(T/N) siempre vivió aterrada de los mutantes, ya que su familia, y sobre todo su padre siempre le decía que eran unos moustros que mataban gente.

(T/N) se encontraba en un edificio corporativo, el último piso, el 50 para ser exactos.

Estaba en la terraza mirando la grandiosa ciudad. Ahora la gran pregunta es: ¿Qué hace ahí?

Bueno, (T/N) se encontraba ahí esperando a que su novio y su padre salieran de trabajar. Su padre era el director de la empresa y su novio era el subdirector.

Narra (T/N)

El aire era bastante fresco, miraba a la nada, lo mismo que hago siempre que vengo aquí. Pero esto es más divertido que estar en las oficinas, ahí si que es muy aburrido.

Un extraño ruido me distrajo de mis pensamientos, un sonido como si hubieran tirado cajas. Asustada me acerqué hasta el lugar donde se produjo el estruendo.

Era detrás de la cabina de las escaleras de emergencia. Tomé una pala y la sostuve con todas mis fuerzas, quien sabe que rayos esté ahí.

Al llegar, quedé pasmada. Era un chico, parecía de mi edad y le chorreaba sangre de su costado.... un momento a caso eso son ¿¡Alas?!

—A... ayuda...—estaba muy malherido.

¿Qué debería hacer? Es uno de ellos, es un mutante... pero, está moribundo... no creo que me haga nada, ¿O si?

Me acerqué con mucho cuidado y
muy lentamente. No traía nada puesto, su abdomen estaba muy bien trabajado pero salía mucha sangre y eso me ponía muy nerviosa.

—No te muevas, tienes una... ¿Flecha?, bueno... quédate aquí, iré por un botiquín y a ver que más encuentro.

Me tomó de la manga.

—No... no le digas a nadie

Asentí, me quité la bufanda y la enrede en su cintura con un fuerte nudo al cual él respondió con un gruñido.

Me quité el suéter y lo puse bajo la cabeza del chico, además estaba lleno de sangre y se vería raro que tuviera sangre por todas partes.

Bajé corriendo las escaleras y fui a la pequeña enfermería que tenía la oficina, no es muy grande pero tiene lo necesario.

Entré y ahí estaba Adelia, la doctora, estaba leyendo unos papeles y al mirarme sonrió.

—¿Todo bien?

—Si, es que te están buscando abajo en recepción, es Edgar, le salió sangre de la nariz y no deja de vomitar.

—Muchas gracias cariño.

Tomó unas cosas y salió corriendo.

Yo tomé mi celular y marqué, ¿Por qué no hice esto antes de entrar?

—Hola Milan, ¿Me haces un favor?

—¿Ahora que quieres?

—Que le des un golpe a Edgar en la nariz y lo hagas vomitar

—Quiero que me consigas unas cita con Chantal

—Por supuesto, todo lo que quieras pero rápido

—Hecho

Bien, ahora no se que utilizar. Tomé un botiquín y otras cosas que habían por ahí.

Salí corriendo, hoy fue un mal momento para traer tacones de 10 cm y lo peor de todo es que no tengo nada de condición física. A mitad de las escaleras me quité los zapatos y seguí corriendo.

Al llegar ahí estaba el chico, cerraba los ojos intentando no sentir el dolor. Cuando abrió los ojos me miró fijamente. No se como, pero sus ojos me hicieron sentir tranquila, y aunque fuera un mutante o una "bestia" como mi padre los llama, sabía que podía confiar en él y no me haría daño.

—Bien, la verdad no tengo ni idea de que hacer, así que te pido que si tu sabes que debo hacer mi ayudes.

Las manos me temblaban, le quité mi bufanda, la cual estaba llena de sangre.

Acerqué mis manos para quitarle la punta de flecha pero no podía controlar mis manos, él las tomó, estaban frías y pálidas pero me hizo sentir mejor.

