Tom Holland (Maratón 1/3)
Advertencia: Sad
Pareja: Tom x Olivia Bolton x Fátima
Título: Remember me
Especial Morat: 1/3
Nota: Me salió de rápido, así que...además de que no soy muy buena escribiendo cosas tristes, pero queda bien con la canción
Nota dos: Lean lo último de el OS por favor, osea, lo que esté escrito en negritas
_________________
Narra Fátima:
La mejor y a la vez, peor decisión que pude haber tomado en mi vida, fue el alejarme de mi mejor amigo y amor platónico, Thomas Stanley Holland. Él se veía contento con ella, con la chica "Rubia y de ojos hermosos". Siendo sincera, no sé que le veía Tom a ella, si más plana que una tabla, sí estaba, a lo mejor y sí, es rubia y hermosos ojos, pero eso se lo debe a los lentes de contacto y al tinte para cabello.
Para ser completamente honesta, sí que la odiaba, se hacía pasar por un ángel, cuando realmente era la reencarnación de el mismo diablo.
Hoy se cumplían nueve meses desde que Tom y esa perra, perdón, Olivia, estaban juntos. Ellos eran novios y a Tom se le veía completamente contento, o eso era lo que aparentaba. Yo me había mudado a la ciudad próxima a donde vivía con mi madre, que por coincidencia, era la misma, la misma calle y el mismo edificio en el que vivía Tom.
Dejé de ir a su casa, dos meses después de que él y Olivia estaban juntos, ya que ella decidió irse a vivir con él. El ambiente cuando yo estaba en su casa era totalmente incómodo, yo hacía mal tercio, ya que veía al chico aquel que me encantaba abrazándose y besándose enfrente de mí con aquella zorra que yo odiaba con toda mi alma.
—Bueno, supongo que debería estar feliz, no Sam—Sam era el nombre de mi perro, un perrito que adopté justo después de que me mudara a un apartamento completamente sola. El nombre de Sam salió gracias a la abreviación del nombre de mi mejor amigo, mi casi-hermano Samuel—Ellos se ven felices después de nueve meses de relación—Hablé en voz alta para mí sola para después soltar un enorme suspiro y pestañear repetidamente evitando así, llorar. Una, dos, hasta tres lágrimas traicioneras salieron de mis ojos sin permiso alguno. Con la manga de mi suéter de Spider-Man, me sequé los rastros de lágrimas que habían quedado en mis mejillas, ya que habían tocado la puerta de mi apartamento.
Me levanté y con la cámara de mi teléfono, observé mi rostro, solo me peiné un poco con los dedos, no se había notado que solté lágrimas gracias a mi ex-amor platónico, que aún no era al cien por ciento ex, él seguía en mi cabeza como aquel chico que me gustaba desde hacía tiempo atrás.
Abrí la puerta, y ahí estaba mi mejor amigo, Samuel, con tres botes de helado de cuatro litros y lo que parecía ser una carta el la mano.
—Hola, peque—Me saludó con mi apodo, ahora era yo la que le decía "gigante" ya que tiempo atrás, él era el pequeño de la amistad, pero él creció des afortunadamente más que yo, y ahora, es él el que me hace burla con eso—¿Puedo pasar?—Me preguntó observándome
—Hola, jirafa, claro, pasa—Respondí fingiendo una sonrisa y haciéndome a un lado dejándolo pasar.
Pero claro, una década de amistad, lo hacía conocer cada mínimo detalle de mí, así que no dudó en preguntarme qué sucedía en el momento en el que notó mi falsa sonrisa.
—A ver, pitufina, a mí no me engañas ni en lo más mínimo—Me dirigió la palabra acompañado de otro de mis tantos apodos(Cosa que me hacía reír, ya que aún no superaba que yo lo hubiese llamado "pitufo"), al mismo tiempo de dejar los doce litros de helado y lo que parecía un sobre en mi mesa.—¿Qué pasó ahora? Esa sonrisa falsa no me dice absolutamente nada bueno, así que dime, ¿Qué tienes?—Me preguntó dando media vuelta para quedar justamente frente a mí.
