(T/N) había estado enamorada de Steve básicamente desde que lo conoció. El rubio era el ser más adorable y caballeroso de todo el mundo. No había nada mal con él.

El problema era que Steve la veía sólo como una buena amiga. O al menos eso pensaba ella.

Ya que Steve también se había enamorado de (T/N) pero temía decirle y que se perdiera aquella buena amistad.

No lo soportaría.

Era bastante tonto a decir verdad, si ambos estaban enamorados el uno del otro, lo más sencillo era simplemente decirlo pero el mundo no siempre funciona así.

(T/N) no era del tipo de chica que sabía coquetear y mucho menos Steve por lo que no era sencillo notarlo. Ninguno le daba indicios al otro de lo que sentían.

Además, el resto del equipo tampoco lo notaba del todo pues siempre actuaban sólo como amigos, nunca nada más allá.

Pero todo cambió cuando Pietro Maximoff se unió a los vengadores. El chico sintió una intensa atracción hacia (T/N) desde el momento en que la vio.

Y a diferencia de Steve, él no temía decir y demostrar lo que sentía.

Aquel miércoles por la tarde, todo estaba bastante calmado. Era uno de esos días donde no había tanto trabajo y todo transcurría con mucha tranquilidad y excesiva normalidad.

-Vamos, sé que puedes hacerlo mejor- le dijo Steve a (T/N).

Ambos se encontraban en el gimnasio, peleando cuerpo a cuerpo.

La chica intentó recuperar el aliento y miró al rubio con cansancio.

-No es muy justo- dijo cuando por fin logró respirar con normalidad- tu tienes al menos el quíntuple de fuerza que yo.

Steve rió.

-No es excusa. Sé que puedes derribarme.

La chica se puso en posición de pelea y ambos comenzaron a atacarse. Era cierto que (T/N) es muy ágil y rápida, pero ver a Steve la hipnotizaba y le impedía darle un golpe fuerte.

En dos minutos, la chica tenía la espalda contra el suelo y a Rogers sobre ella acorralandola. El rubio sonrió por su quinta victoria.

Ambos se miraron directamente a los ojos, el ambiente se había vuelto un poco tenso y los dos querían besar al otro.

Y lo hubieran hecho, de no ser porque alguien los interrumpió.

El sokoviano aclaró la garganta llamando la atención de los dos. Steve se puso de pie y ayudó a su compañera.

-¿Esta todo bien?- preguntó el capitán, tratando de no demostrar su ligera molestia por la interrupción.

-Ah, sí- dijo y luego miró a (T/N)- es sólo que quería invitarte a cenar esta noche.

La chica se sonrojó y miró al suelo.

-Claro, esta noche- lo miró con una sonrisa.

-Genial, te veo a las siete. ¿Bien?

-Perfecto.

El extranjero le guiñó un ojo y se fue de aquel lugar. (T/N) no pudo evitar sonreír.

Últimamente había pasado mucho tiempo con Pietro y le comenzaba a agradar bastante.

Regresó a la vista a Steve, quien se notaba muy molesto.

-¿Estás bien?

El rubio la miró.

-Sí, sigamos.

Entrenaron un par de horas más y al finalizar cada uno se dirigió a su habitación a tomar un baño.

Por la noche, (T/N) se había arreglado con un lindo vestido. No estaba muy segura de a dónde irían a cenar pero los vestidos eran una buena opción en esos caso.

Al salir de su habitación y caminar por el pasillo se encontró con Steve, el hombre la miró de pies a cabeza y sonrió.

-Luces hermosa- le dijo.

-Gracias- sonrió un poco.

Se miraron un momento. Era ahora o nunca, si (T/N) no se confesaba a Steve jamás lo haría y posiblemente se quedaría con Pietro.

Ninguno dijo nada.

-Espero que la pases bien con Pietro. Es un buen chico y creo que le gustas mucho.

Ambos dejaron sailor un pequeño suspiro.

-Gracias, Steve- puso su mano en el hombro de su contrario y luego siguió con su camino.

Era hora de olvidarse de Rogers.

Al encontrarse con el sokoviano, sonrió al ver su reacción.

Pietro dio un silbido y le tomó la mano para darle una vuelta.

-Luces bellísima esta noche.

Era extrañamente atractivo aquel acento tan marcado.

-Tu no luces nada mal.

Ambos se sonrieron y salieron de aquel lugar.

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Like para parte 2 xdxd siempre quise decir eso.