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707 / Saeyong Choi -≫ Mystic Messenger


- Pedido hecho por: Original.
- Advertencia: Primera vez que escribo algo de este personaje.
- Relación: Amistosa.
- Número de palabras: 2604.

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Hay cosas que, sin importar lo meticulosamente estudiadas que estén, no pueden ser previstas. Mucho menos controladas.

Como conocer a alguien, por ejemplo.

Ese había sido el caso de (T/N) y la peculiar forma de encontrarse por primera vez con el enigmático Seven Zero Seven. Encuentro que desencadenaría una serie de eventos peculiares en la vida del chico universitario. Aunque darle esa importancia queda de sobra en este punto...

Debemos regresar bastante en el tiempo para recordarlo.

Una misión más, una misión menos. El autoproclamado mejor hacker del mundo estaba de encubierto, nada fuera de lo normal para su estándares de trabajo y forma de ganarse la vida.

Vigilaba desde la distancia a un supuesto traidor de su jefe, no tenía que hacer nada más que seguirlo y descubrir la razón de su comportamiento "extraño y sospechoso", como se lo habían descrito. Dicha misión le estaba aburriendo como nunca, se sentía la niñera de un sujeto que no le llegaba ni a los talones a otros a quienes había tenido que espiar. Se notaba a kilómetros que ese sujeto los había traicionado por pura manipulación de sus enemigos, otro peón inservible, como es mejor dicho.

Aunque esto no fue razón para que el gran defensor de la justicia no se luciese con su capacidad de disfraz y vestuario. Había tomado un perfil al azar, dando como resultado un joven de apariencia simplona y apática, ¡algo más que perfecto cuando no puedes dejar de ser el centro de atención!

O eso se decía a sí mismo para darse ánimos.

El chico disfrazado se recargó en una señal de la parada de autobús cuando el sujeto entró a una tienda, esperando a que algo nuevo pasara.

La gente pasaba a su lado ayudándolo a perderse en la multitud, se dio el lujo de relajarse un momento, bostezo y pensó en la idea de entrar a la misma tienda para comprar su tan querido manjar de dioses.

Un sonido sordo se escuchó a su izquierda, parecido a cuando algo se cae. Una sombra atravesó la suya por la persona que lo veía a su lado, rápidamente se apartó, ¿lo habían descubierto? ¿El gran 707 había fallado?

Saeyong suspiró como si hubiese esquivado una bala al ver que no era nada de lo que había pensado. Era algo muy diferente.

Un chico de cabellos (C/C) y piel (C/P) lo miraba con una sorpresa alarmante, casi con temor. Le tomó un tiempo para descubrir la razón pero pronto reaccionó de igual manera que el contrario.

La apariencia que había tomado para esa misión era la del chico frente suyo.

—¿¡Pero qué demo-!?... — El joven desconocido reaccionó estando en la tentación de hacer un escándalo. Cosa que Seven debía evitar como todo agente secreto. Se acercó con rapidez al chico y le cubrió la boca, una sonrisa juguetona se asomó en su maquillado rostro, se sentía como un niño que hizo una travesura.

—Puedo explicarte aquí mismo pero podrían estar siguiéndote.— Admitió el pelirrojo con una calma que alarmó al contrario, el joven de la apariencia robada giró su vista a todos los lados posibles.—¡No lo hagas evidente! ¿Acaso quieres que sospechen?— Negó.—Entonces haz todo lo que te diga. Sígueme.—

[...]

—¿Eres mi doppelgänger... ?— Preguntó con incredulidad el chico cuando Seven se aseguró que no los seguían. Estaban apartados de toda zona de gran tránsito y el espía había dejado a medias su misión. Ya lo había resuelto, tenía tiempo para esta situación que le había mejorado un aburrido día de trabajo.

—La probabilidad de que tu doble esté tan siquiera en el mismo continente es ridículamente baja.— Explicó burlón, con el índice apuntando a una pizarra imaginaria detrás suyo, como un maestro lo haría.—Y en todo caso serías el doble malvado, no yo.—No podía seguir la conversación ni en lo más mínimo. El cambio drástico de tema solo causaba más confusión que se iba agregando a la desconcertada mirada de no saber si estaba soñando.

