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Love agian.

Mikasa.

Siempre se consideró una persona romántica y soñadora. Algo nerd debido a sus extraños gustos por las películas de ciencia ficción y magia, distraída respecto al mundo que le rodeaba.

Desde muy joven sus maestros notaron su talento para redactar y escribir. Sus padres le apoyaron en eso con gusto, y le anotaron en un par de cursos, perfeccionando y practicando durante mucho tiempo, con la esperanza de algún día poder hacer llegar su trabajo a más personas. Incluso entró a varios concursos, donde generalmente quedaba como tercer lugar o cuarto, lo que, estaba bien en realidad, al final, estaba para mejorar.

Por el momento, a Mikasa Ackerman solo le quedaba trabajar en el pequeño negocio de sus padres, mientras ahorraba lo suficiente para entrar a la universidad el siguiente año, ya que este decidió utilizarlo para trabajar.

Debido a lo antes mencionado es que quizá tubo esa cierta fijación con las historias de romance...aunque...nunca tubo uno honestamente, pues su primera novia solo le trajo algunos traumas y malas experiencias.

Aquella joven que alguna vez robó su corazón nunca fué sincera con ella. Su primera novia, solo estubo a su lado por temor a la soledad. Tomandola a ella ni siquiera por gusto, sino por compañía.

Y mierda, como le dolía eso...

Su corazón se rompió al saber la verdad, y pasó unos dias deprimida. Lo peor del asunto...es que ni siquiera fué su puta culpa.

¿Por qué ella debía pagar las mierdas de otra gente? No lo entendía.

Parecía que mientras más buena, más atenta, y más cariñosa era, irónicamente más personas mierdas llegaban a su vida. Parecía también que todo ese amor que brindaba jamás se le regresaría de la misma forma...y no entendía por qué.

Tenía sentimientos lindos, no se consideraba aburrida o de apariencia desagradable. Era trabajadora, atlética, y aunque su fuerte no fueran los chistes, no apestaba tanto en ello. Reconocía sus virtudes y sus fallas. No era narcisista. Era terca, sensible, y un tanto distraída aveces. Celosa también, pero, no de una forma que fuece peligrosa.

Carajo, ¿qué había de malo en ella?

Sabía que esto no era el fin del mundo. Tenía más cosas en las cuales pensar, y fijarse, pero ese ámbito en especial parecía que lo dejaría de lado. Al menos un tiempo.

Parecía que la relación estable y linda que buscaba solo estaba en los libros, o esas series que veía en su cuarto a las tres de la mañana.

"¿Alguna vez alguien me amará con la misma intensidad que yo lo hago...?"

Bajó sus audífonos al cuello y miró a su alrededor antes de acercar su dedo de forma discreta al pastel frente a ella.

Un golpe en su cabeza le hizo darse la vuelta y mirar a su madre con un periódico enrollado en manos.

-Ni se te ocurra. Es un pedido importante de la señorita Zoe.

-pero tengo hambre.-Se quitó la gorra.

-Tú padre te trajo algunas galletas que sobraron en la mañana.-Le mostró la charola.

-No es cierto, son las galletas que se quemaron.-Arqueó la ceja.

-Tostadas, Mikasa. Están tostadas.-Dijo su padre, pasando al lado de ambas. Con un enorme saco de harina en dirección a la cocina.

Suspiró. Eso de trabajar en una pastelería era una tortura hasta cierto punto. El calor de los hornos y el aburrimiento no eran la mejor combinación. Además, la tentación de probar los productos era grande. A sus padres se les daba muy bien eso de la repostería.

Irónicamente la azabache tenía un cuerpo muy envidiable, pero eso más que nada a sus rutinas intensas de ejercicio y el trabajo pesado que solía realizar diariamente.

-¿Estás aburrida?-Preguntó su madre, con voz suave.

-Si, algo...-Murmuró.

-Lleva estos pedidos para que te desaburras.

