entenderte • zuko
Título: Entenderte
Personaje: Zuko x Tú
De: Avatar: La leyenda de Aang
—¡AUH, ME DUELE!—se quejó la pelinegra al sentir el agua en sus pies.
—Tranquila, el agua curativa te curará y tus pies volverán a estar como antes, Toph. —la calmó Katara cuando la menor se sentó en la fuente.
—Deben doler mucho, se ven muy quemados.
—Sokka, no digas eso.
—Ay, perdón.
—Tenemos que hacer algo con Zuko. Con él aquí, todos estamos en peligro. Ya quemó los pies de Toph, ¿qué sigue?
—Toph dijo que fue un accidente. Cuando vino aquí no parecía querer lastimarnos. Si quisiera, ya lo habría hecho. —interveniste.
—Todo lo que dijo sobre que ha cambiado y quiere ayudarnos es una mentira. Es imposible confiar en él después de todo lo que hizo.
—Estoy de acuerdo con Katara, es de la Nación del Fuego, después de todo. —concordó Sokka.
—¿Cómo pueden decir eso? Saben que no todos de la Nación del Fuego son malos. Tu maestro es de la Nación del Fuego y no nos atacó cuando se enteró quiénes éramos. —señalaste a Sokka. — Y cuando Aang fue a esa escuela e hicimos esa fiesta, todos, excepto ese chico, fueron muy amables. No deberíamos condenar a toda la nación por lo que sus líderes hicieron...
—No, pero a Zuko sí, y no solo porque es hijo del Señor del Fuego sino que también intentó destruirnos. Sé que siempre ves el lado bueno en las personas, ______, pero en este caso no funcionará porque él no es de fiar.
Observaste a Aang con tristeza por sus palabras. Si había alguien que creíste que podría apoyarte, sería él, pero parecía que opinaba igual que los demás. No podías culparlos después de todo lo que había pasado, pero creíste que podrían darle otra oportunidad.
Los chicos te dejaron con Toph luego de ofrecerte a cuidarla hasta que se sintiera mejor, ya que Katara no podría quedarse y tú, al ser maestra agua también, sabrías qué hacer.
—Deberías ir con él.
—¿Con Aang? Sokka y Katara van con él.
—No, con Zuko.
Miraste desconcertada a la pelinegra.
—¿Quieres que vaya con él después de lo que te hizo?—preguntaste confundida.
—Ya lo dije, fue un accidente. Es la única forma en que podría atacarme. —respondió con arrogancia. — Escucha, Aang necesita un maestro fuego y esos tres son muy tercos como para entender que no importa hacerse los orgullosos cuando el tiempo está en nuestra contra. Zuko es nuestra única opción para que lo ayuze. Ve a hablar con él para comprobarlo y si es de fiar nos ayudará. Tú podrás hacerlo mejor que yo.
—¿Por qué yo?
—Porque serás mejor para hablar con él con sentimentalismo y todas esas cosas cursis después de cómo lo defendiste.
—No lo defendí, yo solo... —desviaste la mirada, sintiéndote apenada. — Okey, sí lo defendí. —suspiraste. — Bien, si tú lo dices lo haré. Pero cuando nos ayude seguirá siendo un problema que los chicos no confíen en él.
—Ni siquiera dudas de que nos ayudará, pareciera que te gusta. —abriste la boca, sintiendo tus mejillas arder.
—¿¡Eh!? ¡Claro que no! Solo quiero ayudarlo como a cualquier otra persona que lo merezca.
—Tienes suerte de que no pueda comprobar que mientes. Como sea, de esos tres tontos ya nos encargaremos después. Como siempre, las cosas se alinearán a nuestro favor. —se recostó en la fuente, colocando sus brazos detrás de su cabeza.
—Me gustaría no tener que preocuparme de nada pensando así.
—No eres tan mandona como Katara, pero sí te preocupas mucho por todos. También eres igual de aburrida.
Usando agua control le tiraste un poco en el rostro, haciendo que borrara su sonrisa. Te reíste y ella se unió a las risas para hacer lo mismo que tú.
[...]
Más tarde, cuando Toph se sintió mejor, fuiste a buscar a Zuko al lugar que te había indicado. Te advirtió que no lo sorprendieras para evitar un accidente similar.
Al llegar a un pequeño estanque, te detuviste un momento para practicar lo que dirías.
—"¡Hola Zuko! Probablemente no me conozcas, pero soy ______, nunca hemos hablado pero sí me has atacado junto a los demás." ¡Por supuesto que no! ¿Qué clase de presentación es esa? "Hey Zuko, ¿qué tal? Me llamo ______, y quería hablar contigo porque creo que puedes ayudarnos, o más bien ayudar a Aang a aprender fuego control. Ya sabes, porque tú sabes lo que él no sabe, ¿sabes?, jejeje..."—bajaste la cabeza derrotada. — Dios, ni siquiera cuando exponía era tan horrible. Yo tampoco querría hablar conmigo misma.
Suspiraste y te preparaste para el siguiente intento de presentación, pero una voz no tan desconocida te interrumpió.
—¿Hola...?
Soltaste un grito de sorpresa. Tu agua control reaccionó conforme a tus sentimientos y atacó al dueño de esa voz con agua del estanque, derribándolo de inmediato.
Al darte cuenta de quién era, cubriste tu rostro por la vergüenza y te acercaste a él murmurando varias disculpas.
—¡No fue intencional, lo juro! Pasa cuando me asusto o sorprendo, más cuando me sorprendo porque pasa más seguido. Por eso los chicos han aprendido a no sorprenderme o intentar asustarme teniendo agua cerca. —dijiste nerviosa mientras te asegurabas de que estuviera bien.
El pelinegro se sentó en el suelo y tocó su cabeza mientras te escuchaba en silencio. Notó que estabas muy apenada cuando terminaste de hablar.
