-más arriba - toca mi brazo subiéndolo un poco.

Dejo salir el aire que he estado reteniendo durante estos segundos y suelto la cuerda.
No doy en el centro pero si cerca.
Salto de emoción y los dos chocamos los cinco para luego darnos un abrazo que dura más de lo esperado.
Le acaricio el pelo cuando nos soltamos y una sonrisa se hace presente en su rostro.

-ha sido el mejor tiro en dos horas, me merezco un premio.

-no has dado en el centro - me informa mientras recoge todo el armamento de tiro con arco.

-pero he estado cerca-me abro de brazos-para haber estado entrenando dos horas está muy bien ¿no?

-han sido tres horas y media.

-si te pones en plan quisquilloso, si- le ayudo a recoger y entramos a casa por la puerta de atrás.

-y bien, ¿cuál es mi premio?

-bueno, pues tu premio - deja las cosas encima de la mesa- es no echarte de casa por haber roto no una, si no dos de mis flechas.

-¿todavía sigues enfadado por eso? - me siento en la silla y dejo caer mis brazos en medio de mis piernas - fue sin querer.

-¿sin querer es tirar la flecha al suelo y pisarla repitidas veces?

-bueno, puede que me enfadara un poquito. Además la segunda flecha si que se rompió sin querer.

-buen punto- saca dos latas de bebida- pero aún así está rota.

Se encoge de hombros.

-que rencoroso eres- tomo la bebida que me ofrece.

-si tú lo dices - otra vez se encoge de hombros.

Pasan unos minutos en los que el silencio reina y yo intento beber de la lata sin que suene.

-Clint

Emite un sonido, una especie de gruñido indicándome que siguiera hablando.

-como decirlo - acaricio mi brazo derecho con mi mano izquierda ante su atenta mirada - bueno pues allá voy. Me has estado ayudando durante mucho tiempo, entrenandome y también has estado cerca de mi, apoyándome en todo. Solamente quería informante de que siento algo por ti, es decir, me gustas.

Antes de agachar la cabeza le miro y su expresión es de una total calma.
Como si no ocurriera nada.
Es ojo de halcón, ¿qué me esperaba?

Al no recibir respuesta levanto la cabeza y a diferencia de hace unos segundos sus ojos están abiertos como platos y en su mano derecha sostiene su lata de bebida que se ha quedado a mitad de camino.

-bueno, yo - empieza a hablar y yo vuelvo a agachar mi cabeza para no tener que mirarle a los ojos- me gustaría decir que siento lo mismo pero- mientras habla y yo me ruborizo cada vez más noto que mis manos han empezado a desaparecer. Las levanto y empiezo a mirar cada detalle, debe de ser culpa de la emoción o me estoy volviendo loca- ¿me estás escuchando?

No contesto, solo observo mis manos que empiezan a no existir.

-¿Bella?

Intenta agarrarme de los hombros, pero ya es tarde, han desaparecido al igual que el resto de mi cuerpo.

Oigo como grita mi nombre una y otra vez, pero no puedo hacer nada.
He desaparecido.

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