Le entregó las cajitas, y los recibos con el nombre de los clientes y el precio de lo que ordenaron.

Cargó todo como pudo hasta la motocicleta, y con una cuerda ajustó todo a la parrilla. Su madre le entregó el casco de seguridad, y la azabache emprendió el viaje.

-Ten cuidado.

-Si mamá.

-Te fijas en los semáforos.

-Si mamá.

-Y miras bien antes de-

-¡Si! Mamá.-Suspiró.-Tendré cuidado...
Regreso en un rato.
















































Annie.

Siempre supo y fué consiente de que no era la persona más expresiva en la tierra, o la más risueña siquiera, pero hubo un tiempo en su vida donde abrió su corazón sin dudarlo mucho, más porque aquella joven que alguna vez fué su pareja parecía ir en serio, y creyó que ella cuidaría de su corazón.

Recuerda lo que era despertarse con un mensaje de buenos días, contarle cómo ha estado y qué ha estado haciendo.

Las primeras semanas de la relación estuvieron bien, pero su actitud al pasar de los meses comenzó a ser diferente sin razón aparente. Distante y seca...pero después entendió por qué.

Cuando en la tarde que paseaban por el parque, su pareja soltaba de su mano cada que otra chica linda se acercaba.

Pensó que quizá era coincidencia, y ocurría algo más, pues no quería pelear o parecer como una loca. Pensó justificar sus malos tratos y creer que era distinta a lo que ya se mostraba.

Abrió su corazón, se llevaban bien, dedicó tiempo, le entregó su confianza, la trató bien y de forma especial.

¿Qué...qué ocurrió?

¿Qué hizo mal...?

Posiblemente nada...pero igual todo se fué a la mierda.

Quedó con el corazón tan destrozado que no quizo conocer a nadie más por mucho tiempo.

Su mejor amiga Historia dijo que no era el fin del mundo. Lo sabía. Por supuesto que no lo era, pues tenía metas y aspiraciones a futuro que estaba más que dispuesta a cumplir, y algunas ya las hizo.

Pero decidió volver a cerrarse a conocer gente en un sentido romántico, después de todo, ya nadie quería eso. Nadie quería comprometerse.

No estaba mal si no querían. Si la mayoría así lo prefería. Al final de cuentas eran sus vidas...pero ella no. Con ella no.

Asi le llamaran "conservadora", aburrida, o antigua, pero con ella no cuenten para eso.

Terminó de limpiar la barra y una mano golpeó la misma de forma juguetona, era su amiga, quien le sonrió.

-¿Tienes hambre? Ordené galletas.-Le guiñó el ojo.-Supongo que no tardarán en llegar.

Annie soltó una risa nasal y con el trapitos que limpiaba le dió en la mano, a lo que esta la retiró mientras reía.

-Galletas...his, trabajamos en una cafetería. Toma un brownie o algo.-Dijo extrañada.

-No son cualquier galletas.-Apretó su nariz y Annie le dió un empujón mientras negaba y reía.

-¿Dónde las ordenaste?

-La amiga de Ymir tiene un local cerca de aquí. Bueno, sus padres.-Sonrió.-Se cambiaron hace poco y me lo recomendó. Todo en su pagina se veía muy rico.-Sacó el celular para mostrarle.

El catálogo se veía muy tentador.
Tenían un apartado de pedidos especiales y personalizados. Sabores exóticos, y en general tenían buena presentación.

-Vale, ahora si tengo hambre.-Dijo Annie.

Alzaron la vista al escuchar el rechinido de la puerta. Una joven azabache entró al lugar con el pedido en manos, y en la otra un casco de motocicleta.

-Hola.-Sonrió amable.

-Hola.

Respondieron ambas, y miraron a joven dejar las cajitas sobre la barra con mucho cuidado mientras sacaba un papelito de su bolsillo.

-¿Historia Reiss?-Las miró a ambas.

