—Lo siento joven Kojiro pero me temo que es su única alternativa.

Joe no la estaba pasando para nada bien en esos momentos. Descuidó la escuela y su materia de química por el skateboard, y estaba a punto de reprobar la materia.

—Solo hay una alternativa –Kojiro juraría ver ángeles cantando, además de sentir a su profesora como una santa o la virgen María–. Debe estudiar después de clases con Kaoru-san.

Y en ese momento sintió como todo se derrumbó.

—¡Me tienen que estar jodiendo! –escuchaba al peli-rosado gritando en la azotea solitaria de su escuela.

Si había algo que a Joe le daba miedo, además de padecer el accidente del cascanueces con su skateboard, es ver a Kaoru Sakurayashiki en un proceso de ira que poco a poco asciende.

Por ahora estaba en la fase que el denominaba: *Gritar a todo pulmón*

Después seguían los gruñidos y murmullos bajos, y si lo empeoraba, la voz apagada y la mirada perdida, que significaba que al día siguiente probablemente no amaneciera.

—¿E-El profesor piensa compensartelo? Si no lo hace yo lo hago –intento hablandar las cosas.

Cherry suspiro pesado, volteo a ver a su amigo y formó una mueca.

—Digo excentar lo que resta del año con mínimas tareas e influenciar en mis demás materias para ser reconocido como el registro perfecto no suenan tan mal –murmuró pero con el tono de voz suficiente para su oido–. ¡Pero tu por tu parte debes compensarmelo! ¡Debo tenerte paciencia y evitar querer ahorcarte cuando te enseñe! —Lo siento joven Kojiro, pero me temo que es su única alternativa.

—Sigh, no puedo creer que desperdicio mis horas libres enseñándole a una cabeza de alcornoque –murmuraba Kaoru viendo el reloj del salón, apoyando su mano en su mejilla con aburrimiento.

—Entonces... ¿este es hidróxido y este es aminoácido? –hablaba su compañero con lentitud por miedo a que Cherry le pegara.

—Bien, lo entendiste, después de una hora y media.

—Oye no es mi culpa que todos se vean jodidamente iguales –se excuso–. ¿Cómo diablos voy a memorizar esto para mi examen?

—Tienes que cabeza de alcornoque, por tu bien y por el mío –amenazó con voz fría y él trago saliva–. Mañana seguimos, tienes dos semanas al fin y al cabo.

—¡Espera Kaoru! –le detuvo tomándole de la muñeca cuando lo vio levantarse–. ¿Podrías... ayudarme en historia? Te cocinare el postre que quieras por una semana.

Cherry soltó un suspiro, debía estar loco si iba aceptar eso...

—Quiero sakuramochi* y hanabiramochi*, y mas te vale hacerlos bien porque estoy gastando más de mi valioso tiempo de lo debido –amenazó sentándose nuevamente a su lado–. ¿Tus libros?

El oji-rubi busco en su mochila rápidamente, asustándose y poniéndose nervioso cuando recordó el destino de su libro y cuaderno de historia.

—Los olvide en casa...

—¡Narghhh! ¡Kojiro! –gritaba el de ojos dorados tomándole del cuello de su uniforme.

—¡Hice tiramisú*! –exclamó como última salvación mostrando el postre bien guardado.

Y con eso logró calmar a la bestia interna de Cherry. Le entregó el postre con una cuchara y al ver que había aceptado su ofrenda de paz soltó un suspiro donde casi se va su alma.

Tras unos minutos el de hebras rosadas terminó el tiramisú y le entregó el recipiente vacío y el cubierto a su dueño. Retomó compostura y se aclaro la garganta.

—Eres realmente bueno en la cocina cuando se trata de comida italiana –reconoció con un tono calmado en su voz.

—¿Realmente te gustó?

Cherry asintió lentamente.

—A ver, por suerte para ti, yo si tengo mi libro de historia –levantó su mochila y sacó lo indicado, poniéndolo en la mesa–, así que tendremos que compartirlo, iré leyendo y debes poner atención –amenazó volviendo a su semblante oscuro–. Estudiaremos la revolución rusa, es el tema que estamos ahora.

Kaoru comenzó a relatar con una voz suave sorprendentemente paciente para Kojiro. Se le veía centrado en la lectura, y su atención no salía de ella.

Los rayos de sol se colaron por la ventana y una cálida luz entre anaranjada y amarilla iluminó como atardecer el rostro de Cherry. Joe no pudo evitar distraerse de la lectura y ponerle atención a aquella imagen que tenía ahora de su amigo; observando cada detalle de él.

