─Charles, lamento romper tus ilusiones, pero... es tu alumna─ dijo Hank, enfatizando la palabra "alumna".

─Lo sé, lo sé ─ dijo Charles masajeando sus cienes─ Yo tampoco lo entiendo.

─¿Y qué harás?─ Hank recargo su espalda al respaldo del asiento.

─No lo sé.

Se notaba el fastidio en la voz de Charles.

¿Enamorado de una alumna? Ni de broma podía pasar.

Llamaron a la puerta.

─¿Puedo pasar?─ preguntaron del otro lado.

─Es ella...─ dijo Hank en un susurro levantando una ceja.

─Lo sé─ contesto Charles del mismo modo─ Adelante.

Una chica asomó su cabeza y sonrió al ver a los dos hombres.

─Disculpen profesores─habló con un poco de timidez─Será algo rápido.

─Creo que yo me iré─ dijo Hank poniéndose de pie.

─Oh... no por favor, quisiera que se quedara─ dijo con una sonrisa.

─Muy bien─ Hank le devolvió la sonrisa ganándose una furtiva mirada de Charles.

─Es para un trabajo que me dejaron, son unas encuestas sobre alimentación.

─Estaremos encantados de ayudarte─ dijo Charles sonriente.

─Claro que sí─ confirmó Hank.

─Se los agradezco.

La chica entregó las hojas a cada uno.

Sólo eran veinte preguntas, por lo cual, los dos hombres no tardaron más de cinco minutos en responder. Aunque fue Hank el más rápido.

Hank le entregó la hoja ya contestada a la chica y rápidamente se puso de pie.

─Si me disculpan, tengo que ver que no hayan destruido mi laboratorio los nuevos pasantes.

─Gracias, profesor─ dijo antes de que Hank que se marchara.

Ahora sólo quedaban ellos dos en la habitación, completamente solos.

La chica sólo esperaba a que el profesor terminara de contestar para poder marcharse a dormir un poco, hacía semanas que no dormía más de dos horas.

─¿Has dormido bien?─ preguntó Charles mirándola fijamente─ Estas un poco pálida.

─Por supuesto─ mintió─ Todo está muy bien, pero usted sabe, con los entrenamientos y la escuela, sólo me falta un poco de azúcar.

─Hablando de eso, ¿qué tal va el entrenamiento? Erik me ha informado su preocupación respecto a que no has asistido en los últimos meses.

─Sí... bueno, es que no he tenido mucho tiempo.

Charles sabía que ella mentía, y no necesitaba leer su mente para saberlo, pues en su horario tenía programadas las horas para su entrenamiento.

─¿Porqué no has tenido tiempo?

─Estoy enmedio de un trabajo de investigación... sobre poderes curativos.

─Háblame de esa investigación...

─Ahhh...─ la chica se puso nerviosa─Me disculpo, tengo que terminar estas encuestas antes de las cinco.

─Bien─ dijo Charles sin más─ Que tengas un lindo día y termines con tu trabajo.

─Gracias profesor.

Todos regresaron a sus actividades normales, o casi todos.

Nadia no había asistido a casi ninguna clase desde hace dos meses, y sus amigos lo sabían, asistía a dos o tres clases a la semana.

La chica, al salir de la oficina del profesor, terminó de hacer las encuestas y se dirigió a los jardines, a un lugar donde nadie la viera, puso una pluma en el suelo e intentó convertirla en otra cosa.

Su poder, o mutación era que podía transformar cosas, por ahora sólo podía con cosas pequeñas, y estaba practicando con una pluma.

─Deberías estar en clases─ dijo alguien a su espalda.

─Debería... ─la chica se puso de pie.

─Nadia, se lo que estás pensando.

─Le agradecería, profesor, que no se meta en mi cabeza.

─También se lo que sientes y piensas sobre mi...

─Profesor, yo lo respeto. Por favor no haga que ese respeto se pierda.

─También me gustas.

Ambos se quedaron viendo a los ojos

─Hasta luego profesor─ la chica se fue a paso rápido, y Charles nunca imaginó que diría eso.

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