-Si, soy yo.

Dijo la más pequeña, buscando el dinero, y mientras lo hacia la azabache y la rubia compartieron un par de miradas, pero de esas accidentales.

Finalmente Historia le entregó el dinero.

-¡Gracias!-Dijo la azabache.-Permiso, y disfruten su compra...

Annie le miró alejarse, y su amiga le colocó la mano en el hombro tan bruscamente que le asustó.

-Irala. La conciencia...-Dijo Historia, riéndose.

-Tsk. Déjame en paz.-Rodó los ojos. Sin darse cuenta de que sus mejillas y orejas se tornaron ligeramente rojas.

[★]


-Y...¿A dónde dices que vamos?- Preguntó la azabache, escondiendo las manos en los bolsillos de su chamarra.

-A un café WiFi.-Respondió la morena, soltando el humo de sus pulmones, y antes de entrar al lugar, apagó el cigarro y lo guardó en su bolsillo del pantalón.

La azabache miró el lugar.

-Oh, Ya vine aquí.-Recordó.-Hace unos dias.

-Si, Historia me dijo.-Se rió.-Yo le recomendé la pastelería de tus padres.

Entraron. Cuando mucho solo había cuatro personas, su novia y su amiga atrás de la barra conversando.

Historia al verle corrió feliz hasta la morena y le abrazó con euforia.

Mikasa jamás vió tan acaramelada a Ymir, pero sinceramente se le hizo muy tierno eso.

No cualquiera te hace salir del caparazón...

-Hola mi amor.-Dijo la morena, besando sus labios de forma tierna, y que la pequeña respondió.

Mikasa sólo atinó a mover sus ojos de forma lenta hacia otro lado.

Los ricos humillando al pobre...

-Ella es tu amiga, ¿verdad?-Se separó, mirando a la azabache, que solo se quedó ahí parada como poste mientras ellas se abrazaban y besaban.

-Si.-Le miró.- Mikasa, ella es Historia. Historia, ella es Mikasa. Tiene poco viviendo por el vecindario.

-Un gusto, Historia.-Agitó su mano en saludo.

-El gusto es mío, Mikasa.-Sonrió la pequeña, estrechando su mano.

-Estaremos acá un rato.-Dijo Ymir, señalando las mesas del fondo.

-Vale, yo estaré en la barra.-Se colocó de puntillas y la morena aún así tubo que agacharse un poco más para besarle.

Historia volvió a su lugar y Mikasa e Ymir se sentaron cerca de la ventana.

-Ya regreso, pediré las bebidas.-Sabía ya los gustos de su amiga, así que ni siquiera tenía que preguntarle eso.

-Claro.-Sacó la laptop.

Ymir regresó al poco rato con ellas y le entregó a la azabache el suyo.

Un americano, con mucho hielo. Además, compró dos emparedados.

-Mierda no sé cómo no te congelas tomando eso.-Dijo Ymir. Ella tenía un abrigo, una bebida caliente, y en general el lugar era cálido, pero aún así se sentía algo friolenta.

-¿Tienes frío?

-Si.

-Yo te vi bien caliente ahorita.

La morena soltó una carcajada y le alzó el dedo medio, mientras con su otra mano acercaba su vaso para beber de él.

-Che envidiosa.-Murmuró la morena.

La azabache soltó una risa nasal y comenzó a escribir velozmente.

-¿Qué estás...?

-Shh. Momento creativo. No me hables.-Dijo Mikasa, muy centrada. En una idea que si o si debía anotar.

-Ahg, bien.-Sacó el celular para matar el tiempo.

Unas horas más tarde se acercaron a la barra para pagar. Donde estaba la otra rubia, con el gafete de; Annie Leonhart.

-¿Cuánto sería por todo?-Preguntó la azabache.

-Dos cafés, y dos emparedados, ¿verdad?

Asintió.

