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Bucky Barnes pt1

Este OS estará en dos partes ya que quedó muy largo 😂
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18

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Miré la punta de mis zapatos como si fuera lo más interesante del universo en ese momento.

Tony y Steve llevaban acabo su discusión semanal y como siempre, resultaba incómodo. Estábamos cenando todos juntos hasta que Stark dejó salir uno de sus comentarios llenos de veneno, Steve se había resistido a decir nada pero Tony continuó hablando hasta que Rogers le contestó.

Los hombres se gritaban mientras los demás evitábamos hacer cualquier tipo de contacto visual.

-Bien, es suficiente- habló Natasha poniéndose de pie y estampando sus manos contra la mesa.

Todos la miramos agradecidos pues había sido nuestra salvadora. Steve y Tony se dejaron caer en sus asientos mirando hacia diferentes partes.

-Iré al laboratorio- habló Bruce poniéndose de pie- ¿vienes conmigo, Stark?

El nombrado lo miró fijamente y enseguida se puso de pie para ir junto al doctor. Puedo jurar que escuché suspiros de alivio por parte de mis compañeros.

-Pues yo iré a dormir, hasta mañana- dijo Natasha, que sin esperar respuesta se retiró.

Clint fue el siguiente en ponerse de pie y marcharse sin decir nada. Detrás de él, se fueron los hermanos Maximoff quienes parecían incómodos aún y junto a ellos, se fue Visión.

Miré a Steve quien permanecía con la mirada baja y luego a Bucky, que estaba frente a mi y que no parecía estar muy seguro de a dónde dirigir su vista.

Me levanté de mi aciento y me quedé de pie junto a Rogers mientras ponía una mano en su hombro y lentamente la deslice a su pecho. Él dejó caer la cabeza hacia atrás para mirarme.

-¿Estás bien, Steve?- aunque era Rogers quien me miraba, podía sentir que Bucky era quien me observaba con intensidad.

El rubio asintió un poco mientras ponía su cálida mano sobre la mía.

-Estoy bien, no te preocupes.

Le dediqué una sonrisa y finalmente salí de aquella habitación, no sin antes volver a deslizar con suavidad mi mano por el pecho del hombre.

Al llegar a mi cuarto, no me molesté en prender la luz pues conocía a la perfección qué había y dónde estaba todo.

Me quité las botas junto con las calcetas y las dejé arrumbadas en el suelo, luego me quité la blusa y esta le hizo compañía a mi calzado.

Nunca me había caracterizado por ser ordenada.

Hacía un poco de frío y eso hizo que la piel se me enchinara, sin embargo también me quité el sostén y finalmente fui en busca de una sudadera.

En cuanto la prenda bajó por mi abdomen, la puerta del cuarto se abrió un poco y enseguida se cerró. Regresé la vista y vi a Bucky recargado en la puerta con los brazos cruzados y con cara de pocos amigos.

-Qué cara- dije con un ligero toque de burla.

Él resopló y rodó los ojos.

-Parece que te gusta estar tocando a otros hombres- su profunda y seria voz me hizo sentir un fuerte escalofrío.

Mordí mi labio inferior tratando de ahogar una risa, era evidente que el hombre estaba celoso.

Caminé lentamente hasta estar a escasos centímetros de él y tomé su rostro entre mis manos.

-¿Estás celoso?- volvió a rodar los ojos- lo cierto es que no me molestaría volver a tocar los músculos de Steve, ¿los has visto? Son tan grandes y firmes.

Comencé a molestarlo, podía ver en sus ojos cómo se resistía pero ya estaba más que enfadado.

Miró mis ojos con atención, parecía un lobo feroz y yo un cordero débil a punto de ser devorado. Me encantaba.

-Pues tal vez deberías ir con Rogers y descubrir si él es tan buena para follarte como yo- su mano metálica bajó mi pantalón junto a mi ropa interior y enseguida la puso con brusquedad en mi vulva. Me contuve de gemir- a ver si él te hace gritar tanto como yo.

No despegué mis ojos de los de él, pero sin duda mi pecho comenzaba a subir y bajar con rapidez. Saqué los pies de la ropa que estaba en mis tobillos y la arrojé con una patada.

Comenzó a hacer más presión y mis piernas temblaron por un momento.

Llevé mis manos a su pecho pero él las quitó de inmediato.

-Pensé que te gustaba tocar a otros hombres- dijo con un ligero toque de burla- si me tocas, no dejaré que te corras.

-James, no me hagas esto- dije apenas.

Esta vez me miró con triunfo. Quitó su mano y sin quitar su mirada de mi, se puso de rodillas.

Mordí mis mejillas cundo sentí su lengua recorriendo mi ranura con gran experiencia.

Puso sus manos en mi cintura para evitar que retrocediera cuando empujó más su cara.

-¡James!

