Euronymous y Dead estaban encerrados en el cuarto de baño, preparándose para una de sus muchas fiestas, maquillándose mutuamente. Euronymous estaba sentado en el váter y Dead enfrente, inclinándose.

—Sientate encima de mí —le dijo a Dead al ver lo incómodo que estaba maquillandolo de pie.

Este por un segundo dudó, pero cerró la puerta del baño con pestillo antes de aceptar la propuesta. El moreno miraba atentamente de cerca cada detalle del rostro ya maquillado del rubio, y este fingía que no lo notaba, centrado en acabar el maquillaje de su amigo. Pero hubo un momento en el que sus miradas se encontraron y Euronymous no pudo evitar sonreír.

—No sonrías, joderas el maquillaje —le dijo Dead.

—¿Sabes cómo joderé el maquillaje de verdad? —le preguntó, y él pensó que emborrachándose en la fiesta; pero ese pensamiento se esfumó cuando Euronymous le cogió de la camiseta y le besó, fusionando las pinturas negras y blancas de los labios de ambos, creando manchas grises en ambos. Al principio Dead se tensó a pesar de que no era la primera vez que actuaban así, pero quería negarse a si mismo todo lo que sentía por él y no quería que nadie más supiera su secreto.

—Ahora tardaremos más —dijo molestó levantándose de sus piernas para ir a retocarse los labios, limpiándolos y volviendo a pintarlos de blanco en frente del pequeño y sucio espejo redondo que había allí.

—Más tiempo juntos.