My first stupid love.
Su amiga parada en los diablitos de su bicicleta mientras se sujetaba de sus hombros, y charlaban de lo que harían el fin de semana, le hacía sentir bastante feliz y tranquila, pues eran jóvenes. Su única preocupación era ir a la secundaria, y una vez finalizaban las clases, tenían el resto del día para hacer lo que querían.
No tenían mortificación de ningún otro tipo, y eso era una bendición.
—Oye, Annie.—Dijo Historia, degustando su paleta de pollo.
—¿Qué pasó?
—Si fueras a reencarnar en una torta, ¿qué torta serías?
Annie rió, y continuó pedaleando mientras pensaba.
—Uh, no lo sé. ¿Pollo?
—Si, yo pensé en eso.—Se rió.
Llegaron a la entrada de la escuela, Historia la esperó mientras aparcaba la bicicleta y se acercaron a la señorita Zoe, quien siempre recibia a los jóvenes con una amable sonrisa y mucho carisma.
—Buen día, Hange-San.—Dijeron al unísono.
La castaña sonrió al verlas.
—Buen día, Annie. Buen día, Historia. Pasen.—Les colocó gel antibacterial en las manos, y se hizo a un lado.
Cuando entraron al salón, se sentaron casi al fondo y dejaron sus mochilas en el suelo.
Poco a poco llegaron sus compañeros. Historia y Annie solían sentarse juntas la mayor parte del tiempo, al menos hasta que las separaban por hablar mucho entre clases, no era común que lo hicieran, pero aveces la conversación se tornaba tan divertida que no podían evitarlo.
[...]
Miró aburrida el pizarrón durante la clase del profesor Levi. Él impartía la materia de Historia, (Si, bastantes chistes le hacían a la pequeña rubia) la cual no era precisamente su favorita o su fuerte si quiera, pero al menos sobrevivía en los exámenes y proyectos.
Lo vió anotar algunas fechas en la línea del tiempo que explicaba, cuando la puerta del salón se abrió de poco en poco, y de ahí se asomó una cabellera azabache.
Annie le miró, con la ceja alzada.
El profesor Levi no notó su intromisión, y algunos de sus compañeros aguantaron la risa.
—Uh...¿puedo?—Preguntó ella.
—Pasa.—Dijo él, sin dejar de escribir.
—Gracias.
Le vió empujar la puerta hasta abrirla por completo, estampadola sin querer contra la pared, mientras en su hombro cargaba una silla, y con la otra agarraba su mochila para entrar.
—¿Quién es ella?—Murmuró Annie a su amiga.
Historia alzó la mirada de su libreta.
—Mm, no lo sé, pero creo que es del "A"
Ahh. El salón "A". El salón de enseguida.
No sabía si era algo confirmado o no, pero había escuchado que los alumnos más problemáticos o rebeldes eran juntados ahí, aunque tampoco es como si su salón fuera perfecto, tan solo a comparación de ese, ellos resultaban unos angelitos, y los consentidos de algunos profesores al ser más tranquilos.
La azabache le sonrió a algunos, y ellos le chocaron el puño, pues al parecer algunos ya la conocían, probablemente porque estuvieron juntos en la primaria. Como Eren, Armin, Sasha, Connie e Ymir.
La ojigris pasó con la mirada tímida entre Historia y Annie, y dejó la silla en el espacio vacío, a un lado de Ymir, quien le saludó de puño. Quedando Annie e Historia al frente, y la azabache junto con la morena, atrás.
—Bueno, jóvenes.—Dijo Levi, sentándose frente al escritorio.— Al parecer tenemos compañera nueva.—Miró a la pequeña azabache.—Tu nombre, de qué salón vienes, y tres cosas que te gusten.
Ella se levantó despacio y con nervios. Las miradas de todos le incomodaba un poco, en especial las de la gente que no conocía aún.
—Uh, me llamo...Mikasa Ackerman, este...—Pensó, y escondió la mano en su sudadera roja.—Soy del "A"...eh...
Annie rodó los ojos, algo desesperada por su manera de hablar, pero también entendía que estuviera nerviosa.
—Uh, me gusta jugar videojuegos, eh...hacer deporte...y...ver caricaturas.—Sonrió levemente, con algo de vergüenza.
Annie notó un tono rojizo en sus orejas. Al parecer era algo penosa.
—Bien.—Tomó el libro de su materia.—Siéntate.
La clase continuó normal, y cuando apenas el profesor Ackerman terminó la sesión y salió del salón, Historia giró el cuerpo, y le sonrió amablemente a la azabache.
—Holi, Mikasa, ¿verdad?
Ella era muy sociable.
—Hola.—Sonrió la azabache.—Si.
—Yo me llamo Historia, y ella es mi amiga Annie.—Tomó a la rubia por el hombro y la hizo girar, sin importarle que aún estuviera escribiendo en su cuaderno.
