₁₂. Tʜᴇᴏɴ Gʀᴇʏᴊᴏʏ
Para: @MinMoongi
Tipo: sad - cute
Título: No has de temer, por favor,
abrid los ojos
Sabes perfectamente que tu novio Ramsay Nieve, aunque nombrado recientemente Bolton por reconocimiento de su padre, tiene preso al chico Greyjoy. El mismo que traicionó al Joven Lobo, tomó Invernalia cuando estaba desprotegida y el que fue repudiado por su propio padre y hermana por haberse quedado durante diez años en Invernalia como "pupilo" de Lord Eddard Stark. Ahora todas sus acciones le están pasando factura. Sabes lo sádico que puede llegar a ser Ramsay y te apetece ir a ver, por una vez, a aquel hombre del Hierro del que te habla.
-Oye, cariño ¿puedo bajar a ver al chico aquel que tienes? A ese que llamas Hediondo-. Te acercas por detrás de él y le abrazas mientras le besas el cuello.
-Es un pobre desgraciado. No vale nada y -ríe ante sus propio recuerdo de hazañas- ahora menos aún. Ya no sirve ni tan si quiera para concebir hijos.
-¿¡Le has castrado!?
-Y se la he enviado a su padre. ¡Lo sé! ¡Soy un genio!-. Sonríes de medio lado y dejas que el hombre te agarre de las nalgas y te estreche en su pecho.
-Voy a ir a verle, así podré recompensarte esta noche de mejor forma que aquí y ahora-. La malévola sonrisa de Ramsay te pone los pelos de punta, pero a la vez te encanta. Bajas las escaleras hasta las mazmorras y allí ves la gran Cruz característica del estandarte Bolton. Un cuerpo alargado y flacucho colgaba de ella. Parecía dormido, aunque al escuchar pasos se despertó y miró al suelo.
-¡NO! ¡POR FAVOR, NO!-. El hombre estaba consumido por el hambre, la sed y el terror. Sabías que la crueldad de los Bolton era temible, pero verle te da náuseas. Te acercas con cuidado, le agarras de la mejilla y le levantas la cabeza.
-Theon Greyjoy...
-¡No! ¡Soy Hediondo!
- No has de temer, por favor, abrid los ojos-. Tu suave tono se voz le da confianza y consigue mirarte fijo, aunque sigues notando el horror en sus ojos. La verdad es que no puedes ni imaginar las torturas por las que ha llegado a pasar-. Tranquilo, os cuidaré.
Te alejas un poco, coges una jarra de agua y con cuidado la echas en su boca y le observar tragar con ansia. Luego, con una esponja, le apartas la mayor parte de suciedad y sudor que le recubren la cara y cuerpo. Ninguno dice nada, pero sabes que te analiza en cada movimiento. A decir verdad es un chico apuesto y en el fondo te gusta.
-Soy Alex. Alex a secas. Soy... amiga de Ramsay. No te haré daño, lo juro-. Optas por una presentación infantil, sólo quieres darle paz.
-Ayu... da... qui-quiero ir-irme...
En ese día le consigues arrancar un par de palabras, pero nada más. Lo entiendes. Al mirar a tu alrededor has encontrado todo tipo de herramientas raras que pondrían los pelos de punta a cualquiera. Te despides tímidamente y subes a la alacena de tu chico. Abres la puerta y le encuentras. No está solo, Myranda le acompaña.
-¿Qué hace ella aquí?
-¿Tú estás con otro hombre y yo no con otra mujer? No seas injusta-. Te acercas amenazante a él.
-He bajado a ver un prisionero, un prisionero sin polla -sabes que le encanta que le hablen sucio y odias a Myranda. Ella es siempre el segundo plato de Ramsay-, ella está completa.
- Alex... No hagas eso. No seas mala... -la mirada furtiva y la sonrisa traviesa aparecieron- No quieras un castigo...
Te desnudas poco a poco y te acercas más, la otra chica, enfurecida, sale del dormitorio y el Bolton te agarra tan fuerte como sólo él sabría. No ha pasado más de un minuto cuando ya está dentro tuya de formas poco caballerosas.