—Tom...—Me limité a decir. En cuanto terminé de decir el nombre de aquel inglés que me tenía loca, la cara de Samuel pasó de ser de una cara completamente seria, a una demasiado enojada. Tal como él me conocía a mí, yo lo conocía a él. Yo sabía que solamente su nombre le causaba una rabia inmensa, al recordar aquel día.
Flashback:
Cuatro de diciembre del 2018, el día en el que estaba definitivamente decidida a ir por Tom y confesar todos mis sentimientos. Caminaba a su casa con el corazón a mil por hora, mis piernas y manos temblando, no solo por el inmenso frío que hacía en la ciudad aquella noche, si no también por el enorme nerviosismo que traía conmigo.
Solo hacían falta una o dos cuadras cuando mucho para llegar a la casa de aquel hermoso chico, el cuál me tenía completamente loca. Al rededor de diez minutos, lo sé, camino lento, llegué a la casa de Tom, o bueno, departamento. Toqué la puerta, pero al momento de que la puerta de la casa se abrió, me dejó ver a una rubia de ojos azules con toques de café ordinario, era totalmente obvio que ella usaba lentes de contacto tan solo para aparentar ojos azules.
—Hola, niña, ¿qué se te ofrece?—Me preguntó con una cara de desagrado, y quizá asco.
—Vengo a ver a Tom Holland—Le respondí con la misma cara.
En ese momento, Tom apareció detrás de la rubia horrenda abrazándola por la cintura
—Ah, hola, Fátima, ¿Quieres pasar?—Me saludó con una sonrisa jalando a la chica a un lado dándome paso total a su casa.
En el momento, pensé que era algo de él, pasaron una y mil imágenes por mi cabeza, que si era su prima, que si su tía, una amiga, hasta mi loca mente llegó a creer que era su propia madre. Lo sé, lo sé, estoy loca, pero mi cerebro y corazón no querían asimilar el hecho de que posiblemente, ella era su novia.
—No, este...yo me tengo que ir, venía a verte, pero, olvídalo.—Contesté lo primero que se me vino a la mente.
—Bueno, pero déjame presentarte a mi novia—Dijo abrazando de nuevo a la chica por la cintura, la cuál se dio media vuelta para quedar frente a él y plantar un beso en los labios de Tom, los cuales, siempre quise besar yo.—Ella es Olivia Bolton, la chica que actualmente, me vuelve totalmente loco—Continuó cuando se separaron, después volvió a mirarme a mí, que para ese momento, estaba luchando por no soltar lágrima alguna.
—Felicidades—Mi voz estaba empezando a romperse, me temblaba, no quería seguir más tiempo allí, viendo como aquel chico al que tanto amaba, se besaba con otra, y le daba todo el amor que me hubiera podido dar a mí y yo a él.—Espero que duren mucho tiempo—En realidad, lo que quería era que ellos terminaran rápidamente, para así poder conquistar a Tom, y que con el tiempo me amara a mí—Se ven muy felices. Pero, desgraciadamente, me tengo que ir—Terminé de decir dando media vuelta para poder marcharme cómodamente de allí y no sufrir más.
—¿Y qué, Fátima, ya no te despides?—Escuché la voz de Tom, y después, un golpe. No quise voltear, grave error, de el cual me daría cuenta meses después.
—Solo...adiós, chicos, que estén bien—Mi voz volvió a quebrarse, mi vista se volvió pañosa. Empecé a correr para así alejarme de aquel lugar, en el momento que me quedé frente a las escaleras y el elevador, decidí tomar el camino largo, las escaleras. Bajé a la máxima velocidad que mis piernas me lo permitían, mientras de mis ojos salían lágrimas, al mismo tiempo que enormes sollozos de mi boca.