La rubia y la azabache cruzaron miradas, pero no dijeron nada, pues no es que tuvieran muchas habilidades de socializar, y solo atinaron a hacer un movimiento con la cabeza, al mismo tiempo.
—Un gusto.—Dijo Mikasa.
—¿Quieres comer con nosotras en el receso? —Preguntó Historia.
Annie miró de reojo a su amiga. Como si no supiera que a Annie no le gustaba eso de socializar mucho.
"Si pendeja, invitala."
—No, vamos a jugar basquetball.—Dijo Ymir, rebotando el balón del juego ya mencionado.
—No te hablé a ti, metiche.—Dijo Historia.
—"Ni ti hibli i ti."—Agudizó la voz y movió la cabeza con burla.
Mikasa rió levemente, y miró a las rubias.
—Tal vez luego, pero muchas gracias, Historia.
Ella le regresó la sonrisa y a Ymir le sacó la lengua antes de acomodarse en su silla de nuevo.
La pequeña y la morena tenían una especie de "amor apache" o algo así. Aveces tenían sus piques pero no es como que se odien, ni nada. Solo adoraban molestar a la contraria.
[My first stupid love.]
Comía tranquila su cereal favorito mientras miraba la televisión. Sabía que probablemente se le haría tarde para ir a clases, pero esta caricatura solo la pasaban en este horario. No era una persona que faltara mucho, así que decidió darse ese lujo hoy.
—Ayer entró una alumna nueva.—Comentó.
Su padre alzó la mirada del periódico.
—¿Si?—Bebió de su taza.—¿Y qué tal?
Encogió los hombros y continuó comiendo. La verdad aún era muy pronto para formular alguna opinión respecto a ella. No sabía ni porqué la cambiaron, pero hasta ahora, no parecía alguien conflictiva.
[...]
Subrayaba con su marca texto lo que más importante le parecía del libro. La profesora Zoe les había permitido escuchar música o charlar siempre y cuando trabajaran al mismo tiempo, ella era de esos profesores buena onda, pero por supuesto, también tenía su carácter.
Decidió descansar un poco, y se recargó en el respaldo de la silla. Escuchando sin querer las conversaciones de atrás.
Hace una semana que Mikasa se había integrado al grupo, y había entablado conversaciones con la mayoría del salón, pero de forma muy breve. Aveces juntándose más con Eren, y Armin, y otras veces con Sasha, Connie e Ymir, quien al parecer era su mejor amiga.
La morena solía decir muchos chistes pesados, y de vez en cuando escuchaba las carcajadas de la azabache de forma repentina, o también siguiéndole el juego a la morena.
Chistes bastante tontos que solo hacían pensar a Annie mucho más en la hora de la salida para poder irse.
La señorita Zoe se levantó de su asiento, y dijo que pasaría a los lugares para ver que tanto habían avanzado en estas dos horas de química.
Fué entonces que la morena y la azabache se quedaron calladas. Annie no tenía siquiera que voltear la mirada para saber que no habían escrito nada en toda la hora.
—Préstame un lápiz we.—Dijo Ymir, mirando a la azabache.
—No tengo tu, nomas traigo pluma...y ya no pinta.
Debía admitir que aquella naturalidad con la que dijo eso le hizo algo de gracia a Annie, quien no pudo evitar soltar una leve risa nasal.
Giró para ver a la azabache buscar con la mirada quien pudiera prestarle uno, y...no supo porqué, pero decidió ser ella.
Tomó su bolsita donde guardaba los útiles, y tomó una pluma para ella, extendiendo su brazo hasta Mikasa.
Ella sonrió ante el gesto, y la tomó con timidez.
—Gracias, Annie.
—¿Me prestas una a mi también?—Preguntó Ymir.
—No.—Dijo Annie.
La azabache rió con burla, y Annie sonrió sin evitarlo también.
—Yo te presto Ymir.—Dijo Historia, entregándole una pluma color rosita.
—Uh...gracias.—Lo tomó, y bajó la mirada para disimular el sonrojo.
Las escucharon guardar silencio, y mover las manos con velocidad antes de que la maestra llegara a su lugar.
La señorita Zoe dejó salir a los que ya habían terminado, y obvio la morena ni la azabache estaban ahí incluidas.
Antes de salir al recreo, Annie miró a la azabache de reojo, la cual estaba escribiendo aún, con bastante rapidez.
—¿Vamos?—Interrumpió su amiga.
Annie reaccionó y asintió. Tomando Historia su mano y yéndose a la cooperativa.
[My first stupid love.]
Las clases habían finalizado, Historia y Annie se quedaron casi hasta el final para guardar sus útiles, ya que se quedaron charlando, pero no eran las únicas en el salón.
