Peter Parker || parte 2
Cuando llegó el lunes, Peter fue muy emocionado a la escuela para contarle absolutamente todo a Ned.
—¡Realmente conseguiste su número!— exclamó más que emocionado.
—Ella me lo dio, creo que le agradé un poco.
Sin embargo no había sido capaz de mandarle un mensaje. Sólo miraba fijamente su nombre en la pantalla y luego de veinte minutos se arrepentía y guardaba su celular.
Ned le dio un golpe amistoso en el hombro.
—¿Le puedo llamar?
—Por supuesto que no.
—Oh, vamos... no me digas que no quieres volver a hablar con ella.
Le devolvió su celular luego de ver el contacto de la chica y estar muy tentado para presionar el ícono de llamada. Continuaron con su camino al salón de clases.
—Por supuesto que sí, pero no tengo ni idea de qué decirle.
Ned se encogió de hombros.
—Creo que cualquier cosa estaría bien, podrías hablarle de los legos que armamos de Star wars o de esa serie de Netflix que vimos.
—¿Stranger Things?
—Exacto.
Se sentaron en sus lugares. Peter liberó un profundo suspiro.
—Más tarde le mandaré un mensaje.
Sin embargo, ese más tarde nunca llegó. El chico se la pasaba mirando la pantalla durante largos minutos y al final se arrepentía, cuando se dio cuenta, ya había pasado una semana y media.
—Por dios, Peter. Si no la llamas tú, lo haré yo— le regañó Ned.
—Es que lo intento, pero no puedo. ¿Qué tal si después de todo ya no quiere hablar conmigo? Había muy poca luz en la fiesta y puede que no me haya visto bien... además...—
—Peter Parker, sólo estas buscando excusas para no llamarle.
—Claro que no—Ned rodó los ojos y suspiró frustrado.
Caminaron a paso lento por el pasillo hasta la salida.
—Mira ese Mercedes— habló de pronto Ned— ¿de quién será? ¿De Flash?
Peter miró el auto, era bastante bonito y se ganaba muchas miradas curiosas junto a algunos murmuros.
—Ni idea.
Pero entonces se quedó congelado al ver a (T/N) salir de aquel lindo auto.
—Ella... es ella...— balbuceo Ned.
La chica identificó rápidamente a Peter y se acercó corriendo a él.
—Peter— saludó.
Ambos hombres estaban estáticos.
—(T/N)... hola, yo... ¿qué haces aquí?
—Estuve esperando algún mensaje o llamada de tu parte pero no hubo nada, entonces recordé que me habías dicho que ibas a Midtown y quise venir a asegurarme que todo estaba bien— le sonrió un poco— ¿hice algo mal? ¿Tal vez fue mi papá? Sé que puede intimidar pero es genial y creo que le agradaste, estuvo preguntando por ti.
—Lo siento, (T/N), por no llamarte. Y no, no has hecho nada malo ni fue por tu padre— rió nervioso— es sólo que estaba un poco nervioso y no sabía qué decirte, además pensé que tal vez te habías arrepentido de querer hablar conmigo.
La chica se sintió más tranquila.
—Peter, no te hubiera dado mi número si no hubiera querido seguir hablando contigo— su vista viajó a Ned, que no paraba de mirarla— ¿quién es tu amigo?
—Oh, él es Ned... mi mejor amigo, Ned ella es (T/N).
—Mucho gusto, Ned— estiró su mano.
El pobre casi se desmaya de la emoción.
—El gusto es mío— tomó su mano con suavidad— ¿te molesta si nos tomamos una foto?
—¡Ned!— le regañó Peter.
La chica dejó salir una risa.
—No tengo problema.
Se colocó junto a él y luego de darle su teléfono a Peter, este les tomó un par de fotos.
—Gracias, (T/N).
—No hay de qué.
Peter le dirigió una mirada a su amigo y este la entendió rápidamente.
—Oh, pero miren la hora. Me tengo que ir o perderé el autobús.
Sin esperar que alguien dijera algo, salió corriendo y levantó los pulgares a Peter cuando estuvo a algunos metros.
—Tu amigo es gracioso.
—Sí, nunca faltan las risas con Ned.
Se quedaron en un incómodo silencio.
—Tu auto es bonito— volvió a hablar Peter.
Lo miró sin entender, hasta que comprendió a lo que se refería.