—Está bien, no me pasó nada. —te calmó.
Le ofreciste tu mano para ayudarlo a levantarse. Él no dudó en aceptarla, lo que te hizo sentir bien.
—Oh, déjame ayudarte. —con agua control, quitaste toda el agua que tu ataque le había estampado, dejándolo seco y devolviendo el agua al estanque. — De verdad lo lamento, no quería que mi primera impresión fuera así.
—No te preocupes... En realidad, fue impresionante. —halagó, haciendo que sonrieras apenada. — Eres ______, ¿verdad?
—¿Sabes quién soy?
—Te escuché hablar antes de acercarme a ti... ¡No fue intencional! Fue por accidente. —se apresuró a aclarar.
Tú estabas más preocupada por el hecho de que te había escuchado decir todo aquello, y tus mejillas se pintaron de rosa por la vergüenza.
—S-Sí, no importa, s-solamente estaba practicando hablar contigo, jaja. Lo sé, ¿qué tan patética debo ser para practicar hablar con alguien?—preguntaste, evitando mirarlo.
—No tanto... ¡No es que lo seas! En todo caso, yo también lo sería porque practiqué qué decirles cuando fui a hablarles. Y debo decir, eres mucho mejor que yo. —rió nervioso.
Lo miraste y no pudiste evitar ruborizarte y reír también.
—Bueno, entonces sabes por qué te estaba buscando...
—Claro, pero... ¿Te gustaría ir a mi campamento primero? No tengo mucho, pero puedo ofrecerte algo de comer, es lo menos que puedo hacer.
—Literalmente te ataqué por accidente con agua control, ¿y tú sientes que debes hacer algo por mí? —preguntaste con gracia.
—Sí, sí debo. Pero si no quieres está bien...
—¡No, sí quiero! Me encantaría. Gracias, Zuko. —lo interrumpiste sonriendo con emoción.
Sentiste tu corazón latir con fuerza cuando él te contestó con una sonrisa.
Agradecías que Toph no estuviera cerca para escucharte y darle la razón sobre lo que dijo cuando estabas con ella.
(...)
No caminaron mucho hasta llegar a su campamento, que estaba cerca del estanque. Al llegar, te ofreció té, el cual aceptaste y comentaste que con eso era suficiente.
—¿Entonces ella está bien?—preguntó refiriéndose a Toph luego del incidente con sus pies.
—Sí, el agua curativa hará que se recupere.
—Me gustaría disculparme mejor con ella. Cuando vino aquí, me sorprendí y actué sin control, no quería lastimarla.
—Lo sé... E-Es decir, ella sabe que fue un accidente. Y no te preocupes, si alguien sabe sobre ataques sorpresa soy yo...
—Al menos no fue tan peligroso como lo mío, y fue más impresionante.
—No fue la gran cosa. —dijiste avergonzada. — De hecho, fue Toph quien me pidió que viniera a hablar contigo. Ella quería hacerlo porque Aang necesita un maestro para aprender fuego control y tú eres el único que puede ayudarlo.
—¿Y tú por qué querías hablar conmigo? Creí que me odiarías al igual que los demás. No es que los culpe, no después de lo que les hice. Pero me sorprende que alguien de ustedes quiera hablar conmigo.
—Bueno, principalmente porque Toph me lo pidió, pero si soy honesta, es porque yo sí creo en lo que dijiste, sobre que cambiaste y quieres ayudarnos.
—¿En serio...? ¿Pero cómo?—cuestionó intrigado. — Luego de lo que hice, ¿cómo puedes no odiarme también?
—... En mi mente repaso todo lo que hiciste y me dice que debería estar de acuerdo con mis amigos y no confiar en ti, pero... Cuando te miro, no veo al príncipe de la Nación del Fuego, solo veo a un chico asustado y confundido. Aunque al final tomaste el camino equivocado, has demostrado que puedes cambiar y que eres una buena persona, pero no sabías qué hacer...
—Pasé todo este tiempo debatiéndome sobre qué debía hacer. Ya no sabía diferenciar el bien del mal. Creí que lo que había hecho toda mi vida estaba bien, pero luego de este tiempo entendí que no era así, estaba mal... Y que ya no quería hacerlo. Por eso quiero unirme al Avatar, a ustedes, para derrotar a mi padre y acabar con esta guerra.
—¿En serio serías capaz de enfrentar a tu padre?
—Ya lo hice cuando decidí seguirlos luego del ataque del eclipse. Dudo mucho si él alguna vez fue mi padre, no ha hecho más que quitarme lo que más amo. Y de mi hermana ni hablemos.
—Tu padre te hizo esa marca, ¿verdad?
—Me hizo mucho más que esta horrenda marca... Me quitó a mi madre.
—Lo... siento mucho, Zuko.
Te quedaste en silencio un momento, suspirando.
—Yo perdí a mis padres cuando era pequeña. —comenzaste a contar. A la mente de Zuko vino la preocupación de inmediato.
—... ¿Fue culpa de la Nación del Fuego?
—No... Ellos se embarcaron para viajar fuera de la tribu agua del sur y perdieron la vida al irse a causa de una tormenta. Yo también lo hubiese hecho si no me hubiera quedado por ser muy pequeña para viajar. Le tuve mucho odio al agua durante tanto tiempo que me negué a que Katara me enseñara agua control. Apenas cuando conocimos a Aang, accedí a que me enseñara, por eso no estoy al mismo nivel que ella.
—Lo siento mucho, ______. No quiero que me malinterpretes, pero me alegro de que te hayas salvado. Sé que tus padres piensan igual mientras descansan en paz.
—Gracias, Zuko. Tu mamá debe estar muy orgullosa de ti ahora. Ella seguramente querría que hicieras lo correcto, pero sobre todo que fueras feliz.