Cuando estuve totalmente fuera del edificio donde vivía Tom, me dirigí igualmente corriendo a la casa de mi mejor amigo, Samuel.
Él al verme en tal estado, me dejó pasar. Lo que yo no sabía, es que estaba con su novia Renata, y mi otros dos amigos, Enrique y Juan Pablo (O como nos gustaba llamarle, Villamil, o Villaco). Estos, al verme de tal manera, sin dudarlo dos veces, corrieron a abrazarme.
Me hicieron un enorme interrogatorio, de tal manera que les conté lo que estaba haciendo cuando decidí decirle mis sentimientos a Tom, hasta qué cosas vi cuando venía corriendo hacia aquí.
—Qué tremendo hijo de perra de Tom—Dijo Villa
—Concuerdo con Villaco—Confirmó Renata entre los brazos de Sam, al tiempo que apuntaba a Villa.
—Ahora sí lo mato—Dijo Enrique con todo y la mandíbula apretada al igual que sus brazos.
—Te acompaño—Siguió Sam cuando se separó de Renata y en compañía de Enrique, iban a la cocina, se colocaban gruesas chamarras, y escondían hasta dos cuchillos por cada uno.
—Hey, hey, chicos, tampoco es para tanto— Dije yo sorbiendo mi nariz, y soltaba una pequeña risita. Estos dos sabían perfectamente como hacerme reír.
—Cierto, no quieren hacer algo de lo que se arrepientan.—Me correspondió Villa.
—Oigan, ahora que me doy cuenta, no quiero ir a mi casa, por que vivo en el mismo edificio de Tom, y lo más probable es que me lo encuentre, pero no quiero—Dije cuando estuve un poco más calmada.
—Si quieres, quédate en mi casa, no tengo ningún inconveniente—Se apresuró a decir Juanpa, a lo que Renata lo miró con una sonrisa pícara.
—¿No haré ningún estorbo? Por que si es así, me puedo quedar con esta jirafa, sirve y le hago bullying.—Contesté antes de que alguien molestara a Villa por su cara roja como un tomate maduro.
—N-no, claro que no.—Titubeó Villa sonrojado y bajando la vista—Si quieres, hasta ropa que mi hermana dejó, te puedo prestar, creo que son de la misma talla—Complementó para subir su cabeza.
—Uy, Juanpa, ¿Quién lo diría? Coqueteando con alguien a quien le acaban de romper el corazón—Se burló Enrique.
—Ay ya, dejen al pobre de Villita—Le defendí abrazándolo.
—Ya ves, ya tienes quién te corresponde, Fátima—Se burlaron de mí, esta vez, pero tan solo me limité a levantar mi dedo medio.
Claro, podía haber sido algo triste, lo que sucedió con Tom, pero con estos cuatro amigos presentes, me era tan sencillo olvidar y sentirme mejor.
Fin del Flashback
Como decía, a Sam nunca le volvió a agradar Tom desde entonces. Así que tan pronto su nombre salió de mi boca, él se aceró a mí, entre enojado y triste, después me abrazó. Eran de esos típicos abrazos que se daban los hermanos, de esos que te hacían sentir mejor, que te reconfortaban con tan solo sentir sus brazos alrededor de tu cuerpo, de esos abrazos que, aunque no quieras, no tardas ni un poco en corresponder. Si bien Sam no era mi hermano de sangre, lo trataba y lo quería como uno, al igual que él lo hacía.
—Y ahora, ¿Que carajos te hizo ese hijo de perra?—Me preguntó aún sin romper el abrazo, al tiempo que acariciaba mi cabello.
—Sigue con esa perra—Dije con resentimiento, con demasiado resentimiento, si les soy sincera.
