El día de hoy no puede ser peor. Primero, todo mundo me está ignorando, segundo, nadie me ha felicitado por ser mi cumpleaños y tercero, mi mejor amigo Warren no me ha dirigido la palabra en una semana.

Si no fuera por que soy una mutante, ya me habría dejado caer del edificio más alto.

Son casi las 7, y ya que no hay nada que hacer, me dirijo a mi hermosa habitación que comparto con otras dos chicas. Cuando entro está todo oscuro, enciendo la luz y me tiró en mi cama.

Me levanto un momento y en mi mesa de noche hay una caja de regalo y una nota.

Abrí la nota y decía:

"Espero que te guste. Úsalo esta noche y nos vemos a las 8 junto al lago.

W."

Dejé la nota a un lado y abrí la caja. Era un vestido un poco corto color lavanda.

Me fui a bañar y me puse el vestido, me hice una coleta de lado y me maquille.

Eran las 7:50 así que fui a donde la nota indicaba. Abrí la puerta de la habitación y me encontré con una rosa roja en el suelo. La recogí.

Continúe caminando hasta la entrada y encontré a un chico que me dio dos rosas más.

Caminé hasta el jardín, estaba alumbrado con una serie de foquitos y había una mesa con unas velas y unos platos. Me acerqué hasta la mesa y había una rosa más.

Sobre el plato había otra nota:

"Pon la cinta sobre tus ojos y da media vuelta. Evita golpearme.

W"

Tomé la cinta que estaba sobre el plato y di la media vuelta. Al instante sentí una presión sobre mis labios. Ahora entiendo por que decía eso en la nota.

Tardé un poco pero seguí el beso. Unos brazos rodearon mi cintura, yo tomé su rostro, después de unos segundos más nos separamos.

Acarició mi rostro y me quitó la cinta. Warren. Me miró directamente a los ojos y me sonrió.

-¿Quieres ser mi novia?

-Claro que si- me lancé a él

-Feliz cumpleaños - Me abrazó

El resto de la noche cenamos, platicamos incluso bailamos. Fue el mejor cumpleaños de mi vida. Cuando regresé a mi habitación, mis amigos más cercanos adornaron mi habitación e hicimos una mini fiesta en la habitación.

La mayoría ya se habían quedado dormidos en la habitación, así que yo me salí de ahí y me fui con Warren al tejado, nos recostamos y nos quedamos viendo el cielo hasta el amanecer. Era hermoso y muy tranquilo.

Warren me volvió a besar. Y todo el día estuvimos juntos haciendo tonterías como él y yo las sabemos hacer.