—Creo que nunca me sentí feliz después de perderla... Ahora solo quiero hacer lo correcto por ella. Y agradezco que tú quieras creer en mí, no te defraudaré. No volveré a defraudar a nadie nunca más, no como lo hice con mi tío...
—¿Qué sucedió con él?—preguntaste, pero a los segundos quisiste no haberlo hecho porque te estabas entrometiendo demasiado.
—Lo decepcioné y cuando quise arreglar lo que hice era demasiado tarde. Ahora solo deseo volver a verlo para disculparme con él.
—Él te ama, así que te perdonará. Toph me contó que una vez habló con él y no dejó de hablar maravillas de ti.
—Pero no merezco su perdón, no creo que...
—Te entenderá. —lo interrumpiste con una sonrisa. — Solo hace falta quererte para hacerlo, y él ya lo hace. Sé que no volverás a defraudar a nadie más, ni siquiera a ti mismo. Ya tienes a una amiga para ayudarte y apoyarte.
Zuko no dijo nada, simplemente sonrió conmovido por tus palabras.
—Por cierto, no creo que tu marca sea fea, es linda. Es decir, tú eres lindo y tu marca también lo es.
Te sentiste nerviosa al caer en cuenta de lo que habías dicho. Temiste que pensara mal de ti, pero él hizo su movimiento habitual: tocarse la cabeza.
—G-Gracias.
Te sonrojaste y miraste hacia otro lado, sin notar que él estaba igual que tú. Él quería decirte algo lindo también, pero le dio demasiada pena.
—Este té está delicioso, ¿de dónde lo aprendiste?—cambiaste de tema nerviosa.
—De mi tío, él me enseñó que un buen té es más importante que saber primeros auxilios.
—En este caso valió la pena. —reíste.
Él también lo hizo, sin saber que la razón por la que su corazón latía con fuerza eras tú.
[...]
Pasó un tiempo después de que la pandilla accediera a que Zuko se uniera a ellos. En ese periodo, ayudó a Aang con su fuego control, mejoró su relación con Katara y, gracias a él y Sokka, el padre de tus amigos junto a Suki pudo liberarse de la prisión en la que estaban tras escaparse una noche. Incluso se llevaba muy bien con Toph.
Por otro lado, te habías vuelto una buena amiga de Zuko, eras alguien en quien confiaba y con quien disfrutaba su compañía. Sin embargo, no negarías que desde que lo volviste a ver y hablaste con él, comenzaste a sentirte extraña. A pesar de eso, hiciste lo posible por no demostrarlo, ya que disfrutabas de su compañía y no querías incomodarlo con tus cursis sentimientos.
Decir aquello te recordaba a Toph, con quien, por cierto, estabas en ese mismo momento, sentadas ambas en una fuente, con Zuko delante de ustedes.
—Uff, con este calor mis pies nunca se han sentido peor, aunque creo recordar una ocasión en la que sí lo hicieron...
—Ya me disculpé cientos de veces. —tocó su frente con pesadez.
—Ya sé, me encanta molestarte. —respondió sonriendo divertida.
—¿La venganza no fue suficiente para ti?—preguntaste con una ceja alzada.
—Nop, pero sí que fue muy gracioso. Recuerdo cómo te asustaste y empezaste a gritarme que lo liberara cuando lo encerré entre esas rocas, estabas muy enojada.
—No fue gracioso para mí. —respondió Zuko.
—¡Y por supuesto que estaba molesta! P-Podrías haberle hecho daño.
—No te quejes. Tuve que dejarlo ir por tus gritos y no pude dejarlo ahí todo el día como tenía planeado, todo porque se la pasan juntos todo el tiempo. Por eso lo planeé lejos del agua, para que no la usaras para atacarme.
—¿Que ibas a qué?
Refunfuñaste molesta, con tus mejillas ardiendo por la vergüenza.
—Pues me alegro mucho de que estuvieras ahí, ______, para cuidarme. Sin ti, probablemente me hubiera pasado algo malo hace mucho.
« Oh no... » pensó Toph. Sabía lo que se vendría.
—No exageres, Zuko. Eres inteligente y puedes cuidarte a ti mismo. Yo, en cambio, soy muy torpe. Ya sabes lo que me pasa cuando me asusto fácilmente.
—No es así, tú eres la chica más extraordinaria que he conocido, ______. —contestó, no queriendo que pensaras mal de ti.
Ahora el rojo de tu rostro era por otra cosa.
—Tú... tú también eres el chico más extraordinario que he conocido, Zuko. —sonreíste tímidamente, haciendo que él se sonrojara y mirara hacia otro lado.
Toph, totalmente incrédula, decidió irse de ahí sin que esos dos lo notaran luego de que algo comenzara a molestarla por milésima vez. Se dirigió hacia Sokka y Aang para sentarse junto a ellos.
—¿Por qué esa cara, Toph? Siempre te pones así y te alejas de Zuko y ______ cuando están juntos.
—¿Estás molesta con ellos?—preguntó Aang con preocupación.
—No, es que... ¡No soporto escuchar el sonido de sus corazones latir tan fuerte cuando están juntos! Ni siquiera el de ustedes es tan intenso, quizá porque ya han probado a la otra, y esos dos ni siquiera pueden tomarse de la mano.
—¿"Probado a la otra"? ¿¡De qué hablas!?—exclamó Sokka.
—Ehh, ¿entonces dices que Zuko y ______ están enamorados?—preguntó Aang para desviar el tema.
—¿¡No es obvio!? ¿Por qué creen que me alejo de ellos todo el tiempo? Es muy fastidioso escuchar sus corazones latir, además de que se la pasan diciendo tonterías solo para no confesar lo que sienten. ¿¡Por qué les cuesta tanto declararse!? ¡Cada vez que hablan pareciera que están a punto de hacerlo pero no lo hacen!