Notaron a la morena hacerle señas y gestos a la azabache mientras esta negaba y hasta planeaba irse, pero esta la tomó de la mochila y la jaló con ella hasta donde estaban las rubias.
—Uh...¿Harán algo después?—Preguntó Ymir.
El par de rubias se miraron.
—Creo que no.—Dijo Historia.
—Tampoco.—Encogió los hombros. La verdad es que fué un día muy tranquilo.
Ymir le hizo otro gesto a la azabache, y ella por inercia miró a Annie primero.
—Uh...¿quieren ir a comer pizza?—Preguntó tímida.
—Por supuesto.—Sonrió Historia.
—Claro.—Dijo Annie.—Solo le avisaré a mi padre antes.
[...]
El pueblo en el que vivían era bastante pequeño, y la pizzeria a la que querían ir estaba a tan solo unas cuadras, por lo que fueron caminando mientras charlaban, bueno, más Ymir e Historia, quienes iban adelante, mientras Mikasa y Annie iban atrás, en silencio.
No un silencio incómodo, de hecho se sentía bastante agradable, y eso les gustaba a ambas. El silencio.
Unos minutos después llegaron a la esquina del lugar.
—Mira Ymir, ahí estás tú.—Dijo Mikasa, y señaló a un vagabundo dormido en la banqueta.
—Vete a la verga que.
El par de rubias se rieron.
Annie sintió la boca entumida de tanto reír ese día. El rostro de Mikasa y el suyo aún estaban un poco rojo del chiste de hace rato.
"Que chica tan ocurrente..."
Pasaron a sentarse en una de las últimas mesas, Annie e Historia juntas, y Mikasa con Ymir enfrente.
Pidieron una pizza familiar para las cuatro, y mientras esperaban pidieron otros aperitivos, como papas y nuggets, pero mientras llegaba la pizza, la pequeña rubia y la morena se dirigieron a la maquina de peluches, para ver si ganaban algo.
La rubia y la azabache quedaron solas.
Annie le miró, en silencio. Sus lindos rasgos y esa sudadera roja con negro que parecía no querer quitars nunca.
—Oye, nunca te lo pregunté, pero...ahora tengo mucha curiosidad.
Mikasa asintió, llevándose a la boca unos nuggets.
—Dime.
—¿Por qué te cambiaron de salón?
Ella sonrió levemente y bajó la mirada.
—Uh...todos me hacían de lado.—Talló su ojo.
Annie se sintió mal al escuchar eso.
Si bien si, si le pareció algo irritable en un principio, ya conociéndola le daba una perspectiva totalmente diferente.
La azabache era un amor de persona.
—Lo siento, no debí preguntar...
Debía ser horrible sentirte tan solo en salón lleno de más gente, que te hace de lado y ni siquiera trata de ser tu amigo.
—No te preocupes.—Encogió los hombros.
—¿Estás cómoda en el salón?
Mikasa sonrió. Siempre que le hablaba lo hacía. Sus ojos se cerraban más de lo normal cuando lo hacía y eso era muy lindo.
—Si...todos son buena onda.
—Que bueno.—Sonrió. Sonrió ahora que podía hacerlo.
Cuando la pizza llego, continuaron comiendo tranquilamente y pasando un rato agradable.
[My first stupid love.]
Ese día decidieron quedarse a comer en el salón durante el receso mientras veían una serie en el celular de Historia, cada una con un aurícular en la oreja.
Hace pocos días atrás, le habían colocado braquets a Annie, así que también tenía un poco de esa inseguridad por abrir la boca hasta para hablar, aunque Historia siempre le decía que se veía muy bien, y que no le debía afectar.
Por parte de la azabache...no hubo comentarios, y eso...la caló de cierta forma.
—Esta serie siempre me hace llorar.—Dijo Historia, mordiendo su torta, con los ojos vidriosos.
Annie le miró de reojo y se rió.
—Que pedo contigo.
—Ay, es que yo soy muy chillona.—Talló sus ojos.
—Ya sé como eres.
Una mano picó con suavidad el hombro de la pequeña Historia, interrumpiendolas.
Ambas giraron, y miraron a la azabache, quien sinceramente era bastante más linda de cerca. Ignorando esa enorme mancha de chamoy en la blusa de su uniforme.
—Dice Ymir que estás bien bonita.—Señaló a la esquina.
Ambas giraron a donde señaló, y vieron a Ymir con la mirada seria, rosando lo chistosa, y el rostro bastante rojo de la vergüenza.
Historia bajó la mirada y sonrió, con las mejillas rojas también.
—Gracias...
La azabache sonrió y se fué corriendo al ver que Ymir se acercó a ella para corretearla con la escoba del aseo.
—¡Idiota! ¡Ven acá!