Le observas dormir, tus doloridas piernas rozan las suyas y sus brazos te tienen atrapada.
- Mi amor, ¿estás despierto?
-Ahora sí.
-¿Qué le haces a ese hombre?
-Paga por sus traiciones. No deberías preocuparte por él. Hediondo debería estar feliz de que no halla decidido despellejarle vivo. Duerme tranquila-. Uno de sus venenosos besos rozó tu frente. Le quieres más que a nadie, aunque a la vez sientes repulsión. Puede que, después de todo, ese es el secreto.
Han pasado meses y todos y cada uno de los días a visitado al joven Greyjoy. Poco a poco te has ganado su confianza y gracias a ti ha recuperado el hablar y le haces feliz. Es su parte favorita del día, el final, porque sabe que cuando toda la tortura acaba, tú estás ahí para sanar sus heridas y hacerle feliz por unos minutos.
- Alex, eres la razón que me hace seguir vivo.
Esa fue la frase que te hizo temblar. La que te dio voluntad y valentía. Te acercaste a él y le besaste. No lo sabías, pero te habías enamorado cada día más de él.
-Estás diferente. ¿Qué te inquieta? Yo puedo arreglarlo, ¿son los guardias? Puedo hacer que paren, he visto cómo te miran algunos-. Colocs una de sus manos sobre tu cadera y te alejas. Su tacto te da una horrible sensación de malestar.
-No. Lo siento. Me encuentro mal -debes hacer algo-, Ramsay, estoy embarazada. Llevo a tu hijo en mí. Ese es mi problema-. El chico te mira de arriba a abajo y no sabe si creerte o no.
-¿Es por eso que te zafas de mí cada vez que intento poseerte cada noche? -asientes apenada. Como descubra la verdad te matará-. No lo sabía. Perdóname. A partir de ahora será distinto.
Le ves alejarse entre su propia confusión. Es tarde y deberías ir a descansar un poco, pero lo harás esta noche. Llevas una capa en la cabeza y silenciosamente bajas a ver a Theon. Sonríe al verte.
-¡No hagas ni un ruido!-. Le advierte antes de que diga algo. Agarras las tenazas y cortas las correas que le retienen a la cruz . Cuando posa los pies en el suelo, cae. Lleva demasiado tiempo preso. Le ayudas a acostumbrarse de nuevo.
-Gra... gracias.
Le tiendes la mano y sonriente la acepta. Juntos salís de esa fría celda, pero antes de dejar que la luz de la noche os bañe le besas dulce y apasionadamente.
-Vamos a salir de este sitio, te lo prometo.
-Te creo.
Sin hacer ruido le diriges por el oscuro castillo y sólo os queda salir a caballo por la pequeña puerta abierta. El hombre del Hierro está sobre su montura cuando escuchas un gruñido tras de ti. Las perras de Ramsay.
-Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? ¿Os íbais a alguna parte?-. La voz del Bolton jamás había sonado tan mortífera como en aquel momento- ¡Mentirosa!-. Una flecha corta el aire y va a clavarse directa en tu corazón.
-¡NO!
-¡Huye, Theon! ¡Hazlo por mí!-. Son tus últimas palabras. Tu último aliento desesperado. Otra flecha se clava, está vez en el brazo del chico, que sale a galope tendido hacia algún lugar. Ya nada es seguro para él.
- Lo siento-. Susurra entre lágrimas antes de dejarte morir. Se había enamorado de ti, ahora nada tenía sentido.
POR FABOR HE DISFRUTADO MUCHÍSIMO ESCRIBIENDO ESTO. MUCHO MÁS DE LO QUE PENSABA.
Bueno espero que te guste porque no podía parar de escribir. Me he dado prisa al escribirlo porque quiero terminar los pedidos. Siento mucho el retraso.
P.D. he publicado una obra de Juego de Tronos, así que sí podéis, pasad a darle un vistazo.
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