—"Es muy fastidioso escuchar sus corazones latir." Palabras de una clásica villana. No me sorprendería que Azula las haya dicho alguna vez. —bromeó Sokka, recibiendo un golpe de la menor como castigo.
—Bueno, si ambos tienen miedo de decirle al otro lo que sienten, deberíamos ayudarlos.
—No lo sé, no quiero entrometerme en lo que sea que tengan esos dos. —contestó Sokka sobándose el brazo golpeado. — Aunque ahora que lo pienso, tiene sentido por qué ______ defendía tanto a Zuko.
—Entonces debe gustarle desde hace mucho y, porque éramos enemigos, nunca pudo decirle lo que sentía. ¡Tenemos que ayudarlos a estar juntos! ¡No podemos dejar que pierdan más tiempo sin decir lo que sienten hasta que sea demasiado tarde!
—Más despacio, no te proyectes tanto, calvito. —lo calmó Toph levantando un brazo. — Pero es verdad, si estar juntos detiene sus corazones de latir como si estuvieran a punto de ahogarse cuando están separados, entonces hay que ayudarlos.
—Bien, pero que quede claro que yo quiero ayudarlos porque deseo que sean felices. —dijo Aang.
—Y yo porque me obligaron. —contestó Sokka.
(...)
Zuko regresaba después de haberse duchado, secándose el cabello con una toalla antes de entrar a su tienda. Al hacerlo, soltó un grito de susto al ver a dos intrusos dentro, lo que terminó con su tienda volcada y los tres teniendo que salir apresuradamente.
—¿¡Pero qué les pasa!?
—Queríamos sorprenderte... ¡Sorpresaaa!—canturreó Aang, recostado fuera de la tienda.
—Tienen suerte de que no los haya quemado, aunque desearía haberlo hecho.
—Nosotros también te queremos, amigo.
—¿Qué hacen aquí?
—Queríamos verte, obvio. Es hora de que tengamos una noche de chicos súper alocada. —dijo Sokka, acercándose y abrazándolo por los hombros. — Podemos ir a sumergirnos al agua y luego...
—Me acabo de bañar. Así que no, gracias. Prefiero aprovechar la noche durmiendo. —contestó, soltándose y comenzando a devolver su tienda a su lugar.
—Sí, a mí tampoco me gusta la idea de entrar al lago tan tarde. Pero en ese caso, podemos tener una pijamada de chicos. ¿Qué te parece?
—No.
—¡Perfecto, los tres juntos pasando tiempo de calidad!—Sokka abrazó a los demás. — Incluso trajimos bocadillos.
—Nada de lo que diga les hará cambiar de opinión, ¿verdad? Ni siquiera si me niego.
—Nop.
—Lo suponía. —bufo.
Luego de acomodar la tienda, los tres entraron, prepararon sus bocadillos y se sentaron en círculo, listos para iniciar su noche súper alocada. El príncipe se sentía un poco nervioso, no lo negaría.
—¡Okey, juguemos verdad o reto!
—¿Eso no lo hacen solo las chicas en sus pijamadas?
—Eso creía yo, pero ya no soy el mismo tipo retrógrada y machista de hace unos meses. Ahora sé que todo lo que haga un hombre puede hacerlo una mujer, y viceversa. ¡ASÍ QUE JUEGA VERDAD O RETO CON NOSOTROS!
—¡Bien, bien, lo haré!—alzó los brazos rendido. — No es como si tuviera opción.
—Empiezo entonces. Zuko, ¿verdad o reto?
—... Verdad.
—¿Quién es tu mejor amigo en el mundo? El mío es Appa. —dijo Aang, sonriendo con los ojos cerrados, pero al abrirlos se topó con la mirada intensa de Sokka, quien le gritaba mentalmente: "¡Eso no es lo que íbamos a preguntar!"
—Pues no tengo mejor amigo, pero sí amiga, ______, ya saben. —se cruzó de brazos.
Aang y Sokka se miraron entre sí.
—Tiene sentido, con ella eres más feliz.
—Yo nunca soy feliz.
—¿Entonces ______ no te hace feliz?
—Claro que sí. —respondió casi de inmediato, ruborizándose. Carraspeó poniendo su puño frente a su boca. — ¿Y quién es tu mejor amigo, Sokka?
—Aang, por supuesto.
—Aww, ¿lo soy?
—Claro que sí.
—Sokka, me haces feliz.
—Lo sé.
Zuko los observó con extrañeza, pero prefirió no comentar nada.
—¡Siguiente ronda! Zuko, ¿verdad o reto?
—¿Otra vez me preguntan a mí? No recuerdo que este juego funcione así.
—Bien. —una gota de sudor cayó por su frente. — Aang, ¿verdad o reto?
—Mmm, ¡reto!
El de coleta sonrió.
Lo siguiente que vieron fue a Aang saltar desde la montaña al lago luego de que Sokka le retara hacerlo, quien no dejaba de reír a carcajadas mientras el príncipe miraba hacia donde había saltado el Avatar.
—¡Estoy bien!—respondió Aang.
—¡Al final sí terminamos viniendo al lago!—continuó riendo.
—Sokka, ¿verdad o reto?
—Puff, reto.
—Te reto a no gritar cuando te empuje al lago.
—Fácil... Espera, ¿qué?—Zuko lo arrojó por la montaña hacia el lago. — ¡ERES UN CRETINOOO!
—Creo que perdiste. —sonrió al escucharlo caer al agua.
—Oh, hola Sokka. —lo saludó Aang inocentemente cuando cayó al agua, mientras que él se sumergía molesto.
Después de un rato, los tres regresaron al campamento con dos de ellos mojados, uno feliz porque se divirtió y el otro mirando mal a cierto pelinegro.