—Ay ya, mi minion—Esos malditos apodos que me hacían reír, solo él, Renata, Enrique Juanpa sabían como hacerme sentir mejor.—Ese idiota, no te merecía, ni te merecerá, y mucho menos, te merece ahora, si te dejó por la cerda—Esa era una clara referencia a una caricatura anterior a "Peppa Pig" la cual era llamada "Olivia", obviamente me hizo reír—Como te decía, antes de que me interrumpieras, si te dejó por esa cerda, es porque no sabe la hermosa, inteligente, y perfecta chica que eres—Se separó del abrazo, y me dio un beso en la frente como lo solía hacer después de que me daba un sermón, o un consejo. Él es menor que yo, solo por unas semanas, pues yo nací el 22 de Noviembre, y él el 9 de Diciembre, pero, a pesar de eso, parece que él sabía más cosas que yo. —Y ahora, mueve ese trasero de aquí, que ese helado, uno, se va a derretir, y dos, no se va a comer solo.—Dijo señalando las cuatro bolsas con los doce o dieciséis litros de helado.
—Tienes razón, déjame ir por platos..
—Para qué crees que traje dieciséis litros de helado, soy ocho para tí, y otros ocho para mí, así que solo necesitamos cucharas, y estamos listos.—Interrumpió Sam.
Y antes de que pudiera reprochar algo, se acercó a mí con cinco cucharas y cinco tazones.
—¿No necesitamos solo dos cucharas?—Pregunté demasiado confundida y encarando una ceja.
—Oh, es que invité a unos amigos, así que, espero que no te moleste.—Me dijo mientras se acercaba de poco a la puerta.—¡Ya pueden pasar, chicos!—Gritó al tiempo que abría la puerta, y dejaba ver a Juanpa, Enrique, y a Renata.
—¡Chicos!—Los abracé al igual que ellos a mí.
—Hace casi dos meses que no nos vemos—Dije mientras me separaba de ellos.
—Lo sé, ya querías ver a esta hermosura, ¿Cierto?—Bromeó Enrique
—Como no, si para hermosuras, Chris Evans, o Asher Angel—Respondí la broma mientras pensaba en estos dos, lo cual me hizo sonreír embobada.
—Sí sabes que uno es siete años menos que tú, y el otro dieciséis años mayor que tú, ¿Verdad?—Dijo Villa algo...¿Celoso?
—¿Qué, Villaco, no me vallas a decir que estás celoso de que a Faty le gusten mayores y menores que ella?—Se burló Renata.
—Ya, ya, pobre Villita. Mejor vamos a comer el helado, que tengo muchas ganas.—Defendí a Juanpa, debo de admitir que él era demasiado demasiado guapo, pero...no
Y así pasó la tarde, risas, bromas, si les soy sincera, era tan divertido pasar el tiempo con ellos, que por el momento me olvidé de Tom y fui tan pero tan feliz, que pensaba que ya no necesitaba pensar en él. Pero cuán equivocada estaba, en cuanto estos cuatro chicos se marcharon, me di cuenta de el sobre que reposaba sobre la mesa.
Me atreví a tomarlo, y por si acaso, leer el remitente, Thomas Stanley Holland. Mi boca de un segundo al otro, se secó, y mi corazón empezó a latir fuertemente.
Con muy poco valor, y con las manos temblantes, me dispuse a abrir la carta. No decía nada importante, tan solo se disculpaba de no sé que, y me decía cuan feliz era con la puerca esa.
Adjuntó una foto, la observé, y Tom estaba en ella, al igual que la Olivia pig, otro de los tantos apodos que le teníamos mis amigos y yo. Mis ojos se empañaron, un nudo creció en mi garganta, y, uno o dos sollozos salieron de mi boca.
Me quedé bastante tiempo observando la foto, pero había algo, algo en esa fotografía no me cuadraba al cien por ciento.
La observé un rato más, observaba y prestaba atención a cada detalle de la imagen. Todo iba normal, no había nada extraño.
Hasta que me fijé en el brazo de Tom, en su cuello, en estos habían marcas, y no eran marcas de chupete o mordida, eran de un golpe, y un golpe con puño cerrado.