Succionó mi clítoris, esta vez no logré ahogar el grito. Puse mis manos en su cabeza pero apenas logré sentir su cabello cuando se separó y me retó con la mirada.

-Quiero que levantes las manos, si te atreves a bajarlas, te castigaré.

Extendí las manos hacia el techo, de pronto la tela de la sudadera me parecía incómoda.

Bucky dejó un beso por debajo de mi ombligo, y dejo unos cuantos más mientras bajaba. Su lengua recorrió uno de mis muslos hasta mi entrada.

Todo el cuerpo me tembló cuando me mordió con ligera fuerza, aquel dolor sólo me prendió más y sentí cómo mis pezones se endurecían.

Una vez más, pasó su lengua por toda mi entrada y succionó al llegar a mi clítoris.

-Joder, James- me quejé- me vas a matar.

Sin separar su boca, me dio una fuerte nalgada y luego una más. Estuvo lamiendo, tomando su tiempo de explorarme, pese a que ya me conocía mejor que la palma de su mano.

Se separaba para tomar aire, pero enseguida regresaba a hacer su trabajo.

No iba a poder permanecer de pie mucho tiempo más. Además, me estaba muriendo por poder tocarlo.

-¡Ah!- grité cuando volvió a morderme.

Sentí mis músculos contraerse, estaba a punto de correrme y él lo sabía, por lo que se separó y me dirigió una mirada de orgullo.

-Las manos arriba- había doblado un poco los codos.

Gruñí molesta por haber retirado su lengua.

Se puso de pie para mirar mi cara de sufrimiento por necesitar más de él. Tomó el borde de la sudadera y comenzó a levantarla con increíble lentitud. Al final, salió por completo y se quedó a unos pasos de mi.

Comenzó a caminar a mi alrededor mirando la desnudez de mi cuerpo. Mi respiración era agitada y tenía muy adolorida mi zona sensible.

Cuando estuvo frente a mi de nuevo pellizco con fuerza una de mis pezones. Por más que quería tener los pies pegados al suelo, me retorcí al sentir su toque.

-Dime lo que quieres- dijo firme.

-Te quiero a ti.

-¿Serás una buena niña y no volverás a tocar a otros hombres como lo has hecho?

Negué mientras apretaba las piernas.

-No.

-No... ¿qué?

-No, señor.

-No, señor. ¿Qué?

Dejé salir un fuerte gemido cuando pellizcó el otro.

-No, señor. No volveré a tocar a otro hombre-hablé entre jadeos.

Sonrió satisfecho. Soltó su agarre y dio un golpecito en mi vulva.

-Has sido una mala niña y no debería complacerte- habló muy cerca de mi oído.

-Perdón- mi voz salió en un murmullo.

Caminó hasta estar detrás de mi, tomó uno de mis pechos con su mano metálica para masajearlo y la otra la llevó a mi vulva.

Metió su dedo anular y medio mientras que con su pulgar presionaba mi clítoris.

Una increíble oleada de placer me llenó el cuerpo pero me mataba no poder sentir la piel de Bucky. Comenzó a mover sus dedos con lentitud pero poco a poco lo hacía cada vez más rápido.

-James, déjame correrme- supliqué.

Comenzaba a ir cada vez más rápido.

-Aguanta un poco más- besó mi cuello.

Dejé salir un profundo suspiro intentado aguantar.

Metió un tercer dedo. Me retorcí entre sus brazos sin poder aguantar un poco más, las piernas me comenzaron a temblar y el orgazmo dentro de mi suplicaba ser liberado.

-¡James!

-Adelante, córrete en mis dedos.

Dejé caer mi cabeza en el hombro de mi contrario mientras un grito escapaba de mis labios al liberar mi excitación.

Sentí cómo la humedad recorría mis muslos, pero James siguió con sus dedos dentro de mi lo que provocó que mi placer aumentara.

Los sacó con gran brusquedad y se separó de mi, terminé en el suelo temblando un poco pero disfrutando la sensación que permanecía en mi cuerpo.

Tomó mi barbilla y me hizo mirarlo.

-Abre la boca- obedecí y metió los dedos que habían estado dentro de mi.

Los recorrí con mi lengua, saboreando mis fluidos. Cuando los sacó, acarició mi mejilla y una sonrisa ladina apareció en su rostro.

-Tal vez la siguiente vez deba ir a acariciar a Pietro y ver qué tanto te molestas.

Sonrió mientras rodaba los ojos.

-Sólo inténtalo y ya no seré tan piadoso como hoy.

Bajé la vista hacia sus pantalones que estaban frente a mi. Había un bulto deseoso por salir.

-Parece que tienes un pequeño problema ahí.

-¿Y podrás con ello?

Regresé mi vista a sus ojos.

-Sí, señor.

-Bien, veamos qué puedes hacer.

Sonreí satisfecha mientras quitaba su cinturón y desabotonaba la prenda.

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