Estaba en el laboratorio de química como todos los días después de clase. No es que sea la mejor de la clase, de hecho el mejor es Peter Parker, pero a mi también se me da bastante bien.

Estaba haciendo unos experimentos y unas cuantas  anotaciones. Miraba mi cuaderno una y otra vez pero simplemente algo no estaba bien y no lograba ver qué era.

Frustrada caminé a la ventana y vi que Peter estaba de salida. Peter es un buen amigo mío, siempre hacemos equipo en esta materia y en física.

Salí del laboratorio corriendo con mi bata y lentes de protección.

Empujaba a todos los estudiantes, llevaba mi cuaderno en la mano. Cuando estuve frente a él intenté recuperar la respiración.

—Pet. Necesito tu ayuda.

—Si, claro. ¿Qué pasa?

—Mira, es que estaba en el laboratorio haciendo un experimento, pero no me cuadran las anotaciones. Esta reacción y esta no se pueden dar con este elemento pero no sé donde estoy mal— le mostré mi cuaderno a Peter y señalaba todo lo que decía.

Peter lo observó por un momento y revisaba cada letra, número y símbolo.

—Ya veo el problema— me dijo— Este tres debería de ser un dos y este catorce un veinte. Además aquí es menos, no más. Y te equivocaste de letra, es yodo, no sodio.

Abrí tanto mis ojos que sentí que se saldrían. No puedo creer que me haya equivocado en eso. ¡Que vergüenza! Abracé a Peter.

—Muchas gracias Pet.  Salvaste de que hiciera explotar el salón de clase.

—No hay problema. Sabes que te puedo ayudar en lo que necesites.

—Hey. Sigo aquí.

Había otro chico junto a Peter. No lo había notado hasta ahora. Pero que digo... es Harry Osborn. Por dios, mi crush imposible.

Me quedé pasmada y seguramente ya tenía las mejillas rojas. Y ahora que recuerdo, mi bata está llena de sustancias raras, estoy desarreglada (aunque nunca me arreglo) y seguramente tengo ojeras por no haber dormido en dos días.

—Lo siento Harry— dijo Peter— Ella es la chica de la que te estaba hablando. Es mi compañera de Física y Química avanzada.

—Ya veo. Tu debes de ser Arlette, Peter nunca deja de hablar de ti. Yo soy Harry Osborn— levantó su mano.

Me causó una gran emoción que ese hombre supiera mi nombre, aunque me daba un poco de vergüenza que Peter hablara de mi con el.

Estoy casi segura de que se me estaba cayendo la saliva y no dejaba de fantasear con este hombre. Tardé un poco en reaccionar y tomé su mano.

—Mucho placer. Yo mi nombre ser es Arlette Delier. Una tenga buena señor noche Osborn.

No me di cuenta de mis absurdas palabras hasta que las dije. Que vergüenza (x2). Miré a Peter que estaba evitando reír y Harry me estaba sonriendo. Solté su mano y me fui corriendo. En el camino tropecé con un chico y caí pero me levanté y seguí corriendo hasta el salón de química.

En cuando llegué me di golpes en la cabeza con la mesa. Los otros chicos me miraban raro.

—Tonta. Tonta. Tonta. Tonta. Eres una completa tonta— me repetía. Tengo una extraña manía con hablar en voz alta conmigo misma— ¿Cómo se te ocurre hablar sin pensar? Y ¿¡Buenas noches?! ¿¡Noches?! Por dios Arlette, estabas frente a tu amor secrero y lo arruinas en el saludo. No querrá volver a hablar conmigo— dejé caer mi cabeza en la mesa— y para el colmo dejaste tu cuaderno con Parker.

Dejé salir un largo suspiro.

—De hecho, me gustaría volver a hablar contigo.

Grité. Si señores, burlense, por que grité... frente a Harry. De nuevo el ridículo en menos de diez minutos. Que vergüenza (x3)

—Te traje tu cuaderno— se sentó en el banco junto a mi y dejó el cuaderno sobre la mesa.

—Por favor dime que no escuchaste todo lo que dije.

—En realidad estaba esperando a que terminaras para hablar.

Puse mi cara como si quisiera llorar.

—Yo... no suelo ser así, es sólo que me puse muy nerviosa.

—Si, Peter dijo lo mismo.

Los dos quedamos en un pequeño silencio.

—¿Quisieras tener una cita conmigo?— dijo sonriendo.

No se te ocurra abrir la boca sin pensar.

—Claro que me gustaría.

—Bien. ¿Qué te parece mañana después de la escuela?

—Me encantaría— sonreí.

—Perfecto. Nos vemos mañana.

Se puso de pie, me dio un beso en la mejilla y se fue del laboratorio.

Sigo en una especie de shock y no estoy muy segura de lo que acaba de pasar pero creo que tengo una cita con Harry Osborn.

Grité. Si, de nuevo. Pero esta vez de la emoción. Todos se me quedaron viendo mal.

—Perdón— dije y regresé a mi cuaderno.

Pasé una hoja del cuaderno y ahí estaba escrito un número de teléfono y enseguida el nombre de Harry. 

Este es el mejor día de mi vida.