Escucharon sus pasos alejarse, pero luego regresaron de inmediato, dejando Ymir la escoba en su lugar, sentándose en su silla y Mikasa hizo lo mismo, probablemente porque ya venía el siguiente profesor.
—Uhg, Historia...
—¿Yo que?
—No, tú no. Que ya sigue Historia.
—Ahh.
Se quitaron los audífonos y fueron a sus lugares también. Llegando los demás, y con ellos, el profesor Levi, el cual dijo que terminaría de calificar sus trabajos.
[...]
Esperaba nerviosa con la mirada en su libreta. Le había echado muchas ganas y sentía que no le fué mal, pero igual estaba algo temerosa.
Cuando el profesor terminó de calificar, llegó a ellas, y les entregó sus notas.
Annie suspiró aliviada, y sonrió victoriosa.
—¿Qué sacaste?—Preguntó su amiga.
—Nueve, ¿y tú?
—También.—Sonrió la pequeña.—Chocalas.
Lo hicieron.
Voltaron para ver a Ymir y Mikasa, las cuáles tenían una cara chistosa mientras sujetaban la boleta. Probablemente les fué muy mal.
—¿Cuánto?—Preguntó Ymir.
—Cinco punto dos—Respondió la azabache.—...¿Tú?
—...Cinco uno...—Se cruzó de brazos.
—Oh. Me equivoque contigo.—Dijo Levi, regresando a con la azabache, y esta sonrió esperanzada por una mejor nota.
—Tienes cinco cerrado.—Le dió la boleta que era y se fué, borrando la sonrisa de Mikasa.
—iiii, por pendeja.—Dijo Ymir, rompiendo en risas.
—No seas gacha, no te rías.—Le regañó Historia, dejando Ymir de reír poco a poco, y solo cruzándose de brazos.
—Me dejo de reír porque yo quiero.—Respondió la morena.
—¿Cómo es que te fué tan mal?—Preguntó Annie, mirando a la azabache.
Mikasa encogió los hombros.
—No se me da la materia.
Annie torció la boca y pensó un poco. Normalmente el profesor Levi les aplicaba otro examen de recuperación.
—¿Quieres que te ayude a estudiar para el examen de recuperación?
Mikasa la miró con esperanza.
—¿De verdad?
Asintió.
—Si, ¿en mi casa te parece bien?
—Claro. Claro, te lo agradecería mucho.—Dijo la azabache.
Una semana después.
Bajó de su vieja bicicleta, y miró el número de la casa para confirmar que ahí era la residencia de Annie.
Tocó un par de veces y esperó unos segundos cuando un hombre le abrió.
Mikasa estaba por hablar cuando el hombre se adelantó.
—Hoy no traigo mija. Otro día.—Estaba por cerrar la puerta cuando Annie le detuvo.
—Papá.—Le fulminó ligeramente con la mirada, y le sonrió a la azabache.—Hola...—Miró a su padre de nuevo.—Es mi amiga, vino a estudiar.
—Ahh, bueno. Pensé que me quería vender algo.—Se hizo a un lado.—Pasale hija.
Annie tomó su mano y la guió a su cuarto. Donde Mikasa dejó la mochila en el suelo.
—Tú cuarto es bonito.—Comentó la azabache, mirando los posters, algunos peluches en la cama, una que otra figurita que coleccionaba y los colores de la habitación.
En sí todo el espacio era grato, no como la cueva desordenada donde dormía la azabache.
—Gracias.—Sonrió, algo apenada, la verdad solo Historia había entrado a su habitación, y era la primera vez que alguien más además de ella entraba.
—A mi también me gusta Coldplay.—Señaló el póster en la pared con emoción.
Annie sonrió ligeramente, y le hizo espacio en el escritorio, para poner los libros.
—Pensé que serías más de Imagine Dragons.—Se sentó a su lado.
—De hecho, lo soy, pero ambas bandas me encantan mucho.—Comentó Annie.—Aunque también siento que depende mucho de mi estado de ánimo para escuchar música.
—Me pasa igual.—Sonrió la azabache.—Aunque últimamente escucho mucho rap también.
Annie sonrió pero de inmediato apretó los labios y bajó la mirada a su libreta de apuntes.
Putos braquets.
—...¿No te gusta el rap...?—Murmuró Mikasa, al ver ese cambio tan abrupto.
—Si, lo siento. Solo...no me gusta sonreír con braquets. Me veo muy rara.—Murmuró.
Mikasa la miró de reojo, y jugó con las agujetas de su sudadera.
—Te vez muy bonita...
Las mejillas de Annie se tornaron rojas, y las de Mikasa también, dándose cuenta de lo que dijo, pero no lo corrigió, porque así pensaba, y no lo iba a negar.
Tan solo esperaba no haberse visto rara con aquel comentario, y también esperaba no haber incomodado a Annie.