—¡Bien, es tu turno de nuevo! ¡Zuko, verdad o reto!—preguntó el de la tribu agua, deteniendo a todos.
—... Verdad.
—Dinos ahora mismo quién te gusta. —le sonrió con malicia.
El príncipe abrió los ojos con sorpresa.
—... Elijo reto.
—Te reto a que nos digas quién te gusta.
—Uhh, te la hizo.
Zuko miró mal a Aang, pero después desvió la mirada, avergonzado. Al ver que tardaba en responder y no planeaba hacerlo, Sokka decidió intervenir disimuladamente.
—Solo di que ______, ya todos lo sabemos.
—¿¡Eh!?
—Zuko no respondió, ¿eso no es hacer trampa? No estoy familiarizado con este juego...—comentó Aang, confundido.
—Eso no importa. Lo importante es que tienes que decirle lo que sientes a ______. Y antes de que digas que temes arruinar su amistad o que no siente lo mismo que tú, tienes que estar más ciego que Toph para no darte cuenta que también le gustas.
—En realidad nosotros no lo sabíamos, Toph nos tuvo que decir...
—No me interesa lo que digan, porque ella no me gusta. —se cruzó de brazos y miró a otra parte, pero cuando regresó su mirada hacia los dos, ellos lo miraban con una expresión de "¿En serio?"
Sokka sonrió.
—Qué bueno que no te gusta, porque la otra vez vi a ______ hablando y llevándose muy bien con un muchacho del pueblo al que fuimos por comida.
—¿Qué pueblo?
—¡Un pueblo! El caso es que creo que a ella le gusta, seguro te pedirá consejos para invitarlo a salir. Eso es lo que hacen las chicas con sus amigos para tener una perspectiva masculina, ¿verdad, Aang?
—¿En serio?—el contrario le dio un pequeño golpe en el hombro. — ¡Auh... SÍ!
—... ¿Y cómo se llama ese tipo?
—Se llama... Kozu... ¡Sí! Kozu. De hecho, me pidió consejo a mí. —sonrió orgulloso de su mentira.
—¿En serio? ¿Y qué te dijo?—levantó una ceja.
—Ah... Pues, me dijo que tenía miedo de decirle lo que sentía porque no quería arruinar su amistad y porque en el pasado no fue la mejor persona, pero que en serio estaba enamorada de él y quería que estuvieran juntos. Yo le dije que si en verdad le gusta, no debería perder el tiempo si puede estar junto a quien ama, y que debe confiar más en sus sentimientos y en sí misma para decirle lo que sentía, porque ya no es la persona que alguna vez fue y ahora tiene un gran corazón y debe escucharlo...
Hubo un pequeño silencio entre los tres chicos. Zuko caminó hasta sentarse en una pequeña roca y recargó su rostro entre sus manos.
—No puede ser... ¿Está enamorada de alguien más?
—...
—...
—Creí que tendría una oportunidad... Bueno, en realidad tiene sentido, ella es demasiado para mí, pero pensé que... Agh, ¿quién se supone que es ese tipo con ese nombre tan tonto? No la conoce tanto como yo, nunca podría valorarla y amarla como se merece. Ni siquiera yo puedo darle lo que merece, mucho menos lo hará un tipo que la acaba de conocer. —apretó los puños enojado.
—¡ERES UN GRANDÍSIMO ESTÚPIDO!
—¡Lo sé! No debí ilusionarme.
—¡No, es obvio que Aang se refería a ti! ¡Hablaba de ti, gran torpe!
—Sokka sujetó a Zuko de su ropa y lo comenzó a sacudir. — ¡Todo fue una mentira! ¿¡Qué clase de nombre es Kozu!?
—¿Qué?—preguntó mareado.
—Sokka, es suficiente. —Aang hizo que se detuviera. — Es cierto, me refería a ti, Zuko. Perdón por mentir, era la única forma de que confesaras tus sentimientos.
—¿Por qué mintiéndome y haciéndome creer que ella está enamorada de alguien más?
—Queríamos ponerte celoso, porque lo eres en extremo.
—No es cierto.
—¿En serio lo niegas luego de lo que acabas de decir? Sí lo eres, incluso con nosotros. Y yo que solo veo a ______ como una hermana. No me quiero imaginar cuando estemos cerca de más personas, serías capaz de golpear a un chico solo porque le pide la hora.
—¿Ya le han pedido la hora?
—...
—Pero-
—Ustedes no lo entienden, ¿cómo podría estar con ella? Después de lo que hice, no merezco alguien como ______ conmigo.
—Escucha, si hay alguien que te ha apoyado más que nadie, es ______. A ella no le importa tu pasado, solo quién eres ahora. Es quien más te entiende.
—Lo sé, pero no me siento seguro de decírselo...
—Sé que tienes miedo, pero sigo firme con lo que dije. Tienes que confiar más en ti mismo y en tus sentimientos para decirle lo que sientes. Solo sigue a tu corazón. —aconsejó, tocando su brazo en señal de apoyo.
Zuko observó al menor y sonrió. Sus palabras le recordaban tanto a ti.
—Gracias, Aang. —agradeció Zuko con honestidad.
—¿A él le agradeces pero a mí no? Puff. —Sokka se cruzó de brazos con los ojos cerrados pretendiendo estar ofendido.
—Gracias a ti también, Sokka.
Sokka abrió uno de sus ojos y sonrió.
—No hay de qué. Y hablando desde una posición de hermano mayor, a pesar de que seas tan celoso, eres un buen partido para ______, sé que nadie podría amarla y cuidarla como tú.
Zuko se sonrojó y agradeció sus palabras.
Los tres continuaron su camino hasta regresar al campamento, donde los esperaban Katara, Suki y tú, con las dos dispuestas a regañarlos.
