Estaba sentada en el sofá, mi mirada perdida en algún punto, no tenía ni idea de mis pensamientos. Sabía que estaba ahí pero me sentía completamente perdida. Mi cuerpo se encontraba en el sofá, pero mi alma estaba muy lejos.

Alguien aplaudió frente a mi y eso fue lo que me hizo regresar.

-¿Todo bien?- se sentó junto a mi.

-Si, claro. Sólo me perdí por un momento.- lo mire y sonreí.

-Claro... sabes que si hay algo que te moleste, me lo puedes decir.

-Gracias Hanky.

-No hay de que.

Me recoste en su hombro y no dijimos nada más, era muy agradable estar así.

Hank comenzó a contarme varias cosas que me hacían reír. Escuchamos a alguien carraspear la garganta y dejamos de reír para ver quien era. Al ver, nos quedamos en completo silencio y escuché como Hank tragaba con fuerza.

-Charles te está buscando.

-Bien, voy con él.

Hank me miró con preocupación y yo asenti. Me abrazó y se marchó.

Hank salió de la habitación y Erik se quedó ahí de pie.

Yo me puse de pie y estaba dispuesta a marcharme ignorando a Erik, pero cuando quise pasar por la puerta me tomó del brazo.

-Me estas lastimado.

-Quiero hablar contigo.

-No tenemos nada de que hablar. Ahora te agradecería que me sueltes.

Hizo que la puerta se cerrara.

-Sólo veinte segundos.

-Te quedan cinco.

-Entonces haré esto.

Soltó mi brazo, tomó mis mejillas y me besó con intensidad. Al principio fue lento pero poco a poco se volvió más intenso.

Cuando se separó de mi le di un golpe en la cara y luego comencé a golpear su pecho.

-Te odio Erik- el no decía nada, sólo me miraba-por que después de todo lo que ha pasado no puedo dejar de amarte como una estúpida colegiala de 15 años.

Me miró con sorpresa, seguramente no esperaba que que dijera esas palabras y menos en un momento como este.

-Maldita sea Erik- mi frente quedó en su pecho y las lágrimas no dejaban de salir.

Erik me abrazó con fuerza y me aferró más a él.

-Perdón.... perdón...

Besó mi cabeza.

-Está bien Erik. Hay que dejar todo en el pasado y comenzar desde cero.

Me separé de él, limpié mis lágrimas y alise mi ropa.

-Mucho gusto- extendi mi mano- Me llamo Amelie Gree, ¿Y tu?

-Soy Erik- estrechó mi mano- Señorita, me complaceria si aceptara a salir conmigo.

-Sería todo un honor.

Sonreí e igual él.

-Está tarde a las 6.

-Lo veré en la entrada.

-Me parece perfecto.

Reímos y salí de la habitación para prepararme. Seguramente será una larga y maravillosa noche.