Annie hizo la cuenta mentalmente y cobró. Cuando alzó la mirada, Mikasa bajó la suya y estiró la mano. Como un reflejo de timidez involuntaria.

La verdad, la joven rubia tenía una belleza muy grata de ver, y era lo mismo con Annie, aunque ella tenía un poco más de facilidad para controlar sus expresiones faciales.

Que lindos ojos tenía...

Mikasa miró hacia la vitrina a su lado y señaló los panecillos.

-¿Esos son...?-Señaló.

-Ah, bagels.-Respondió Annie.

-¿Qué?

-Bagels.-Repitió.

La azabache soltó una risa nasal, que fué muy grata de escuchar.

-Que chistoso nombre, no los conocía en persona.

Annie soltó una risita.

-Si, algo.-Murmuró. Aquella azabache era muy linda.

-Me parecían familiares. Los vi en...una serie, cuando era una niña...pero nunca los probé. -Rascó su nuca con algo de nerviosismo.

"Fuck" no era de a huevo hacer platica, Mikasa. Seguramente ahora pensaba que era estúpida.

Annie pensó en lo que Mikasa dijo anteriormente y algo hizo click entre recuerdos.

-Creo...que si sé cual me dices.-Sonrío.

Historia y Ymir notaron eso, más no dijeron nada.

Eso tranquilizó a la azabache, y cuando recibió el cambio le tiró una sonrisa agradable.

-Muchas gracias.-Dejó un dolar como propina para la rubia en el mostrador y salieron.

Ymir se despidió de forma rápida de Historia y alcanzó a la azabache, donde le miró pilla.

-Oeee, ¿te gustó, Annie?-Reía.

-¿Qué?-Frenó.

-Annie. ¿Te gustó?

Mikasa negó, rodando los ojos. Apenas la había visto dos veces, y necesitaba más que una simple conversación para llamar su atención de esa forma.

-Me parece muy bonita.-Admitió, con las mejillas rojas. Eso era simplemente un comentario objetivo, pero no podía como tal gustarle. No la conocía.

La morena sonrió más.

-Y...¿no le piensas hablar?

La azabache negó cabizbaja.

-¿Por qué?-Arqueó la ceja.

-No lo sé, solo...creo que paso.

La morena suspiró.

-Oye...ya pasó algo de tiempo desde lo de...ya sabes...

-Si, lo sé.-Su cara cambió seriamente.

-No está mal si quieres salir con gente nueva. ¿Sabes?

-Sé que no, pero...creo que no me interesa conocer a nadie en estos momentos.

Suspiró, y la morena le colocó una mano al hombro.

-Vale, tranquila. Solo pregunto...


[...]


-Oyeee...¿qué fue eso?-Preguntó Historia, mirandola pilla, tras la barra.

-¿Eh?-Annie alzó la vista de su celular.

-Eso.-Se rió.-Mucha risita con la amiga de Ymir, eh.

Annie rodó los ojos y soltó una risa nasal mientras le empujaba juguetona.

-No molestes, His...Ves cosas donde no las hay.

-¿...Le hablarás?-Sonrió pilla.

-¿A quién?

-A Mikasa.-Dijo obvia.

-¿Qué? Claro que no.

-¿Por qué?-Arqueó la ceja.

Annie suspiró.

-Vale, ya me callo.-Dijo Historia.


























Dos días después.

Checó tranquila las nuevas notificaciones de Facebook.

Honestamente no era su red social favorita ni la más utilizada, pero ya tenía tiempo sin ver las novedades. En su lista de personas que quizá conocía, vió que apareció un perfil nuevo, por parte de Ymir.

Annie L.

Miró a la morena a su lado y tocó su hombro.

-Oye.

-¿Qué pasa?-Su concentración estaba a lo que daba con la Xbox.

-¿Quién es Annie L? Me apareció en la lista de recomendados...

La morena pausó el videojuego y le miró.

-Ahh...Es la mejor amiga de mi novia.-Sonrió.-La joven que te pareció bonita en el café.-Alzó las cejas.

La azabache abrió los ojos con sorpresa.

Entonces era ella...

Miró dudosa el perfil. No tenía muchas fotos, o cosas compartidas. Solo una foto de un gato en sus piernas y otras fotos donde le etiquetaban algunos amigos.

-¿Le enviaras solicitud?-Comió papitas.

-Uh...no lo sé.-Rascó su mejilla.-Solo la conozco de vista. ¿No sería un poco raro enviarle solicitud de la nada?

La morena suspiró.

-Tú y tu ansiedad...Te diría que lo hagas, pero realmente no es obligación.- Comió.-Tú sabrás. Además...dijiste que no te importaba conocerla.

La azabache suspiró. Dejando el celular a un lado.

Si. Sabía lo que dijo pero...vaya, Annie era realmente muy bonita, y aunque, si, compartieron muy breves palabras, de alguna forma se le quedaron grabados sus ojos. No sabía como explicarlo...

Entonces, ¿la enviaba...o no?

[...]

Miró desinteresadamente las notificaciones, y arqueó la ceja al ver una particular solicitud de amistad.

-Mikasa Ackerman...-Leyó en voz baja.

-¿Qué?-Preguntó su amiga.

-¿Eh?

-¿Qué dijiste?-Comió palomitas.-Estoy un poco sorda.-Dijo Historia, a su lado.

-Ah, nada. Solo leía esto.

Le mostró el celular, con más de 300 solicitudes de amistad. Todos rechazadas e ignoradas por supuesto, pero que hace pocos segundos se agregó otra a la bandeja.

Historia le colocó el pausa a la película y miró el perfil de un antifaz rojo.

-Mikasa Ackerman.-Leyó la pequeña y sonrió.-Ahh, ya. Es la mejor amiga de mi novia.-Una sonrisa boba salió de ella por Ymir.-Mikasa es la chica que vino la otra vez. La de las galletas. Tu la atendiste.

-Ohh. Ella...-Abrió los ojos con sorpresa y rubor.

Miró el celular.

-¿...La aceptaras?-Preguntó Historia.

-Uh, no lo sé...solo hablamos una vez, y de forma muy breve.

-Tal vez le interesaste.-Sonrió, abrazándo la almohada.

-¿Cómo crees?-Soltó una risa nasal y negó.-Anda, ponle play a la película.

Miró el perfil un momento más.

¿La aceptaba o no la aceptaba...?

[...]

Miró de reojo el celular, y lo tomó.

Tu solicitud de amistad fué aceptada, ¡envíale un saludo!

-Cielos, que aplicación tan mandona... -Abrió los ojos un poco más.-Oh, ¡la aceptó!

-¡Eso!-Sonrió la morena, con el pulgar arriba.-Ahora háblale.

-¿Q-Qué?-¿Así de huevos.?

-Vamos. Háblale.-Le animó.-Wey, creeme, conozco un poco a Annie. Si fueras cualquiera no te abría ni aceptado la solicitud...háblale.

Y se la aceptó a los minutos de ser enviada.

Suspiró.

-No lo sé.-Murmuró. Honestamente ni siquiera sabía como empezar.

[...]

-¡Saludala!-Dijo Historia, casi ensima de Annie.

-¿Qué? ¡Historia, bájate!-Se rió.

[...]

-Creo que paso, Ymir....-Murmuró.

[...]

-Olvídalo, Historia.-Suspiró.




[★]


¿Le hablo?-Pensó la azabache, con las manos en los bolsillos. // ¿O no le hablo?-Pensó la rubia. Limpiando la barra.

Fuck...


[★]


Siempre parecieron tener mala suerte en el amor a pesar de darlo todo...

Entró al lugar.

¿Tenían mala suerte? ¿o ya no había tiempo para amor de verdad?

Se acercó a la barra, en dirección a la rubia, quien acomodaba los brownies.