—¡Ahí están! ¿Qué se supone que estaban haciendo? Escuchamos gritos y cuando no los vimos pensamos que les había ocurrido algo malo. ¿De quién fue la idea de irse y asustarnos?
—Sokka.
—Sí, fue Sokka.
—¿¡Pero qué!?—Suki lo sujetó de la oreja y se lo llevó de allí. — ¡Son unos cretinooos!
Después, Katara se llevó a Aang, quien sonreía nervioso sabiendo que también sería regañado, dejándolos solos a Zuko y a ti.
—¿También estoy en problemas?
—Depende, nos despertamos porque escuchamos a Sokka gritar, ¿por qué lo hizo?
—Lo empujé desde una montaña a un lago.
—Entonces no, no lo estás. Eso compensa todo. —reíste.
Zuko sonrió ante esto, pero no te diste cuenta porque miraste hacia el cielo. Él también lo hizo.
—La luna está hermosa hoy.
—... Estoy en paz.*
Los dos se miraron y se sonrojaron.
Tú miraste hacia otro lado y carraspeaste.
—¿Y qué estaban haciendo?
—Pues todo empezó con ellos queriendo tener una noche de chicos jugando verdad o reto. Aang eligió reto cuando Sokka le preguntó y ya te imaginarás lo demás.
—Sí, es tan típico de Sokka. ¿No te hizo hacer nada malo?
—No, por eso siempre escogí verdad.
—Uh, ¿y qué le dijiste? ¡No! Es secreto, no puedes decirme.
—No fue la gran cosa. —suspiró nervioso. — Discúlpame por despertarte.
—Está bien, no podía dormir. Últimamente no puedo con todo lo que está pasando, por eso después estoy somnolienta en las mañanas. —contestaste apenada.
—¿En serio? A mí me pasa lo mismo desde pequeño. Lo único que podía hacer que durmiera era que mi mamá estuviera conmigo, me hacía sentir tranquilo.
—Yo recuerdo que los míos me cantaban una canción antes de dormir, eso me ayudaba a dormir más rápido. —sonreíste nostálgica. — ¿Y aún tienes problemas para dormir?—él asintió. — Quizás si te canto una canción puedas hacerlo. —bromeaste.
—Y si duermo contigo, tú puedas dormir.
En cuanto vio que lo miraste con el ceño fruncido, abrió los ojos y sus mejillas se pusieron rojas de la vergüenza. Tu comentario sonó más como una broma que el de él.
—¡N-No es en serio! E-Es una broma, yo-.
—Podría funcionar... —hablaste pensativa, haciendo que te viese confundido. — Ya estoy harta de no poder dormir. Y recuerdo muy bien la canción. Además, somos amigos, no tendría nada de malo... ¿Te parece bien?—le ofreciste la mano.
Zuko parpadeó confuso, para asegurarse de que esto fuese real. Quería gritarte un sí y tomar tu mano para dormir junto a ti, pero se lo tomó con calma.
—Si te incomoda está bien...
—¡No, sí quiero!... Es decir, claro.
El tomó tu mano y tú sonreíste.
Los dos fueron hacia su tienda, la cual tuviste que ordenar rápidamente gracias al pequeño desorden que provocaron ciertos chicos, para que los dos pudieran dormir.
« Okey, voy a dormir con ella, y no solo eso, me cantará una canción para dormir. No puede ser, ¡el insomnio es lo mejor que me ha pasado! Nunca la he visto dormir, seguro se ve mucho más linda, tierna, hermosa, preciosa... »
« El muerto al pozo, y el vivo al gozo. ¡ESOOO! »
Cuando se recostaron, los dos se sintieron cohibidos y un poco extraños.
—______ —te llamó. — ¿Te sientes cómoda?
—Creo que si alguien nos encuentra sí le parecerá raro, pero a mí no. Cuando estoy contigo me siento muy cómoda y segura.
—Lo mismo digo.
Sonreíste. Estabas tan feliz que la vergüenza de tener que cantar frente a tu crush fue inexistente.
—"Si estás aquí conmigo,
seré feliz por siempre.
Dime que tú eres mi amor,
y mi corazón no sufrirá.
Eres mi luz en la oscuridad,
mi consuelo en la tempestad.
Río que fluye en ti y en mí,
nos lleva siempre a donde ir.
Fluye mi amor por ti,
eternamente estoy aquí.
Si tú estás, no hay más que pedir,
mi alma siempre a ti va a ir."
Zuko te observó cantar con una sonrisa y los ojos cerrados, sabía que estabas recordando a tus padres cantándote esa misma canción. Sonrió también, pero su expresión cambió a una de sorpresa cuando comenzaste a acariciar su cabello. En ese momento abriste los ojos y ambos se observaron detenidamente.
Él recordó las palabras de sus amigos y quiso besarte y decirte que te amaba, pero no pudo.
En cambio, su corazón se detuvo cuando te acercaste para besar su mejilla.
—Te quiero mucho, Zuko.
Él sonrió enternecido y con las mejillas rojas luego de tu beso en una de ellas te abrazó.
—Yo también te quiero mucho, ______.
Te aferraste a él, descansando tu cabeza sobre su pecho y sintiendo tu rostro arder. Sus corazones latían como locos, pero de alguna manera eso les daba tranquilidad.
Después de aquello, los dos pudieron dormir tranquilamente el resto de la noche sin problema. La mañana siguiente, amanecieron con un gran sonrojo y una sonrisa en sus rostros al verse al despertar.
Una perfecta vista que desde ese día estaban seguros de querer ver cada mañana el resto de sus vidas.
[...]
Unos días después, Sokka y Aang estaban sentados en el mismo lugar de siempre, observando a los dos enamorados a lo lejos.
—¿Crees que le diga?
—Lo hará cuando se sienta listo, y dudo mucho que quiera hacerlo con nosotros mirando.
