Conduzco hasta el parque acordado con Tony. En el asiento del copiloto Max descansa. Tiene los ojos cerrados y respira tranquilamente, lo me da seguridad.

Ojalá yo estuviera tan relajada como él. Desde que Tony y yo rompimos lo nuestro, hemos estado quedando durante un mes en el mismo parque para compartir la custodia de Max.
Digamos que Max es muy importante para ambos.

Aparco y al otro lado veo el porsche de Tony. Le abro la puerta a Max y cojo su correa, sus cuatro patas resuenan contra el asfalto.

-llegas tarde.

-cinco minutos.

-cinco minutos tarde, tu lo has dicho.

Se acerca a Max y le acaricia las orejas. Máx salta de un lado para el otro feliz de verle tras una semana sin hacerlo.

-que disfrutes.

-no te preucupes, lo haré.

Cuando me estoy llendo al coche Max me muerde la camisa y me arrastra hasta Tony.

-Max, no, quedate.

Apunto a Max con un dedo y pongo mi mirada más severa.
Me doy la vuelva y Max empieza a lloriquear y no me queda más remedio que consolarle. Tony también lo consuela.
Al cabo de un rato nos dos cuenta de lo cerca que estamos, yo me intento apartar pero Tony me sujeta.

-no- dice firme y me recorre un escalofrío por toda la espalda. Nunca lo había oído tan determinado. Voy a responder y a dejarle claro unas cosas pero antes de hacerlo, Tony me besa.

Llevamos un mes sin besarnos y en este beso se nota la necesidad que teníamos. Allí cerca de su coche a las siete de la tarde Tony y yo volvemos a besarnos después de mucho tiempo, todo gracias a Max.

Mis manos se posicionan en sus muslos y mi espalda se curva ante su toque. Nos olvidamos de que estamos es un sitio público y solamente pensamos en nosotros dos, solos, en su habitación, con una música sonado bajo, nuestras respiraciónes agitadas y el ruido de nuestros cuerpos chocando resonando por todo la habitación al son de la música.

Max nos saca de nuestra fantasía. Nos separamos y nos miramos tratando de asimilar lo que acabábamos de hacer. Sonreímos y acariciamos a Max que no deja de lamernos.

Miro por encima de Max y un niño nos mira con la boca abierta. Se le cae el helado y sale corriendo.

-venga, vamanos antes de que la madre del niño venga.

No sabía si ir con Tony o volver a mi casa. Asique me quedé de pie mirando como Max se sube al asiento trasero. Muevo mis manos nerviosamente y al mirar a Tony lo veo con la puerta del copiloto abierta esperando a que yo entrara.

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