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Bucky & Steve

Una disculpa, no sé escribir tríos pero lo intenté xdxd
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James se encontraba sentado muy cómodamente en el sillón, sobre su sus piernas, a horcajadas estaba sentada yo. Sus manos recorrían con gran delicadeza mi espalda mientras nuestros labios se movían con agilesa en un sensual beso.

James deslizó mi blusa con suavidad y apenas nos separamos para que esta saliera por completo. Mi piel ardía bajo su tacto. Mi pantalón fue la siguiente prenda en desaparecer.

Moví ligeramente mis caderas, lo que provocó un jadeo en mi contrario. Le mordí un poco su labio inferior antes de separarnos.

Nos miramos a los ojos con una amplia sonrisa.

-Me encantas- dijo sin dejar de admirar mi rostro.

-Lo sé.

Él amplió su sonrisa y no perdí la oportunidad de dejar unos besos en el borde de su mandíbula. Cuando me separé de él miré hacia el fondo de la habitación, logré ver a alguien oculto tras un pilar y sonreí al notar que era Steve Rogers.

Pasé mi mano por la nuca de Bucky y acerqué mis labios a su oreja.

-Parece que Rogers disfruta del espectáculo- susurré y enseguida dejé un par de besos en aquella zona.

El hombre dejó salir una corta risa.

-¿No te gustaría invitarlo?- habló de la misma forma mientras presionaba más mi cuerpo contra el suyo.

Me separé un poco para tomarlo de las mejillas y mirarlo a los ojos.

-¿No te molesta?

-Creo que puedo compartir- murmuró en mis labios los cuales se curvaron en una sonrisa- claro que sólo si a ti no te molesta.

-Iré por él.

Con ayuda de mi poder de teletransportación, desaparecí del regazo de mi novio y aparecí junto al soldado. Éste me miró apenado, tenía las mejillas rojas y sus pantalones apretaban contra un creciente bulto.

-Yo... no... yo... lo siento... no- el rojo se extendió al resto de su rostro y sonreí descaradamente.

-No digas nada, Steve- puse un dedo en el borde de su pantalón deportivo y lo jale un poco- pensé que tal vez te gustaría hacernos compañía.

El hombre seguía cada uno de mis movimientos. Apenas fue capaz de asentir.

Lo tomé de la mano y caminé a paso lento con él detrás de mi hasta el sillón, donde lo hice sentarse.

-Tal vez debas ayudarle a que deje de sentirse tan tenso- habló James.

Steve lo miró rápidamente y luego regresó su vista a mi.

-¿Eso te gustaría, Steve?- me senté a horcajadas sobre sus piernas- ¿que te ayude a sentirte mejor?

Todo su cuerpo estaba muy tenso, era obvio que estaba nervioso y no sabía qué hacer. Una vez más se limitó a asentir.

James se puso de pie y se colocó detrás de mi, se inclinó un poco.

-Vamos cariño, muéstrale lo que sabes hacer.

En un rápido movimiento, quitó el broche de mi sostén y deslizó suavemente sus manos por mis hombros para quitar la prenda de encaje. Sus manos apretaron mis pechos un momento y luego regresó a sentarse en el sillón junto a nosotros mientras se deshacía de su playera y pantalón.

Esta vez me concentré en Rogers, seguía muy tenso y había ladeado la cabeza para evitar el contacto visual.

-No tienes que estar aquí si no quieres- le dije con suavidad.

-¡Si quiero!- me miró. Sonreí ante su reacción.

Puse mis manos en el borde de su playera y la comencé a levantar hasta que salió por su cabeza y la dejé caer al suelo. Deslice mis manos por su pecho y luego las llevé hasta su nuca.

Me acerqué más a él para comenzar a besar sus labios. Rogers no besaba nada mal, pero seguía bastante nervioso. Mi pecho chocó contra el de él y se removió en su asiento.

Sentí el creciente bulto en mi entrepierna y no pude evitar mover mis caderas.

Con un poco de miedo, Steve llevó sus manos a mi cintura. Me tomó con bastante fuerza pero con cuidado para no lastimarme y comenzó a moverme. Besé su cuello y el borde de su mandíbula, Steve sólo dejaba salir suspiros y cerraba los ojos disfrutando del momento.

Me separé de él y le sonreí.

Sentí unas manos tomarme de las axilas y que me levantaron del regazo de Rogers, enseguida ya estaba recostada en el sillón con James debajo de mi cabeza y Steve debajo de mis piernas.

Miré hacia arriba para encontrarme con Bucky.