—Primero moja un trapo con alcohol...—arrastraba las palabras—luego...—gimió—quita la flecha rápido, y aprietas mi costado con el trapo mojado mientras limpias.

—Bi...Bien.

Hice exactamente lo que me pidió, encontré un trapo junto a una caja, lo moje completamente y lo dejé a un lado. Tomé la flecha tenía miedo de quitarla, pero me controle lo más que pude. Saqué la flecha con rapidez y el chico ahogó un grito. Presione la herida con el trapo mojado y el tipo se retorcía.

Limpié la sangre.

—Lo tienes que suturar.... espero que tengas aguja e hilo.

Busqué en el maletín y para mi suerte, si había. Sentí bastante alivio pero al instante se esfumó. Nunca antes había hecho algo así, mis manos, mi ropa, todo estaba lleno de sangre.

Preparé las cosas y comencé a suturar.... y ahora que lo recuerdo, creo que para estas cosas se usaba anestesia.

El chico aguantaba el dolor, pero estaba completamente rojo y unas venas se le marcaban en la cara.

Terminé se cerrar la herida, limpié los restos de sangre que tenía alrededor de las puntadas y el chico se dejó caer... parecía haber descansado.

—Me llamo (T/N), ¿Y tu?

Él estaba acostado y yo estaba sentada recargada en la pared.

Abrió los ojos y se quedó mirando el cielo.

—Warren.... dime Warren.

—Muy bien... Warren. Ahora, si me disculpas, me tengo que ir.

Me puse de pie y una vez más me tomó de la manga.

—Gracias... por todo. Lamento que no sean unas buenas circunstancias.

—No es nada. Pero será mejor que te vayas cuanto antes. Si me padre se entera de esto se enfadara, le tiene un gran desprecio a gente como tu.

—Entiendo, lamento los problemas en los que te metí.

Yo negué y me fui de ahí, mi ropa estaba llena de sangre, estaba descalza, despeinada y con un gran Shock emocional.

Caminé a la oficina de mi novio y ahí estaba firmando unos documentos, me vio de reojo y continúo en lo suyo.

—Ya casi termino hermosa, sólo me faltan dos hojas.

—No te preocupes, sólo vine por mi ropa, se mancho un poco la que traigo.

—Bien, está en el estante de abajo.

—Gracias.

Saqué mi ropa y caminé al baño. Cuando llegué me miré en el espejo, incluso mi cara estaba llena de sangre. Me cambié de ropa y me lave hasta quitar toda la sangre.

Me maquille y me peine, tiré toda mi ropa a la basura. Al final me puse los tacones y salí de ahí. Hoy si que fue un día con mucha adrenalina.

Bajé hasta recepción, ahí seguía la doctora intentando hacer parar la hemorragia de Edgar al parecer el vómito lo había parado hace poco ya que había personal de limpieza.

Caminé con la secretaria, era algo así como una amiga.

—Hey Chantal.

—Hola (T/N), si preguntas por el director él aún no sale.

—No, la verdad es que quería saber si quisieras tener una cita con Milan. —Sonrió bastante complacida.

Claro.

—Bien, te llamará esta noche.

¥ Extra ¥

El otoño había llegado y con ello un gran frío, sin embargo, no era nada que un abrigo no arreglara.

(T/N) se encontraba en el tejado, como siempre. Mirando a la nada.

Hasta que escuchó algo a sus espaldas. la chica dio media vuelta y sonrió.

—Warren—se lanzó a los brazos del chico.

—Hola, hermosa.

Warren tomó a (T/N) de la cintura y suavemente depositó un beso en los labios de la chica.

—Deberías tener más cuidado, no quiero que nada malo te pase.

—Tranquila. No me pasará nada, seguiré aquí para protegerte pase lo que pase.

—Eres el mejor novio del universo

Ambos chicos se volvieron a besar, está vez con mucha más pasión. La única complicación ahora era el padre de la chica, pero ese era otro asunto.