—G-Gracias.—Murmuró la rubia, mirandola a los ojos.
Mantuvieron contacto visual por un rato hasta que su padre entró de la nada a la habitación, provocandoles un sobresalto a ambas.
—Annie, compré helado, para que le ofrezcas a tu amiga cuando terminen de estudiar.
—O-Okey, papá.
Se fué.
Estudiaron durante algún rato. Annie resolvió algunas dudas que le iban surgiendo a la azabache, y cuando decidieron que fué suficiente por el momento, Annie bajó para traerle Helado y comer.
[...]
Una semana después, Mikasa hizo el examen de recuperación, aprobandolo con éxito.
Un perfecto y cerrado, siete.
Annie se puso muy feliz por ella, y esta vez, ella le invitó a comer pizza.
[My first stupid love.]
Miraba su serie favorita en el celular, a una hora considerable normal a su edad, es decir, las dos de la mañana, cuando debía ir a la escuela a las ocho.
Cansada de que el Internet se le fuera a cada rato, decidió mirar los estados del WhatsApp, en los cuales había uno que le dió curiosidad, y ese era el de Mikasa.
Lo abrió, y puso una cara de extrañeza y diversión al ver que era una foto de Ymir comiendo, pero por la forma en la que estaba tomada, se notaba que la azabache se la tomó mientras estaba distraída.
—Trai hambre.—Escribió.
Salió del WhatsApp.
—Y si, jaja.
Arqueó la ceja. Mikasa habia contestado jodidamente rápido.
—¿Qué haces despierta a esta hora?
—Juego.
—¿Tú?
—Veía una serie, pero creo que ya me iré a dormir. Mi internet es una putada.
—Te entiendo. Yo también me iré a dormir.
—pero, ¿qué juegas?—Preguntó curiosa.
Escribiendo...
—Hago mi casita en Minecraft.
Stiker de gatito sonrojado.
Annie guardó el stiker en favoritos y tecleó.
—Nunca lo eh jugado, pero lo conozco.
—Deberías jugarlo, es muy entretenido.
—¿Es difícil?—Realmente no tenía conocimiento alguno.
—No, solo es cuestión de no tener la mente...cuadrada.
"Mierda, que chiste tan malo." Pensó Annie, pero sus manos solo atinaron a poner;
—JAJAJA.
Sintió el teléfono vibrar de nuevo.
—¿Quieres intentarlo?
—¿Me enseñarias a jugar?
—Claro.
Sonrió sin darse cuenta, y de inmediato fué a descargarlo, aunque por la hora, imaginó que le enseñaría mañana.
—¿Lista?—Abrirían llamada a la vez que jugaban para hacerlo más divertido.—Oh, bueno, ya te vas a dormir ¿verdad?
—Puedo aguantar.
—Vale.
Abrieron llamada, y Annie se colocó los audífonos para no despertar a su padre, pero por parte de Mikasa, se escuchaba mucha turbulencia.
—Lo siento, es el ventilador.—Se rió, y escuchó como lo apagó.
Le ayudó con lo básico de la cuenta, le explicó el juego, y pensó que solo tendrían una pequeña partidita de cuanto mucho una hora, pero sin darse cuenta, los rayos del sol le dieron en la cara.
Annie dejó de reír por las ocurrencias y anécdotas de Mikasa y se dió cuenta de la hora.
El celular ya casi no tenía pila, y estaba sobrecalentado.
—Ya amaneció...
—Cielos, si.—Se rió.—Entonces...buenos días, Annie.
Annie rió.
—Buenos días, Mik...
—¿Mik?
Sus mejillas se ruborizaron.
—Lo siento, es...una forma cariñosa.
—...me gusta...
—Yo...uh, ya tengo que cambiarme, y desayunar.
—Si, yo igual. Nos vemos en clases, Annie.
—Adiós.—Colgó, indescriptiblemente feliz.
[My first stupid love.]
Cuando entró al salón, miró a la azabache hablar con Sasha y connie. Ella saludó a los tres, y les dejaron solas. Ambas tenían una cara de cansancio por la desvelada de ayer.
—Hola, ¿cansada?
—Algo.—Se rió, ya sin sentir esa estúpida inseguridad por sus braquetes.—Es la primera vez que hacía eso.
—¿Trasnocharte jugando?
—Si.—Se rió.—Fue divertido. Me sentí rebelde.
—Uh, señorita rebelde.—Ladeó la cabeza y sonrió.—Usted...debería estár en la cárcel ahora.—Le hizo cosquillas tocando sus costillas y Annie se encogió en su lugar mientras reía.
Rato después, llegaron Ymir e Historia, y se sentaron en su lugar.
A las dos últimas horas, en la clase de Español, cuando se dirigían al siguiente salón. Mikasa e Ymir miraron a las rubias de forma sospechosa.