-Quisiera mirar el espectáculo desde un mejor ángulo- dijo con una sonrisa ladina- ¿Qué me dices Steve?, ¿no quieres probarla?

Las manos de Bucky se deslizaron hasta mis pechos, pero únicamente comenzó a apretar mis pezones con cierta fuerza. Escapó un gemido de mis labios.

-James- hablé entre jadeos.

-Abre las piernas, cariño. Veamos si Rogers sabe usar esa boca para otra cosa que no sean discursos.

Reí ante su comentario pero mi espalda se arqueo cuando volvió a apretar y mover sus dedos en mis pezones.

Sentí un escalofrío cuando las manos de Steve comenzaron a recorrer desde mis rodillas hasta mi entrada. Subieron y bajaron un par de veces hasta que con un par de dedos tomó el resorte y deslizó la prenda con gran lentitud.

Steve me miró, sus ojos se habían oscurecido y ya no parecía tan nervioso o tenso. Se inclinó un poco y yo me retorcí cuando sentí su lengua recorriendo mi ranura.

Tomé los brazos de James con fuerza cuando los músculos de mis piernas se pensaron. Mi abdomen subía y bajaba con gran rapidez.

No parecía que Steve estuviera haciendo aquello por primera vez. Abracé la cabeza del rubio con las piernas para presionarlo contra mi núcleo.

Las manos de James seguían moviéndose en mis pechos, mi respiración era cada vez más irregular y no sabía cuánto más podría aguantar. No quería correrme tan pronto, al menos no sin hacer que ellos lo hicieran antes.

Empujé la cabeza de Steve con mi mano y él me miró ligeramente preocupado.

-Es mi turno- hable entrecortadamente.

Me levanté del sofá y me inqué frete a Steve. Pasé mi mano por la tela del pantalón y él se removió un poco.

Entonces bajé sus pantalones junto a su ropa interior y su miembro rebotó contra su abdomen bajo. Sonreí un poco y rápidamente lo tomé entre mis manos y luego acerqué mi rostro.

Lamí el contorno de la punta por un largo momento, luego lo metí a mi boca. Steve puso una mano en mi cabeza y agarró mi cabello.

Sentí unas manos en mis cadera, que me hicieron levantarme. Una mano de James se dirigió a mi vientre y poco a poco la bajó.

Sus dedos comenzaron a acariciar mi entrepierna, primero con suavidad y luego más rápido. Sentí su miembro cerca de mi entrada, acariciando con su punta.

Tuve que detener mi trabajo con Steve un momento pero enseguida continué.

Dejé salir un grito ahogado cuando James entró en mi y comenzó a dar fuertes embestidas. ¿Por qué se sentía tan bien?

James salió de mi y me alejó un poco de Steve, pero enseguida se puso de pie y alejó el sofá un poco para tener más espacio en el suelo alfombrado.

Steve se recostó y fue mi turno de montarlo, acomodé mi entrada en su punto y un fuerte gemido salió de mis labios cuando entró por completo.

Puse mis manos en su musculoso abdomen y comencé a dar pequeños saltos

-Vamos, Steve- dije en un suspiro- quiero que te corras dentro de mi.

James me tomó de la barbilla y me hizo girar la cabeza a un lado. Acarició mi mejilla y luego dirigió mi boca a su punta.

En ese momento Steve llevo sus dedos a mi clítoris y lo comenzó a estimular. Mi cuerpo no aguantaría mucho más.

Sentí la liberación de Steve en mi interior mientras dejaba salir un fuerte gruñido, él siguió presionando mi zona más sensible hasta que sentí todos mis músculos contraerse.

Seguí con mi trabajo en James hasta él soltó una maldición y tomó mi cabello en una coleta mal hecha para hacerme ir más rápido. Salió de mi boca y siguió estimulándose con su mano hasta correrse en mis pechos.

Steve presionó con más fuerza y sentí mi cuerpo temblar al momento de mi liberación.

Me dejé caer en el pecho de Rogers mientras él me abrazaba por la cintura y mi cuerpo seguía temblando, aquella deliciosa sensación permaneció en mi cuerpo un momento más.

Esperé a que mi respuración se regulara y me levanté un poco del pecho de Rogers, me acerque a besarlo y el me aceptó gustoso.

Finalmente me puse de pie y besé a Bucky, quien llevó sus manos a mi trasero y lo apretó con fuerza.

-Deberíamos repetirlo en otra ocasión- murmuró cerca de mi oído sin soltar mi cintura.

-Sólo si Steve quiere.

-Claro que querrá, ¿no es así, Steve?

Ambos miramos al rubio que seguía en el suelo.

-Por supuesto- murmuró.

Sonreí.

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