—Ah, el auto. Papá me lo regaló cuando cumplí los diecisiete hace unos meses.
—Es genial.
—¿Te gustaría... dar una vuelta?
—¡Sí!
La chica rió y ambos comenzaron a caminar hacia el auto. (T/N) abrió la puerta del copiloto, Peter se sonrojó y murmuró un "gracias" antes de entrar.
Cuando la chica estuvo sentada frente al volante miró a su contrario.
—Te invito a comer, conozco un lugar donde hacen unas hamburguesas geniales.
A Peter le brillaron los ojos y asintió efusivamente. Aunque enseguida recordó que sólo había quince dólares en su cartera.
Miró entonces con atención el interior del auto, estaba impecable y no había ninguna clase de adornos.
—¿Te molesta si pongo un poco de música?— volvió a hablar la chica.
—Es tu auto— rió.
La música comenzó a sonar y después de casi treinta minutos, llegaron a su destino.
Entraron al local, encontraron un lugar vacío y miraron la carta, en realidad, sólo Peter la miraba mientras la chica lo miraba a él.
Parker no podía dejar de ver cuánto costaba cada platillo, se sintió realmente incómodo cuando notó que sus quince dólares apenas alcanzaban para una bebida.
Miró por encima de la carta, se dio cuenta que la chica lo miraba con una pequeña sonrisa y rápidamente el color rojo llegó a sus mejillas.
—¿Ya sabes qué ordenar?— le preguntó ella.
Peter bajó la carta y la miró avergonzado.
—Bueno... esto es muy vergonzoso para mi pero, no tengo suficiente dinero para pagar nada del menú.
—Tranquilo, Peter. Te dije que yo invitaba, tal vez tu me puedas invitar la próxima vez que salgamos.
El corazón del chico comenzó a latir con mayor rapidez. Le emocionaba pensar que podrían salir de nuevo.
—Está bien— dijo finalmente— ¿qué me recomiendas?
—Todo es delicioso aquí, así que pide el que más te guste.
Sus ojos volvieron a viajar por el menú. Una mesera de unos cuarenta años se acercó a ellos para tomar su orden.
—Hola, chicos. ¿Ya saben lo que van a pedir?— les sonrió a ambos jóvenes.
—Yo quiero una hamburguesa doble con queso amarillo y salsa barbecue. También una orden de papas y una malteada de fresa sin crema batida— pidió la chica con una sonrisa.
—Muy bien, cariño— terminó de anotar en su libreta— ¿y tú, corazón?
Salieron puros balbuceos de la boca de Peter durante un momento.
—Yo quiero una hamburguesa doble con tocino y doble de queso amarillo, por favor.
—También le puede traer una malteada de fresa— indicó la chica— te gustará, lo prometo.
Peter asintió tímidamente.
Por un momento le pareció increíble que fueran de la misma edad, bueno, ella era casi un año mayor que él pero eso no era lo importante.
La mesera se marchó con una sonrisa.
—Lo siento— dijo de pronto la chica, con el ceño fruncido— no tengo muchos amigos y la verdad estaba muy emocionada por salir contigo. Perdón si soy muy intensa o algo por el estilo.
—No, no, no, no— dijo rápidamente Peter— es sólo que... bueno, nunca antes una chica me había invitado a salir... nunca había salido con una chica en realidad y me resulta un poco intimidante que seas tu la que me esté invitando.
Ambos sonrieron apenados.
—Yo tampoco había salido nunca antes con un chico.
Parker abrió la boca sorprendido.
—Eso es complicado de creer— rió.
Se encogió de hombros.
—Bueno, es cosa de mi padre. Él me deja salir pero nadie se acerca a mi cuando lo conocen y ven su cara de pocos amigos. Parece que le quiere arrancar la cabeza a cualquiera que intente acercarse a mi.
—Bueno, tengo experiencia con padres que quieren matarme, así que no te preocupes.
La chica rió.
—Eres muy lindo, Peter Parker.
Comenzó a tartamudear sin saber qué decir exactamente y agradeció a la mesera que apareció oportunamente con su orden.
Comieron tranquilamente mientras conversaban animadamente.
—... entonces, el laboratorio explotó y tuvimos que salir corriendo— contaba dramáticamente Peter— pero entonces Ned se regresó porque había olvidado a un Darth Vader de lego, era su favorito. Tuve que ir detrás de él. Al final nos regañaron porque era fue muy peligroso.