—¿Nos fugamos...?—Soltó la azabache.
—¿Qué?—Abrieron los ojos con sorpresa.
—¿Nos fugamos? Mi tío Kenny tiene una tienda con maquinitas por aquí cerca.—Sonó su mochila.—Tengo muchas monedas.
Ambas se miraron de reojo.
—No hablan en serio, ¿verdad?
—Si.—Sonrió Mikasa.
—La señorita Zoe siempre vigila la entrada.—Dijo Historia.
—No saldremos por la entrada.—Dijo Ymir, con una sonrisa también.
Ambas rubias se miraron, un poco nerviosas, pero...la realidad es que no las estaban obligando.
—Entendemos si no, pero nosotras si nos vamos.—Dijo la morena, y jaló con fuerza la cerca para recorrerla y que la azabache saliera por ahí, arrojando primeramente la mochila hacia el otro lado.
Ella hizo lo mismo, y de un momento a otro, ambas ya estaban fuera de la escuela.
—¿Quieres ir?—Preguntó Annie a Historia.
Ella le miró, nerviosa y asustadiza. Mikasa e Ymir aún no se iban, si es que decidían acompañarles.
Son dos horas perdidas de español, nada más...
"Fuck...no se vive la secundaria si no haces estupideces."
—Voy si tu vas.
Historia asintió, y le pidieron ayuda a la azabache y a la morena para cruzar.
Ambas rasparon un poco sus rodillas en el proceso, pero nadie estaba cerca, así que comenzaron a correr hacia donde les dijo la azabache.
—Te vez nerviosa.—Dijo Ymir, mirando a Historia. Ambas iban enfrente, y era graciosa la diferencia de altura.—...¿Quieres que regresemos...?
La pequeña negó.
—Nunca había hecho eso.
—Descuida. Perderemos tiempo allá, no estamos muy lejos de la escuela.
—Y si nos atrapan...diremos que fué nuestra culpa.—Dijo Ymir.
—Si. Tranquilas. Nos echaremos la culpa.—Dijo la azabache, encogiendo los hombros, con una sonrisa.
Eso les calmó un poco.
Ambas llegaron a una pequeña tienda de abarrotes, donde afuera estaba un señor con sombrero, una enorme bocina y música ranchera a todo volumen mientras se mecía en una silla.
—¡Tío!—La azabache le abrazó por el cuello.
El hombre del sombrero sonrió al verla, y le dio un par de palmadas en la espalda a la azabache mientras reía.
—Mik...—Borró su sonrisa al ver su uniforme.—¿No deberías estar en la escuela?—Preguntó severo.
La azabache jugó con sus dedos, nerviosa.
—¿N-No...?
—Uh, bueno.—Encogió los hombros con desinterés, y volvió a sentarse.
—Estaremos adentro.—Avisó.
Él alzó el pulgar y las cuatro pasaron a jugar. Compraron papitas, galletas y refrescos.
Mikasa le enseñó a Annie sus juegos favoritos, y la rubia disfrutó con ella. Hasta que hicieron una reta en la mesa de futbolito. Ymir con Historia, y Mikasa con Annie.
La rubia estaba muy feliz, sin noción del tiempo, hasta que su celular timbró, y lo revisó.
—Voi a ir x ti y tu amiga a la eskuela, ok.
Mensaje de papá, hace media hora.
1:35 PM.
—...Carajo...—Miró la hora.—Ay no nonono.—Se talló la cara.
—¿Qué pasa?—Preguntó Historia, quien también estaba muy divertida.
—Papá irá por nosotras a la escuela en 10 minutos.
La sonrisa de la rubia se borró.
—Ay, no mames.—Agudizó la voz, y entraron en pánico.
Mikasa e Ymir se miraron.
—Diez minutos...Si llegamos.—Dijo Mikasa.—Nos metemos de la misma forma, y no pasó nada.
—Si, es verdad.—Dijo Ymir.—¡Corran!
Antes de salir le gritaron gracias al tío de la azabache, y corrieron. Corrieron como si de eso dependiera su vida.
El corazón de Annie latía con fuerza, y rezaba por llegar a tiempo.
Llegaron al cancel, y les dejaron entrar primero.
[...]
Hank escuchaba música en la radio cuando de la nada Annie e Historia se subieron en la parte de atrás del auto.
Él les miró extrañado.
—¿Qué pasa? ¿Por qué sudan tanto?
Ambas respiraban agitadas, y tenían el uniforme sucio.
—Uh...¿hormonas?
No preguntó más y sólo arrancó.
—Ah, que niñas...
[My first stupid love.]
Diciembre había llegado, y el salón decidió organizarse para darse un regalo sorpresa, y hacer un pequeño convivio entre todos.
