El chico de piel azul, Kurt, se encontraba durmiendo en el techo de la escuela del profesor Xavier.

El clima no era muy bueno, estaba nublado y el aire era bastante fuerte.

Pero el chico estaba muy cansado, no dormía durante la noche y en cuanto se recosto en el techo se durmió de inmediato.

Mientras tanto, dentro del edificio se encontraba una chica buscando por todos lados a Kurt.

—Scott, ¿has visto a Kurt?— preguntó notablemente preocupada.

—No, no lo he visto desde ayer.

—Bueno, gracias.

—¡Jean! ¿Sabes donde está Kurt?

Ella negó y continuó caminando.

Ya desesperada por no encontrar al chico, salió a los jardines y se recosto. Se quedó mirando al cielo e inconscientemente sonrió.

Hace algunas semanas, el adorable Kurt le había pedido a Gala ser su novia, pero ella le dijo que necesitaba tiempo para pensarlo y él aceptó.

Hoy por fín tenía una respuesta, pero no lograba encontrarlo.

De igual manera, Kurt había tomado muchísimo valor para pedirle a Gala que fuera su novia y no había dormido desde entonces pues estaba nervioso y tenía un poco de miedo.

Gala se puso de pie y decidida volvió a buscar a Kurt. Comenzó a llover pero a ella no le importó. Había buscado por todas partes pero no lo encontró hasta que llegó al techo.

Observó a Kurt durmiendo tranquilamente. Sonrió y corrió hasta él, se sentó a su lado y la lluvia comenzó a hacerse más intensa lo que provocó que Kurt se despertara. Poco a poco el chico abrió los ojos y se sentó, enseguida observó a una chica junto a él.

Ella le sonrío y los dos se pusieron de pie. Llovió más fuerte pero a ninguno le importó.

—La respuesta es sí— dijo feliz la castaña.

Kurt estaba un poco atontado que no lograba procesar las palabras de la chica, luego de un par de parpadeos entendió a lo que se refería y saltó de felicidad.

Los dos estaban completamente mojados pero eso no evitó que se dieran un corto pero tierno beso.