—Sí, ya se dio cuenta. —Sokka levantó la mano para saludar a Zuko, y por lo tanto, tú también los viste. — ¡Tú puedes, muchacho!
Zuko se giró hacia otro lado para evitar que vieras su rostro enrojecido, lo que te llevó a preguntarle de qué hablaba Sokka.
—Sokka, eso no está bien.
—Él me dio un empujón literal, es tiempo de que yo le dé un empujón simbólico... Aunque también le daré uno literal como venganza, ya verá.
—Silencio, mira eso. —Aang señaló con emoción a sus dos amigos.
El pelinegro había tomado tu mano después de que los dos hablaran un poco y se fueron de ahí.
—¡Toph, sé que eres ciega, pero tienes que ver esto!
—Oye. —se quejó la nombrada apareciendo a su lado.
—Ay, perdón. —se disculpó sonriendo apenado.
—¿Puedes decirme qué rayos hicieron con Zuko? Ahora sus latidos cuando está cerca de ______ son peores que antes.
—Le dimos el empujón simbólico que necesitaba, no es nada. Y ahora ya se fueron tomados de la mano. Finjan sorpresa cuando regresen siendo novios.
—Oh, entonces ______ ya le dirá que le gusta.
—¿También hablaste con ella?
—Sí, ayer hablamos y creo que conseguí convencerla de que lo hiciera.
"Ayer.
Toph y tú caminaban de regreso con los demás luego de buscar comida.
—Tengo mucha hambre, ¿tú no, Toph?
—Mucha.
—Sí.
Silencio.
—Oye, ______.
—¿Mande?
—Si no le dices a Zuko que te gusta para mañana, yo se lo diré por ti.
—... ¿Qué? ¿C-Cómo sabes?
—Tu corazón late con demasiada fuerza cuando estás con él, así que si no le dices tú, lo haré yo.
Sin quitar su escalofriante sonrisa, se adelantó usando tierra control.
—... ¡Hey, pudiste haber hecho eso todo este tiempo!"
—Supongo que el primero que lo diga ganará.
(...)
Caminaste junto a Zuko, tomada de la mano, hasta adentrarte al bosque nuevamente. No sabías a dónde iban, pero sinceramente no te importaba.
« Me está tomando de la mano, me está tomando de la mano, me está tomando de la mano...» pensabas emocionada.
Mientras tanto, Zuko tenía otra historia en su mente.
« ¡Qué tonto! ¿Cómo pude tomarla de la mano tan de repente? Seguro se siente incómoda y no me ha soltado para no hacerme sentir mal. Será mejor que lo haga por ella, no quiero que se sienta mal conmigo... »
—Oh, fue aquí donde nos conocimos. Y donde, por accidente, te ataqué con agua control. —dijiste apenada al llegar a ese estanque. — No puedo creer que no hayamos vuelto aquí antes.
—Sí, aún recuerdo acercarme porque escuché que alguien decía mi nombre y tú estabas practicando hablarme.
—Gracias por recordarlo. —murmuraste avergonzada.
—En realidad, me pareció sorprendente que tú quisieras hablarme, pero también... tierno. Por eso quise hablarte de una vez.
—Si bueno, ya que nos tienes a todos como amigos no debe ser la gran cosa.
—Lo es, y mucho. Tú fuiste la primera que me pudo entender en tan poco tiempo y sin conocerme, ______, y por siempre te lo agradeceré.
—Entenderte no fue tan complicado, Zuko.
—Sí lo es, ni siquiera yo pude hacerlo en mucho tiempo. —contestó tomando tus dos manos y acercándote a él, provocando que te sonrojaras.
—N-No tienes que agradecerme. T-Te dije que solo hacía falta quererte para entenderte, y fue porque a partir de ese momento tuviste una buena amiga en mí para ti. —sonreíste y evitaste mirar sus bonitos ojos color dorado.
« Aunque no quiero ser solo tu amiga... Tengo que decirle antes de que Toph lo haga y su rechazo sea más humillante. »
—Z-Zuko...
—¿Y qué pasa si no quiero que seas solo mi amiga, ______?
Lo miraste sorprendida.
—¿Qué...?
—¿Te sigo pareciendo lindo?
—S-Sí.
—¿Lo suficiente como para que me permitas ser tu novio? Tú has sido la única que ha dicho que mi marca te parece linda y yo también...
No podía ser, se te estaba declarando...
No, peor aún, creía que no era el ser más hermoso del planeta.
—Me gustas tanto como el primer día... Zuko, eres la persona más atractiva que he conocido, y no sólo eres demasiado lindo para ser mi novio, sino que todo tú eres demasiado para serlo. Te mereces a alguien mejor que yo. Literalmente eres un príncipe, yo no soy nada comparado. Pero tú no solo eres una muy linda cara, eres muy divertido. Me siento muy feliz cuando estoy contigo. Simplemente con verte lo soy. Haces que quiera sonreír y estar contigo cada momento del día, incluso si no puedo hacerlo, con tal de verte, yo ya estoy durmiendo con una sonrisa porque mi día fue increíble ya que estuviste en él. Eres una maravillosa persona con un buen corazón que merece a alguien mejor que una maestra agua que se asusta muy fácilmente...
—... Pensé que no podría describir lo feliz que me haces, pero tú ya lo hiciste conmigo. Aang me dijo que debía confiar en mí mismo y en mis sentimientos, y lo estoy haciendo porque ahora más que nunca sé que quiero estar contigo, ______. —tomó tu mano y la llevó a su corazón. — Quiero que seas mi novia.
—¿E-En serio quieres que sea tu novia?
—______... ¡Por supuesto que quiero! Tú fuiste y eres quien me hace feliz por primera vez en tanto tiempo. Y quiero que siga así el resto de mi vida.