¿De verdad...nadie más buscaba lo que ellas...?

-Hola.-Saludó la azabache, de forma tímida.

Annie giró, y al verla sonrió inconscientemente.

-Hola...

¿De verdad ya solo quedaba ser desechado y superficial?

-¿Qué deseas llevar?

-Un café helado, por favor.

Tan rápido lo ordenó, así lo preparó, pero nunca comentó nada mientras esto pasaba.

-Aquí tienes...

-...Gracias...

¿Se rebajarían a lo que los demás dijeran?

Parecieron querer decirse algo más, pero no salieron palabras.

-Uh...-Suspiró.-Di...disfrute su compra.

-...si...gracias.-Murmuró, y ambas dieron la vuelta.

....

No.

No vale renunciar a todo porque alguien les falló anteriormente.

Mientras ellas existan, el verdadero amor y compromiso también lo hará.

-Disculpa.-Dijeron al unísono y se giraron a ver a la otra.

Sonrieron un poco ante eso, que fué muy extraña la forma en la que se coordinaron.

-Uh...¿Si, dime?-Le dejó hablar primero.

-Uh...No se si me recuerdes.-Dijo Mikasa. Annie le vió quitarse los lentes y guardarlos en el bolsillo del pantalón.-Me llamo, Mikasa. Yo...traje unas galletas la otra vez.

-Si, te recuerdo. Estaban muy ricas. -Confesó tímida.

-Gracias. Mis papás son buenos en la repostería...

Sonrieron.

La azabache aclaró su garganta y suspiró, nerviosa.

-La...otra vez te mandé...uh...

-Una solicitud el sabado a las siete, si, lo recuerdo.-Dijo Annie.

-Ou...

Demasiado especifico, Annie...

La rubia bajó la mirada avergonzada y Mikasa sonrió.

-Si, uh...bueno, se que tal vez es muy muy pronto, pero, la verdad...me gustaría conocerte.-Encogió los hombros.-Pensé enviarte algún mensaje por masenger pero, bueno, creo que en persona es otra cosa...

Annie le miró con sorpresa.

-¿S-Si?

-Si...si me lo permites claro.-Rascó su mejilla con timidez.-Es decir, no quiero que pienses que...soy intensa o algo así, no es mi intención ponerte incomoda si es que estoy siendo algo directa...

-Uh.-Se sonrojó.-No,no,no. Nada de eso.-Suspiró.-C-Claro. Claro. Yo acepto...

-¿Estás muy ocupada?

-Hum...no, no realmente.-Hoy no hubo mucha clientela.

-Si estás ocupada está bien, no tengo prisa.-Sonrió.

-No, tranquila...

-¿Qué día estás libre?-Sacó su celular para agendar.

-Uh, no lo sé, ¿qué día estás tú?

-El día que tu quieras yo acepto.

-No, no, dime tu.

-No, no, adelante. Yo acomodaré mis tiempos.

Se rieron. Ambas parecían que de plano hace mucho no salían con nadie, lo que era cierto.

Y no estaba mal.

-Bueno...hoy salgo temprano de trabajar.

-Oh, ¿te parece si vamos a comer entonces? Aquí a la vuelta venden Hamburguesas. ¡O bueno! No sé que te guste, yo con lo que sea estoy bien.

-Yo, amo...las Hamburguesas.-Admitió tímida.-Y si...acepto. No me falta mucho de hecho.

-Bueno.-Rascó su mejilla y señaló las mesitas del fondo.-¿Te espero allá? -Señaló la esquina.

-Okay.

Apúrate reloj.

Sintió de pronto una mano que la jaló y miró a su amiga atrás de ella.

-Historia me asustaste.-Gruñó.

-Ve con Mikasa. Yo me encargaré de cerrar.-Sonrió.

-¿Qué? ¿Cómo crees que te voy a dejar sola? Además...-Gruñó-¿estuviste escuchando?

