
43. Tony Stark
Título: Soledad
Tony Stark
Advertencia: Se tratará el alcoholismo, depresión y derivados. Si eres sensible y/o sufres,sufriste de estas enfermedades, te recomiendo no leer.
Comentarios: Utilización del ship Stony
Novela "Alcoholic" (Tony Stark) inspirado en este OS disponible en mi perfil.
Este es uno de mis one shots escritos favoritos♥
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La botella estaba empinada y el alcohol caía rápidamente por ella directo a los labios y garganta de Tony.
Era la tercera botella vacía que caía al piso haciendo un estruendoso sonido. Sin embargo, a él no parecía afectarle.
Lágrimas caían de los ojos del millonario, si pensaba que su vida era patética ahora lo era aún más. Había quedado completamente solo, destruido.
Esa maldita guerra civil había terminado de acabar con su alma.
Pepper lo deja, sus amigos —quienes eran más como su familia— se dividen y lo que es peor, su mejor amigo, mejor dicho, la persona que amaba murió.
La muerte de Steve Rogers terminó de acabar con la sobriedad de Tony.
Él le había prometido dejar el alcohol, pero le era imposible ahora que Rogers no esté. Aunque sepa que le está fallando a su promesa, aquella bebida era lo único a lo que podía recurrir para ahogar sus penas.
No había tenido la oportunidad de decirle cuanto lo amaba y se reprendería por eso el resto de sus días.
Con su manga trato de limpiar las lágrimas que seguían cayendo antes de dar otro sorbo a la nueva botella que abrió.
Hacía días que no veía el exterior, se encontraba sólo en su despacho tomando y tomando alcohol, sin comer nada ni tener contacto con nadie.
De igual forma parecía que no quedaba nadie que se preocupara por él.
Desde la batalla final contra los que eran sus mejores amigos, Tony no volvió a ver a ninguno de ellos.
Su problema de alcoholismo iba de mal en peor y no tenía a nadie que lo ayudase o al menos a quien aferrarse para no cometer ninguna estupidez.
La oficina de Tony estaba totalmente destruida. Lo había roto todo en un arranque de ira y aún seguía con ese detestable sentimiento en su interior. La rabia y desagrado que se tenía a si mismo crecía cada día más.
Se reprendía por separar a sus amigos, por pelear contra ellos y lo peor, por haber dejado morir a su más leal amigo. Él no había podido hacer nada por salvar al Capitán, pero de igual forma vivía con la culpa que lo carcomía segundo a segundo.
Le echó un vistazo a los papeles que había recibido de su abogado a pedido suyo claro. Stark había firmado cada uno de ellos, donde ponía 'Stark Industries' a nombre y dirección de Pepper Potts.
Sabía que luego de este bajón jamás se recuperaría por lo que buscaba el mayor bienestar de su compañía a alguien en el cual él confiara. Estaba seguro de que Pepper sería una magnifica presidenta de la empresa. Aunque el amor haya acabado ahí, él la seguía considerando muy importante en su vida.
Dejó los papeles y decidió abrir el cajón a su izquierda. Ahí vio la foto que tenía con Steve, sintiendo como su corazón volvía a romperse si eso era posible.
¿Cómo pudo ser tan estúpido y abandonar a su amor por el simple hecho de seguir sus ideales?
Debería haber dejado sus ideas y llevar a Steve lejos de todo este drama, pero como era habitual, Stark siempre era él protagonista.
Ahora haría las cosas que tenía pensado, ya no tenía nada que perder.
¿Qué más valía?
Él tomo aquel objeto de plástico dejándolo sobre el escritorio. Con mucha fuerza de voluntad se levantó a arrastras de la silla de cuero y camino hasta la ventana. Abrió las cortinas y miró el exterior. Suspiró pensando en la vida que Steve no tendría, en la vida perdida de todas aquellas personas en Sokovia, Washington, Nueva York que fueron quitadas con errores que ellos mismos cometieron.
De su mente jamás se borraría la mirada de aquella madre que lo abordó tras una conferencia, esa mirada de una persona destruida. Ahora él se sentía así. La persona que amaba o tal vez todas las personas que quería se terminaban yendo.
¿Por qué estaba solo?
Esto, se trataba de convencer Stark, era el precio por ser un hijo de puta toda su vida. El karma que tarde o temprano llega. El universo castigando a los pecadores.
Golpeó con fuerza el vidrio dejando caer aún más lágrimas.
¿Por qué él no podía ser feliz?
Quería ser feliz, ¿acaso eso era mucho pedir?
Stark volvió al escritorio y se sentó. Tomó la botella dando otro largo sorbo antes de hacer una breve pausa. Pensó y pensó por lo que le pareció una eternidad si en verdad su decisión sería lo mejor para todos.
Convencido que aquello sería lo mejor tomó un papel y se dispuso a escribir, aquello le parecía tonto, pero no veía otra forma de hacer saber sus pensamientos.
Escribió y con las últimas lágrimas releyó lo que yacía en el papel con una horrenda caligrafía. Lo tomó y tras guardarlo en su bolsillo junto con el envase de plástico, con la botella en mano se dirigió hacía su cuarto.
La oscura habitación lo recibió tal y cual la había dejado la última vez, sombría y fría. Justo para él.
Se sentó en la cama y respiró. Era un cobarde, pero su mente tan brillante no había podido maquinar algo mejor. La depresión, el alcohol, la soledad lo estaba impulsando a eso, a cometer estupideces.
Tony dejó el papel en su mesa de luz, donde otra foto con Steve yacía. Aquello le dio fuerzas para hacer lo que planeaba.
—Te amo Steve, ahora estaremos juntos, lo prometo —dijo hacía a la foto, como si esta le fuera a contestar.
Destapó el frasco y le echó una mirada al contenido. Tomó un puñado de pastillas en su puño y las llevó a su boca. Bebió de la botella sintiendo como todo se deslizaba por su garganta, repitió la acción y tiro del frasco lejos.
Se recostó en su lado de la cama y alcanzó la almohada que Steve había usado su última vez aquí, la olió reconociendo al instante su aroma impregnado en ella. La abrazó con fuerza queriendo aferrarse a eso, aferrarse al amor que sentía por su amado.
—No te volveré a dejar Stevie —se dijo más a sí mismo que a la memoria de Steve.
Cerró los ojos, se sentía pesado, casi como desvaneciéndose. Con Steve rondando en su mente se dejó vencer, durmiendo profundamente para toda la eternidad.
Ahora Tony podría enmendar las cosas y quizá por fin ser feliz con la persona que ama. Este mundo no estaba hecho para él, ahora encontraría la paz y el amor que siempre había anhelado.
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