor Potter-. Miro a mi amigo y pregunto con los ojos. Él se hace el interesante. Todos ellos están inmersos en el mismo problema, incluso Minerva lo conoce.

La hora termina al fin y sales corriendo tras tu novio. Sabes dónde encontrarle, por lo que te diriges al Lago Negro. Le encuentras bajo un gran árbol que le esconde de todo.

- Remus. . . ¿Qué te está pasando?

- Alejandra, deberías dejarme. Soy peligroso ya no me fío de lo que puedo hacer-. Te quedas observando de pie.

- Te conozco desde hace cuatro años. Salimos desde hace dos y créeme cuando te digo que no eres peligroso. Sé lo que intentas junto con Sirius, James y Peter.

-¿Qué sabes?

- No soy tan inteligente como tú, pero sé que tratáis de ser animagos-. Acabas sentándote con él, cuando lo haces, retrocede.

-¿Aún no lo has descubierto? - niegas dudosa -, escapadas todas las lunas llenas, mis amigos son animales, los profesores respetan que salga de clases. . .

-¡Si no me lo dices jamás lo resolvemos!

-Lo siento Ale, no quiero que acabe haciéndote daño. Adiós.

-Ya lo has hecho-. Le ves que sigue alejándose-. Eres un cobarde Remus Lupin.

Se para, sa la vuelta y corre hasta tenerte a escasos metros.

-¿De veras crees eso? ¡Soy un maldito monstruo Alejandra! ¿Acaso no puedes entender eso?

-¡Pues claro que no! ¡Desde que mi primo nos presentó conectamos y sabes que juntos podremos siempre arreglar lo que sea!

-Esta vez no-. Te mira fijo a los ojos como analizándote la expresión que es una mezcla de confusión y decepción. Le empujas enfadada e intenta zafarse.

-Vamos Remus, no puede ser tan horrible-. Sollozas con las lágrimas a punto de desbordar.

-Basta Alejandra.

-¿¡De qué tienes tanto miedo!?-. Has acabado de entenderlo. Está atemorizado de lo que le ocurre.

-¡Soy un hombre lobo! ¿Vale? Mis síntomas han aparecido este curso. ¿Por qué crees que Dumbledore puso el Sauce Boxeador? ¿Por qué James es un ciervo, Sirius un perro y Peter una rata? - esperas su respuesta. Nunca le habías visto en ese estado. Gritando con un tono de horror y desesperación-. ¡Los hombres lobo no atacan a otros animales y ellos me acompañan en Luna Llena!

-¿Son tu-us. . . Aullidos los de la. . . ca-casa de los gritos?

-Ya sabes la verdad, ya puedes correr. Cualquiera lo haría-. Tu mente está bloqueada, asimilando toda la información. Parecen horas, el viento te despeina, Lupin está llorando y cuando oye a Sirius junto con James llegar, se va.

-¿Qué ha. . .?

-¡¿Por qué no me lo dijísteis?!-. Gritas furiosa. Potter hace el intento de acercarse.

-Él no quería esto.

-Cornamenta, Canuto. Ahora sé de qué va eso.

Llevas buscándole horas y la noche ha caído. Todos los alumnos deben de estar en el Gran Comedor, pero no crees que nadie te eche en falta en tu mesa, además, alguien te necesita más que nunca.

Te paseas por la entrada del Bosque Prohibido y olles toda clase de sonidos espeluznantes, desde herraduras galopante hasta aullidos.

Miras hacia los terrenos del Castillo y de nuevo al Bosque. Cierras los ojos y coges aire. Te adentras en la espesa maleza y comienzas a seguir tu instinto casi sin darte cuenta de que no respiras.

Pasan los minutos y un escalofrío recorre tu espalda. Algo te observa desde la distancia. Con muchísimo cuidado echas la vista atrás y lo ves. Un hombre lobo olfatea el aire y te ha rastreado.

-Levicorpus-. Susurras hecizándote a ti misma. El lobo se acerca y prácticamente se encuentra bajo tus pies. Del miedo te llevas una mano a la boca para evitar lanzar un grito; sin embargo, tus lágrimas caen y golpéan su cabeza haciendo que alce la vista.
Al desconcentrarte caes al suelo hiperventilando y el lobo comienza a inquietarse y te ladra.

-Re. . . Remus soy. . ., soy yo. . .-. La expresión del animal se calma un poco y parece tener una lucha interna-. Soy Alejandra. No me harás daño.

Con un poco de confianza tocas su brazo, pero se vuelve contra ti de un gran rugido y te tira al suelo, aunque no te ataca.

- No me harías daño, Remus, por eso te quiero-. El chico reacciona ante tus palabras y vuelve a ser él que cae sobre ti derrotado.

-Pude matarte.

- Te dije que no lo harías. Jamás-. Os quedáis abrazados, como si el mundo hubiera parado.

-¿Alejandra?

-Dime.

- Te quiero y creo que nunca te lo había dicho.

Dios me ha quedado bastante más largo de lo que quería, pero era necesario para dar sentido a todo.

Espero que no haya dado pereza leerlo porque pongo el corazoncito en emocionar a cualquiera que lo lea. Sé que no siempre lo conseguiré, pero lo espero.

Una cosa, ya que dedico parte de mi tiempo, al menos que la persona a la que va dirigida, me gustaría que escribiera algo. Muchas gracias y besos a todos.