Comieron, hablaron, y en general todo salio muy bien, pero llegó el momento de despedirse por el momento.
Todos abrazaron a todos, y se desearon felices vacaciones.
Mikasa y Annie se miraron de extremo a extremo en el salón, y como inercia se acercaron.
—Annie...—Le mostró una carta, donde le había hecho un dibujo de un arbolito y un mensaje que le resultó bastante tierno a la rubia.—Uh...felices vacaciones...te hice esto...
Sintió el cuerpo de la pequeña abrazarla, y la azabache reaccionó un poco después.
—Felices vacaciones, Mik...Nos vemos en dos semanas.
Ya las esperaba con ansias.
[My first stupid love.]
El regreso a clases había empezado. Annie le pidió a su padre que por favor la llevara en el auto, y el accedió.
Miró a sus compañeros en la entrada, algunos con otro corte de cabello o algún pequeño cambio que hicieron en vacaciones, esperando recibir indicaciones para ir a su nuevo salón.
Saludó a Historia, con la cual pasó algunas tardes en vacaciones, y buscó discretamente una cabellera azabache, la cual vió al fondo, y se dirigió a ella.
Ambas se vieron a lo lejos, y Annie corrió con ella para abrazarla.
—Hola.—Murmuró.
—Hola.—Sonrió Mikasa.
Al separarse del abrazo, notó que Mikasa tenía un corte en la ceja un tanto discreto.
—Te vez...bien...—Sus mejillas se pusieron rojas.
—Gracias. Me la hizo mi papá.
—Oh, ¿es estilista?
—No. Me golpeó con su botella en navidad.—Se rió, sobando su cabeza.
Annie prefirió no decir nada, y creer que eso fué uno de sus extraños chistes.
Cuando llegaron a su nuevo salón, algunos decidieron cambiarse de lugares y otros permanecieron juntándose igual que en primer año.
Al salón entró el profesor Mike, y otra chica, con su mochila.
—Jovenes, tenemos alumna nueva.—Dijo el profesor, poniéndole la mano ensima a la chica de las coletas, como de la misma altura que Annie.—¿Cuál es tu nombre?
—Mina.—Dijo ella.
—Oh, no.—Murmuró Mikasa, con malestar.
Ymir soltó una risita burlona, pero muy baja.
Ella se presentó, y cuando buscó asiento, Mikasa se cubrió la cara con un la libreta para que no la vea, cosa que hizo reír más a la morena.
—Ira, ahí viene tu novia—Susurró Ymir, señalando a Mina con la mirada para hacer enojar a la azabache, pero la que se terminó molestando fué otra.
—¿Te callas?—Dijo Annie, mirando a Ymir.—No me dejas poner atención.—Se giró, molesta.
La morena, la azabache y la rubia, miraron a Annie con los ojos bien abiertos y desconcertados.
Al salir, Historia siguió casi corriendo a Annie en la salida, que ni siquiera se despidió de la azabache.
—Oye...¿Estás bien?—Murmuró Historia cuando llegó a su lado.
—Si, ¿por qué?—Caminaba rápido.
—Te pusiste rara en el salón.
Annie apretó los labios.
—...¿Mucho?
—Uh, algo...¿Todo bien?
—Si...solo...estaba enojada...
—¿Por Mina?—Le miró super confusa.
—Ni la topo—Rodó los ojos.
—...Pero Mikasa...
—¿Qué? ¿Qué tiene?—Gruñó.
Historia sonrió de oreja a oreja lentamente cuando entendió lo sucedido.
—iii, ¿éstas celosa?—Hizo una voz chistosa.
—No.
—Si lo estás.—Se llevó las manos a la cara.—Oh, dios mío. ¡Te gusta Mik-
—¡Cállate!—Le cubrió la boca, y por suerte no había nadie cerca.—Vale, si.—Suspiró.—me gusta...
—Ay, que bellooo.—Seguía sonriendo.
—Cierra la boca, a ti te gusta la naca de Ymir.
—¡No es naca!, es...bueno, si es bien naca, pero ¿y qué?
Silencio.
—¿Le dirás a Mik...?
Suspiró.
—No...me rechazaría...
—Annie...
—Ni hablar, Historia...
—Uh, bueno. Vale...
[...]
Durante el receso, Annie se sentó a comer tras el salón, e Historia le hizo compañía.
Hace una semana que no le hablaba a la azabache, o si lo hacía, era un poco cortante.
—¿Sabes que no la vas a evitar siempre, verdad?
Suspiró.
—Si, lo sé, yo...
Historia y Annie visualizaron a la azabache a lo lejos dirigirse hacia con ellas.
Historia miró pilla a Annie y las dejó solas cuando Mikasa se acercó a Annie.
Annie la vió irse y suspiró.