Había dos cosas que no me cuadraban en ese momento, aparte de las anteriormente mencionadas, su ojo, este tenía una pequeña sombra morada alrededor, y traspasando el marco de la foto, había algo negro.
Di vuelta a la imagen, y solamente pude leer "HELP ME :'("
No quería responder, sin embargo algo me obligó a hacerlo, así que tomé una hoja blanca y un sobre. Escribí destinatario y remitente, después escribí esta carta:
"Hola, Tom, sé que no estás bien, lo veo en tus ojos, esas marcas moradas de tu ojo, cuello, y brazo. Solo que...tú no te acordaste me dí, cuando yo, sí me acordé de ti.
Quiero confesarte que ya tengo la certeza
De que tu recuerdo vive adentro de mi piel
Tengo un corazón que esta perdiendo la cabeza
Por que se dio cuenta que ha caído entre tus piesBusco algún pretexto para acercarme a tu lado
Si me sale bien tal vez parezca accidental
Por fin usaré todo el coraje que he guardado
Para confesarte lo que nunca pude hablarQuiero convencerte
Pero no quiero arriesgarme a perderte y que te quieras ir
Por que siempre que te miro yo nunca se muy bien que decirAcuérdate de mí
Por si tu corazón busca alguna dueña
O si quieres un beso en algún sueño
O si quieres más noches de las que no te den ganas de dormirAcuérdate de mí
Que para mí tú siempre vas primero
Yo soy discreta pero igual te quiero
Perdón si no he sabido como hablarte de lo que siento por ti
Acuérdate de míNunca he estado cerca de aprender como olvidarte
Para ser honesta nunca lo quise intentar
Vivo con la maldición de verte en todas partes
Aunque al fin y al cabo me hace falta verte másQuiero convencerte
Pero no quiero arriesgarme a perderte y que te quieras ir
Por que siempre que te miro yo nunca se muy bien que decirAcuérdate de mí
Por si tu corazón busca alguna dueña
O si quieres un beso en algún sueño
O si quieres más noches de las que no te den ganas de dormirAcuérdate de mí
Que para mí tú siempre vas primero
Yo soy discreto pero igual te quiero
Perdón si no he sabido como hablarte de lo que siento por tiAcuérdate de mí
Cuando alguien más te haya olvidado
Yo me acorde de ti siempre que estuve enamorada
Si tú no estás amor
Si tú no estás amor
¿Dónde me quedo yo?Acuérdate de mí
Que yo por ti he sido un soldado
Yo me acorde de ti en todas tus guerras del pasado
Si tú no estás amor
Si tú no estás amor
¿Dónde me quedo yo?Acuérdate de mí
Por si tu corazón busca alguna dueña
O si quieres mil besos en un sueño
O si quieres más noches en las que no te den ganas de dormirAcuérdate de mí
Que para mi tú siempre vas primero
Yo soy discreto pero igual te quiero
Pero si no he sabido como hablarte de lo que siento por tiAcuérdate de mí.
Solo espero que estés bien, no quiero que estés triste, pero solo...Acuérdate de mi cuando alguien más te haya olvidado, yo me acordé de ti en todas tus guerras del pasado.
Adiós Tom.
Con todo el amor que te tengo, más nunca lo pude expresar frente a frente: Fátima"
Me dirigí a correos, donde la entregué para que se la dieran a Tom.
Solo pido, Thomas Stanley Holland, ACUÉRDATE DE MÍ.
______________________
Bueno, sí es un mini maratón, pero se me borró la última parte que escribí de este OS, ahorita voy a checar si no se me borraron de otros OS.
Y bueno, resumiendo lo que había dejado aquí, decía que si les agrada que yo haga mini maratones con temática, por ejemplo, este surgió de las canciones de Morat, pero bueno, quiero hacer la próxima semana uno con canciones de Shawn. Y OJO cada que haga maratones, será en vacaciones, puesto que no hago nada interesante.
Ahora sí:
FÁTIMA FUERA (y sigan leyendo)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro