Un Mew muy desesperado trataba de abrir la puerta del  departamento  donde el amor de su vida se encontraba, pues este había dejado de responder a los mensajes, llamadas y actualmente gritos de desesperación que ya empezaban a colmar la paciencia de los vecinos, que para su suerte después de unos intentos más logró abrirla, encontrándose con la desgarradora imagen del amor de su vida tirado en el piso, con unos hermosos y desgarradores trazos adornando sus brazos mientras que en su mano sostenía un frasco de pastillas totalmente vacío y a un lado de él yacía una carta.

Una carta que podría contener la respuesta a sus preguntas, pero el miedo de encontrar algo que lo lastimara mas de lo que ya estaba lo detenia a leerla, pero supo que no tenia opción al abrazar y sentir el cuerpo de su pequeño totalmente frío y sin pulso. Llorando y entre lágrimas se dispuso a tomarla para comenzar a leer.

"Querido Mew . . . . . . . . . . . . "

Aquella noche del 4 de Julio un grito de agonía y desesperación se escucho dentro del departamento y un chico con lágrimas en los ojos, no paraba de culparse pues su luciérnaga se había ido, para convertirse en una hermosa estrella brillante en el cielo.