—Oye, ¿éstas bien?—Murmuró Mikasa, con la mirada en sus zapatos.
—Uh, si, ¿por qué?—Movía de un lado a otro su desayuno con la cuchara.
—Es que...me has estado ignorando...y no me fuiste a ver en el partido de basquet...—Murmuró triste.
La rubia abrió los ojos con sorpresa, y se cubrió la cara con las manos.
—Mierda...lo siento.—Murmuró —Lo siento, Mik...
Bajó la mirada. Se sentía mal.
—No...No hay excusa, se me fué.
La azabache suspiró, y pateó ligeramente una piedrita que estaba cerca.
—¿Estás molesta conmigo?
—¿Qué? No...yo...
Suspiró.
—En verdad, discúlpame...
Mina pasó al lado de ambas junto con otros chicos.
—¡Ah, mik!—Agitó su mano para saludarla.—Jugaste bien.—Sonrió.
"Mik~...ese apodo se lo puse yo"
Annie apretó los puños. Mikasa miró a la chica y forzó una sonrisa mientras solo le hacía una seña de que ya le escuchó, y esta se fué.
—...Bueno...Tu novia si fué.—Murmuró Annie.
Mikasa hizo una cara de espanto.
—No es mi novia.
—¿N-No?—Le miró.
Oh, maravilloso. Volvía a creer en el amor.
—¿Y...tu amiga?
—No es mi amiga.—Arqueó la ceja, sin quitar su cara de hace rato, y metió las manos dentro de su sudadera.
—¿E-Entonces? Escuché a Ymir decir que era tu novia.
—No. Nada de eso. Lo dice para molestarme.—Rodó los ojos.—Le gusto a Mina desde que estábamos en primaria, y Ymir lo sabe, por eso lo dice.
—Uh, vaya...
Suspiró.
Unos minutos en silencio, Mikasa pareció querer irse, y la rubia la tomó por la sudadera para impedirlo.
—¿Mm?
—Te compensare lo del partido–Dijo Annie.
Mikasa sonrió levemente y negó.
—Tranquila. Entiendo si se te olvidó. No pasa nada, solo...quería saber si estábamos bien.
—Si. Si estamos bien.—La abrazó.—Iré a tu partido...
Mikasa sonrió y respondió al abrazo.
[My first stupid love.]
El día del partido había llegado, su escuela competiría con otra que venía de otro pueblo, y con la que siempre tuvieron ciertos piques se competencia.
—Mira, ahí están.—Dijo Historia, y señaló a la azabache y a la morena, calentando mientras empezaba el partido.
Mikasa volteó a verlas, y se acercó a Annie, quien estaba en las bancas de hasta adelante junto a Historia.
—¿Me la cuidas?—Le dió su sudadera.
Annie la tomó gustosa.
—Si. ¡Oye!...suerte.—Sonrió.
La azabache sonrió de regreso.
—Gra-
—¡Ya we, ven! ¡Luego se besan!—Le gritó Ymir.
Ambas separaron las miradas, avergonzados y la azabache fué corriendo a la cancha. Con suerte, entre tanto grito y charla, solo Historia alcanzó a escucharlo, por lo que le estubo tirando una mirada pilla a Annie todo el tiempo.
Al final, su escuela ganó 3 a uno.
Annie abrazó con fuerza a la azabache, pero se separó al sentir su sudor.
—U-uhg.—Trató de sonreír y se limpió el sudor que le dejó.—bien, mik...
[My first stupid love.]
Escribía tranquila cuando a sus espaldas escuchó pasos.
—¡Annie!—La morena llegó corriendo a su lugar con una hoja de libreta arrugada y se la dejó sobre la paleta.
—¡Dámelo!—La azabache trató de tomar la hoja pero la morena la detuvo.
Un golpe muy fuerte en el escritorio hizo a todos petrificarse. Era el profesor Levi.
—Basta, a sus asientos.
—Pero...
—Siéntense dije.—Ordenó.
En medio de la clase, Annie desarrugo la hoja que le dió Ymir y leyó.
"Mikasa x Annie." Rodeado de un corazón, y era la letra de la azabache.
Sus mejillas se tiñeron de rojo, y miró a la azabache de reojo. Ella parecía muy apenada, y tenía los ojos llorosos.
Guardó la hoja en su mochila, y al finalizar la clase tomó su mochila para acercarse a ella, quien tomó sus cosas con prisa para huir.
—Tú también me gustas.—Besó su mejilla de forma rápida y salió corriendo del salón con las mejillas rojas.
—¡Eso mamonaa!—Gritó Historia, corriendo tras ella.
La azabache se quedó sorprendida en su lugar, y tomó sus cosas rápido para irse, mientras el corazón latía con fuerza, y una felicidad enorme la invadía.
Quería matar a Ymir...pero también...agradecerle.
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