—Eh... —

—Es un disfraz.— Removió algunos cabellos de la peluca (C/C), dejando a la vista algunos mechones rojizos que se negaban a permanecer bajo la malla.—Verás, querido (T/N), la gente debe hacer todo tipo de locuras para ganarse la vida.—Comenzó llevando ambas manos a su espalda y enderezándose orgulloso.—En mi caso a veces debo pasar desapercibido, mantener un perfil bajo, ser una sombra.— Con cada ejemplo que salía de su boca sus ojos se entrecerraban con un aire misterioso. Se acercó hasta que el contrario se encorvó hacia atrás por la cercanía. Se quedó así un rato que se hizo eterno, y él notó como los nervios estaban comiendo vivo al confundido muchacho.

Al apartarse se dio la vuelta teniendo de espaldas a (T/N). Antes de que el (C/O) pudiera hablar, Seven miró por encima de su hombro con una sonrisa maliciosa, sus anteojos reflejaron la luz artificial de un letrero, escondiendo sus ojos dorados en el proceso.

Esperen, ¿anteojos? ¿De dónde los sacó?

    ≫ —Veo que tienes muchas preguntas. Se te nota en la cara.— Está bien, ahora solo se estaba burlando.—Te dejaré hacer... Ummm... —Hizo el ademán de estar pensando pero en una pose extravagante.—¡cuatro! ¡cuatro preguntas!— Levantó el número de dedos correspondientes y guiñó a la dirección del (C/C). Sonreía con una seguridad que hacía pensar que hacía esas cosas de forma rutinaria.

(T/N) inhaló con fuerza y dejó salir el aire, más relajado, cerrando los ojos para no distraerse con el entorno. Sus manos se juntaron y las puso de tal forma que sus pulgares daban soporte a su barbilla. Debía pensar bien lo que preguntaría.

—Ya va una.— Dijo.

—¿Qué?—

—Ya van dos.—

—¿Qué clase de sentido tiene eso?— La paciencia abandonaba al joven con cada palabra que soltaba el espía. Sus hombros se levantaron con inocencia, divertido de la situación.

—Con esa son tres.— (T/N) soltó un gruñido al aire y cuestionó la cantidad de paciencia que le quedaba.

—¿Por qué me tienen que pasar estas cosas?— Susurró resignado con las manos en el rostro. Se rendía, hasta ahí, no iba a estar siguiéndole la corriente a alguien tan extraño como ese sujeto. Podría estar metiéndose en terreno delicado y, al mismo tiempo, en un campo minado.

—Y cuatro. Un placer conocerte, verdadero (T/N).— Caminó con la elegancia de un gato callejero y se desplazó a un lado del. Posó una mano en el hombro ajeno dando unas palmadas de consuelo y empezó a alejarse.—¡Ah, por cierto!— El chico levantó la mirada sin ocultar el interés que le había dado el llamado.—Te sugiero que olvides este encuentro. Podrías estar en peligro y ser blanco de muchas personas si descubren que hablaste con uno de los hackers más perseguidos del mundo.— Ahí fue cuando los nervios volvieron a apoderarse del de la apariencia robada, se acercó a Seven con los ojos bien abiertos. Temiendo por su vida y sin siquiera pensar en la posibilidad de que ese extraño sujeto le estaba jugando una broma.

Porque si, eso es lo que Seven estaba haciendo.

—¿A qué te refieres con "estar en peligro"?—

—¿Nunca has visto las películas de espías? Peligro, ser confundido con alguien importante y siendo raptado para que luego, el genial y muy atractivo protagonista— Esa parte la dijo señalándose a sí mismo con el orgullo inflado. Se imaginó a Zen diciendo esa misma frase y tuvo que aguantar la risa.—,llega a salvar a esa persona que estaba en la línea de fuego.— Sólo se quedó ahí parado sin decir nada más.— Bueno, ¡hasta luego!— Y con esa facilidad se fue alejando.

—¡Espera!— Aunque era obvio que no lo dejarías ir así de fácil.—Déjame hacer las preguntas, no puedes dejarme así y esperar a que me vaya tranquilo.— Por impulso le siguió el paso mientras esquivaba a la gente que también iba por la acera.