Te sonrojaste al escucharlo. Pocas veces lo habías oído hablar en voz alta tan feliz, y sin duda no esperabas que una de esas ocasiones fuese para decirte que quería estar contigo.
Cerraste los ojos al sentir latir su corazón con fuerza. Bajaste la cabeza para reunir el valor que necesitabas, antes de levantarla y apartar tu mano para esta vez colocarla en su mejilla y besarlo.
—Sí quiero ser tu novia, Zuko. Quiero que tú seas mi novio.
Él sonrió feliz y te dio un abrazo que te levantó del suelo, solo para darte vueltas en el aire. Cuando se detuvo, tú sostuviste su rostro igual de sonrojado que el tuyo y lo volviste a besar.
Los dos no podían estar más felices, y sabían que lo serían a partir de ahora.
(...)
—Están volviendo. —avisó Aang a sus amigos.
—Creí que se confesarían, no están tomados de la mano ni nada.
—¿Se confesarían?—preguntó Katara.
—Oh, ¿al fin esos dos se dieron cuenta? —interrogó Suki. — No me sorprende, ya han dormido juntos.
—Espera, ¿¡qué!? —exclamó Sokka. — Ese tonto se aprovechó de mi voto de confianza...
—Pero no sabemos si están juntos, no parecen tan animados como creí que estarían.
—¡YA NO LO SOPORTO! —Toph, usando tierra control, se acercó a los dos enamorados. — ¡Escúchenme bien, los dos se gustan y si no se hacen noviecitos en este momento y hacen que sus corazones dejen de latir como locos cuando están juntos, juro que los voy a enterrar vivos! ¿¡ME OYEN!?
—... Fuerte y claro.
—Ya somos pareja, Toph. Queríamos ver la reacción de todos. —reíste, tomando de la mano a Zuko.
—¿¡Entonces por qué sus corazones siguen igual!?
—Ay Toph, cuando te enamores lo entenderás. ¡Felicidades, chicos! —los felicitó Suki, haciendo avergonzar a la pareja, especialmente a cierto muchacho que tocó su cabeza con timidez.
—Todo fue gracias a nosotros dos. —agregó Sokka, sonriendo engreído.
—Es cierto, fuimos de mucha ayuda. —concordó Aang.
—¿¡Pero qué dicen par de tontos!? ¡Fue todo gracias a mí!
—Es verdad, todo fue gracias a Toph. Sin ella no hubiese habido nada con Zuko en primer lugar. —soltaste a tu novio y te acercaste a la de menor estatura. — Muchas gracias, Toph... ¡Pero no vuelvas a amenazarme como lo hiciste ayer!
—Puff, eso no fue nada.
—¿Qué?
En los próximos días, y probablemente el resto de sus vidas, lo que todos estuvieron viendo fue a la pareja ser lo más cursi posible el uno con el otro sin ningún miedo ya.
Desde lo más típico, como ayudarse a llevar las cosas del otro, regalarse flores a mitad del camino solo porque las vieron y les parecieron lindas, hasta ponerse demasiado cursis al comer juntos. Y eso era en presencia de sus amigos; en privado eran mil veces peores, como tú besando la marca de Zuko y haciendo que él se derritiera ante esto.
En una ocasión, estabas practicando agua control, totalmente concentrada, que no te diste cuenta de la otra presencia que se acercó con cautela hasta sorprenderte, cargándote de la nada. Evidentemente, gritaste y soltaste el agua que estabas usando para practicar.
—¡Zuko!—lo regañaste cuando éste no dejaba de reírse.
—Te ves muy linda cuando te asustas.
Querías refutar eso, pero sus labios sobre los tuyos no te lo permitieron. No podías seguir molesta y simplemente le seguiste besando, aferrándote a su cuello y acercándote más a su rostro. Después de aquello, los dos se observaron con una sonrisa, y Zuko comenzó a colmarte de besos por todo el rostro mientras tú reías.
—Te amo, ______. —te susurró, haciendo que te sonrojaras.
—Yo también te amo, Zuko. —respondiste completamente feliz antes de volver a besarlo.
Sin saberlo, Sokka había presenciado aquello y se arrepentía de no haberse ido cuando vio que Zuko te cargaba. Pero no, tuvo que pensar que algo malo te había pasado.
Estaba enternecido, pero asqueado.
Al menos estaba seguro una vez más de que Zuko te amaba y te cuidaría... Pero si, la próxima vez que lo mandaran a buscarlos, se negaría sin duda.
Rato después, al estar todos reunidos, Sokka tenía curiosidad y le preguntó a Toph:
—Dime, ¿cómo se escuchan sus corazones? Porque ya no te has quejado.
—Se escuchan... Tranquilos. —respiró tranquila.
—No me digan que todo esto fue porque sus corazones latían tan fuerte que molestaban a Toph. —dijo Katara con gracia.
Todos se miraron entre sí.
—Sí, eso lo resume todo... Al menos la segunda parte.
—¿Qué?
—Perfectamente equilibrado, como todo debe estar. —sonrió feliz. — Oh sí, y que vivan los novios, como sea.
Oficialmente este es el one-shot más largo que he escrito en este libro. Y ni escribiendo todo esto puedo expresar el amor que siento por Zuko 😭❤️
Ejem, ojalá les haya gustado 😁🫶
Sis, el vídeo en multimedia yo lo hice, disfruten ese spam (B
(*)Contexto:
Mi dualidad humana ataca y hace que eso me parezca tan tonto y lindo a la vez xd
También hice un meme 🤓☝️
Sí.
Qué grande, Zuko. Le daba vergüenza tomar la mano de la chica que le gusta, luego de literalmente haber dormido con ella. Un capo 😎
En fin, te amo Zuko 🙏💖
Gracias por leer 💞
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro