Edición de un one-shot que le escribí a mi mejor amiga de internet cuando tenía 11 años o así.

—¡Chicas! ¡Reunión! —dijo una miembro del club llegando al campo en donde entrenaban, haciendo que el resto se reunieran delante de ella, en forma de círculo. No venía solo, venía con otro chico joven, de su edad. A todas les sonaba de verlo por el instituto, otras lo conocian—. Tenemos un nuevo entrenador, por fin —dijo señalándolo con la mano.

—Encantado muñecas, soy Allen, aunque sé que algunas ya lo sabéis, como sabéis que este patético instituto no se puede permitir un entrenador con más experiencia, teniendo que recurrir a un alumno de último curso como yo, pero eso no quita que sea bueno y duro —lo dijo sin pensar, pero era un malpensado, y no pudo evitar encontrar el doble sentido y la gracia en esos dos adjetivos, aguantandose la risa con una sonrisa, y vió que no era el único que lo pilló, pues vió que una de ellas, _______, también estaba sonriendo de la misma forma que él—. En fin, dicho esto, ¡a calentar y a entrenar todas!

—¡Sí! —contestaron todas.

—Bien, quiero ver como bateais cada una. Y ya de paso me decís vuestros nombres y apellido —dijo Allen pasado un rato.

Se formó una fila y empezó la exhibición.

—Y por último pero no menos importante... Yo —dijo ella acomodándose en su posición para batear, marcando un home run y ganándose aún más la curiosidad de su nuevo entrenador.

—¿Cómo te llamas? —preguntó él.

—_______, y soy la capitana de este equipo —contestó ella.

—Has bateado muy bien, pero no perfecto, y por muy poco.

—¿Cómo podría haber sido mejor? —preguntó ella.

—Mira —dijo cogiendo un bate y pasándoselo. Luego se colocó detrás de ella y puso sus manos sobre las suyas en el bate—. Baja el bate un poco —aconsejó él cerca de su oído.

¿Estaba haciendo eso a propósito? Porque lo parecía. Mientras, el resto del equipo miraron la escena asombradas, y puede ser que alguna tuviese envidia de la situación que nuestra protagonista estaba viviendo.

—¿Así? —preguntó ella mientras seguía sus recomendaciones.

—Sí —contestó él.

Acabó el entrenamiento y empezaron a recoger para ir a asearse e irse por fin a sus casas a hacer deberes y descansar. Mientras caminaba por el campo vió en las gradas a su hermana pequeña, y ambas empezaron a andar la una hacia la otra. _______ notó la sonrisa burlona que traía su hermana.

—¿Y esa cara? —preguntó ella un poco sonrojada, aun suponiendo de que se trataba—. ¿Lo has visto?

—Sí, TODO —contestó ella aún con esa sonrisa en la cara.

—Anda, volvamos a casa —dijo dándose por rendida, aceptando que su hermana un año menor se iba a divertir recordándole ese momento de allí hacia delante.

—_______ se ha enamorado —dijo su hermana pequeña de repente mientras cenaban con su madre en su casa, rompiendo el leve silencio cómodo que se había formado en la sala entre que masticaban, tragaban la comida y buscaban otro tema de conversación.

—¡Tú! ¡Mentirosa! —dijo ella sorprendida ante tal acusación, y encima enfrente de su madre.

—¿En serio? —preguntó su madre levantando una ceja, sonriendo de forma burlona como lo había hecho la más joven de sus hijas horas antes. Veía el parecido en ambas, sobretodo en momentos así.

—Sí —contestó la pequeña.

—¡No! —le dijo a su madre—. ¡Pero qué lo he conocido hoy, pedazo de loca! —dijo ahora mirando a su hermana pequeña.

—Entonces has conocido a un chico —dijo su madre, igual que antes.

—Sí, pero no estoy enamorada, no lo conozco, y solamente me parece guapo —dijo intentando defenderse. Su madre no era muy protectora y se llevaba muy bien con ella, la amaba con locura, pero a pesar de todo eso, prefería que su madre no supiera absolutamente nada de su vida amorosa ni sexual.

—Ya, ya... —dijo su hermana pequeña de forma burlona, a la que calló echándole un mal de ojo por miedo a que se le fuese la lengua y narrase la escena que ocurrió después de aquel home run.

Pasó un tiempo y entrenador y capitana se volvieron muy buenos amigos.

Era fin de semana y quedaron para jugar vídeojuegos en casa de _______, más concretamente, en su salon, aprovechando que su madre estaba trabajando y tenían la casa entera para ellos, para lo que quisieran.

—Vaya paliza me has dado en el Call of Duty... —dijo él reposando su espalda en el sofá en el que estaban sentados.

—Te dije que era muy buena —dijo ella orgullosa y sonriendo de forma victoriosa.

—¿Y a que jugamos ahora? —dijo él sonriendo de lado inclinándose levemente hacia ella, reposando su brazo sobre su zona del respaldo.

—No sé —dijo ella levemente sonrojada, ¿esa pregunta iba con segundas? ¿Le estaba tirando una ficha?

—¡Hola! —escuchó de repente a su hermana saludar mientras entraba al salón pero se podía escuchar por los pasos que no iba sola.

—Bonjour —susurró un chico.

—Hi! —dijo otro chico muy alegre.

—¡Hola! —saludó ahora ella alegre pegando un salto del sofá al reconocer las voces, sobretodo la última—. ¡Alfie!

—Hola —dijo no tan alegre Allen, ahora solo en el sofá viendo cómo los intrusos llegaban al salón y _______ iba a abrazar a "Alfie".

—¿Puedo jugar con vosotros? —preguntó Alfred.

—Claro —contestó ella.

—Bueno, nosotros vamos a mi habitación —dijo su hermana mientras se acercaba y subía los primeros escalones de las escaleras que llevaban al segundo piso de la casa, con su novio canadiense detrás de ella, siguiéndola silenciosamente.

—¡Matt, ponte condón! —dijo _______ mientras volvía al sofá, haciendo que se sonrojase levemente por el comentario de su cuñada.

—¡Solamente vamos a ver videos de hockey! —dijo ya desde el piso de arriba, pero supo que estaba sonrojada igual o incluso más que Matt.

—¡Sí, sí, claro! —dijo ella.

[ . . . ]

Allen: Te apetece salir?
______: ?
Allen: Ir a una fiesta
______: Mm, no sé...
Allen: Venga, será divertido!
______: Cuando es?
Allen: Esta noche, a las 7PM en una disco
______: Mm...
Allen: Vengaaa
______: Está biiieeeen
Allen: Guay, iré a recogerte sobre las 6:30PM
______: Ok

Fue al aseo a maquillarse, después de haberse arreglado.

—¿A donde vas? —preguntó su hermana pequeña apoyándose en el marco de la puerta viendo cómo se maquillaba.

—A una fiesta con Allen —contestó ella mientras cerraba el pintalabios.

—Madre mía, esta noche vuelve preñada... —susurró para si misma.

—¡Hey! —dijo ofendida, pero un pito fuera de la casa llamó la atención de ambas. Cogió su bolso y bajó las escaleras del segundo piso rápidamente pero teniendo cuidado de no matarse con los tacones. También se despidió rápidamente de su madre, avisando de sus planes—. Wow... —dijo asombrada al ver el descapotable que traía su amigo, preguntándose de donde coño lo había sacado.

—¿Te gusta? —preguntó sonriendo de lado.

—Sí, pero... ¿Tienes carnet? —preguntó preocupada mientras se acercaba al coche y extendia su brazo dominante para abrir la puerta del asiento del copiloto para sentarse en él.

—¡Pues claro que sí! —contestó él haciéndose el ofendido.

Llegaron a la fiesta y se arrepintió de haber ido casi al segundo de entrar a la discoteca. Al parecer Allen conocía a todo el mundo allí, y pasaba de ella para ponerse al día con sus conocidos.

—Em, Allen, me voy ya... —avisó ella.

—¿¡Ya!? Pero si es muy temprano. Además, ¿cómo piensas irte? ¿Te llevo a tu casa? —preguntó él.

—Nonono, no te preocupes, pediré un taxi pero gracias igualmente.