—Claro que puedo. Pero eso sería cruel, ¡y un defensor de la justicia no será cruel con alguien que no ha roto la ley!— Seven se detuvo y lo copió. Sintiéndose raro al ver lo bien hecho que estaba su disfraz, era como un espejo aunque con ojos diferentes a los suyos, pero sus anteojos le recordaban que era alguien completamente diferente, alguien quien no conocía pero que él si lo hacía. Era escalofriante pensar todo lo que habría investigado como para suplantarlo.

—¿Y eso significa... ?— Sus manos se movieron invitándolo a que siguiera.

—Suelta todas tus dudas. Aunque claro, si no quieres que tenga que eliminarte tendrás que conformarte con algunas cosas.— Sus manos se levantaron hasta su rostro y movió los dedos en el gesto típico para darle "horror" a lo que decía. A pesar de lo obvia que era su broma sentías que hablaba muy en serio.

—Bueno, eh... ¿Cómo sabes mi nombre?— Su respuesta se dio a esperar cuando volvió a caminar con prisa contigo tratando de no separarse por toda la gente que pasaba.

—Pff, si te sorprende un nombre no me quiero imaginar si te digo que hasta conozco tu número de ficha de cuando presentaste el examen de admisión para la universidad.— Bromeó.—Cuando tengo que salir encubierto debo volverme otra persona, conocer cada detalle posible. Incluso si se considera suplantación de identidad, me tomó muy en serio cada rol. Tengo un amigo actor, él es muy útil para estos casos.—Dio vuelta en una esquina sin aviso, dejando a un confundido (T/N) viendo a su alrededor para encontrar al espía. El joven pensó que estaba tratando de perderlo para no tener que responderle. Cuando regresó a su lado, Saeyong lo miró con diversión.—Hey, ¿dónde estabas? Creí que ya te habían raptado.—

—Muy gracioso... —Bufó por lo que había dicho. No le parecía gracioso pero debía admitir que tenía una actitud bromista que, en otras circunstancias, disfrutaría.—¿Por que mi apariencia?— Seven rió entre dientes mientras negaba. Las preguntas eran algo decepcionantes, se esperaba algo más interesante, tal vez un desenlace donde le pregunte la hora o algo así.

—En una gran base de datos, llena de perfiles de personas comunes y simplonas, un pequeño nombre resaltó, ¡(T/N) (T/A)! Estudiante de la Sky University en la especialidad de ciencias químicas. Tercer semestre y con un historial de inasistencias perturbador, si me permites decir.— Su mano llego a su pecho tomando tu identidad, como gran conocedor de tu vida.—Fue una mera casualidad, al igual que justo te encontrara en medio de la calle.—

—Así que eso fue, ¿eh?—

—Si, los números están locos y las probabilidades acompañan a la suerte de cada persona.— El chico suspiró aliviado al saber la realidad del asunto, aunque pronto su ceño se frunció de manera divertida al repasar lo que había dicho, ¿gente simplona?—A menos que... —El pelirrojo se detuvo y se giró para encarar a su acompañante. Su mirada se iluminó en sorpresa junto a una gran sonrisa.—Era el destino.— Susurró.— ¿Eres mi ángel guardián? ¿O tal vez el demonio que deba arrastrarme al abismo con sus encantos?— La inocencia que había plasmado en sus orbes doradas se transformó en una pícara y maliciosa que te hizo dar un paso hacia atrás.

Este sujeto era increíble. En el mal sentido.

El joven prefirió ignorar sus ideas bizarras y se rascó la nuca intentando disimular la extrañeza que le causaban las conclusiones apresuradas.

—¿Quién eres?—

—Uy yuy, hielo delgado, amigo mío.— Respondió.—Puedes llamarme... —Su dedo medio alcanzó el puente de los anteojos y los subió cuando cayeron por su mirada baja.—Lucky Kim!—

Y entonces (T/N) se cicló mirando fijamente al hacker, preguntando si le estaba viendo la cara de estúpido para llamarse con ese nombre.