Su cabello recogido en una coleta no impedía que unos rebeldes cabello salieran y cayeran agraciadamente como cascada en el rostro del de ojos dorados; y hablando de ojos, estos se veían realmente bonitos, como monedas de oro fino en su mirada centrada y calmada, en ese momento, pero cuando querían, podían asustarle y hacerle rogar a los dioses por una salvación.

En la comisura de sus labios aun había restos del postre italiano, y en ellos, manchas y rastros de chocolate que uso en el postre. Le vio lamerse los labios e intentar limpiar el resto de chocolate de la boca, haciéndole imitar la acción indirectamente.

Puso atención a la voz de Kaoru de fondo mas no a lo que decía. Es como cuando escuchas una canción, pero ignoras de que trata la letra, pues lo único en lo que te centras en el bonito tono que le pone el cantante, y te gusta como canta.

Joe veía en ese momento a Kaoru Sakurayashiki como una belleza, una pieza de arte. Mirarlo brillante y natural solo le hacia nacer mariposas en su estómago, una sensación estremecedora en cada fibra nerviosa y que se perdiera en él por horas.

Justo como lo lograba ahora.

—¿Bien que entendiste de la lectura? –el de cabellos rosados le sacó de su trance y le hizo volver a la normalidad.

Se encontraba alzando una ceja y esperando su respuesta, el de ojos rojos apretó los labios, trago saliva fuertemente y pronunció.

—... el último zar de Rusia era Rasputín, ¿verdad?

—¡No torpe ya te dije que ese era el consejero del verdadero zar de Rusia, Nicolás II! –reprendía el peli-rosa golpeándolo en la cabeza con una libreta enrollada.

Kami-sama dame paciencia porque si me das fuerza lo ahorco, pensaba en sus adentros Sakurayashiki.

—En realidad no pusiste atención a lo que decía en el texto ¿verdad? –preguntó con frustración–. Justo ahí lo dice idiota, mira –intentó tirándole de los cabellos para que viera el párrafo.

Cuando medianamente Kojiro pudo entender apenas dos páginas de diez, Kaoru se dio por vencido y decidió terminar por aquel día.

—¿Trajiste tus libros?

—Obviamente Kaoru, ¿por quién me tomas?

El peli-rosa soltó un suspiro.

—Solo no quiero tener que volverte a prestar mis libros y que me mires raro.

Una explosión de rojo invadió la cara de Joe.

—¿M-Me notaste?

—Pensé que me estabas poniendo atención así que no tuve problema con ello al principio –respondió restándole importancia–. ¿Y mi postre? –intentó cambiar de tema.

El de hebras verdes mostró una bolsa de papel para él, se la entregó y el dueño de la casa le dejó pasar.

—¿Tengo que estudiar hasta en fin de semana?

—Mira esto es una ayuda extra, ya que solo estoy obligado a enseñarte química y no historia también, bien podría negarme y dejarte a tu suerte –respondió cruzado de brazos, después soltó un suspiro cansado–. Sube a mi cuarto ya, antes de que me arrepienta.

Obedeció y subió escaleras arriba, cuando Cherry vio que Joe ya estaba arriba y no se asomaría, notó que en la bolsa de papel había una nota.

«Lo siento mucho por hacerte de enojar la otra vez. Prometo me esforzaré por ti, estarás orgulloso de mi»

«Acéptalos como oferta de paz»

Abrió la bolsa y notó tres pequeños pasteles de sakuramochi, notó que también en el relleno agregó lo que parecía cerezas y tenía decoraciones. Le fue inevitable sonrojarse y querer gritar ante los detalles. Aguantó los gritos internos y cerró la puerta de su casa.

Tal vez enseñarle horas extras a Kojiro no era tan mala idea.

*Sakuramochi: El sakuramochi es una variedad de wagashi consistente en mochi rosa dulce y pasta de judías rojas cubierto con una hoja de sakura.

*Hanabiramochi: Su nombre significa "mochi pétalo de flor" y está inspirado en el hishihanabira, un dulce ingerido por la familia imperial en las ceremonias y celebraciones de principios de año.

*Tiramisu: El tiramisú es un pastel frío que se monta en capas. No existe una receta única de elaboración, sino variantes a partir de una serie de ingredientes base que pueden ser representados por distintos productos.

Tengo el Headcanon de que Kaoru adora cualquier comida con color rosa o ingredientes rosados dentro de si. Y que la fascinación por la comida italiana de Joe y su don, salieron al aire en preparatoria.

Gracias por leer esta compilación de One-shots, estoy eternamente agradecida por sus votos y sus comentarios.

Se despide.

🖋️༆━━ Miss Writer
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