-...no.

-Ahg...

-Annie, conozco un poco a Mikasa, y mi novia Ymir me ha hablado muy bien de ella. Es un amor de persona. No desaproveches esto y ve.-Sonrió.- Aprovecha ahora que no hay tanta clientela.

Annie le regresó la sonrisa y la abrazó con fuerza.

-Eres la mejor...

-Lo sé.-Palemeo su espalda y luego le dio unos apretones en los hombros.-Animo, ahora ve y triunfa. Uno, dos. Uno, dos.-Le echaba porras como si fuece a pelear y Annie rió, siguiéndole el juego.

-Te cuento luego que pasó.

[...]

Mikasa y Annie emprendieron marcha hacia el local de Hamburguesas mientras iban conversando como si siempre lo hubiesen hecho, a la vez que Annie guardaba su uniforme en la mochila.

-¿Ya habías venido aquí?

-Realmente no.-Ladeó la cabeza.-Como te digo, no soy fan de las Hamburguesas, pero, fácilmente puedo comer...unas tres.

-Nada mal.-Dijo Annie, sonriendo de lado.

Mientras esperaban su pedido, decidieron compartirse los números telefónicos.

-¿Listo?

-Mm...si, listo. Ya me apareciste.

-Okey.

-Por cierto, ¿qué significa tu foto de perfil?-Preguntó curiosa. Era la foto de lo que parecía ser un cuadro, lleno de manchones rojos y un mensaje escondido.

La azabache se sonrojó.

-Uh...nada en específico, solo es una referencia de una serie que me gusta mucho.-Se talló la cara, con pena.

-¿Si? ¿De que es?-Recargó la cabeza en su mano.

-Es algo tonto...

-¿Y...de qué es?-Repitió, curiosa.

Suspiró.

-Bien.-Su cara se tornó seria y cruzó las manos.-Verás, es sobre...Un artista por los años (...) que, es muy incomprendida. Ella...ama pintar, es...lo que más amaba, aunque la vida siempre le ah dado muchos golpes y a tenido sus complicaciones. Ella es muy...extraña pero, eso no le quita lo creativa. Es...literalmente yo.-Hablaba con una pasión tan contagiosa que hizo reír a Annie.-Es de romance y esas cosas.

-¿Sabes?-Puso la mano en su barbilla. Interesada.- No soy fan del romance o historias basadas en esas épocas, pero
...tal vez la vea un día. Suena interesante.

-Oh, creeme. Te va a encantar.- Aseguró, emocionada.

-Yo también ponía de perfil cosas que, bueno, creo que solo yo entendía. Antes...bueno, hoy también me sigue gustando pero, había una serie que...lastimosamente nunca tuvo segunda parte pero, era de policías, secuestro, y...Un severo caso de estocolmo.-Se rió nerviosa, y Mikasa asintió, mirándole atententamente, con una mini sonrisa.-Amaba esa serie, pero, me comenzaron a preguntar que significaba lo que ponía y...me dió pena...-Le miró. -Hum...-Suspiró.- perdón, ya...estoy hablando mucho...

-No, no. Para nada.-Dijo la azabache.

-Si, perdón es que...aveces cuando me gusta algo, hablo de más, y...siento que te puede aburrir.

-¿Sientes...?-Sonrió.-Annie, no estoy aburrida. Me gusta escucharte, es bonito la forma que te expresas...

Annie se sonrojó a todo dar, y bajó la mirada.

-Vale...

-Si me dices como se llama, tal vez la vea también.-Sonrió.

-V-Vale. Vale. Sería interesante saber tu punto de vista.

-Pero bien.-Aplaudió.-¿quien es Annie Leonhart más allá de esa serie?

-Bueno...soy...alguien bastante temperamental.-Rodó los ojos.-Bueno, eso dicen.

-¿Si? Hasta ahora eres muy tierna...

-Bueno, no me has hecho enojar, solo espera a verlo.