—Mm, vale.

—¿Ya has vuelto? —preguntó su madre al verla entrar por la puerta—. Que temprano.

—Sí, es que me aburría, la verdad...

—¿¡Ya has vuelto!? —preguntó su hermana pequeña bajando las escaleras rápidamente cuando escuchó la puerta de la casa cerrarse y su voz. Tenía una bolsa de la farmacia en la mano—. ¡Ten! ¡Test de embarazo! —ella simplemente le sacó el dedo y le dijo que se lo guardase cuando le hiciese falta por culpa de Matt.

Allen: Por qué fuiste tan pronto?
______: Que por qué?! Me distes de lado! Tanto insistirme para qué!?
Allen: Entiendelo, eran mis compañeros de primaria, hacia tiempo q no los veía...
______: ...
Allen: Te anima que te diga que estabas preciosa?
______: No mucho...
Allen: E ir al partido de los Rangers? Tengo 2 entradas. Tú y yo. Que me dices?
______: VAMOS A IR A VER A LOS RANGERS?!
Allen: Si aceptas ir conmigo sí
______: SÍ, pero no deja de estar mal lo que hiciste ayer
Allen: Perdón, lo tendré en cuenta para que no lo vuelva a hacer
______: Más te vale

Llegó el día del partido y ambos estaban que se subían por las paredes de la emoción.

—Em, _______... —dijo Allen algo inseguro mientras ella usaba su teléfono móvil, ya que estaban en la pausa del partido.

—¿Qué? —preguntó mientras alzaba la vista de la pantalla de su teléfono móvil.

—Nos están apuntando con la cámara de besos... —dijo rojo mientras señalaba la prueba, y acto seguido ella también se puso roja.

—Oh Dios... —iba a ser su primer beso, y encima con él y delante de tantas personas...

—¡QUE SE BESEN! ¡QUE SE BESEN! —gritaba el resto del estadio.

—Recuerda que esto lo hago para que se callen y nos dejen en paz... —dijo él mientras la agarraba de los hombros para que mirase en su dirección, a él.

—Allen, va a ser mi primer- —pero fue interrumpida porque al final se besaron, mientras el público gritaba de emoción, sumándole algunos aplausos y silbidos.

Después de aquel día en aquel estadio de baseball, Allen y ______ hicieron como que ese beso nunca había ocurrido, pero les costaba no pensar en ello.

En los institutos estaban en temporada de campeonatos entre equipos, y su instituto había llegado a la final de baseball.

—A ver _______ —dijo él mirándola muy seriamente a los ojos, apoyando sus brazos en sus hombros—, nos queda un minuto para que acabe el partido, y estamos en empate. No quiero presionarte, pero esto depende de tí.

—Sí.

—Pues venga, a darlo todo muñeca.

Tuvo suerte y se marcó un home run, haciendo que su equipo e instituto ganase el partido. El público en las gradas se volvió loco de la emoción por la victoria, al igual que el resto de su equipo.

Su hermana y Alfred se levantaron de sus asientos y bajaron al campo para darle la enhorabuena por la victoria personalmente y abrazarla.

—¡Muy bien, _______! —dijo Alfred mientras la abrazaba.

—¿Te la puedo robar un momentito? —le preguntó Allen llamando su atención dándole golpecitos con el dedo en el hombro al rubio.

—Claro —dijo este separandose de ella.

—¿Qué pasa? —preguntó ella sonriendo de oreja a oreja. La volvió a coger de los hombros y se inclinó, besándola delante de todo el instituto, sus familiares y parte de estudiantes y familiares del instituto rival.

Aceptó el beso encantada, aunque pensó en que si tuviese un dólar por cada vez que había sido besada repentinamente por él en un campo de baseball lleno de gente tendría dos dólares, que no es mucho dinero pero era raro que hubiese pasado dos veces.

—Seguro que yo la he besado más que tú y que nadie —dijo Allen mirando a Alfred, haciéndola reír a él, a ella y a su hermana pequeña—. Te amo, ______...

—Y yo a ti, pero Alfred es mi primo, celoso de mierda —dijo riendo.