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James "Bucky" Buchanan Barnes (mandossweetgirl)
Conteo de palabras: 1212
Año 2023
Tras los sucesos con John Walker y los Flag Mashers, Sam y Bucky se encuentran en el muelle celebrando la vuelta del barco de los Wilson y la pesca. Sam observa como Bucky bromea con los niños, algo que le saca una sonrisa, después de todo el sufrimiento de Bucky, un poco de paz le hizo bien.
A lo lejos una muchacha morena observaba como su abuelo sonreía y hablaba con unas mujeres mientras dos niños colgaban de su brazo. Holly, siempre había vivido en Luisiana, por lo que conocía a los Wilson desde hacía mucho tiempo, incluso había cuidado a los hijos de Sarah alguna vez cuando Sarah salía.
Sarah fue la primera en divisar a la morena y en sonreír al verla, se acercó un poco en su dirección y alzó el brazo.
—¡Holly! ¿Has vuelto de tu viaje? —Holly se acercó con cuidado de no tropezar con los zapatos que llevaba, había ido a visitar a su abuela, al asilo donde ella estaba.
—Sí, que gran fiesta habéis montado —Sonrió la morena antes de ser abrazada por Cass y Aj— ¡Hola monstruos!
—TIA HOLLY —Holly sonrió y besó su cabeza antes de ver a Sam, que la miraba con una gran sonrisa.
—Pero si es la dulce Holly —Sam la abrazó alzándola unos centímetros del suelo haciendo que la mirada de Bucky fuera a parar a ella, un pequeño escalofrío recorrió su cuerpo, la muchacha le resultaba familiar aunque estaba seguro de que jamás la había visto.
—Pero si es el Capitán América, la abuela dice que respetes el puesto o ella te dará con el bastón en la cabeza
—¿Cómo está la señora...? —Sam miró a Bucky, jamás había caído en la cuenta de que la abuela de Holly era Grace Barnes.
Holly miró a su abuelo y se mordió el labio mientras alzaba la mano, no sabía como afrontar el momento que se le venia encima, toda la vida deseo conocer a su abuelo después de que su abuela le relatará la historia de amor más pura que había oído en su vida.
—Bien, Grace sigue dando guerra a sus 98, esta mayor pero cuerda como un reloj —Bucky miro su collar, tras huir de HYDRA, llevaba consigo un collar con una alianza y por más que pensara en deshacerse de ella, no podía. En el interior grabado se encontraban las iniciales G. Barnes 5-07-45.
—Te presento a James Barnes
—Es un placer —Holly le sonrió— Eres... como te describe la abuela —Holly suspiró y observó la expresión de Bucky— Eres mi abuelo...
—Oh ¿estás segura? Yo no tuve...
—Te casaste con mi abuela, Grace Mulligan en julio del 45 —Barnes miró su collar— La abuela tiene tu alianza
—Tengo... una nieta, SAM TENGO UNA NIETA
—¡Enhorabuena abuelo! ¿Pero tu no eres Barnes?
—Yo soy Finnigan, Mamá era Barnes de soltera —Bucky soltó una exclamación, tenía una hija— Y la tía Emily sigue siendo Barnes dice que por encima de su cadáver cambiará su apellido, aunque no se si debería bromear con eso a sus... 70—Dos hijas mayores, pero tenía dos princesas.
—¿Tengo 2 hijas?
—Gemelas —asintió con una sonrisa, había estado al tanto de las noticias y cuando se enteró de que Sam Wilson y Bucky estaban colaborando supo que era un momento para poder intentar reunirlas.
—Recuerdo algo... Grace era enfermera en el pelotón, cuando la conocí supe que iba a ser la mujer de mis sueños, cuando nos capturaron me prometí que si salíamos con vida iba a pedirle matrimonio y nos casaríamos lo más pronto posible
—Y lo hicisteis volviste y os casasteis, tu con tu uniforme de sargento y la abuela llevaba un vestido rojo que Peggy le prestó, lo hicisteis por lo civil
—Recuerdo ese vestido, a veces me veo con una mujer en sueños ahora sé quién es... —Holly sacó una foto en blanco y negro, de ambos, ese día, James miraba a Holly con una gran sonrisa— Días después... fue cuando HYDRA me capturó... Le prometí volver... pero no pude —Holly suspiró y le dio el diario que ella escribió, lleno de cartas a James.
—Mi numero está detrás todas las semanas voy a verla, escríbeme cuando leas el diario, le alegrará verte —Holly sonrió antes de escuchar su móvil— Es mamá... Enseguida vengo
—Buck que...
—Acaba de cambiar mi vida... Tengo dos hijas y una nieta preciosa, y Gracie... sigue viva —Susurra con incredulidad— Quiero verla
—¿Y a qué esperas? —Bucky lo miró y se acercó a Holly.
—Bueno mamá... si tranquila, no Sam no es nada mío yo... —Holly sonrió a Bucky— Llevaré una sorpresa hoy a cenar...
—yo, ¿estás segura? —Bucky susurró y Holly asintió— Gracias Holly
Aquella noche, Bucky estaba nervioso, Holly lo había recogido en su coche y miraba la casa con curiosidad y temor, iba conocer a sus hijas que ahora también eran mayores pero estaba deseándolo, ellas eran su legado.
Holly lo miró y bajo del coche con una pequeña sonrisa invitándolo a entrar en su hogar, dentro se escuchaba una melodía a piano, producida por su tía Emily. Holly abrió la puerta y ambos entraron en el hogar, junto a la puerta había un espejo en un aparador lleno de fotos, una Holly bebé, Holly en su primer día de colegio, una familiar y aun lado la misma foto en blanco y negro fue pasada a color y podía ver el color rojo del vestido de Gracie.
—LA LEONCILLA LLEGÓ —Por la puerta se asomó una mujer morena con ojos azules que al ver a Bucky frente a ella— Es...
—Llegó mi bebe... —la gemela salió con un plato en la mano y se quedó mirando a la figura de su padre— Oh dios mío
—SORPRESA ES SU PAPÁ —Holly vio como las dos mujeres corrieron a abrazarlo, Bucky se sentía en casa, por primera vez en mucho tiempo ese era su lugar.
—¿Mamá lo sabe?
—Aún no he ido a ver a Gracie, son como ella...
—Si pero sacamos tus ojos... —Emily le sonrió— Eres como mamá te describe en su diario, todo un casanova...
—Mamá siempre te esperó, ella no perdió la esperanza en volver a verte —Denise la madre de Holly suspiró.
La cena fue agradable incluso Holly lo invitó a pasar la noche con ellos para adelantar la visita al asilo de su abuela y que se reencontraran. Fue tras dos días allí con sus hijas que se embarcó en el viaje al asilo con su nieta. Bucky incluso había comprado un ramo con violetas y margaritas, se había puesto unos vaqueros y con temor escondió su mano de metal bajo un guante negro. Se sentía como un chiquillo cuando conoce al amor de su vida.
—¿Estoy jodidamente nervioso? Lo estoy
—Oh, pues ya hemos llegado —ambos bajaron y se registraron, Holly lo llevó hasta donde solía estar su abuela, siempre en el banquito del porche mirando al parque donde los nietos más pequeños jugaban con los abuelos que residían allí.
Las botas resonaron en el porche, llamando la atención de Grace que giró su cabeza con curiosidad, viendo allí al amor de su vida parado frente a ella, joven como ella lo recordaba con esa sonrisa galante, esos ojos que reflejaban el mar.
—Hola muñeca, volví...
—Mi sargento, jamás dude de ello...
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