-No creo tardarme mucho, a mi...me dicen que soy un poco irritante. Sobretodo mi tío Kenny cuando vamos a visitarlo.

Interesante combinación...

Temperamental e insoportable...

Sus pedidos llegaron luego de poco y agradecieron. Hasta este rato, todo a ido prácticamente excelente.

[★]

-¿Te caíste de la moto con Ymir?-Le miró sorprendida ante la anécdota de Mikasa.

-Si.-Le mostró la cicatriz en el codo.-Aunque, para ser sinceras me dolió ver más...

-Imagino que a tu amiga en el suelo.-Interrumpió.

-Nah, Ymir es...como las cucarachas, no se muere con nada.-Rascó su nuca con una sonrisa. Esa cucaracha visiosa era su mejor amiga de años.

Annie rió.

(...)

-Me dolió ver mi moto destruida en el pavimento. yo compré mi propia moto, entonces...la verdad si fué un gasto el mandarla a reparar.-Comentó Mikasa, cuando iban saliendo, prácticamente ya de noche.

-Me imagino. Yo lo mucho que tengo en casa es una bicicleta polvorosa...y se robaron mis llantas entonces ya ni eso.

Mikasa soltó una risita.

-Vaya, es muy noche...

-Cielos, si.-Gruñó Mikasa.-Debi traer mi moto...bueno, no importa, te acompañaré hasta tu casa.

-Gracias, pero...algo peligroso.-Dijo Annie.

-Ou. -Arqueó la ceja y le dio su chamarra al ver que le dió un escalofrío de tan helado que estaba el clima.-Con más razón no puedo dejarte ir sola.

Annie la aceptó, ruborizada.

[...]

Mikasa le llevó sana y salva a su hogar. La cual estaba con las luces apagadas, pero tenía las llaves entonces no había problema.

-Un gusto lo de hoy, Annie.

-Lo mismo digo, Mikasa.-Sonrió, y recordó que tenía puesta su chamarra así que la regresó.-Muchas gracias...

Antes de que Mikasa se diera la vuelta, giró rápido.

-Am...¿volveremos a salir?-Preguntó tímida y Annie asintió con torpeza.

-S-Si, si claro.-Sonrió boba.

-Bien.-Susurró victoriosa.-Nos vemos entonces.

-Espera, Mikasa. Es muy peligroso...

-Uh, Descuida, le diré a Ymir que venga por mi.

-Al menos pasa mientras la esperas, no es seguro aquí afuera. ¿Gustas algo de tomar?

-Oh...-Le miró nerviosa.-Bueno, gracias...

[...]

Ymir llegó rato después, sonó el claxon de la motocicleta y Mikasa salió, al lado de Annie.

-Bueno, ya me voy.

-Vale, tengan cuidado.-Dijo Annie.

-Claro, buenas noches. Descansa.

-Buenas noches, descansa también.

Antes de entrar, miró a Ymir acelerar la moto antes de que Mikasa se subiera, y miró a la azabache correr atrás de la morena hasta el final de la cuadra mientras esta reía, y Mikasa gritaba que le iba a matar.

Annie sonrió divertida y negó. Esperando con ansias volver a ver a la azabache o a conversar con ella.

Sería interesante ver como resultaba todo.














































































3 años después...


-Annie Leonhart, ¿aceptas a Mikasa Ackerman como tu esposa?-Preguntó el joven del registro civil.

Annie sonrió, sin poder evitar llorar.

-Si, acepto.

-¿Y tu? Mikasa Ackerman.

-Si, acepto.-Sonrió también, embobada.

-Pueden besarse.-Dijo el, y así lo hicieron.

Seguido de eso, los aplausos de felicidad y gritos por parte de sus amigos y familiares.

-Te amo...-Dijo Annie, abrazándola cariñosamente.

-Yo también te amo...-Devolvió el gesto.











































Hump.

Vaya cosas de la vida.

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