—Okay, okay. Suficientes bromas.— Lo que el chico quiso escuchar desde un principio al fin salió.—Puedes decirme Seven, —Sonrió ampliamente y de manera sincera. Extendió su mano para un típico saludo. Cosa que no rechazó.— o Defensor de la justicia, o Hacker God, o Seven Zero Seven, o Luciel, o Dios Seven, o... —

La lista se extendió más de lo que pudiste imaginar...

[...]

—"¿Sabes de un lugar dónde venden sombra de ojos? Ya sabes, esas cosas que usan las chicas para maquillarse."— Con el celular entre el hombro y el oído, (T/N) revisaba su nevera para sacar las cosas expiradas mientras estaba en medio de una llamada de "gran importancia" con su amigo.

—Eh, creo qué hay una tienda de esas cosas en el centro... —Respondió de vuelta distraído por encontrar la fecha de caducidad en un recipiente de mantequilla.—Espera, ¿para qué quieres saber eso?— Dejando el recipiente a un lado, tomó con normalidad el celular y se concentró en la conversación.

—"¡Rompí la que tenía por accidente!"—

—Sabes que no me refiero a eso... —

"Cosas de espías. No querrás verte involucrado."— La característica risa malvado y fingida de Seven se escuchaba al otro lado de la línea. (T/N) negó divertido, ya acostumbrado a la jocosa actitud del pelirrojo.

Todo fruto de un robo de identidad, quién lo diría.

—Tienes razón, no quiero.—

—"Eso es, como debe ser."— La felicitación llegó a su oído con una ligera tristeza bien escondida, casi inexistente que pasaría revuelta en la broma.—"No es por aprovecharme de tu amistad, (aunque un poco si, ¡ja!) pero... ¿puedes ir a comprarla más tarde por mi? El trabajo me llega en toneladas que te estoy dando tiempo valioso para hablar con tu buen amigo Luciel."—

Tú fuiste quién literalmente me llamó primero... —

—"¿Lo ves? Pienso en ti y te doy un rato en mi apretada agenda de esclavo, ¡sálvame el pellejo! ¡necesito tu ayuda esta vez!"— Normalmente aceptaría sin pensarlo mucho, no le molestaba para nada hacer favores a los demás, pero tratándose de Seven podría tratarse de una extraña broma que termine en un chico comprando maquillaje sin ningún tipo de acompañante femenino consigo.

Se mordió los nudillos, pensando en que era más grande, su orgullo como amigo o la probabilidad de sufrir una jugarreta de Saeyong.

—No puedo, estoy ocupado ahora mismo... —Puso el altavoz al dejar el aparato a su lado para sacar otro recipiente de contenido sospechoso. Al retirar la tapa y olfatear ligeramente al igual que un perro curioso su cara se frunció de manera graciosa por el olor fétido de una sopa de hace semanas.

—"Bueno, puedes ir mañana. Todos los sábados haces la compra de la semana, ¿no es cierto?"—

—¡Deja de vigilar mi rutina, no seas raro!—

—"Auch, auch... Me estás pidiendo demasiado, (T/N). Pensé que lo sabrías."— Sus ojos miraron hacia el techo mientras se quejaba. No había nada que hacer con ese hacker burlón.—"Ah, bufaste, apuesto a que estás actuando como un adolescente castigado, ¡ja!"—Que todo lo que adivinase fuese tan acertado solo daba la paranoia de que tuviese cámaras en la casa del chico. Miró a todos lados y luego se abofeteó mentalmente, si hubiese puesto cámaras no estarían a simple vista. Posiblemente estaban en un imán del refrigerador o era un mosquito revoloteando por ahí.—"¿entonces lo harás? ¿Eh, eh?"—

¿Por qué no vas tú?—

—"¡Mucho trabajo! ¿No oíste? No abuses del hecho que te di tiempo, sé que adoras hablar conmigo pero debo tener prioridad laboral."—

Sin duda hay cosas que no pueden ser previstas, ni siquiera puestas como posibles resultados en una hipótesis secundaria. Cosas que valen la pena experimentar, incluso si te lleva a ser amigo con un extraño sujeto como Seven. Podrían terminar en algo divertido, algo fuera de lo común.

Algo como comprar sombras para ojos a un espía que usó tú apariencia y qué por alguna razón siguió hablando contigo...

Bueno, poniéndolo así suena raro pero ese es el punto.

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