—Debió haber sido divertido.
—Sí, lo fue— se dejó caer en su asiento y le dio un gran sorbo a su malteada— es cierto que es deliciosa la malteada.
—Te lo dije— comió una papa— entonces... eres pasante de Stark.
—Sip... es agotador pero me encanta.
—Bueno, yo paso mucho tiempo en la base de los vengadores y nunca antes te había visto.
—Oh... yo, bueno...— se quedó sin palabras— es un lugar muy grande. Yo tampoco te había visto antes, ni siquiera sabía que el señor Strange tenía una hija.
—Tienes razón, es un lugar enorme. Yo la me la paso en la zona de oficinas, Tony me dio un trabajo algo así como de secretaria o asistente y tengo que revisar documentos y cosas muy aburridas.
—Vaya, trabajas con el señor Stark.
Asintió.
—Básicamente le había suplicado a mi padre que me dejara conseguir un empleo pero teme por mi seguridad y Tony me propuso trabajar con él, entonces mi papá lo pensó, llegó a la conclusión de que era un lugar seguro y me dejó.
—Es genial. Y, ¿conoces a los vengadores?— preguntó distraídamente.
—Los he visto pero realmente no les hablo. Visión es muy amable igual que Wanda pero son los únicos con quien he hablado más de dos minutos.
—Es increíble.
—¿Y tu conoces a alguno?
Negó rápidamente.
—No, yo sólo soy el chico nerd de la ciencia. Me mantengo bastante alejado de la acción.
—Entiendo. ¿Sabes? Quisiera conocer al hombre araña, parece un sujeto genial pero nunca está en las instalaciones.
Peter ahogó una sonrisa.
—¿De verdad crees que es genial?
—Por supuesto. Parece tan amable y gracioso, es alguien que me gustaría tener como amigo.
—Tal vez algún día lo puedas conocer.
La chica suspiró un poco.
—Eso espero— miró la hora en su reloj— por dios, llevamos casi cinco horas aquí. Creo que ya es hora de irnos.
—Wow, ni siquiera sentí que pasara el tiempo.
—Creo que nos divertimos bastante— se pusieron de pie— iré a pagar, puedes esperarme en el auto.
—Bien.
Peter caminó a la salida, aún avergonzado pero bastante feliz de haber tenido una especie de cita con la chica.
Se recargó en el cofre del auto y miró en dirección a donde estaba ella. Usaba un lindo atuendo y su cabello suelto apenas superaba un poco sus hombros. Era tan hermosa.
Su sonrisa y sus ojos parecían ser lo más hermoso que hubiera visto jamás, claro que tenía ese pequeño parecido con Strange, era evidente que era su hija pero era ciertamente diferente.
Cuando (T/N) salió le dirigió una gran sonrisa a Peter, el pobre se perdió por un momento y una canción romántica sonó en su cerebro impidiendo que prestara atención a nada más.
—¿Estás bien?— preguntó la chica, pasando su mano frente a sus ojos.
El chico regresó a la realidad.
—Sí, lo siento.
Ambos subieron al auto, todo el camino se mantuvieron en silencio. Peter quería seguir hablando con ella, pero no encontraba las palabras adecuadas.
Cuando se dio cuenta, ya estaban afuera de su edificio.
—Gracias por todo— dijo por fin— en serio la pasé genial contigo.
—Espero no haber parecido una loca y quieras salir conmigo de nuevo.
Ambos rieron.
—Yo invito la próxima vez.
—Por supuesto.
Se quedaron en silencio, mirándose a los ojos y acercándose cada vez más. Un celular comenzó a sonar y pronto, en la pantalla del auto apareció "llamada de papá".
—Debe estar preocupado, ya es un poco tarde y no lo llamé en todo el día.
—Sí, yo... me voy. Te mandaré un mensaje, lo prometo.
—Eso sería genial.
Peter salió del auto y se despidió con la mano cuando arrancó. Un profundo suspiro salió de su pecho.
Esa chica era fantástica. En cuanto llegó a su habitación luego de saludar a la tía May, sacó su celular y le mandó un emoji de carita feliz.
No recibió respuesta en ese momento pero ya había dado el gran paso de mandarle un mensaje.
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¿Se viene parte 3?
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