-¿podrías dejar de hacer eso?

Él no respondió, si no que me ofreció arándanos en una bolsita pequeña, a lo que yo me negué rotundamente comer.

Subió las cejas y luego las bajó en señal de rendición.

-eres dura de pelar ¿eh?- me rodea todavía comiendo sus arándanos - tan concentrada y serena, que incluso intimida- mastica en mi oido- pero con un simple ruido se altera.

-callate.

Respiro hondo, haciedo que mis manos se cierren y se presionen contra ellas mismas. Contengo el aliento cuando él me pincha en el costado y sigue caminando sin más, como si molestar a las personas fuera algo abitual y se puede deducir que tiene mucha experiencia en comprometer a sus compañeros de trabajo.

-eres como una mini hulk - me señala con el objeto que anteriormente me clavó en el costado, que resulta ser un lápiz- solo que no te pones verde, ni te vuelves grande y no careces de la habilidad de pensar claramente.

Me giro hacia él, que de un momento a otro se había situado detrás de mi para volver a lincharme con el estúpido lápiz.

-Stark- me dirijo a él sin apartar la mirada del lápiz, que descansa sobre sus dedos- Anthony Edward Stark - ahora miro a sus ojos- por si no se ha dado cuenta intento trabajar, algo que usted debería de hacer ya que vamos con retraso por sus continúas interrupciones y su, incomprensible, necesidad de comer a cada hora.

Me sonríe y juega con el lápiz que se encuentra entre sus manos.

-yo creo, que deberíamos ir a cenar primero que nada- me desafía con la mirada- como una especie de ritual de iniciación en el proyecto que estamos trabajando.

Tardo unos segundos significativos en responder, en donde nuestro ojos se encuentran y los suyos relucen de una manera que nunca había visto.

-no, debemos trabajar.

-tomemos un descanso, ha sido mucho por hoy.

Deja el lápiz sobre la mesa y empieza a jugar con sus manos desnudas.

-no, desde luego eso no tiene nada de cierto - levanto la mano enumerando todo lo siguiente que digo - primeramente, has llegado tarde.

-cinco minutos.

-han sido cuarenta minutos - continuo enumerando y alzo un poco la voz para darle a entender mi enfado- yo he sido la única que he trabajado y en lugar de hacer algo con tu miserable vida, te has puesto a molestarme y fastidiar toda la calma y tranquilidad con la que venía, pinchandome con un lápiz y masticando en mi oido- me cubro la cara con una mano- esto es increíble.

-¿ahora es cuando te vuelves verde y grande?

Dejo de cubrirme la cara para mirarle incrédula.

-callate Stark, soy hermana de Bruce Banner no hermana de hulk.

Le miro con la peor de mis miradas y me doy la vuelta dispuesta a volver al trabajo. Se posiciona a mi lado después de un rato y me habla.

-así que, lo de cenar, ¿se cancela?

Respiro antes de contestar, no me pagan tanto por aguantar esto. Pero he de admitir que alguna ventaja tiene que haber.

-a las nueve en mi casa.

Lo miro de soslayo y veo que hace una pose de victoria. Carraspea y habla como si no hubiera celebrado nada.

-claro, si así lo quieres.

Hace el sonido de una gota de agua con la boca y tamborilea con los dedos en el mesa antes de ponerse a trabajar como es debido.

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